LEMON 2: Lluvia, curry, un paraguas y un baño juntos
Era otro día tranquilo, pero nublado en Konoha.
Las nubes grises se expandían por todo el cielo, señal de que se acercaba la lluvia.
La temperatura bajaba empañando los vidrios de la oficina del Hokage.
Y, ahí, en frente de la ventana, se encontraba parado Kakashi dirigiendo su mirada al exterior.
¿Acaso, estaba escapando de la realidad como de costumbre?
—No.
¡Fue la respuesta de la asistente!
—El trabajo está más tranquilo que nunca, no hay forma de que esté escapando de la realidad —dedujo al observarlo desde la biblioteca, estaba acomodando algunos documentos.
Pero la curiosidad de Shizune crecía, pues el Hokage no se movía de su lugar. Y parecía entretenido haciendo algo.
—Ahhh —ella lo vio con cansancio. Verlo perder el tiempo, la cansaba.
El hombre era un despreocupado total cuando no tenía presión. Si ella no estaba detrás suyo, él estaría tomándose una siesta, leyendo el ICHA ICHA o simplemente estaría tirado en el césped observando cómo las nubes pasaban. Así era Kakashi, le gustaba tomarse grandes pausas y escapar de todo. Le gustaba tomarse las cosas con calma y disfrutar los momentos tranquilos. Y Shizune, le gustaba ese lado suyo.
Ellos dos, eran muy opuestos. Mientras ella se afligía por los deberes, problemas y responsabilidades, tanto presentes como futuros; él ni se inmutaba ante ellos. Era algo que Shizune admiraba y renegaba de él. Pero que, al fin de cuentas, le gustaba.
Kakashi le daba calma.
Mientras ella veía un sin fin de problemas, él se mantenía tranquilo. Su actitud ante ellos, en los momentos de gran angustia para ella, le daban fuerza y valor. Sentía que, tal vez, los problemas a los cuales se enfrentaban no eran tan grandes y temibles como pensaba. Él, tomaba su mano y la hacía sentir segura y acompañada. Y mientras Kakashi siguiera sosteniendo su mano, Shizune tenía la certeza que su Hokage la apoyaría y sostendría si las cosas se ponían feas. Lo quería, lo quería mucho. Amaba ese lado despreocupado de él. Amaba esa cara de aburrimiento, esa actitud desinteresada, esa calma que siempre trasmitía, pero...
—¡Ese piso no se verá por si solo!
...también detestaba verlo perder el tiempo...
—¡Kakashi sama, debería ponerse a trabajar! —se acercó a él con su característico tono de voz al regañarlo —¡Recuerde que Ud me lo prometió! Que cumpliría mi sueño... —pero al llegar hasta donde estaba él, se sorprendió con lo que se encontró.
—Oh, Shizune. Admira mi obra de arte~—el Hokage respondía orgulloso de su trabajo.
—... —Shizune no sabía si sentirse conmovida o sentirse incrédula al ver al "Hokage de Konoha" dibujar en los vidrios de la oficina como un niño.
Kakashi había escrito sus nombres debajo de un paraguas.
—Presiento que lloverá, ¿compartimos paraguas?
Le sonrió.
Shizune enmudeció.
—Kakashi sama...
A quién engañaba, el Hokage era su debilidad.
Aunque la sacara de sus casillas, él era su debilidad.
Y con una sonrisa brillante, respondió:
—¡Sí!
Compartirían el camino juntos.
Los dos, debajo de un paraguas.
O eso creían...
Porque no había lluvia, sino, ¡¡¡UN DILUVIO!!!
El Hokage y su asistente estaban en la entrada del edificio, viendo cómo la tormenta y el viento arrasaba con todo a su alrededor, hasta parecía que en cualquier momento esos árboles serían arrancados del suelo.
Kakashi guardó en silencio el paraguas. Definitivamente, no los cubriría de mojarse.
¿Qué harían?
—Vamos a tu departamento.
Le brillaban los ojitos al Hokage.
¡¡¡Kakashi, no seas tan obvio de que quieres pasar una noche con Shizune!!!
—Ud...
Y como digna compañera del Hokage, Shizune leyó en un instante sus pervertidas intensiones.
¡Hasta parecía que estaba feliz de que tuvieran un diluvio en frente!
—Vamos, Shizune~ Lo digo porque tu departamento está más cerca. Solo déjame pasar la noche, me iré ni bien amanezca~ —le sonreía despreocupadamente — ¿O quieres que tu amado Hokage pase frio y pesque un resfriado en lo que trata de llegar a su casa~?
Pero Shizune no daba respuesta alguna, siempre se le complicaba responder a sus comentarios de doble sentido.
—No seas mala, Shizune~ —se le acercó y, sutilmente, tomó la cintura de su asistente acercándola a él—Podría preparar la cena a modo de pago por mi instancia, ¿qué dices? —le habló de manera seductora cerca del oído mientras ella, torpemente, seguía poniendo resistencia.
Y mientras ella se sonrojaba como un tomate, él esperaba pacientemente su respuesta en silencio.
¿Qué respondería Shizune?
—Quiero curry.
Fue su respuesta, casi inaudible por la vergüenza que la invadía.
—Entonces, curry será.
Kakashi sonreía feliz a su lado.
Y mientras la lluvia rugía con fuerza, los dos intercambiaron miradas en complicidad. Con una simple mirada entendieron lo que seguía.
—A la cuenta de tres.
Él dio aviso.
—Uh.
Ella respondió, aun ruborizada por el momento que habían tenido.
—1.
—2...
—¡3!
Salieron corriendo a la par mientras la tormenta los golpeaba sin piedad.
Era tan fuerte, que no se podía escuchar ningún sonido además del de la lluvia, que solo necesitó un instante debajo de ella para terminar completamente mojado.
Aun así, corrieron juntos a la par.
Tal vez, por la emoción del momento o porque nadie los veía, Kakashi sintió un impulso.
Y sin dudarlo, tomó su mano.
Shizune se sorprendió por un instante, pero no dudo en aferrarse a ella con fuerza, no quería separarse de su Hokage.
Corrieron tomados de las manos en todo el camino.
.
.
.
—Prrrr —temblaba el Hokage mientras entraban juntos al departamento de ella.
Encendieron las luces y ella avanzó hacia adelante y Kakashi la siguió.
—Kakashi sama, báñese Ud primero —indicó mientras escondía su temblor por el frio.
—¿Eh? —él se sorprendió —¡Shizune, estás temblando! —la regañó.
—Eso no es cierto —desviaba nerviosamente su mirada mentirosa.
—Cómo si pudieras engañarme...—la veía con reproche.
—Estoy bien~ Los hombres se bañan rápido~ Además no tengo mucho frío-
—Bañémonos juntos.
La interrumpió, Kakashi la veía seriamente.
—Pe-
Y antes de que ella pusiera sus peros, él habló —Shizune, —se acercó a ella extendiendo su mano a su mejilla. Ella cerró por impulso sus ojos al sentir su tacto —estás fría. Te enfermarás —dijo mientras sus cuerpos estaban a unos centímetros.
—Pero... —Shizune desviaba torpemente su mirada, el Hokage siempre la ponía nerviosa cuando se acercaba de esa manera tan íntima a ella.
Kakashi buscó su mirada y nuevamente le pidió —Por favor, bañémonos juntos —su voz era tranquila y calmada, pero también había un poco de preocupación en su tono. Y es que, su asistente era terca, por eso él debía ser insistente. O de lo contrario, ella sería la que se enfermaría.
Tímidamente, buscó su mano. Sus dedos se rozaron con los de ella, pedía que aceptara su pedido.
—Bañémonos.
Volvió a repetir esas palabras. No la dejaría esperar en el frío.
Y ella, simplemente no podía negarse.
No cuando la miraba de esa manera, casi suplicante, casi preocupado.
Él era su debilidad.
Lograba con suma paciencia, que ella cambiara de opinión.
—Ud...
Se quejó rendida y sonrojada.
Kakashi sonrió debajo de la máscara al escuchar su respuesta.
.
.
.
Y mientras Kakashi la esperaba en el baño y se encargaba de llenar la tina de agua, Shizune estaba en su habitación. Debía llevar los toallones.
—No sé por qué me preocupo de que me vea desnuda, sí sé cómo terminará todo... —se dijo penumbrosa. Se daba cuenta que el Hokage siempre se salía con la suya.
Encontró los toallones limpios con los que se secarían y aprovechó el momento para desvestirse. Pero entonces, algo la hizo dudar —¡No puedo usar los toallones para cubrirme! —si los usaba para cubrirse en lo que llegaba al baño, se ensuciarían, pues solo tenía dos. A no ser que usase... —Kakashi sama tiene suerte... —Shizune veía con cansancio la otra opción.
Y mientras Shizune se sonrojaba como nunca, Kakashi la esperaba dentro de la tina llena con un pequeño paño que cubría su rostro, como cuando se bañaba de niño.
—Tranquilo, hoy no haremos nada —se decía —. Sé que Shizune piensa que somos unos pervertidos, y tiene razón, pero tienes que aprender a controlarte —se cruzaba de brazos, se veía decidido —. No queremos que nos abandone por ser unos calientes —resulta que le hablaba a su amiguito —. Por favor, no me hagas quedar mal. Aunque sé que te estoy pidiendo un imposible, ¡haz el esfuerzo! ¡Por Shizune!
El Hokage era un desastre. Y aunque estaba algo caliente, sorprendentemente quería una velada tranquila.
Entonces, se escuchó abrir la puerta. Kakashi dirigió su mirada perezosa hacía la misma, y se encontró a ella, a su linda asistente.
—...
Y mientras el vapor de la habitación se dispersaba y la dejaba ver, Kakashi enmudeció.
Realmente, Shizune era cruel con él.
—Shi-Shizune... ¿C-Cómo debo interpretar esto...? ¡Como una invitación indecente...! —¡Sus ojitos brillaban de la emoción ante lo que tenía en frente! Estaba de más decir que, se había olvidado completamente de su velada tranquila.
—¡Dejé de verme de esa manera! —se cubría inútilmente de la mirada pervertida del Hokage, Shizune era un cumulo de nervios en ese momento.
Como no podía cubrirse con los toallones, porque los ensuciaría; decidió cubrirse con una toalla pequeña, de esas que solamente lograban cubrirle el frente, mostrando de manera provocativa su cuerpo. Para el Hokage, ¡Shizune estaba terriblemente sexy!
—Maldición, ya me puse duro...
Kakashi resultaba tener poco control cuando se trataba de ella.
El silencio se hizo presente. Shizune desviaba nerviosa la mirada desde su lugar, cerca de la puerta, mientras que Kakashi hacía lo mismo, si levantaba la vista, volvería a verla de manera lujuriosa.
El ambiente se hizo incomodo, no era la primera vez que se veían en paños menores, pero siempre sentían un poco de vergüenza al principio. Eran torpes cuando se trataba de esa persona.
Pero...
—Eso no es lo importante ahora.
Pensó el Hokage.
—Shizune.
La llamó con valor.
—Ven aquí.
Lo importante, era que su asistente recuperase calor para no enfermarse.
Ella estaba a punto de resistirse como de costumbre, pero al ver la mirada de preocupación y convicción del Hokage, hizo que se calmara. Estaba nerviosa, era la primera vez que se bañaban juntos, pero Kakashi la veía suplicantemente.
—Por favor.
Extendió su mano.
Y aunque era un pervertido, ella siempre confiaba en él. Y es que, su Hokage la cuidaba. Tal vez más que ella misma. Por eso y más, lo amaba.
—U-Uhh...
Tomó su mano, y él la guío para que se sentara cerca de él.
—Tranquila —sabía que era un cumulo de nervios, aunque tampoco era la única. Él también estaba igual, ver su cuerpo desnudo al quitarse esa pequeña toalla, que solo provocaba en lugar de cubrirla; lo hacía ponerse nervioso e inquieto. Siempre sentía que estaba en desventaja ante ella. Pues, sin el menor esfuerzo, su linda asistente provocaba en él toda clase de sentimientos indecentes.
—Shizune...
Su mirada se perdía en ella, mientras se sumergió en las aguas, dándole la espalda.
Shizune sentía vergüenza al mostrarle a Kakashi su cuerpo, pero rápidamente comenzó a sentirse bien, su cuerpo comenzaba a tomar temperatura.
—Ahhh, me estaba congelando...
Reconoció, relajada con un leve sonrojo. El agua caliente la calmaba, tanto, que por un instante se había olvidado del Hokage.
Kakashi la observaba disfrutar del agua con sales que había preparado.
—Es desestresante.
Comentó. Le gustaba verla relajada.
—Uh, también tiene un aroma agradable,
Ella respondió con los ojos cerrados, disfrutando de la sensación revitalizadora de las aguas.
Los nervios se esfumaron y, con ella, la vergüenza. Ambos, disfrutaban de esos momentos en que escapaban de sus ocupadas vidas y se detenían un momento para descansar.
Y con su leve sonrojo, Shizune se atrevió a recostarse en el pecho del Hokage, sorprendiendo a Kakashi.
Tal vez era la persona más seria y correcta de Konoha, tal vez se ponía nerviosa y se sonrojaba con facilidad a la menor provocación; pero, no podía evitar querer estar cerca de su Hokage.
Necesitaba su cariño.
—Kakashi sama...
Lo llamó suavemente.
—Uh.
Ella levantó la mirada y se encontraron.
La mirada brillante de Shizune, le dijo todo.
Quería que la besase.
Y él, así lo hizo.
Se quitó el paño que cubría su rostro, ese que se había vuelto la debilidad de la asistente.
Tomó sus labios mientras sostenía su rostro con sus manos. Mientras su beso se intensificaba.
Shizune, de a poco, comenzó a girarse hacia él, quería sentir más el beso de Kakashi. Quería dejarse llevar por ese sentimiento de necesidad que sentía por él.
Kakashi sentía cómo las suaves manos de su asistente se apoyaban en sus hombros.
—Oh, Shizune...
Se estremeció al sentir sus intimidades tocarse debajo del agua.
Cortaron su beso, y sus miradas se encontraron. Estaban excitados.
Y mientras se miraban, las manos de Kakashi descendieron para acariciar ese lindo trasero que lo volvía loco. Shizune entendió lo que seguía, así que, se acomodó un poco para que él pudiera entrar en ella.
Y así, con su ayuda, se abrió paso.
Shizune cerró los ojos con fuerza al sentirlo y su cuerpo temblaba ante su intromisión.
—Por favor, no hagas esas caras...
Le rogaba en silencio el Hokage, ella solo lograba excitarlo más de la cuenta.
—Ahhh...
La voz de Shizune temblaba.
—¡Oh, maldición...!
Ella acababa fácilmente con él.
Shizune comenzó a moverse, ya que Kakashi no podía hacerlo por lo pequeña que era la tina.
—Ahh...
Esta vez, fue el Hokage el que jadeó por la sensación.
Sus movimientos eran lentos, pero tortuosos. Era un vaivén que cobraba fuerza y seguridad de a poco.
—Ahh~
Shizune comenzaba a sentir placer y su espalda se curvaba a medida que se dejaba llevar.
El Hokage a duras penas podía mantener la mirada, no quería perderse de las reacciones nuevas de su asistente. De esas en las que ella se perdía en sus instintos.
—Oh, voy a morir de felicidad...
Se decía mientras intentaba mantenerse cuerdo.
—Kakashi...
Ella abrió los ojos para encontrarse con los suyos.
—... lo amo tanto...
Confesó.
Ella, sin duda, lo provocaba sin siquiera intentarlo.
Con solo decir su nombre y esas palabras, hacía que Kakashi se dejara llevar completamente.
Y de un instante a otro, se abalanzó a ella; intercambiando lugares.
—Deja que me encargue.
¡Estaba más motivado que nunca!
—¿Eh?
¡Ella tenía una cara de sorpresa!
Al parecer iban a estar un buen rato en el baño.
.
.
.
—Oh, Shizune~ Creo que deberíamos bañarnos juntos más seguido~
Comentaba descaradamente el Hokage mientras le traía un plato de curry, hecho por él, a su linda asistente. Como lo había prometido, cocinaría para pagar su instancia esa noche.
—Ud... —Shizune solo podía quejarse ante el buen humor pervertido de Kakashi.
Él se sentó frente suyo en la mesa pequeña. Antes de bajarse la máscara para cenar, esperó a ver la reacción de Shizune.
—¡Esta delicioso! —admitía sorprendida ante la comida del Hokage.
Kakashi se puso feliz ante su comentario, se había esforzado mucho en la comida.
—¿Hay algo que no pueda hacer bien? —le preguntó aun admirada por la sazón del curry.
De repente, el Hokage irradió un aura penumbrosa —Sí, provocarte sin el mínimo esfuerzo —ella siempre lo calentaba tan fácilmente.
—Kakashi sama —ella lo llamó haciendo que él levantara la vista.
—¡La próxima compartamos un paraguas~!
Le sonrió.
—...
Kakashi enmudeció.
Ella volvía a robarle el corazón sin el más mínimo esfuerzo.
El amor es lindo.
Más cuando se disfruta de cosas sencillas como el apreciar un dibujo infantil, tomar un baño juntos, cenar curry caliente en una noche fría o compartir paraguas.
Hola amigos!
Este es el lemon no tan lemos q corresponde a los 75k lecturas de Un Nuevo Comienzo! XD
¡Vamos por las 100k! para el prox lemon
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