LEMON 1: Los Pechos de Shizune
Era otra noche en la ocupada vida del Hokage y su asistente. Volvían a su hogar después de tan arduo trabajo.
Y descansarían tranquilos en la cama para reponer energías y seguir con su labor al día siguiente, si no fuera por cierto Hokage pervertido...
—Se supone que íbamos a descansar y no hacer nada —le recriminó su asistente al notar que el Hokage comenzaba a deshacer el lazo de su kimono, estaban acostados en la cama.
—No voy a hacer nada, solo quería ser cariñoso —dijo mientras sus manos recorrían el cuerpo de su linda asistente que se encontraba de espalda acostada a su lado —. Solo quería sentirlos un poco —pasó sus manos por debajo de su blusa —. Realmente pensé que eras plana —le confesó mientras manoseaba sus pechos y acercaba su cuerpo al suyo.
—¡Lamento no tenerlos tan grandes! —se quejó.
Shizune era algo sensible con el tema de sus pechos, después de todo, ella sabía que a los hombres le gustaban grandes.
Kakashi rió, le gustaba verla alterada por sus comentarios —No dije que fueras plana, pero no me hubiera importado que lo fueras. Después de todo...
...me gustas, y me gusta todo de ti.
Le confesó mientras besaba suavemente su cuello.
—Ud... solo le gusta los pechos grandes...
Shizune se seguía resistiendo a él, pero a Kakashi no le importaba, también le gustaba ese lado de ella.
—No, solo me gustan los tuyos.
Sus manos apretaron más sus pechos, le gustaba sentirlos y sabía que a Shizune le gustaba sentir sus manos.
—¿Aun no me crees?
—...
Ella no sabía qué responder, estaba avergonzada, Kakashi siempre la dejaba sin palabras en momentos así.
Él se acercó más y volvió a besar su cuello y nuca, mientras sus dedos pasaban por sus pezones y le confesaba lo siguiente cerca del oído:
—Shizune, sin que yo fuera consiente, desde antes que entendiera lo que sentía por ti, mi mirada ya te buscaba.
Presionó su cuerpo con el de ella.
Podían sentir el calor del otro, ese calor que se expandía por sus cuerpos. Ese calor que les estremecía.
—No importa si unos pechos más grandes se me atraviesan. Seguiré prefiriendo los de mi linda asistente...
Comenzaba a excitarse, tanto, que su voz se oía ronca.
—Solo tú me pones así...
Sus besos eran más apasionados, más demandantes, hacían que ella temblara con cada uno.
—Quiero hacerte el amor... déjame dormir esta noche contigo...
Le confesó entre suspiros.
¿Qué diría su asistente?
Ella simplemente no podía negarse. Todo de él la estremecía.
Sus caricias, sus besos, sus palabras; la dejaban vulnerable y con un gran deseo de estar entre sus brazos. Con un gran deseo de querer más de él.
—Solo quiero... que Ud me toque...
Se volteó hacia él y sus miradas se encontraron. No había necesidad de decir nada, solo dejaron que sus labios se unieran para trasmitir lo que sentían.
—Kakashi sama... lo amo tanto...
Confesó para sí mismas los sentimientos que tenía hacia el Hokage, sentimientos que solo crecían día a día. Sentimientos que la hacían feliz.
Los besos se tornaban más intensos con cada segundo, más apasionados, más demandantes. Besos que comenzaban a descender para probar nuevamente la delicada piel de su cuello.
—Kakashi sama...
Su voz temblaba por las sensaciones que le trasmitía Kakashi. Sus besos, sus caricias, su calor, su toque; todo en él la hacía sentir tan vulnerable y tan amada a la vez.
—Shizune, te haré entender lo mucho que me encantan tus pechos.
Acercó su rostro a sus senos y tomó con su boca uno de ellos. No solo necesitaba sentirlos, también necesitaba probarlos, probar los deliciosos pechos de su linda asistente. Eran suaves y delicados, tanto que, se perdía en ellos, que deseaba devorarlos, que se estremecía al apretarlos con intensidad. Le fascinaban sus pechos.
Shizune solo podía apretar los dientes y abrazar la cabeza de su amado Hokage mientras sentía cómo él tocaba, besaba y chupaba con intensidad sus senos, mientras sentía el peso de su cuerpo sobre el suyo, mientras separaba las piernas a medida que él se aferraba más a ella.
—Ahhh...
Pequeños suspiros de placer comenzaban a emerger de su boca, no podía negar que se sentía bien ser tocada por la persona que más amaba. Kakashi los escuchó. Eso solo hacía que se excitara más, más de lo que ya estaba. El calor lo invadía junto con un gran deseo de tocarla más. Bajo su mano y comenzó a acariciar una de sus piernas mientras que con la otra deshacía el lazo de su kimono. La ropa comenzaba a estorbar y su deseo de verla desnuda solo crecía.
—Shizune...
Murmuró su nombre excitado mientras que de a poco se deshacía de cada prenda de ambos.
—Kakashi sama...
Ella respondió de la misma manera, a medida que sentía su tacto.
—Sus manos... son tan cálidas...
Sus dedos presionaban con intensidad su delicada y suave piel haciéndola estremecer. Recorrían su cuerpo mientras él no abandonaba sus labios, mientras le quitaba la voluntad con cada beso.
Entonces, lo sintió; su miembro presionando su intimidad. Shizune deshizo el beso al sentir que Kakashi se abría paso en ella.
—¡Hick!
Un quejido salió de su boca mientras apretaba los dientes, la invasión de Kakashi siempre le resultaba difícil de lidiar al principio. Aun así, lo deseaba, deseaba que él estuviera dentro de ella, tanto que, su cuerpo temblaba a medida que él avanzaba. La sensación de ser tomada por él, simplemente la estremecía, simplemente le quitaba el aliento. Hasta que, con todo su cuerpo, Kakashi presionó con fuerza hasta llegar en lo más profundo de ella; acompañando su acción con un fuerte gruñido. La voz de Shizune no salía, sus labios solo temblaban, las lágrimas amenazaban con salir, su mente la abandonaba. Solo sabía que estaban unidos.
—Shizune...
La llamó con dificultad.
Ella abrió los ojos, se lo encontró agitado por la excitación y con una mirada llena de deseo.
—Te amo.
Aun así, pudo decir esas palabras con tanto cariño y dulzura; con la misma sinceridad que siempre las había escuchado desde la primera vez que se las dedicó.
—Yo también lo amo, Kakashi sama.
Pudo sonreír mientras su mano se extendía y acariciaba la mejilla del Hokage con dulzura. Y él, la recibía sintiendo su cariño.
.
.
.
Se escuchaban solo sus gemidos por toda la habitación, ambos habían perdido la cordura y se habían entregado completamente a la pasión y a la lujuria.
La espalda de Shizune se arqueaba con cada impacto que le propinaba Kakashi. Él tomaba sus caderas, y mientras hundía sus dedos en su piel, la penetraba con fuerza. Quería escucharla gemir, quería ver esas reacciones que solo él conocía, quería llegar en lo más profundo de ella.
—Shizune...
Gruñía su nombre. Verla cómo se retorcía de la excitación cada vez que empujaba su interior, escucharla gemir con cada estocada, sentirla temblar entre sus brazos; le excitaba tanto. Ver las expresiones de placer de su linda asistente, solo lo impulsaba a ser más rudo con ella. Amaba todo de ella, tanto, que no podía controlarse. Ella lo enloquecía.
El éxtasis no le permitía abrir los ojos a Shizune para verlo, era demasiado para ella, los movimientos bruscos de Kakashi, hacía que ella perdiera los sentidos y su mente abandonara su cuerpo. Entonces, sin previo aviso, él presionó su vientre con su mano.
—Ahhh, Shizune... se siente tan bien estar dentro tuyo...
Le confesó mientras cerraba con fuerza sus ojos y respiraba con dificultad.
—N-No diga eso...
Si él hablaba con esa expresión mientras hacía eso, ella se vendría.
—Eres...tan cálida y estrecha... ¡Maldición!
Estaba demasiado excitado que comenzaba a decir esa clase de cosas pervertidas.
—Ahhh...
La voz de Shizune temblaba mientras las lágrimas comenzaban a salir, casi como si su voz se rompiera, casi como si estuviera a punto de desaparecer. Estaba por venirse.
—Kakashi...
Con sus últimas fuerzas, pronunció su nombre y él la escuchó. Rodeó su cintura con sus brazos y la sentó mientras la seguía penetrando con intensidad. Mientras sus manos sentían su delicada espalda y presionaba con fuerza sus cuerpos. Mientras no paraban de moverse.
—Por favor...
vuelve a repetir mi nombre...
Le imploró con la poca cordura que le quedaba. Él también se vendría.
—Por favor...
—Kakashi...
—Más...
Le rogaba con desesperación, amaba escucharla decir su nombre.
—Kakashi... Ahh
Se aferra con fuerza a él mientras sus cuerpos no dejaban de moverse con desesperación.
—Una vez más...
—Kakashi... ¡Ka-Kakashi...!
Ya no lo podía soportar, se estaba volviendo loca.
—¡Shizune...!
Y se vinieron juntos mientras se abrazan con fuerza, mientras se aferraban con desesperación. Mientras sentían que todo desaparecía y solo ellos quedaban.
Shizune sentía cómo su esencia la llenaba y no paraba de ingresar en ella. Era una sensación que la dejaba débil, pero, que no le desagradaba para nada. Y, con sus pocas fuerzas, lo abrazó con cariño, aceptando todo de él.
Kakashi la sintió, y, aunque todavía tenía su mente en blanco, quiso ver sus ojos. Acarició con ternura su mejilla para que ella levantará la vista y ella así lo hizo.
Felicidad.
Fue lo que sintieron cuando sus miradas cansadas se encontraron.
La felicidad de tenerse. De estar juntos.
Sus labios simplemente se atrajeron y se besaron.
Un beso con sentimiento, con amor y con ternura.
Un beso del que deseaban que nunca terminase.
.
.
.
—¿Ahora me crees? ~ Te dije que me gustaban tus pechos, no me podría excitar de esa manera si no me gustaran~ —hablaba bastante feliz el Hokage mientras tenía a su linda asistente recostada en su pecho.
—Su manera de demostrar las cosas es muy... pervertida —respondió ella suspirando cansadamente, Kakashi siempre la cansaba con su actitud pervertida-alegre.
—Uh, puede ser —y con su brazo izquierdo, la atrajo más abrazándola con cariño. Shizune levantó la mirada y se encontraron.
—Esto es lo que produces en mí.
Le dijo mostrándole su sonrisa.
Su linda asistente se sonrojó torpemente, la vergüenza le pedía desviar su mirada, mientras que su debilidad por su rostro, le pedía seguir viendo la sonrisa descubierta de su amado Hokage.
Kakashi demuestra ese dicho, "No importa el tamaño", solo le importa ella, su linda asistente ('▽'ʃ♡ƪ)
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