8. Sentimientos cruzados
Dedicado a :
moyashisa16, Naomi_Martinez16, Anabell_Martinez, MarycieloAsenciosCar, natsumidragonil, EvelynJoanyMendez, IraFlores681, Chema_D_Lois, CarolinaAlfaro024, jithomi, BaidOved, Hidamarilossi15, tlizzt, yukkycross, LuzMireyaMujicaNaupa, DemonTaisho y Inufan4rever.
-Tsk, ¿que no te fijas o...?- me callé en el instante en que vi que había tirado a una chica, que por cierto yo no debería ni reclamar ya que era yo quien no veía por donde iba -go-gomenasai... no vi por donde iba.
-N-no te preocupes ha ha, yo también estaba distraída. Por cierto, soy Alma...
-¿cómo dijiste?- la chica es un poco alta, casi de mi estatura, rubia y de ojos azules, su tez es clara pero rosacea, también se nota que tiene una figura muy bien marcada y voluptuosa.
-Dije que me llamo Alma, Alma Karma, soy nueva este año, me transferi desde Estados Unidos, aunque de hecho nací aquí, pero mis padres son de allá. Y ¿tú eres...?- demonios, ya me entabló conversación...
-Kanda.
-¿Solo Kanda?
-Tsk, Kanda Yu, solo dime Kanda.
-Pues entonces, 'Kanda' ¿en que año vas?
-Tercero.- y aparte entrometida.
-¿En serio? Entonces debo decirte Kanda-sempai, voy en segundo, en el 2B, bueno tengo que volver a clases, pero fue un placer conocerte, por cierto, almuerzo detrás del gimnasio bajo el cerezo por si quieres hablar, mata ne~ Yu-kun~
Me paralice por completo, sabía que sus ojos me hacían recordar a alguien, pero oírla decir mi nombre así me alteró mucho, no solo fue el hecho de llamarme así sin mi permiso, sino que el sentimiento que en mí creaba eso, se me hacía extrañamente familiar. Me golpee a mi mismo en la frente con la palma de mi mano, no sé en que rayos estoy pensando, incluso olvide por segundos porque llegue hasta aquí, regresé a mi clase antes que terminará el receso, al divisar la entrada a mi grupo el conejo me esperaba de brazos cruzados apoyado a la pared continúa a la puerta con un semblante pasivo, lo cual de por sí ya es extraño.
-Vaya, volviste Yu-kun~
-Tsk, te cortaré la lengua si me llamas así de nuevo.
-Bueno ya, ya entendí, mejor hablemos de lo que es importante, ¿hablaste con Allen?
-Tsk, lo hice.
-Y ¿lograste arreglar el problema?
-Creo que nos peleamos.
-Espera ¿qué? supone que debían hablar para arreglar las cosas, no para pelear, ¿qué hiciste?
-¿Y por qué supones que es mi culpa?
-Porque eres temperamental y explotas por cualquier cosa amigo.- sí, definitivamente me conoce muy bien -deberías salir con Allen hoy y arreglar las cosas.
-Hmm, eso haré- no me gusta cuando el conejo tiene razón, pero debo arreglar las cosas con Allen pronto.
Ya había sonado la campana que anunciaba el final de las clases por el día de hoy y me dispuse a buscar a mi moyashi, lo esperaría a la salida del instituto para pedirle salir y así poder hablar de nuestros problemas, está vez con más clama de mi parte, me paré a un lado del enorme portón de hierro pintado de negro. Me empezaba a molestar el sol que daba sobre mi cabeza, al ser algo alto la poca sombra que me amparaba solo me llegaba hasta la nariz, en eso escuche que se acercaba, su hermosa risa lo delataba, estaba por acercarme a él cuando un chico como de mi estatura, moreno y de cabello oscuro y ojos ámbar se acercó y lo abrazó por la espalda, era la primera vez que lo veía pero traía nuestro uniforme, acercó su rostro al del moyashi y le beso en la mejilla, este correspondió el gesto con más sonrisas y le abrazó, fue cuando me vio, yo estaba hecho furia, mi mente ardía en deseos de despedazar al canalla con mi katana, si tan solo la pudiera traer conmigo, me dí media vuelta y me largue, no quería saber nada más, mis ojos habían visto demasiado, más de lo que podía soportar.
Llegue lo más rápido a mi casa, les dije a todos que iba a dormir, y que si Allen preguntaba por mi dijeran que no estaba, amenacé con partir en trozos al que osara decirle que si me encontraba en casa, no quería verlo, me lancé a la cama y miré el techo de mi habitación, me siento frustrado, ¿es que acaso las personas que amo siempre se irán de mi lado?
P.O.V. Narrador
Sobre el tatami de la habitación del azabache estaban esparcidas casi todas sus ropas de ese día, mientras este se encontraba tirado sobre su cama con solo la ropa interior y un pantalón corto sobre esta, mirando hacía el techo ofuscado y molesto, se sentía como un idiota, como un estúpido, sentía que le habían visto la cara y no cualquier persona, no, sino la única persona a la que le había entregado y dedicado parte de su vida desde que había perdido a Alma.
<<Alma>>
El nombre resonó de nuevo en su cabeza, recordando así nuevamente a la chica rubia de esta mañana, no era algo impactante para él la chica en sí, pero su nombre le hacía hurgar en un lugar de su corazón que creía sanado por el albino y que ahora que sentía que lo habían traicionado de alguna manera, esa herida se hallaba abierta, adolorida y hasta cierto punto lo hacían querer cerrarse al mundo y que todo se fuera a la mierda. Sin saberlo, un simple 'mal entendido' acababa de hacer renacer al frió, tosco y reacio Yu Kanda de su niñez, ahora más grande y más huraño.
El albino quería comprender que había sucedido esa mañana, primero Yu le interroga con un montón de dudas que no supo como responder, lo admitía, error suyo, luego se molesta y desaparece, y por último, a la salida lo vio marcharse muy enfadado cuando vio a Tyki llegar a abrazarle y besarle en la mejilla, definitivamente esa se las des cobraría con el moreno en su debido momento, pero ahora debía buscar a Yu y aclarar lo que estaba ocurriendo. Pero luego lo medito, ¿qué le diría cuando le preguntará de nuevo sus intenciones para con él? ¿le quería sí o no? ¿por qué salía con el japonés si no estaba seguro de su respuesta? no, si lo estaba, sabía que desde que le robó su primer beso había sentido un hormigueo recorrer todo su ser y su corazón latir enérgicamente, ¿acaso eso no es estar enamorado?
<<Debo verlo y decirle directamente mis sentimientos>>
El albino se puso en marcha a la casa de la familia Kanda con la firme decisión de hablar con Kanda, era sí o sí, al llegar, le recibió una criada que, como le habían indicado, dijo que el joven amo no se encontraba, el albino no le creyó ni un poco por sus notorios nervios, y abriéndose paso entró por su propia cuenta a la casa, no la conocía del todo, solo había estado en la sala y en el comedor en una cena para conocer a sus ahora suegros, atravesaba los pasillo no reconocidos por él con desesperación, independientemente de que lo trataran de sacar o no, el presentía que Yu estaba ahí, en su andar se topó con la prima y nodriza del joven de melena azabache, Sachiko se sorprendió de ver al joven albino agitado y con su rostro demostrando clara preocupación, obviamente desconocía los motivos.
-¿Allen-chan?
-¡Sachiko-san! ayúdame, por favor, ¿dónde está Yu?
-Sinceramente Allen-chan, no sé que pasó entre ustedes pero, él no quiere verte, fue muy explicito en dar indicaciones de que no estaba en casa si venías a buscarlo.
-Por favor, tengo que explicarle todo, solo fue un mal entendido.
-Pues yo no sé dónde está- la joven se acercó a su oído para que solo él le escuchara -es la puerta azul marino del fondo del pasillo, yo no te dije nada ¿ok?
-Arigato- correspondió el susurro agradeciendo enormemente la buena voluntad de la prima y nodriza del azabache.
Se acercó con sigilo a la puerta, de pronto su respiración era agitada, estaba nervioso y su corazón latía muy rápido, ¿cómo reaccionaría el azabache al verlo allí? ¿qué podía hacer para convencerlo de escuchar su versión de los posibles hechos? Entró intentando hacer el menor ruido con la puerta, lo diviso sobre la cama, boca arriba, profundamente dormido, o al menos así parecía, cuando estuvo justo frente a la cama acercó su mano discretamente a su cabello, amaba ese cabello, suave y lacio, y justo antes de tocarlo se detuvo.
-¿Quién te dejó entrar?- la voz casi de ultratumba y los zafiros del azabache se posaron en él.
-¡Hiieeh!- exclamó asustado y luego suspiro, solo fue un breve susto -cielos Yu, no me asustes así.
-Vete.
-No hasta que hablemos.
-No quiero oirte, y de momento tampoco verte.
-Pues lástima Mister* amargado, de aquí no me muevo- estaba determinado a convencerlo de oírlo, aprovechando que sus zapatos permanecían en la entrada del hogar del nipón, se subió sobre el regazo del mayor que permanecía acostado aún con los pies casi tocando el suelo.
-¿¡Pero qué...!?
-¿Eres idiota eh Bakanda? ¿acaso estás celoso por el chico que me abrazó hoy en la escuela?
-Tsk.- eso para el albino era un claro sí, el azabache permanecía sin moverse de su lugar, esta vez cruzó sus brazos sobre su pecho y desvío la mirada del albino.
-Se llama Tyki Mikk, es portugués, tiene tu edad y se transfirió este año a nuestra escuela, al igual que yo.
-Vaya, si ya hasta lo tienes estudiado, y parece que él si te gusta.
-Es mi primo, Tyki se movió a esta escuela para estar cerca de mi, estuvo conmigo en momentos difíciles mientras viví en Inglaterra y además... le debo mi vida.
-...- el japonés volvió a mirarlo, ahora sabía que se había equicado en eso, pero aún seguía dolido por las dudas del albino.
-Y s-sobre lo que pasó en el receso yo... gomenasai Yu.
-Si eso es todo ya te puedes ir yendo.
-No aún no es todo. Yo... Lamento haber dudado, bueno no es que dude, es solo que... me da un poco de vergüenza.
-Si te avergüenza estar conmigo no deberías estarlo.
-¡Te digo que no es eso! Ahh... escuchame tan solo un poco ¿quieres? No me avergüenzo de ti ni de salir contigo pero... soy algo... ¿t-tímido...?
-¿Hah?- el azabache estaba algo... perplejo.
El albino estaba hecho un poema desde que admitió que sentía vergüenza, lo que el azabache seguía sin comprender era que el albino le tenía vergüenza a él, por ser inexperto, y por creer que podía hacer algo mal y que el azabache lo rechazaría, consiguiendo todo el efecto indeseado. Temía besarlo ya que en verdad mo sabía como hacerlo, no es lo mismo un simple roce de labios que un casto osculo. La desesperación por darse a entender lo llevó a dejar de razonar y al perder los estribos se fue a plantarle como pudo, en su mejor intento, un beso que bien era torpe y apresurado pero que aún así le transmitió sus sentimientos muy claramente.
El azabache abrió sus ojos desmesurados por la acción del albino y vio como este trataba con mucho esfuerzo el llevar a cabo ese beso. Posó sus manos en los hombros del albino y lo apartó, la repentina separación sorprendió al albino al punto de querer llorar, se sintió triste, rechazado por su azabache y un inútil otra vez, pero en todo eso se equivocaba.
-M-moyashi... ¿solo por eso me rechazabas?- recibió un acentimiento por parte del albino al cual se le escapabanun par de escurridizas y finas lágrimas de sus ojos platinados -baka, no me importa si no sabes besar o lo que sea, solo importas tú, deja de pensar idioteces y deja de alejarme de ti.
Seguido de eso el nipón cambió sus posiciones, quedando él sobre el albino y acomodando su cuerpo en el centro de la cama para que sus pies no tocaran el suelo, el menor estaba nervioso pero a la vez sumiso, no quería perder al azabache, ya lo había decidido, entendió que su corazón le pertenecía a un chico, y lo tenía justo sobre él, con una sonrisa ladina en los labios se acercó juntando sus frentes y rozando sus narices, el gesto fue tan tierno y no era lo que se esperaba el albino pero con ello volvió a sonreír, y esa risa era la que adoraba y anhelaba el azabache.
-Allen, quiero robarte todos los besos y caricias que no te he podido dar últimamente.
-Hmm, y-yo también q-quiero.
Eso fue el detonante perfecto para liberar la bestia interna que llevaba reteniendo hacía semanas, empezó con besos, no solo en los labios sino también en su cuello, las caricias recorrían los costados del albino casi sin cuidado alguno y eran correspondidas por este, quien con sus propias manos recorría también el pecho y espalda del mayor, pronto la ternura se fue a tomar una siesta para darle paso a acciones un poco más libidinosas. El azsbache estaba perdiendo su poco autocontrol por dos razones, la primera: el conejo idiota le había dado motivos para pensar en actos menos puros hacía su pareja dándole ideas; la segunda: las caricias correspondidas lo estaban enloqueciendo, ¿es que acaso el chico era tan inocente para no darse cuenta de sus propias acciones y lo que estás acarreaban? En algún momento el albino había estado acariciando la entrepierna del mayor y había despertado con facilidad su virilidad.
-Moyashi, para.
-¿Eh? ¿por qué?
-No sé si lo haces a posta o no, pero me estás provocando de más y no podré controlarme.
-N-no lo hagas.
-¿Te has vuelto loco? ¿sí entiendes de qué estoy hablando?- el azabache rozó su virilidad despierta contra la del albino, solo para encontrarse ésta en el mismo estado, pidiendo también atención -¿Allen acaso tú quieres que...?
-Yu... onegai...- las mejillas del albino estaban en un bello tono carmesí, su boca entreabierta y jadeante, solicitando un beso y más caricias con urgencia, era algo sumamente tentador y el a azabache, solo para estas cosas, tenía poco aguante -yo quiero... sentirte.
Pronto la ropa empezó a estorbar y así mismo quedo esparcida por cada rincón del suelo, el albino cerraba sus ojosncon fuerza y moría de verguenza, inclusive llegó a cubrirse el pecho como lo haría una jovencita en su primera vez, algo gracioso y provocativo a la vez, el azabache se había encargado de dejarlo como Kami le trajo al mundo y poco a poco llevó las manos vírgenes del albino a despojarlo a él de las únicas dos piezas que lo mantenían vestido, quedando ambos en el mismo estado.
-Allen ¿tienes miedo?
-No...
-¿Puedes abrir los ojos?
-T-tengo pena...
-¿Puedo ayudarte entonces?
-Hai.
El azabache tomó su mano y la llevó a su miembro despierto, mostrandole como estaba y susurrando en su oído que estaba así por él y solo por él, el albino respondió con un claro sonrojo, mientras su mano subía y bajaba por la virilidad del contrario y este a su vez comenzaba a repartir las caricias propias de la ocasión a la virilidad del albino, dándose mutuo placer, acostados uno al lado del otro mirandose frente a frente hasta que ambos se corrieron, eran inexpertos en estos temas y por el momento se sentían satisfechos de compartir hasta cierto punto un nivel de intimidad, estuvieron así un rato más y el azabache los cubrió a ambos con las sábanas para dormitar un poco, habían sido demasiadas emociones buenas y malas para un solo día.
Después de acompañar al albino hasta su casa y asegurarse de que todo estaba bien, regresó a su hogar a descansar, tenía que volver a sus clases al día siguiente.
P.O.V. Kanda
El sol rozó sobre mis párpados por primera vez en mucho tiempo y sonreí para mi mismo, me he levantado algo tarde, por lo general soy el primero en pie de los miembros de mi familia, la única en levantarse antes que yo es la vieja señora Ming, es china, pero ha servido a mis padres desde que tengo memoria, y la razón de que se levante antes que yo es para hacerme el desayuno, aunque no siempre le dejo hacerlo en los últimos dos años, ella es ya bastante mayor y yo ya tengo edad suficiente para valerme por mi mismo, y aún así en las mañanas siempre trata de adelantarse a mi.
Cuando termine de asearme me dirigí al comedor donde ella me esperaba con el desayuno listo y tomando una taza de te verde, eso se lo contagie yo, mis padres ya se han levantado pero siguen arreglandose y mi hermano aún no se levanta.
-Ohayou Kanda-kun, se te han pegado las sábanas esta mañana.
-Tsk, ohayou... ¿y por qué no me has despertado?
-Parecías estar teniendo un buen sueño con él, no quise interrumpir.
-¿Con él?
-Alma, lo has llamado mientras dormías.
-No recuerdo haber soñado con él.
-Que raro, por lo general los sueños que olvidamos son premoniciones, pero no es posible tener preminiciones con personas que ya no están ¿seguro que no recuerdas?
-Tsk, no tiene importancia- decidí ignorar lo dicho por Ming-san y terminar mi desayuno para irme antes que se me haga tarde, seguramente el moyashi me debe estar esperando. Aunque sé que ella siempre acierta en lo que dice.
Ya iba saliendo de casa cuando oigo sonar mi celular, es el moyashi, debe estar preocupado de no encontrarme con los demás.
-<¿Yu? ¿por qué no llegaste aún?>
-Me quedé dormido, adelantense sin mi, nos veremos al receso ¿ok?
-<Bueno si tú lo dices, nos vemos, adiós>
Sonreí para mis adentros, todo ha ido mejor desde lo que pasó entre nosotros ayer, creo que arreglamos los problemas que teníamos, seguí mi rumbo hacía la escuela y al pasar por el supermercado decidí llevar algo para mi moyashi, para hacer que se ponga rojo de vergüenza, cuando salí con sus dos chocolates preferidos o por lo menos los que veo que más le gusta comer, choque con alguien, iba a reclamar y otra vez me topo con esa chica, sus ojos azules me miraron y otra vez sentí esa sensación de dejavu.
-¡Gomenasai! ¿eh? ¿Yu-kun? Ohayou.
-Tsk no me llames así, ¿siempre eres tan obstinada?
-Solo un poco, ¿vives cerca de aquí?
-No te incumbe.
-¡Que bien! yo también vivo cerca ¿ya vas camino al instituto? ¿puedo ir contigo?
-No.
-¡Bien! vamos- se estrechó de mi brazo y empezó a llevarme a rastras hacia el instituto, ¿es que acaso entiende todo lo contrario a lo que digo?
-Oe sueltame baka, sé caminar solo.
-Soy Alma, dilo, A-l-m-a... Alma.
-Ya dejame idiota.
-Hazlo o no te suelto.
-Karma sueltame de una vez.
-Dilo, es muy fácil Yu-kun, di Alma...
-¿No me soltaras hasta oírlo cierto?
-Ah ah- dijo negando con su cabeza con una estúpida sonrisa en su cara, joder me recuerda demasiado a él, igual de tercos, y siempre con esa estúpida sonrisa además de arrastrarme a los problemas.
-Bien, Alma, ya sueltame.
-Ok- me liberó de sus brazos y los llevó a su espalda lientras seguía riendo -y ¿para quién son?
-¿Eh?
-Los chocolates, ¿para quién son?
-Para nadie.
-¿En serio? ¿te importaría darme uno? me encanta el chocolate.
-Tsk- ya estabamos a la entrada del instituto y parecía que no se iría ni me dejaría ir de la clase hasta no obtener lo que quería, así que le di uno solo para que me dejara en paz.
-¡Yupi! ¡soy muy feliz porque Yu-kun me dio chocolate!
-No te hagas ilusiones, solo quiero que me dejes en paz- ella gritaba emocionada y yo solo murmuraba para evitar que los pocos espectadores vieran esa escena, lastimosamente no pude evitar que alguien que no debía haber visto aquello, mal interpretara las cosas, ya que a esa distancia seguro no escuchó todo lo que dije yo...
Holis holis mis queridos amigos, un domingo más trayendo emociones encontradas para ustedes, solo les pediré que no odien a mi bello Yu-chan por lo qe va a pasar más adelante, las cosas serán más realistas.
La drama-queen hace acto de presencia otra vez casi al final del episodio y lo que se viene esta de in-far-to...
Y ¿quién vio a Kanda con Alma? Suposiciones aquí👉
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