4. Buscando a Allen Walker.

Dedicado a:

Anabell_MartinezHidamarilossi15MarycieloAsenciosCarnatsumidragonilKiseki625IraFlores681Chema_D_LoisEvelynJoanyMendezanakaren0500 y LaLeshuguitaDeAra.

-¡Oneesan!

-Hmm... ¿qué pasa, por qué los gritos?- dijo la muy bestia entre dormida y despierta.

-Dijiste que te levantarías temprano.

-Pero aún no sale el sol... ¿qué hora es?

-Las cinco y media, si no te apresuras no llegaré a tiempo ¡Chome oneesan no te duermas mientras te hablo!

-Hmm... cinco minutos más por favor.

-Me iré solo a vagar de casa en casa y diré que tú me enviaste, así todos se quejaran contigo.

-Ok, ok, ya me levanto. Moo~ que malo te has vuelto Kanda-chan.

-Que no soy un crío.

-Hai, hai, ya me voy a arreglar.

Cuando al fin se levantó la muy perezosa, salimos con rumbo a la famosa casa del tal Maestro Cross. Una casa casi en ruinas a mi parecer, con la apariencia de un dojo de sabrá Kami-sama que disciplina. Entramos, ya eran cerca de las seis y media cuando llegamos. Había una mujer bastante mayor sentado meditando en el dojo, casi tan mayor como el abuelo Yeegar, cabellos blancos como un anciano y ojos rojos como el fuego, Sachiko fue a hablar con ella.

-Ohayou Cross-sensei, diganme Madre

-Oh... ohayou Sachiko-san ¿a que debo el placer de su visita?

-Le presento a mi sobrino, Yu Kanda, el al parecer conoce a un pariente suyo que hace años no ve, está casi seguro de que es alguien de su familia ¿nos podría ayudar a confirmar si es así?

-Pues claro, tomen asiento- nos sentamos en el tatami para hablar con la anciana que se hace llamar Madre.

-Bueno Kanda-kun, explicale a Madre-san.

-El chico al que busco es de cabello castaño rojizo, hasta los hombros, debe tener unos dos años menos que yo y se llama Red.

-Kanda-kun eso no fue lo que me dijiste eres un...

-No conozco a nadie con ese nombre- interrumpió la anciana, yo la miraba con determinación y parece que entendió mi necesidad.

-Ah, eso, gomenasai, es un mote que le pusieron sus hermanos mayores, su nombre es Allen Walker.

-¿Allen?- la anciana cambio su gesto serio de inmediato y se sorprendió un poco. -tengo un nieto con ese nombre, de casualidad sus hermanos son...

-Gemelos, sí, lo son. Neah y Mana.

-Ya veo, así que tú debes ser el famoso Yu-chan.- dijo mientras se levantaba y buscaba en un mueble de pared un libro de poco grueso.

-¿Famoso? ¿qué sabe de mi?

-Es algo que pasó hace muchos años, Allen solo tenía como tres o cuatro años, solía fugarse a jugar y se metía en los jardines de todos los vecinos, regresaba todo lleno de hojas en el cabello y yerba en los pantalones, era tan mono- dijo abriendo el libro que al parecer es un foto álbum -mira, ¿es este el Red que buscas?

Miré la foto, es él, pequeño, de ojos grises con toques de violeta, mejillas regordetas y su cabello castaño rojizo algo desordenado.

-¿Quién es él?- pregunté señalando al hombre pelirrojo de la foto.

-Es mi hijo, Cross Marian Walker, el padre adoptivo de Allen.

-¿adoptivo?

-Así es, Neah y Mana, los gemelos, nacieron del matrimonio de mi hijo y su esposa, Anita. Años más tarde, tuvieron otro hijo, parecido a Allen pero de ojos rojos como los de Cross, y ya que los gemelos los tienen de color ámbar como Anita, Cross se encariño mucho con el menor, pero nació muy débil, murió a los 2 años. Ante la devastación que sentían ambos, decidieron adoptar, y entonces encontraron a Allen, cuando era tan solo un pequeño bebé de 10 meses, y al cumplir los dos años empezó a preguntar por qué no se parece a sus hermanos, papá o mamá, así que los gemelos queriendo protegerlo de una realidad tan dura a tan corta edad, comenzaron a teñir su cabello, claro que la primera vez se llevaron tremenda reprimenda de Cross, Anita lo tomo como un intento de buena acción y al final los dejaron seguir haciéndolo a su antojo en su afán de proteger a Allen.

-¿Él aún no lo sabe?

-No. Y espero que no seas tú quien le diga una verdad que le corresponde a sus padres contar. Pero volviendo al tema original, sé de ti porque Allen me contaba sus aventuras con el niño amargado debajo del árbol de roble bajando la colina. Decía: Yu-chan esto, Yu-chan lo otro, sus padres creyeron que tenía un amigo imaginario y yo también lo creí, es algo tan normal a esa edad, pero un día regresó llorando, dijo que Yu-chan no vino a jugar con él, yo lo alenté a volver al día siguiente pero no funcionó, no lo volvió a ver y tuvimos que explicarle lo que es un amigo imaginario y entonces comprendió que no era algo real, dejó de hablar de ti, y con el tiempo debe haberte olvidado. Gomenasai, si hubiéramos sabido que estabas tan cerca...

-Entiendo, yo pasé por algo parecido- mire a Sachiko y esta se tapaba la boca con las manos mientras amargas lágrimas surcaban sus mejillas rojizas por el llanto contenido.

-Kanda-kun, yo, lo siento, nosotros, nunca te creímos...

-Ya no importa, ahora lo que me importa es encontrar a Allen.

-Me temo que eso no será posible por ahora.

-¿A qué se refiere Madre-san?

-Esta mañana, cuando ustedes han venido, ya Allen había partido con sus hermanos y Anita, Cross tiene un trabajo que cumplir en Inglaterra, así que como será a largo plazo, se ha llevado a toda la familia con él para estudiar allá, será más fácil para Allen encajar ya que él es de allá. No sé cuándo podrían volver.

Debe ser una broma... No me puede estar pasando esto a mi... Lo volví a perder...

-¿Madre-san puedo venir a visitarla a diario?

-¿Eh? No veo ningún problema, pero esto es un dojo de Kendo, o lo era, ya que no hay nadie estudiando por la ausencia de Cross.

-Es perfecto.

-Kanda-chan ¿estás bien? Ya sabes...

-Hmm. Lo estaré.

-Madre-san, se lo encargó, a Kanda-kun le gusta el kendo desde pequeño ¿sabe?

-Pues entonces por lo menos habrá alguien usando este dojo conmigo. Eres bienvenido, Yu-chan.

-Etto... Creo que es mejor llamarlo solo Kanda-kun.- dijo Sachiko riendo nerviosamente.

-Tsk. Ignore a mi oneesan, Madre-san, onegai, cuide de mi- hice una reverencia de respeto que aprendí con mi abuelo desde pequeño.

-Hai, okaeri Yu-chan.

-Tadaima.

Después de perder por segunda vez a Allen, continúe yendo cada día a la casa de Madre, o Madre-sensei como le llamó ahora, para meditar, practicar kendo y también usar mi katana, el dojo puede ser antiguo y algo descuidado pero está bien equipado para que practique al máximo mis habilidades con Mugen, con el tiempo, me convertí según Madre-sensei, en el mejor alumno que ha tenido en generaciones, juntos arreglamos el dojo, mis padres al fin me apoyaron, ya que gracias a Madre-sensei se confirmó que 'Red' si existía y como una cosa llevó a la otra, mis padres estaban tan arrepentidos de haberme enviado a aquella escuela-internado, yo muy por el contrario comencé a aceptar que todo pasa por algo, que lo que hicieron lo hicieron porque me aman y se preocupan por mi, los perdone, pero aún me mantengo algo distante, me siento un poco vacío, desde hace mucho tiempo decidí que mi motivo de estar de pie sería encontrar a Allen, técnicamente lo encontré, pero lo perdí casi en cuestión de un día, no estaré completo hasta no hallarlo, y con ese objetivo en mi mente siempre, pasaron los días, estos se convirtieron en meses y así mismo los meses en años, cuatro más para ser exactos, ya he cumplido 16 hace cinco meses. Todo transcurría de forma tranquila y normal, demasiado para mi gusto, hasta que un día recibimos noticias desde Inglaterra de la familia de Madre-sensei, Allen, había tenido un accidente de tráfico en un viaje escolar.

Mi mundo se derrumbó, me sentía furioso conmigo mismo por no poder estar a su lado en estos momentos, por no poder apoyarlo, por no conocer su estado y por no tener la aprobación ni los medios propios para llegar hasta él. La siguiente noticia que tuvimos de él no hasta sino seis meses después y decía que se había recuperado, pero su personalidad había cambiado de forma drástica, el accidente terminó llevando al inglés a enterarse de algo que pensaban posponer hasta que tuviera al menos 19 años, pero a sus 14 años se supo a sí mismo como adoptado y fue cuando todo cambio, le dieron tratamiento psicológico, ¡un estúpido psicólogo! Por suerte este determinó que no necesitaba tratamiento, solo se estaba descubriendo y aceptando a sí mismo, que era algo bueno. Pasaron dos años y medio más desde aquello, se acercaban las vacaciones escolares, solo tenía que acabar los exámenes y sería libre, para meditar y entrenar a gusto.

Cuando acabamos el último examen, respire hondo, suspire, no me preocupaba en lo más mínimo el resultado, siempre he sido excelente en mis estudios, así se hace innecesario que okasan y otosan se metan en mi vida, no le doy problemas para que no se metan con mi vida, desde que entreno con Madre-sensei me esfuerzo mucho más, ahora la ayudó a entrenar nuevos aprendices, el que tiene más tiempo de haber empezado está aquí por ser irresponsable y no concentrarse en lo que debe, cabe mencionar que es increíblemente latoso e insoportable, se llama Lavi, yo le llamo baka usagi ya que no se queda quieto ni parece temerle a morir, le fascina provocarme, hoy espero descansar de él, seguro que aún no termina sus exámenes finales, y yo ya soy libre.

Me levanté temprano como cada día, hice mis estiramientos y luego fui a desayunar antes que todos se levanten y esto se ponga escandaloso, se preguntarán a qué se podría deber tanto escándalo, pues cuando mis padres me pusieron en aquella escuela-internado tuvieron algo de tiempo libre para ellos mismos, y para mi mala suerte eso resultó en un bebé en camino, ahora tengo un hermano de nueve que me sigue a todos lados como una mosca y cuando lo logra se pega como koala a un eucalipto, es en serio, Timothy es un dolor en el trasero.

Logré salir a hurtadillas y estaba por partir cuando su chirriante vocecilla se escucho a mis espaldas.

-Ohayou Kanda-nii. ¿Ya nos vamos?

-'Nos' me suena a comparsa, 'me' voy.

-No seas malo conmigo Kanda-nii, o le diré a mamá que no te gusta la soba que hace~ y no la hará de nuevo~

-Tsk- a veces se parece a Alma, es infantil, bueno lo sé, es un niño al fin y al cabo, pero prefería cuando tenía solo tres años y no podía seguirme a todos lados. -no me retrases o te dejaré atrás.

-¡Hai Kanda-nii!

Caminamos colina arriba, es un tramo un poco largo para alguien de piernas cortas con el enano de Timothy, como a veinte minutos a pie. Cuando llegamos el sol ya estaba alto en el cielo matutino y afuera del dojo divise al conejo idiota, a Lenalee, una chica que está aquí porque su hermano quiere que aprenda defensa personal para cuidarse de los 'pulpos' que quieran acercarsele, y Johnny, un chico de anteojos gruesos que al parecer estaba en la primaria con Allen antes de irse a Inglaterra, que entrenaba con él y Cross pero dejó de hacerlo cuando Cross se fue y que ahora sigue el entrenamiento bajo mi tutela, sí, Madre-sensei me ha puesto de maestro temporal hasta que Cross vuelva a impartir y si no regresa lo seguiré siendo yo.

-Ohayou minna~

-¡Timothy! Ohayou, es un milagro verte tan temprano- dijo el cuatro ojos con una sonrisa estúpida en su cara.

-¿Acaso dormiste con Yu para darte cuenta cuando se levantaba?- este quiere morir.

-¡Te he dicho mil veces que no me llames por mi primer nombre!

-C-cálmate, mira que es muy temprano y Madre-sensei aún no viene.

-Eso es cierto- la mocosa peliverde interfirió en mi intento de homicidio para suerte del conejo -Kanda-kun ¿no deberías abrir y ver si dejó alguna nota?

-Tsk. Era lo que iba a hacer- no me gusta discutir con ella, aprendí a las malas que puede ser el mismo demonio en carne propia, me ahorraré los detalles de cómo pasó porque no es algo agradable de contar ni de recordar.

-Ne~ Lavi ¿a ti te gusta vivir al filo del peligro verdad?- preguntó el cuatro ojos al conejo idiota.

-O mejor dicho al filo de Mugen- intervino el enano y todos empezaron a reír.

-¡O-ha-you!- una voz algo distante, de tono infantil pero profundo hizo eco en mis oídos -¡Kanda-kun! Madre-san salió- la voz pertenece a Barbar, un gigantón con personalidad infantil y juguetona, pelón, que es de todo menos de lo que aparenta a simple vista, por muy imponente que luzca no mata ni a una mosca, en serio, lo he visto intentarlo y las moscas parecen más inteligentes que él, se posan en su nariz haciendo que se auto-noquee por su fuerza bruta, sería un digno oponente si no pareciera tener un retraso mental *que no tiene*.

-Eso ya lo noté Barbar ¿a dónde fue tan temprano? ¿qué puede ser tan importante para dejarnos plantados?

-No lo sé, no le pregunte ni ella me lo dijo.

-Eres un inútil sin remedio.

-No seas tan duro- sentí un leve golpe en mi cabeza, vi que la mocosa me acaba de golpear con una tablilla para hojas que suele usarse por Madre-sensei para tomarnos la asistencia.

-Tsk. Qué más da, empecemos nosotros, hora de calentar.

Comencé a dirigir al resto dentro del dojo y les indique los estiramientos que deben realizar antes de entrenar como lo hacemos cuando Madre-sensei nos mira. Estuvimos estirando unos quince o veinte minutos, luego de eso pensé en comenzar con el combate cuerpo a cuerpo, ya eran alrededor de las ocho. Primero con Lavi.

-Bien, no tengo que explicarte lo que tienes que hacer, solo no te distraigas, no tendré compasión contigo.

-Hai, Yu-chan~

-¡Que no me llames por mi nombre!- grite abalanzándome a él, no duró ni un minuto, lo noquee en el acto. -tsk. Te dije que no tendría compasión.

-Gomene, Yu-sensei...- lo mire con el aura oscura al 100% -¡digo! Kanda-sensei.

-Bien, Jhonny sigues tú.

-¡H-h-hai!

-Voy a rodearte el cuello con mi brazo, quiero que intentes zafarte y me tires en el proceso.

-P-pero K-Kanda-sensei, si te tiro tú...

-No me voy a romper cuatro ojos, no soy como tú, hazlo y punto.

-Ok- le hice una llave y esperaba su esfuerzo por zafarse de ella pero toda su fuerza era inútil, no me había hecho mover ni un centímetro, el combate cuerpo a cuerpo no era lo suyo.

-Bien, basta, eres una pérdida de tiempo para esto, seguiré contigo luego con la shinai*

-Hai...

-Mocosa, sigues tú.

-¡Kanda-sensei! no me llames así por favor.

-Tsk. Cuando te ataque debes poner esta mano arriba y usar mi peso a tu favor, eres pequeña y debes buscar ventaja de tu tamaño para defenderte ¿lo has entendido?

-Hai, Kanda-sensei.

-Bien, aquí voy- en mi primer ataque se cayó hacia atrás, y apenas la toque -debes usar una pierna atrás para que te sirva de apoyo, ¿con cuál te apoyas?

-No lo sé- la ataque sin avisar y echó la pierna derecha hacia atrás.

-Bien, esa es. Ahora levanta el brazo izquierdo a la altura de tu rostro y cierra el puño derecho, si no puedes derribarme utiliza mi peso contra mi, cuando estoy por atacarte, golpeas justo aquí- lleve la palma de su mano a mi abdomen, a la altura de mi ombligo algo notable porque la ropa de entrenamiento es ajustada arriba y holgada abajo. Vi como se puso roja -eres una pervertida total.

-¿¡P-pero q-qué dices!?

-Entonces concéntrate en la enseñanza y deja de babear mientras me tocas, baka.

-¡No estoy babeando!

-Como sea, continuemos ¿ya entendiste o lo olvidaste mientras babeabas?

-Ha. Claro que entendí, y recalcó que no babeaba, no me gustan los antisociales.

Mientras ella hablaba me dispuse a atacar, corría hacia ella y al fin reaccionó haciendo lo que le pedí, siempre que hago esto con ella expulso el aire y sostengo la respiración, así no me afecta en lo más mínimo su golpe sin importar que tan fuerte pegue, eso además de que tengo todo el abdomen marcado desde que recuerdo. Cuando estaba casi sobre ella para el ataque, vi una silueta en la entrada del dojo que me distrajo, la claridad del exterior me impedía ver su cara, pero la silueta me era un poco, no sé, es como si fuera alguien que ya he visto, tal vez sea algún interesado en inscribirse. Mi distracción causó que respirara de nuevo y Lenalee me sacó el aire literal, caí al suelo por el golpe y los chicos felicitaron a Lenalee mientras ella se agachaba a mi altura a preguntar si estaba bien, solo le dije que lo hizo excelente y volví a mirar a la entrada, la silueta ya no estaba, al contrario vi a Madre-sensei.

-Vaya, no pensé verte en este estado Yu-chan.

-Madre-sensei, ¿hay algún motivo por el cual no empezará con nosotros la práctica?- dije completamente serio. Ella sabe que para mi la única cosa más importante que su nieto es el kendo.

-Pues claro que es algo mucho más importante.

-Y ¿se puede saber qué es más importante que atender su dojo y a sus estudiantes, Madre-sensei?

-La familia, claro está.- mi mirada fría y dura cambio de ipso facto, los demás se me quedaron viendo, ellos sabían lo que significaba para mi.

A cada uno se nos hacía contar nuestros motivos para vivir, ya que el kendo gira en torno a nuestra vida, como el kung fu. Y así los chicos conocieron mi historia y yo la de ellos, Lavi por ejemplo, pienso que su idiotez es su método de escape a la dura realidad de haber perdido a ambos padres cuando tenía ocho y ahora vive con su abuelo. Lenalee, no es idiota como el conejo, sino frágil y sensible, también perdió a ambos padres cuando tenía cinco, desde entonces su hermano se hace cargo de ella. Y Johnny, pues tiene baja autoestima, es cobarde, debilucho, algo inútil, pero lo compensa en el manejo de armas de larga distancia, hemos ido a campos de tiro y su puntería es excelente, tiene un margen de error de 1 en 10 tiros. Así mismo ellos conocen mi historia a detalle, fuerza y debilidad, una que tiene nombre y apellido. Y Timothy dice que su objetivo es verme sonreir, nunca lo hago desde lo de Allen, su peso es sentirse la sombra de Alma, lo entendió a los cinco años cuando encontró una foto en mi habitación que había guardado celosamente hasta que él la vio, la última foto que me tomaron con Alma de todas las que nos tomaron en nuestro cumpleaños número seis.

Fue ahí que decidió ser la sombra de Alma, él quiere verme reír con él o con cualquiera como lo hacía con Alma, no lo culpo, estar en su posición tampoco es fácil pero no puedo complacerlo, es algo que no me nace así como así.

-Supongo que ya has visto a alguien venir hacia aquí hace unos segundos.- preguntó ella.

-Hai.

-Acompáñame, hay alguien a quien quiero presentarte.

Seguí a Madre-sensei hasta la casa, estaba a unos cuantos metros de distancia, no he entrado muchas veces, solo para ayudar en algo a Madre y a Barbar. Al llegar alguien estaba sentado en los escalones de la entrada a la casa. Un joven, de cabello blanco como la nieve en el más frío invierno, tez pálida, solo veía su perfil pero pude notar que una de sus manos estaba rojiza, usaba una camisa blanca de mangas largas y guantes igualmente blancos, lo que se veía rojizo era su muñeca izquierda, ya que tenía la cara apoyada sobre la palma del mismo lado que se veía así. Entre los dedos enguantados noté también una línea roja en la mejilla.

-Es a él a quién te quiero presentar.- le dijo Madre-sensei llamando la atención del chico en el proceso.

-¿Quién es el moyashi?- pregunté yo con tono de burla, de verdad con su pelo así eso es lo que parece.

-¿M-moyashi?- dijo volteando a verme, y mis ojos se encontraron con los suyos, unos enormes, redondos y brillantes... ojos plateados...

Holis holis mis queridos lectores no imaginarios... y a los imaginarios también... Okno. Bueno sí.

Y este capítulo nos llevó desde los once años de Kanda hasta los 16 y próximamente cumplirá 19, así mismo desde los ocho de Allen (cuando conoció a Kanda) hasta los 14 y ahora 15 de Allen, para que se puedan ubicar en la línea de tiempo, es Primavera, el mes es Marzo y van a mediados, ya terminaron con los exámenes el ciclo escolar y están  a un día de salir de vacaciones. Ahora el spoiler...


¡¡¡Alerta de "Spoiler"!!! ¡¡¡Y de operaciones matemáticas!!! 

(sáltate las "-" si no quieres spoiler y mates...)




"Cuando Kanda conoció a 'Red' este tenía seis años y un mes, mientras que Red tenía 3 años y le faltaban cinco meses para cumplir cuatro, siendo así que Kanda le llevaría dos años y seis meses a Red. Pero reitero, cuando Kanda se encontró con 'Allen' este tenía 8 años.

Ahora Kanda está a tres meses de cumplir los 19 años (tiene 18 obvio) y si Allen cumplirá 16 años en Diciembre (faltan nueve meses en la historia), tiene 15 en estos momentos.

Saquen sus propios cálculos."




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