10. La carne que guarda mi pasión.
Dedicado a:
natsumidragonil, MarycieloAsenciosCar, IraFlores681, AbiRomero830, Anabell_Martinez, LuzMireyaMujicaNaupa, Chema_D_Lois, BaidOved, jithomi, CarolinaAlfaro024, Inufan4rever, EvelynJoanyMendez, Hidamarilossi15, DarKiara, OtakuPrinces, yulsmurano, Yuukeito_Tyrell, BaKandaYuu19, Misaa-chan, Naomi_Martinez16, DemonTaisho y por supuesto VarelaDCampbell.
Antes de retirarse al sótano la mujer mayor me miró con una sonrisa pícara y una mirada cómplice para estirar su mano y exigir la ropa del azabache que también goteaba. El azabache se despojó de sus ropas sin pudor, ante una mujer que le ha cambiado los pañales cuando aún era un bebé, no era problema alguno, se quedó solo en boxers y para cubrirse entró al baño por una toalla. El albino se encontraba en la tina y se tenso tan pronto escuchó la puerta abrirse, había olvidado poner el seguro, y tomando en cuenta que estaba solo con Kanda y una anciana que ni bien escuchaba y estaría metida en el sótano por un tiempo, sabía que nada bueno saldría de eso.
-¿Yu? ¿qué ha...?
-Solo vine por una toalla- la figura escultural del azabache lo dejó mudo, incluso causó una reacción en su cuerpo que el mayor no pudo ignorar -aunque parece que tú necesitas compañía...
-N-no es cierto.
-¿Ah no? bueno, entonces supongo que podrás resolver ese 'problemita' tuyo tú solo. Iré a mi habitación a...
-¡E-espera!- el azabache enarcó una ceja mirando de soslayo al albino dentro de la bañera llena con agua tibia, pudo apreciar el color rojizo que bañaba sus mejillas, desconociendo si se debía al vapor del agua o al estado del menor, se le notaba nervioso.
-¿Qué?
-Bueno yo... q-quiero... que te quedes conmigo.- dijo entre cortado muriendo de la vergüenza.
-Haber si lo dices antes moyashi idiota- sin más dejó la toalla de lado y se dispuso a meterse a la bañera pero antes, debía despojarse de la única prenda que lo cubría, y esto hizo al albino desviar de inmediato la mirada, mientras el azabache terminaba para meterse en la tina. -¿qué te pasa? no es como si no me hubieras visto desnudo antes.
-No es lo mismo.
-Tsk, ven aquí- el albino acuñó sus orbes platinados y se aproximó temeroso hasta quedar de frente con el azabache, que de un suave movimiento y con la ayuda de la ligereza que aporta el agua al cuerpo, tumbó sobre sí al albino, quedando el mismo sentado justo delante de su zona íntima.
-Y-Yu... ¿y si alguien viene?
-No lo harán, la anciana no vendrá hasta dentro de una hora cuando haya acabado de lavar y no hay nadie en casa, además de que yo sí cerré la puerta.
-¿Cuando lo hiciste? ¿no que solo venías por la toalla?
-¿Y dejarte 'así' solo?- dijo sujetando suavemente el miembro algo rígido del albino.
-P-pervertido...
-Tú también podrías llegar a serlo ¿sabes?
-Eso nunca.
-¿Ah no? bien, entonces no seguiré con esto si tú no me provocas, si deseas que siga tendrás que pedirlo.
-¡No haré eso!
-Como quieras.
El azabache salió de la tina chorreando agua, se sentó en un pequeño taburete de baño para empezar a lavarse con algo de jabón, al ser un baño con diseño tradicional pero estilo moderno, contaba además de la bañera, con el área de ducha abierta y un banco para sentarse a tomar el baño, y dividido por una vidriera, se encontraba el lavabo con un enorme espejo y gavetas llenas de toallas de todos los tamaños, para el rostro, para el cabello, para el cuerpo, todas blancas, daba el aspecto de ser parte de un hotel, después de todo la familia Kanda estaba muy bien posicionada gracias a la empresa bajo la dirección de Tiedoll.
El albino se mostraba nervioso e indeciso, todavía le costaba mucho trabajo admitir que quería intimar con su 'novio' por así decirlo. Incluso le llegaba a incomodar el simple hecho de mantener una especie de relación así con otro hombre, no lo sentía como algo natural aunque tampoco pensaba que lo que hacían era malo, entonces ¿qué estaba mal con él? ¿por qué no podía aceptar su propia relación?
-Y-Yu...
-¿Hmm?
-¿Pu-puedo lavarte la espalda?
-¿Hah?- la pregunta le tomó muy de sorpresa, era de por sí muy inesperada aunque tampoco era lo que tenía en mente, pero tampoco sentía necesidad de presionar, dejaría las cosas fluir -claro.
-P-pero no me mires.
El azabache quito la mirada para que Allen se decidiera a salir de la bañera, se podía oír el sonido del agua escurrir de su cuerpo al estar afuera, se arrodillo detrás de Kanda y tomó la esponja para lavar su espalda, sin notar que frente al azabache posaba un espejo de menor tamaño que el del lavabo, para que quien se bañaba se pudiera ver a sí mismo, y el cual en ese momento le daba Kanda una vista apropiada de las expresiones del albino mientras intentaba no estar nervioso por lo que planeaba hacer después, poco a poco lavó la espalda del azabache notando lo suave que le parecía su piel a pesar de su musculatura, dejándose llevar por sus pensamientos llevó la esponja hasta sus hombros y con su otra mano distribuía el rastro de jabón que la misma dejaba, llegando a abarcar incluso su fornido pecho, Kanda decidió no inmutarse para que no se retractase de lo que sea que tenía en mente, le estaba gustando, las suaves e inexpertas caricias de Allen.
Los pectorales del contrario eran recorridos de a poco por esas manos que en sí demostraban lujuria con una cara que no les acompañaba, su semblante era el de una persona a punto de sufrir un colapso mental, quien al abrir su ojos y encontrar su mirada reflejada con la fría mirada contraría se tornó completamente roja de la vergüenza y hasta podría jurar que echaba humo hasta sus oídos, por ese motivo se detuvo, estaba por alejar sus manos del cuerpo contrario cuando este las tomó haciendo que el otro le abrazara, cerró sus ojos y esbozo una media sonrisa para que el otro la notara.
-Fue un buen avance, moyashi.
-A-algún día... ¡algún día seré yo quien te ataque!- aseveró el albino rojo hasta las orejas sorprendiendo al contrario.
-...Ya... pero mientras ese día llega...
-¡Uwah!- fue demasiado rápido para que Allen pudiera reaccionar, para cuando lo hizo ya se encontraba sentado sobre el azabache con ambas piernas a los lados de su cintura y rozando su miembro desnudo en el pecho del mayor lo cual le causó mayor vergüenza si se podía y trato de zafarse de su agarre -¡s-suéltame Kanda, pervertido!
-Tú me provocaste, es tú culpa- le dijo mientras rozaba la entrada de Allen con su erección presente.
-B-basta...
-Te gustará...- calló sus labios en un demandante beso mientras acariciaba con una mano el miembro del joven albino y a la vez con su otra mano le sujetaba la nuca para que no escapará y así mantener ese beso que ahogaba los suaves gemidos de Allen.
A la vez, su propio miembro rozaba con la entrada del albino, el jabón que corría por su cuerpo le daban un toque resbaloso al roce lo cual resultaba placentero para ambos sin siquiera decirlo, cuando los jadeos de Allen aumentaron, Kanda ya no podía aguantar y quiso probar algo nuevo, Allen por su parte ya había cedido al placer y se mantenía abrazado a la espalda de Kanda, sin previo aviso y poca preparación, introdujo solo la punta de su miembro a la entrada del menor, tuvo que ahogar el grito que este soltó por la incomodidad y el evidente dolor que le provocó la intromisión, pero Kanda no se detuvo, siguió estimulando el miembro de Allen buscando inundarlo de placer para disimular el dolor que dedujo estaba sintiendo, poco a poco lo fue logrando, cada vez que los músculos de Allen se relajaban el entraba un poco más, hasta que llegó a tener más de la mitad de su miembro dentro de Allen, era estrecho pero placentero, quiso moverse pero Allen se lo impidió, aún le dolía y pequeñas lágrimas recorrían sus ojos plata comenzando a preocupar a Kanda, pero al tratar de salir de su interior recibió una queja que no supo cómo identificar ¿era de dolor? ¿o de placer? ¿como saberlo?
Se detuvo, Allen seguía llorando pero con algo de esfuerzo empezó muy lentamente a moverse sobre el otro, este pensó que solo se levantaría por el disgusto de la experiencia, pero volvió a bajar, una y otra, y otra vez, lo estaba haciendo, y para Kanda la sensación era exquisita, casi indescriptible, se sentía desfallecer bajo el albino, pronto llevó sus manos a los glúteos de Allen y le ayudó a moverse, dándose placer a la vez que proporciona descanso al albino de tanto subir y bajar, luego tuvo una idea ¿por qué no? lo alzo para mantener la posición y en una proeza increíble se introdujo a la alta tina de baño con el albino sobre el, el agua amortiguaría sin duda el peso y así no se cansarían tan pronto.
Sentado dentro del agua con el albino sobre él continuaron la tarea de darse placer mutuo, de continuar con la nueva experiencia que se le había ocurrido a Kanda por culpa de las ideas y comentarios absurdos de Lavi, sí, él era el culpable de su curiosidad, según él no había experiencia que se le comparase, ni siquiera estar con una mujer le había dado esa sensación que sentía al tomar a un chico, después de todo el era abiertamente bisexual, y por su culpa la cabeza de Kanda había comenzado a tener esas ideas de tomar a Allen de manera carnal, no solo besos, caricias y estimulación externa.
¿Cuánto tiempo habría pasado? para Kanda sin duda solo habían sido minutos, pero para Allen desde que se volvió tortuoso habían pasado horas, lo cual era descabelladamente falso, solo estuvieron así por cuestión de veinte minutos o más, hasta que el albino comenzó a disfrutar lo que estaba haciendo, sabía que no era algo natural pero no podía evitar sentirse bien, y la idea de entrar a la tina que tuvo Kanda sin duda se lo hizo más estimulante a él también, una de las manos de Kanda bajo al miembro de Allen y la otra a su trasero, ya se había percatado de lo que el albino estaba necesitando para terminar, entre frotes sutiles y caricias placenteras lo llevó al éxtasis solo para unirsele segundos después al experimentar esa estrechez que le daba el cuerpo contrario, terminaron agotados y con la piel arrugada, y es que pensándolo bien, en verdad ¿cuánto tiempo llevaban dentro del baño?
Con ayuda de Kanda salieron ambos de la tina, no era bueno estar mucho tiempo ahí, luego de dejar vaciando la tina se colocó una bata de baño y le puso una a Allen, le tomó de la mano pero luego debió cagarlo como una princesa y lo llevó a su habitación, se puso ropa de casa y se dirigió por el pasillo hasta la entrada a la lavandería donde encontró a la vieja señora Ming doblando la ropa recién seca de Allen, la tomó y regresó a su habitación luego de 'agradecer' muy a su manera a la mujer mayor, quien de por sí ya no escuchaba nada, ni siquiera el teléfono de la casa que estaba sonando, ciertamente ya lo había escuchado, fue a contestar antes de llevarle su ropa a Allen, era la abuela del albino quien llamaba.
-<¿Kanda-kun? ¿eres tú?>- preguntó ante el silencio de la persona que contestó la llamada.
-Hai.
-<Por favor dime si Allen está contigo, ha empezado a llover muy fuerte y aún no regresa a casa>- ¿lluvia? era cierto, ni siquiera había notado que afuera estaba cayendo un vendaval.
-Está aquí, nos mojamos así que vinimos ya que estábamos más cerca, hace un momento que tomamos un baño para no enfermarnos.
-<Ya veo, pero será mejor que no salga, hay una tormenta, avísale que Cross logró partir antes de que se pusiera el tiempo, y también anunciaron que por la tormenta no habrá clases mañana, te lo encargo y avísale a tus padres que Timothy está conmigo, yo lo cuidaré>- ¿tormenta? ¿qué mejor que quedarse a Allen en su casa podría pasar?
-Hai, se los diré Madre-sensei, adiós.- solo hizo colgar la llamada para recibir otra llamada de inmediato -¿moshi moshi?
-<¡Yu-kun! ¿daijoubu desu ka?>- esa sin duda es la voz chillona de su padre.
-Claro que lo estoy, no soy un niño. Por cierto Timothy está en casa de Madre-sensei por la tormenta.
-<Que alivio... tu madre y yo vinimos a una junta y no quedamos varados así que dormiremos en el hotel ¿estarás bien hasta que volvamos?>
-Ya te dije que no soy un niño, y Allen está conmigo, nos tomó la tormenta aquí en casa.
-<¿Y se mojaron? tomen un baño si es así y no salgan hasta que digan en la televisión que es seguro, ¿quieres que les avise a su familia?>
-Ya lo saben, Madre-sensei dijo lo mismo.
-<Bien, prestale la habitación de Timothy ya que no está en casa>
-Ni hablar, se quedará conmigo, adiós.
-<Pero Yu-kun no...>- el azabache colgó antes de que le dijera algo más, de lo que quisiera prevenirle ya no era necesario.
Regreso sus pasos hacia la habitación para llevarle ropa al albino, y encontró a este dormido en su cama solo con la bata de baño totalmente desnudo bajo esta. Que tentadora imagen ¿estaría mal despertarlo? ¿debería vestirlo el mismo o volverlo a tomar? era un dilema muy difícil de resolver. Seria mejor acostarse a dormir de una buena vez, buscó entre sus cajones algún boxer que ya no le quedara o que ya le quedara muy justo ya que el albino era más delgado, al fin dio con uno que hacía años no usaba y no sabía que seguía en su gaveta, se lo colocó al albino procurando no despertarlo, lo cual no funcionó.
-¿Yu? ¿qué haces?
-No quería despertarte y te ponía ropa interior.
-Y-yo puedo hacerlo solo- la cara de Allen era todo un poema que no se quería perder.
-Por cierto, tu viejo logró partir antes de la tormenta.
-¿Heh? ¿al fin se fue? ya veo ¿cómo lo sabes?
-Madre-sensei llamó, dijo que te quedes, hay una tormenta, Timothy está en tu casa y mis padres en algún hotel de lujo donde tuvieron una junta. Estamos solos.
-Está la señora Ming.
-Esa vieja sorda nos ayudará en lo necesario, no te preocupes, podemos hacerlo las veces que quieras.
-¡Ni se te ocurra! aún me duele el cuerpo.
~{6 años después}~
Una melena azabache bastante larga y que le causaría envidia a cualquier mujer por pasar de la cintura y ser tan suave a simple vista, se ondeaba con la brisa de otoño rozando la parte trasera de un traje de etiqueta color azul rey hecho a la medida acompañado de unos zapatos negros y una corbata negra también, en contraste con la camisa blanca de marca que engalanaba su pecho, Kanda Yu, a sus 24 años ya era todo un hombre hecho y derecho, salía de la oficina del negocio familiar con el cual ya llevaba un año ejerciendo como sub jefe y mano derecha de su padre, preparándose para tomar su cargo cuando éste se jubile en unos años más.
Traía consigo una carpeta con documentos, cuidadosamente revisados por el abogado familiar, y el mejor abogado de Japón. Estaba feliz aunque su cara provocaba pavor en sus empleados quienes desconocían el motivo de esa sonrisa que parecía que se debía a que alguien iba a morir. Le había costado meses con abogados y de corte en corte pero al fin había logrado su objetivo gracias a las actuales leyes que respaldan los matrimonios homosexuales en diferentes partes del globo terráqueo entre ellas, Japón. Debía ver a su moyashi cuanto antes.
En otra parte de la ciudad, la ahora larga cabellera blanca platinada del albino descansaba en una cola baja atada con suma pereza mientras leía un libro en una cafetería cercana a su universidad, estaba preparando su tesis, su especialidad era el mercadeo publicitario, estaba a solo 2 meses de graduarse al fin y ya tenía un trabajo conseguido con su propio esfuerzo a pesar de la insistencia de su pareja en que debía trabajar en su empresa a quien no le vendría mal una cabeza llena de ideas frescas como la suya, pero este se negaba a entrar con ayuda, aunque secretamente hizo la entrevista escrita y la pasó sin problemas, habría una entrevista teórica y la última una presencial, en sí no planeaba quedarse ahí, solo quería demostrar que podía entrar por su propia cuenta sin ayuda de un Kanda. Estaba concentrado en su libro mientras revolvía una taza de café con leche o mejor dicho un latte muy dulce, estaba esperando por una visita casi sorpresiva. Pronto unos dos pares de brazos le hicieron soltar el libro en sus manos y dejar de revolver el latte sorprendido por la intromisión tan abrupta.
-¡Allen-chan~!- dijeron ambas voces a coro hablando ambas a la vez -¿cómo está nuestro hermanito favorito?
-¡Neah-nii! ¡Mana-nii! al fin llegan.
-¿Y perdernos las noticias?- dijo Mana con una sonrisa inquebrantable.
-Ni locos.- dijo Neah entre divertido y serio.
-Les agradezco que hayan venido solo para oírme- hacían ya unos tres años desde que los gemelos Walker habían venido de Inglaterra a continuar sus vidas en su alma-mater Japón, siendo ya unos adultos capaces de cuidarse por sí solos y que ya no necesitaban del permiso de Cross o Anita para hacerlo. Mana llevaba el cabello largo pero no tanto como Allen que le llegaba casi a la cintura, y Neah lo llevaba corto que no llegaba ni a los hombros.
-¿Qué te sucede Allen-chan?
-Últimamente te oyes preocupado, ¿es culpa del amargado afeminado ese?- sin duda Neah seguía sintiendo algo de rencor hacía Kanda por un mal entendido del pasado, donde por celos de ambos hacia el albino no se llevaron muy bien de salida.
-No le digas así nii-chan, más bien es porque yo estoy preocupado por él.
-¿Está actuando raro?- Mana era quien mejor se llevaba con el azabache ya que él lo encontraba apropiado para su dulce hermanito bajo la fiel creencia de que los opuestos se atraen, como él y Neah que eran totalmente opuestos pero eso los hacía los hermanos más unidos del mundo.
-Un poco, se la pasa en trámites legales a cada rato y no me dice el porque, no sé si pasa algo en la empresa o si es algo personal y cuando le pregunto me dice que no me preocupe por ello.
-Si tiene un o una amante ¡yo mismo lo castro!
-Neah controlate, estás preocupando a Allen con tus ideas sin pies ni cabeza. Mi opinión Allen-chan es que si él dice que no debes preocuparte entonces está bien, dale su tiempo y él mismo te lo dirá.
-¿Tú crees Mana-nii? ojalá tengas razón en eso, en ese caso voy a esperar a que me cuente que pasa. Y ya que estamos aquí...
-Ya sabemos, comamos algunos dangos Allen-chan- dijeron a la vez mientras llamaban a una camarera del lugar que luego les llevaría suficientes dangos para atiborrarse con ellos.
Holis holis mis queridos amigos, casi no logró el capítulo de hoy, disculpen si las últimas mil palabras incluyen algún error de ortografía ya que revise desde el celular y siempre se me escapa alguno.
Vimos otro salto en el tiempo, ahora veremos el desarrollo de nuestros personajes en su adultez, esta es la entrada al tercer arco de la historia, en el primero vimos la infancia de Yu y Alma y luego la introducción de Red al mismo; en el segundo la adolescencia de Yu y su reencuentro con un Red ahora descubierto como Allen siendo su nombre real, y este como ya les dije será el tercer arco donde veremos la adultez de Yu al lado de su albino y veremos nuevos personajes pronto.
Votos, comentarios y demás son bienvenidos, pueden añadir a la biblioteca y seguirme para enterarse de datos curiosos, horarios de publicación, anuncios y nuevos proyectos. ¡Los quiero de gratis!
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