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—¿Para que nos mandaste a llamar Maki?–.

—Mayonesa...

—Si Maki San nos mandó a llamar es porque algo importante habrá ocurrido–.

—Muchas gracias Rikka, tienes un buen punto–.

Los tres jóvenes aurores tomaron asiento en un sofa. Una chica de cabello negro y ojos blancos, un chico de cabello negro y ojos grises y terminando con un chico de cabello blanco y ojos púrpura.

Frente a ellos una joven mujer de cabello rojo y ojos dorados, sostenía unas carpetas junto con una pizarra electrónica.

—Qué te gustaría cenar, estábamos a punto de hacer eso–. Habló Yutaiji rascándose la cabeza.

—Podemos platicar sobre eso más tarde Yuyu–. Respondió Makimari entregándoles una carpeta. —El Comandante Kento por fin pudo autorizarme formar mi propio escuadrón personal–. Habló aliviada. —Por lo mientras ustedes que son mis chicos de confianza serán los únicos integrantes–.

—Arroz–.

—Muchas gracias–. La pelirroja comenzó a rascarse la cabeza, igualmente que su hermano menor. —Pero para eso necesito tener a un Auror de grado especial, así que Yuyu deberás si o si formalizarte como tal, ya no puedo dejarte pasar por alto las normas–.

—Está bien Maki, no pienso exponer a Rikka–. Contestó Yutaiji poniendo su mano en la cabeza de su prometida.

Makimari hizo una mueca para después suspirar. —Los altos mandos del consejo tienen un acuerdo con Satsuri, para que Rikka permanezca bajo nuestro cuidado o de lo contrario le podrían catalogar como un arma–.

—Si... lo se muy bien–. Respondió con seriedad.

Rikairi le tomó de la mano, Togeri le puso su mano en su hombro y Makimari su mano en su cabeza. Esto era una muestra de la confianza que le tenían, era el corazón del grupo.

—Muchas gracias chicos–.

—Cuando termine la junta te entrego tu antigua chaqueta–.  Giró hacia su pizarra.

—Está bien–.

Los tres jóvenes abrieron la carpeta para ver de primeras una foto bastante peculiar.

—Es un dedo...

—Del rey demonio Ryomen Sukuna–. Acompletó la pelirroja.

—Este es un objeto maldito de categoría especial que el Clan Gōjo tenía en custodia, pero que comenzó a dar señales de activación con el nacimiento del árbol demoníaco en Shinjuku–.

En la pizarra la figura del demonio que los tres conocían perfectamente Se plasmo.

—Dicho en palabras de Satsuri, estos le componen otros 19 dedos, cada uno posee parte del poder fragmentado del ya no difunto rey de los demonios. Algo especial que tienen es su alta resistencia a ser destruidos, por ningún método se puede erradicar la energía maligna que emana–.

Comenzó a recordar todo lo que había ocurrido. Su presencia, el árbol y...

—¡Esa chica, la chica de las cicatrices que enfrentó a Rikka!–. Habló de golpe Yutaiji.

—Si ella era Yoru, una de sus cuatro jinetes. Su élite de demonios–. Sus manos resaltaron sus venas, en un instante Makimari rompió la tableta qué sostenía.

—Qué fue de ella–. El semblante de Rikairi se puso muy serio, luego de recordar todo lo que sufrió Yutaiji.

—Logró escapar, es tan escurridiza que no hemos podido localizarla–. Contestó la pelirroja intentando tranquilizarse.

—Arroz–. Habló Togeri.

Su amigo tenía razón, ya no podían seguir recordando el pasado, si no en el futuro para arreglarlo.

—Ella y yo hemos logrado convencer al comandante Kento para que nos permita recolectarlos, estudiarlos para después buscar alguna manera de sellar su poder–. Con eso finalizó Makimari la explicación del caso.

—Entonces este es nuestra misión, recolectar los dedos–.

—En resumen, si–.

—Salsa de soja...

—Makimari San ¿Cree que nosotros tres podamos con esto? Digo no es cualquier cosa lo que nos está encargando–.

—Si logramos obtener resultados, más agentes podrán unirse al caso–.

Aún no olvidaba lo ocurrido en Shinjuku, aquel pequeño tatuaje que tenía en su palma izquierda, la "Rama del Pecado" el Kārma.

El era su vasija, su nuevo cuerpo...

Pero haría lo necesario, no se iba a rendir, lo acabaría, lo mataría y erradicaria de cualquier plano existente.

Lleno de determinación apretó su puño.—Por donde buscamos–.

La pelirroja tocó la pizarra donde mostraba la información recolectada  por parte del clan Gōjo.

Tres lugares: Un antro, una casa abandona y un colegio. Estos lugares irradiaban altos niveles de reiryoku.
Aunque no eran suficientes datos como para ser un objetivo prioritario y que validaran el objeto maldito, para ellas cualquier posibilidad era válida y crucial.

Esta misión era de alto rango, Satsuri y Makimari confiaban plenamente en el trío de aurores.

—Toge tu ve al cementerio podrás usar tu ritual si en todo caso llegas a necesitarlo, mientras Rikka y yo vamos al antro y al colegio–. Habló seriamente Yutaiji mientras veía a su mejor amigo.

—Salmón–.

En la platica del trío la pelirroja llegó, cargaba entre sus manos una chaqueta blanca muy especial para ella. —Ten Yuyu–.

—Muchas gracias Maki–.

Se quitó su chaqueta negra para ponerse su antigua chaqueta blanca. —Rikka ¿Podrías ayudarme con esto?–.

La pelinegra se acercó para tomar la chaqueta y tocar el pecho de Yutaiji.
Las fibras de la chaqueta se fueron adaptando al que traía Yutaiji, fusionandose.

El ritual de Rikairi altera su apariencia y ropa siempre y cuando tuviera puesto. Podía transmitir esa habilidad siempre y cuando lo que tocara fuera suyo, y en su caso aplicaba en la ropa de Yutaiji porque el era suyo.

Pasó su mano por su larga cabellera acomodandolo. Aquel chico de rostro serio y cansado era tan apuesto a los ojos de su novia y hermana, qué las hacían suspirar.

—Podré alternar entre mis uniformes, se que la chaqueta blanca es para distinguirme como un auror de grado especial, pero lavarla es complicada...

—Vale, estaremos en contacto chicos–.

El trío de jóvenes se despidió yendo hacia la puerta, retirándose de su oficina.

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El trío de aurores tomaron sus respectivos caminos. El Inumaki hacia la derecha, mientras Okkotsu y Orimoto la izquierda.

Acomodó su espada en su hombro totalmente envuelta en la funda para no llamar la atención, iniciando así el primer punto, el antro.

—Estoy muy agradecida con Maki San, el uniforme que me consiguió me queda perfecto–. Dijo la pelinegra al portar el uniforme de la Fundación SCP.

—Los uniformes pueden ser modificados por pedido del auror, ya sea por estilo o por comodidad–. Le respondió Yutaiji.

El uniforme de la pareja era la estándar. En la chica consistía en una camisa blanca y una chaqueta gakuran negra tipo abrigo que llegaba hasta la mitad de sus muslos, sostenida por un cinturón marrón arriba de su cintura. Para complementar usaba unos botines negros bajo medias negras a la altura de sus muslos.

En el chico su uniforme era igualmente la camisa blanca y chaqueta gakuran negra hasta su cintura. Usaba un pantalón negro entubado sostenido por un cinturón blanco, acompletando con unos botines del mismo color. Pero ahora al asumir de nuevo su grado especial, la chaqueta pasaba a ser totalmente blanca con mangas a la altura de la mitad de sus brazos.

En el hombro derecho tenían bordado las siglas S.C.P. DECAAN. Un botón dorado en forma de remolino sobre el lado izquierdo de su pecho y por último, un gran estampado en la espalda de la chaqueta.

Destroy/Destruir todo lo que se presente como una amenaza para los seres humanos.

—¿Entonces al final te decidiste para iniciar como influencer?–.

—Si, fue por orden de la junta directiva. Querían dar a conocer la futura cara de Industrias Orimoto–. Respondió agobiada la pelinegra sujetando el brazo de su pelinegro. —Es muy cansado–.

—Si, te creo–.

—El vicepresidente, segundo al mando de Oxcorp y quien asesora a mi madre sobre mi, Naobito Gotsujima me hizo participar en una sesión de fotos que me fue muy incomoda–.

—Porque lo dices–. Dijo Yutaiji con seriedad.

La Orimoto quitó su teléfono para entrar a su cuenta de Instagram.

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❤️ 7.5 mill 💬 344,659 🌐 632 mill

Le gusta a Naobito Gotsujima y a otras personas.


MissRikkaChan Colección de la pequeña Diosa y futura heredera de Oxcorp.

Intentó ver quien era ese tipo pero marcaba como usuario no encontrado.

—Rikka, quiero que te cuides de ese hombre–. Su voz pasó a ser totalmente áspera.

—Trataré en lo posible Yuu, pero te recuerdo que es el segundo al mando de mi madre–. Contestó bastante preocupada. —Porfavor no te enojes conmigo...

Era muy evidente que el chico le hervía la sangre, porque claramente aquel hombre deseaba a su Rikairi.

—No lo estoy–.

—Yuu...

La joven le veía caminar cada segundo más lejos de ella. Su sombra proyectada era tan masiva que se comía al de los demás.

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La ciudad siempre tenía la pinta de estar de fiesta. Cada outfit que la gente portaba, desde ropas sencillas hasta más extravagantes, como los disfraces.

Tras lo acontecido en Shinjuku la actividad de los espíritus y demonios incrementó. Se estaba volviendo común las desapariciones y muertes misteriosas.

—Es algo extraño, sigo sin entender porque no puedo localizar alguna firma de reiryoku–.

Okkotsu solo movía las pupilas, buscando algo resaltante. —Es imposible que no haya algún rastro para buscar–.

Un pequeño grupo de personas cubiertas con capuchas se movieron muy rápidamente, lo que le llamó la atención.
Los dos se apresuraron en ir, pero encontraron la calle vacía.

—Rikairi, porfavor baja tu Reiatsu–.

La demoaurora un poco confundida por lo que le había pedido obedeció.

En ese momento el joven auror obtuvo una perspectiva completamente diferente, tras enfocarse en percibir con su sentidos reforzados por reiryoku.

Sus ojos distinguieron una puerta previamente encubierta en la pared y se dirigió hacia ella.
Dio un par de golpes, esperando a que alguien atendiera.

—Dime que se te ofrece niño–. En la puerta apareció una rejilla, que fue movida para revelar un par de ojos agresivos.

—Quiero entrar–. Contestó muy seriamente.

La persona detrás de la puerta soltó una intensa carcajada que causó molestia en Okkotsu.

—Qué buen chiste, piérdete chico este lugar no está hecho para un cara bonita como tú–.

—Mi novio dijo que quiere entrar–. Rikairi en su rostro también  mostraba molestia, que solo aumentó las risas del sujeto.

—Escucha preciosa al igual que tu novio tu también deberías irte, no es un lugar al que deberían meterse–.

—¿¡Y quien te crees para darme órdenes!?–.

La demoaurora elevó su reiatsu (presión espiritual) en tal nivel que abrumó los sentidos del tipo. Era un aura que le indicaba al sujeto que algo muy malo pasaría si no lo hacía.

—Yo ah... si lo siento–. La voz del tipo mostraba nerviosismo, era la primera vez que pasaba por una situación tan atemorizante ¿Quien era ese chico? ¿Era consciente que tenía como pareja a una chica tan loca?

La puerta se abrió...

—Adelante...

[N/A: Fire Inside - Gemini, Greta Svabo Bech]

La dupla auror se adentró al pasillo subterráneo. Luces de neón, grafittis y diversos posters con diferentes mensajes le esperaban.

¿Qué era ese lugar? Tenía una pinta diferente al que habian imaginado, pero dentro de poco lo descubririan.

—Yo podía hacerlo solo–.

—Yuu... no te enojes conmigo porfavor...

Intentó tomarlo del brazo pero el lo evitó. Esto hizo que la joven agachara su cabeza.

—Yuu... te he pedido muchas veces que hagamos el amor, quiero tener mi primera y última vez con mi niño lindo y siempre te niegas...

Yutaiji se detuvo...

—No sabes lo mucho que te amo, moriría por ti si fuera necesario...

—Lo siento... solo que estoy asustado...

Ella llegó y le tomó de la mano, llevándolo hacia su pecho.

—No quiero que me dejes sola, no quiero perderte... Yuu porfavor eres mi razón de vivir...

Ella le miraba muy triste, pero sonrojada por aquella declaración. No tenía la culpa de ser tan hermosa como para no llamar la atención, y aún así se disculpaba por ello.

La acercó para abrazarla fuertemente. —Si ese tipo se intenta propasar lo mataré, aun cuando todo el mundo venga hacia mi lo enfrentaré–.

Rikairi lo tomó del cuello para besarlo de manera salvaje.

Sus manos le desabrocharon su chaqueta, para luego alzarle la camisa qué traía debajo.

—Yuu eres mi macho...

Quitó sus labios para bajar a besar los abdominales de Yutaiji, que solo pudo hacer algo más que gruñir...

—Y yo soy tu hembra...

—Rikka... aquí no es el momento...

Bajó su camisa, seguidamente lo metió dentro de su pantalón, ante la mirada frustrada de la chica de ojos blancos. —Lo siento, pero hay algo que debemos hacer–.

—Está bien...

Abotonado su chaqueta se agachó para besarle la frente. —Te lo voy a compensar, lo prometo–.

Un poco más animada Rikairi lo abrazó. —Yuu, te amo tanto–.

—Yo igual Rikka–.

Su momento quedó interrumpido cuando ambos percibieron una extraña vibra. Música que poco a poco iba aumentando en intensidad, gritos y las multiples luces de tonalidad neón. Lo averiguarian tras recorrer aquel largo pasillo y llegar al final...

Tras unas cortinas les esperaba...

Múltiples gritos provenientes de personas, así como de criaturas paranormales que bailaban a la par del ritmo de la música.

Alcohol, siluetas de figuras femeninas bailando en tubos, así como lo que realmente era esa vibra callejera de club nocturno.

En el centro un Dj que ponía el ambiente, la bola de disco con múltiples destellos...

—Vaya...

—Lo mismo digo Rikka...

Una luz se centró en una figura masculina muy imponente, que lentamente iba avanzando a la pista, mientras saludaba a toda la gente.

Todas las luces se apagaron, al igual que la música desapareció,  solo quedando el reflector bajo aquella figura...

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—¡NO LOS ESCUCHO!–.

Todo se soltó de golpe en el intenso éxtasis de ese club.

—¡Vamos Rikka!–.

La pareja se fue abriendo camino entre la multitud de adolescentes.

Las chicas al estar bajo los efectos del alcohol, sin ninguna vergüenza comenzaron a manosear a Okkotsu, sin importarles la mirada asesina de Rikairi. Aunque ella tampoco se salvaba de los comentarios obscenos y subidos de tono que los chicos le hacían.

—¡Vayamos a un cuarto preciosa!–.

—¡Tengo un amigo negro que estaría encantado de destrozar ese enorme culo que tienes!–.

—¡Hey mami estás bien buena para una orgia!–.

A pesar del ambiente ambos continuaron avanzando buscando al par de sujetos encapuchados.

De alguna manera ambos poco a poco fueron abrumandose por las múltiples sensaciones, perdiéndose y quedando aturdidos.

Sin ya saber a donde ir la pareja terminó en el centro de la pista, a la vista de todos.

—Te espero entonces, debo colgar hay unas cositas que debo atender nena–.

—Vaya que tenemos aquí, un Cazador de la DECAAN–. El joven hombre guardó su teléfono y se cruzó de brazos. —La noche de hoy estará interesante–.



Capítulo 11:

Club

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