1 (Remake)

¿Como podías describir a la oscuridad? Probablemente el lugar donde se encuentra lo desconocido, el peligro y los miedos... Pero también se podía ver de otra manera, como un panorama donde te puedes ocultar y resguardar, no hay que tenerle miedo...

Leves sonidos en rápida sucesión, un par de ratas hacían ecos, con cada paso que daban por las tuberías bajo el alcantarillado de la ciudad.
Gotas tocaban el suelo tras caer de las fisuras y roturas de los ductos...

Los barrotes del desagüe de la calle perforaban la oscuridad, iluminando a las dos figuras que se adentraban en ella...

Pero algo había ahí con ellos... ¿Una persona? No, iba más allá de eso. Vigilaba con recelo de forma cautelosa...

—Los registros apuntan a este lugar, todo se reduce en encontrarlos–.

—Muy bien espero y tengas razón–.

Makimari Okkotsu, una joven adulta de 21 años. Capitana del departamento de policia y criminologia forense en la Agencia de Seguridad Pública.
Yutaiji Okkotsu, un adolescente de 16 años, estudiante de segundo año en el Instituto Tecnológico de Tokyo.

¿Que hacían ellos dos juntos?

—¿Te parece si luego de terminar vamos a cenar? Uno de mis hombres consiguió reservar en el restaurante de los cortes de carne que te gustan–. Habló de forma muy amable la pelirroja con una leve sonrisa, volteando a ver al pelinegro.

—Sabes que no voy a poder ir... tengo tarea–. Respondió de forma indiferente el pelinegro volteando hacia otro lado.

—Ammm está bien, talvez otro dia–. Respondió ella con un tono bastante desilusionado.

—Si, talvez otro día–. Le molestaba de sobremanera como se comportaba con el.

Ambos eran hermanos, Yutaiji ayudaba a Makimari con sus investigaciones sobre ciertos temas un tanto peculiares...

—Deberías dejar de estar encerrado en tu habitación, no está bien que te la pases mayormente so...

Rápidamente el pelinegro le cubrió la boca, su oído logró percibir una minúscula melodía, que describía como extraña.

—Creo que lo encontramos...

La dupla no perdió el tiempo y comenzó a correr...

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—Yo... yo no tuve la culpa...

La luz que se reflejaba entre las fisuras del alcantarillado imprimian una silueta muy particular...

—Esa niña la tiene... ¿Porque fui yo el que fue castigado?–.

Un pequeño rastro seguía a aquella extraña figura, un rojo que a más distancia se tornaba negro...

—Siempre me provocaba con la forma en la que me hablaba, como se vestía... Como me miraba...

Trozos caían con cada paso que el hacía. Daba la impresión de ser ropa... Con piel...

—He hice lo que cualquiera hubiera hecho, casi la hacía m...

Entre la oscuridad una ola de picos lo atravesaron para clavarlo a la pared. El no entendía lo que sucedía, solo se limitó a gruñir por el dolor.

—Eres muy escurridizo, pero no lo suficiente–.

Yutaiji permanecía incado, su postura le permitía hacer contacto con el suelo a traves de su palma izquierda.

—Kujitama Migaro, estás bajo arresto por parte de la Agencia de Seguridad Pública por cargos de abuso infantil y pedofilia–.

Makimari hizo un par de movimientos con las manos, que dio como resultado el retuerce abrupto del sujeto apresado en los picos.

El gritaba de dolor, pero solo esto motivaba al chico...

Las venas en su mano izquierda se iluminaron en un tenue color azul, mientras su mano derecha irradiaba en rojo. El suelo se movió como marea para luego moldearse en múltiples picos más grandes, que hicieron picadillo el cuerpo de aquel sujeto.

Esa cosa, era el término más correcto para describirlo, alguien que había perdido su humanidad tanto física como moralmente, era un monstruo.

El monstruo no dejaba de exclamar por piedad debido a todo el daño que estaba recibiendo, pero solo esto causaba aun más la ira del pelinegro que no cesaba de atacarlo.

Por su parte la pelirroja se sentía un poco extraña, buscaba percibir algo pero no podía, no sabía exactamente qué era.

~Ah~

Dio por fin con aquella sensación imperceptible, pero no era como se lo esperaba...

Sentía como entre sus piernas algo la tocaba, así como notó la misma sensación en sus pechos, algo así como unos dedos y manos que la estimulaban placer.

—Oh si... esto se siente tan rico...

Su cabeza percibió un cosquilleo y rápidamente retrocedió con una voltereta hacia atrás, cuando una gran mano surgió en el lugar donde se encontraba.

—Las niñas y las adolescentes son tan exquisitas...

Un par de manos restringieron a Makimari tocando lugares indebidos, con el propósito de desnudarla y abusar físicamente de ella.

El monstruo luego de sufrir tanto daño, se curó las heridas resurgiendo finalmente como lo que era, un demonio, un demonio lleno de perversión.

El demonio hizo aparecer múltiples extremidades al aire con el objetivo de inmovilizado, pero con un objetivo diferente al de su hermana.

Tocando nuevamente el suelo lo remodeló, creando varias series de pilares que perseguían aquellos brazos, con el objetivo de aplastarlos.

Makimari no podía defenderse debido a la sensación que le provocaban aquellas extremidades, el éxtasis extremo que sentía era algo fuera de su consentimiento, lo que la dejaron vulnerable a ser sometida...

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—Te matare mocoso asi me podré divertir con esta hermosa señorita–. Su voz era tan vieja pero llena de lujuria. —O mejor aún ¿Que tal si te someto para que veas como abuso de ella?–. Agregó de forma muy burlona.

[N/A: X-HZT - Hans Zimmer]

Yutaiji solo permaneció estático, momento que no desaprovechó el demonio para golpearlo en todas las direcciones hasta hacerlo caer de rodillas...

Su cabello le cubría sus ojos, la cabeza agachada, postrado en el suelo...

—No la volverás a tocar... Porque te mandaré al infierno...

De forma inmediata las áreas adyacentes a la suya se desintegraron al instante quedando al límite de los pies del demonio.

—Qué ¿Acaso una basura como tú le tiene miedo a la muerte?–. Habló de forma irónica, su sonrisa bastante perturbada, su mirada falta de cordura.

Ante aquella expresión el demonio hizo aparecer múltiples extremidades, que surgieron por todos lados hasta rodearlo.

Con un rápido salto esquivó la colisión para inmediatamente hacer contacto con ambas manos, haciendo brillar sus venas en un tono púrpura...

Su mano izquierda le permitía reconstruir todo lo que tocaba. Su mano derecha deconstruir, ambas componían el juego de la "Transmutación" término relacionado con la alquimia, física y química, que consiste en la conversión de un elemento químico en otro. En este caso la capacidad de alterar la materia no solo de forma física, si no también de forma química y sus propiedades a nivel atómico.

Esto componía su ritual innato como Auror, "Zarojigēn Array"

En contra de su voluntad las manos del monstruo se vieron alterados y usados contra sí mismo.

—¡Mier!–.

Sus extremidades se alteraron a puntas muy afiladas y uno en uno le fueron perforando cada zona en la que podía impactar.

El area de efecto de Zarojigēn Array abarcaba hasta donde la materia se fragmentara, así que el demonio tenía solo una opción... y era matarse por si mismo.

No podía concentrarse en Makimari así que la soltó, necesitaba defenderse pero era inútil, todo se componía de átomos, hasta el propio aire.

—¡Muere!–.

Todas sus extremidades las moldeo en una gran columna de carne, y llevó el cuerpo del demonio por los aires, llegando incluso a destruir el asfalto sobre ellos, hasta finalmente impulsar la gravedad que caía en picada...

—¡Maldito mocos...

La colisión fue potente, trozos del suelo y de la superficie regados por todos lados, polvo que ascendía por el hueco hecho por el chico.
Esto no paso desapercibido por las personas de la superficie que miraban intrigadas del repentino suceso ¿Qué había sido eso?
Solo podían limitarse en intentar formularse teorías.

—¡Carajo!–.

A la superficie inmediatamente salió Yutaiji. —Rápido, tengo que usar un Hatsu para crear una barrera–.

Con sus manos el chico fue haciendo diferentes poses y movimientos. Estos eran los Sellos, comandos que permitían moldear su energía de forma más óptima.

Con la secuencia terminada una barrera invisible se erigió a su alrededor, empujando a cualquier persona para evitar que quedara adentro.

A simple vista no se veía nada. Ese era el propósito de una barrera, reflejar un panorama que ocultaba las situaciones paranormales y extrañas.

En el interior varios trozos de carne se fueron apilando, el demonio no quería rendirse y le carcomia cumplir su deseo.

—Necesito descansar un poco luego de usar Soroku, además no he entrenado mi ritual por los asuntos de la escuela...

Una gran mano gigante de carne se fue formando hasta terminar en puño, todo para aplastar a aquel gusano.

—¡Cabron de mier...

En un instante en el suelo se impregnó un charco de líquido putrefacto. Todo era gracias a la mano, pero no la del demonio, si no de una amenaza mucho mayor.

—Te dije que no me siguieras Rikka–.

Del hueco una monstruosa, prominente e imponente figura demoníaca se alzó.

—Yuu...

—Rikka porfavor, sabes que no te gusta verte así y aún así lo haces por mi–.

Caminó hacia la entidad sin miedo, para usar ambas manos tomando una de las suyas. —Te amo mucho mi Reina–.

—¡YUUUUUUUUU ERES TAN PERFECTO!–. La piel pálida del monstruo se puso rojo por el tierno comentario.

—Makimari, debo volver por ella–.

Con su mano Rikka le detuvo. Su pecho se fue abriendo, una figura femenina iba surgiendo mientras cargaba a cierta pelirroja.

Aquella criatura era solo un mero cascarón de lo que componía a la "Reina Demoniaca Maldita" pues su verdadero ser era la de una hermosa joven.

—Estoy molesta, esa no es la manera correcta de tratar a tu hermana mayor Yuu–. Le entregó a Makimari,  quien estaba noqueada por la técnica del demonio.

—No quiero tener esta platica de nuevo Rikka–.

Rikairi Orimoto, estudiante de 18 años en la Universidad Imperial de Tokio. Prometida y futura esposa de Yutaiji.

—Vayamos a casa entonces, no creas que la platica ha terminado–.

Con Makimari entre sus brazos Yutaiji fue saliendo con cuidado de la barrera junto a Rikairi. El personal de limpieza del ayuntamiento se encargaría.

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El sol poco a poco iba tomando su lugar en los cielos, un nuevo amanecer...

La luz del nuevo día se filtraba por las ventanas, esto le molestaba ya que quería seguir durmiendo.

Recostado en el sofá, se cubrió el rostro con su chaqueta para continuar descansando, hasta que escuchó el intento de bajo sonido proveniente de la puerta.

Unos segundos después sintió la presión en el sofá, alguien se había sentado al lado suyo.

—Intento dormir ¿Sabes?–.

—Buenos días hermanito–.

Yutaiji se acomodó de forma en que le dio la espalda. —Vete y déjame dormir–.

Makimari solo suspiró para seguidamente ponerle una de sus manos en su cintura. —Gracias por cuidarme y protegerme, se supone que soy yo quien debería hacerlo–.

—Si como sea, ya vete–.

—Espero y algún día podamos hacer cosas y salir juntos, más allá del trabajo–.

El se reacomodó dando a entender que no le importaba lo que ella le dijera.

Su rostro mostraba molestia, quería seguir durmiendo, pero un par de labios hicieron contacto en su mejilla lo que le causó cierto asombro.

—Te amo mucho, eres el mejor hermano que alguien podría tener–.

Con una sonrisa totalmente agradecida la pelirroja se levantó del sofá, no sin antes ponerle de nuevo la chaqueta en su rostro.

El pelinegro segundos después de procesar lo que había ocurrido se levantó de golpe, notando que frente al sofá, en la pequeña mesa de vidrio una charola con comida le esperaba, su desayuno.

—¡Hey!... Digo, Makimari...

—¿Si? Dime–. Contestó con curiosidad la pelirroja, a esperas de las palabras del pelinegro.

—Cuando salgamos del trabajo y lleguemos al apartamento... ¿Quisieras jugar Grand Turismo conmigo y con Rikka?–.

Notó de inmediato su timidez y nerviosismo, internamente ella se sentía muy alegre.

—Claro hermano siempre y cuando sea en la sala y no en tu habitación–. Contestó entusiasmada. Y sin pensarlo con sus manos le revolvió el cabello.

—Yo... que te vaya bien en el trabajo Makimari–. Dijo con nervios evitando mirarla.

—Igual tú hermanito, nada de hacer cosas indebidas con Rikka mientras no estoy–.

Se puso su abrigo y fue a la puerta, llevando consigo su bolso. —Los pasare a recoger, los quiero–.

—Eres un chico muy lindo, mi chico lindo–.

Del marco de la puerta la cabeza de la pelinegra se asomó.

—¿Nos escuchaste?–. Volteó hacia la voz.

—Así es–. Ella salió, su rosto mostraba calma y satisfacción.

—Listo ya lo hice ¿Estás contenta?–.

—Sip, porque se que lo hiciste por ti mismo, no tuve nada que ver yo–.

Aquel comentario se reflejó en el rostro de fastidio del pelinegro.

Rikairi se le acercó para abrazarlo. —Se que tu quieres a tu hermana tanto como a mi, todavía no se porqué intentas ocultarlo–.

—La odio, o bueno no lo sé...

—Es muy sorprendente que Makimari siendo tan joven los haya sacado adelante, aunque ambos no tienen padres, ella como pudo te educó y el resultado fue un chico tan maravilloso–.

Sus brazos le envolvian la cintura. Siempre que estaba a su lado la calmaba, como si todo estuviera bien.

—No quiero involucrar mis sentimientos, no quiero cometer el mismo error...

Rikairi se separó y le miró sorprendida...

—Yuu...

—No sabes el peso que he llevado todos estos días, mi consciencia... La culpa me come por lo que te he hecho pasar...

Aun con todo lo dicho, no le impidió sonreirle calidamente.

—Ya van seis años Yuu, los mejores años de mi vida estando al lado del hombre que amo, no pierdo la fe de que cumplirás tu promesa, pero mientras lo haces seguiré disfrutando esto, tal vez esté en el mejor momento de mi vida sin siquiera saberlo–.

—Pero...

—El peor error es intentar ser algo que no eres, tu tienes un corazón tan grande que deberías compartirlo con aquellos que te quieren–.

Con un suspiro el pelinegro rascó su cabeza. —Me iré a bañar–.

—Genial ¿Te puedo acompañar?–.

—No, mi hermana ya nos dio una orden, además tu no necesitas bañarte–.

—Eres mi novio no mi papá–. Respondió un poco molesta y haciendo un puchero.

—Eso no dijiste cuando entré sin tocar a tu cuarto–.

—Yo... esperaré mi turno entonces...
































[N/A: Hero's Come Back - Nobodyknows+]

Un nuevo día había comenzado...

KAISEN:

Extinción


Capítulo 1: El héroe regresa

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