❁ཻུ۪۪Capítulo 57~ごめん

—Maravilloso trabajo, mi querido Jack.

Soohyuk poseía una sonrisa maliciosa en su rostro, mientras tomaba por el mentón a un molesto Taehyung. Su pulgar acariciaba cerca de sus labios rojizos, los cuales no podrían soltar ninguna palabra.

El joven de cabellos grises yacía inmovilizado sobre una silla gracias al hechizo impuesto por los hombres desconocidos que les tendieron una trampa, manteniendo unos orbes demasiado desafiantes para gusto del vampiro puro. Sin embargo, se dispuso a ignorar ese hecho para no verse afectado frente a Jackson y a los otros tres cómplices en este elaborado plan.

—No fue nada, señor...

Jackson tenía la mirada clavada en el piso, sintiendo demasiada vergüenza y culpabilidad por lo bajo que había caído como persona. Y a pesar de que se encontraba cabizbajo todavía percibía la intensidad de miradas pesadas por parte del joven de cabellos grises que seguía neutralizado desde que lo sacaron de su hogar. De seguro Taehyung lo odiaba o lo quería tres metros bajo tierra por ser tan cruel y doble cara.

Él no era así, nunca lo fue, por lo que el arrepentimiento comenzó a consumir su alma de forma tortuosa conforme los minutos pasaban. Quizá en el pasado tuvo que hacer algunas cosas por necesidad como robar comida para sobrevivir, pero jamás tuvo el atrevimiento de dañar a alguien de manera tan directa como ahora.

Mucho menos perjudicó a un ser que fuera tan amable con él, como era el caso de Taehyung, quien era un encanto de persona. Y no solo el vampiro, todos los sobrenaturales que vivían en su mansión desde que le conocieron lo trataron de la mejor manera, sin esperar nada a cambio. Recibiéndolo en su hogar como si fuera parte de una preciosa y consolidada familia.

Pero no existía otra alternativa, porque tenía que cumplir sí o sí con el deber que le impuso el vampiro que le salvó la vida. El único al que le debía lealtad por obvias razones.

—Ah, que fascinante es tenerte aquí, hermoso. Pero al mismo tiempo es una pena que no vinieras por cuenta propia cuando te hice mi propuesta.

Su mano descendió por el cuello del ajeno con provocación, descubriendo sin querer la marca cicatrizada del lobo que sería una pieza clave para conseguir sus metas. Ni siquiera la quiso tocar, porque le causaba demasiada repulsión ser testigo de algo tan antinatural para los vampiros conservadores.

—¿Cómo pudiste dejarte marcar por un jodido lobo? —el tono de voz del hombre se oscureció tanto como sus ojos—. Pensé que eras mejor que esto, Taehyung. Ya no me arrepiento tanto de tenerte aquí en contra tu voluntad.

Si el peligris tuviera la capacidad de hablar hace rato le hubiera contestado como se lo merecía, pero sus ojos filosos ya lo decían todo. La ira lo consumía por dentro, queriendo darle una lección por su osado comportamiento. Quería castigar a todos esos desgraciados que lo tomaron con la guardia baja.

Aunque eso no era nada divertido para Lee, quien con un ademán le pidió a uno de los sobrenaturales presentes que le quitaran el hechizo al susodicho.

—Como gustes, Soohyuk.

Taehyung notó como una luz le rodeaba, y al instante, volvía a tener control sobre su cuerpo. Moviéndose de un lado al otro, queriendo soltarse de las cuerdas con las que lo amarraron como doble método de seguridad.

—Eso no servirá. Ríndete ya, Taehyung.

—¡No me digas que hacer, desgraciado!

Kim escupió cada palabra con enojo, después de ser consciente que recuperó la capacidad del habla. Quería castigar a ese vampiro por el desastre que estaba causando a su alrededor.

¿Meterse con su lobo?

No lo permitiría.

¿Ponerle un dedo encima?

Mucho menos.

¿Qué le dañara un solo cabello?

Sobre su maldito cadáver.

Una vez cometió el error de ser cobarde y no protegerlo, por lo que en esta ocasión era capaz de dar su vida por él.

—Eres una escoria, me clavaste un puñal por la espalda y te salió de maravilla, porque jamás lo imaginé viniendo de ti.

El hombro soltó una sonora carcajada, incrementando la molestia en su prisionero.

—Parece que todavía no te das cuenta en la posición en la que estás, Taehyung—fingió limpiarse una lágrima falsa, mientras se inclinaba lo suficiente para hacer contacto visual con el peligris—. Todo esto se hubiera evitado con solo aceptar la propuesta que te hice cuando confesé mis sentimientos por ti. Yo te advertí que me volvería poderoso y este será el primer paso gracias al perro pulgoso que convertiste en tu pareja.

—¡¿Qué mierda quieres con él?!

Demandó conocer más detalles de los que tenía de antemano, mostrándole los colmillos en el proceso como amenaza.

—Estoy segura que uno de mis colegas le explicó a uno de tus hermanos cual es la situación con tu preciado Jungkook y tu debiste escucharlo, ¿no es así?

El vampiro que al mismo tiempo era un brujo llamado Jongsuk, le dio la razón con un movimiento de cabeza, mostrando que estaba de acuerdo con sus palabras.

—Sí, yo me encargué personalmente de hacérselo saber a Kim Seokjin después de conseguir neutralizar a los presentes en la mansión.

—Magnífico, no podía esperar menos de ti.

Soohyuk se alejó del joven de piel canela para darle una pequeña palmadita en la espalda a ese ser tan especial que trabajaba para él desde hace más de veinte años. La pieza invaluable a la que le otorgó inmortalidad con su mordida para que le ayudara a ejecutar su plan.

La manera en la que se conocieron no fue nada del otro mundo, porque Jongsuk era un humano como Jackson al que pudo salvar de una vida llena de miserias por estar con muchas deudas encima, sin imaginar que ocultaba un valioso secreto.

Si bien nació como un simple mortal, su padre había sido un ser sobrenatural, un brujo poderoso que se fijó en una humana a tal punto de querer tener su descendencia con ella.

Poco después, cuando llegaba a la tierna edad de doce años, Jongsuk quedó huérfano, gracias a un viejo enemigo de su padre, el líder de una manada de hombres lobos.

Esta es una maravillosa redención por tu error años atrás. Por ese motivo, el odio y el resentimiento se convirtieron en su estímulo para seguir adelante.

Un cómplice ideal para alguien egoísta y con ansías de dominio.

Cuando el chico se puso a la tutela de Soohyuk tuvo que aprender a controlar sus poderes para seguir conservando el hogar y las comodidades que le brindó. Cinco años fue lo que demoró para conseguir su propósito, ganándose también la mordida que le otorgó la inmortalidad, pues los hijos de los seres sobrenaturales que se mezclaban con mortales no contaban con la capacidad innata de vivir por la eternidad.

¿Redención? ¿Acaso esta no era la primera vez que actuaban de esa forma tan ruin?

Maldición, un recuerdo fugaz cruzó por su mente.

Jungkook declarándole lo sucedido en el día que perdió a sus padres y estuvo a punto de morir.

Cuando escapó de las llamas.

Fuego producido por algo, o más bien, por alguien.

Debía ser él.

Jongsuk fue el culpable del trauma de su alfa.

Se decía que los vampiros contaban con instintos que se activaban al experimentar una sed de venganza. No cabía duda de que esta era la primera vez que Taehyung lo sentía en carne propia.

Quería... No, necesitaba encargarse de ese bastardo.

Todo un siempre fue pacífico, pero por su gente y por su pareja, no temía ensuciarse las manos. Ya no. No existía más el humano lleno de misericordia, porque las circunstancias influyeron a que no temiera enfrentarse a lo que fuera por un bien mayor. En este caso, el bienestar de su cachorro.

El joven de cabello gris se mantuvo callado durante todo el parloteo de ambos vampiros, hasta que Soohyuk lo sacó de su burbuja.

—Contestando a tu pregunta de una forma más completa, Taehyung. Lo que más deseamos es llegar a un acuerdo con tu pareja,

—¿Cómo supieron de él? —exigió saber—. ¡Dímelo!

—Esos son detalles que no te interesan—le contestó Jongsuk con fastidio en su voz—. Señor, ¿lo vuelvo a neutralizar para que se calle de una vez?

—Déjalo que despotrique todo lo que quiera, porque eso no cambiará el destino que marcó por sus incorrectas decisiones.

—¿En serio? ¿No superas que te rechacé? Qué vergüenza, Lee.

—Pudiste tener el mundo a tus pies, Tae. Pero preferiste quedarte solo, argumentando que no solo me veías como tu amigo y que no te encontrabas en la disposición de intentarlo conmigo.

—¡Porque no puedes obligar a nadie a corresponder tus sentimientos! ¡Entiéndelo ya!

—¡Me importa una mierda! ¡No debiste ser tan amable, me confundiste!

Taehyung se rio con burla, enojando en demasía a Soohyuk.

—¿De qué mierda te ríes ahora?

—Eres patético como para confundir amabilidad con otra cosa, a pesar de que siempre que se me presentaba la oportunidad, te dejaba en claro que no me interesaba ninguna relación.

—¿Entonces que sucedió? ¿Por qué le diste una oportunidad a ese mocoso de raza inferior?

Decir que la curiosidad no le carcomía la mente, sería mentir.

Ese era un detalle que desconocía en su totalidad.

—No tienes que saber la razón. Lo único que puedo decirte es que soy muy feliz con mi alfa, porque si tanto lo quieres, es obvio que sabes que es mil veces mejor que tú.

A Kim se le cruzó por la mente molestarle para que le quedara muy claro que no existía punto de comparación entre su Jungkook y él.

—Mi lobo es tan bueno en todo, tan amoroso, tan leal, tan encantador y el amante que cualquiera podría anhelar. Tiene el privilegio de ser el único en poseer mi cuerpo y mi alma. Algo con lo que tú siempre podrás soñar, porque así me fuerces, jamás te corresponderé.

La rabia hizo que el cuerpo del vampiro puro se tensara, y antes de ser consciente de lo que estaba a punto de hacer, tomó por el cabello a su víctima con brusquedad. Un gemido de dolor escapó de los belfos rojizos de Taehyung por el escozor que le invadió en dicha zona.

—No trates de provocarme más o no responderé. Nadie aquí velará por tu bienestar, así que puedo hacer lo que quiera contigo, ¿entiendes?

—Maldito...

—Maldito y todos los adjetivos que se te ocurran, pero estás bajo mi poder, vampiro de cuarta. No soy tan mierda para someterte en estas circunstancias. Haré que desees piedad cuando todo esto acabe y si valoras tu vida, serás bueno y aceptarás lo que quiera darte.

—Primero prefiero ser torturado y terminar muerto, idiota.

—Ya veremos si dices lo mismo cuando ese pulgoso llegue a por ti porque no te va a abandonar y ese será su mayor error—volvió a jalar los mechones grisáceos, pero en esta ocasión, notó como el vampiro menor se obligó a no demostrarle ningún tipo de incomodidad—. Disfrutaré hacerle daño como no tienes idea, y no podrás evitarlo.

—Púdrete.

—No puedo, querido. Primero tengo que conseguir mi objetivo. Mi deseo más atesorado desde que tuve ganas de hacerlo realidad.

Y sin más, le soltó de su agarre para dar unas indicaciones más a sus cómplices en voz baja, mientras Taehyung perforaba con la mirada a un nervioso Jackson. Se rehusaba a intercambiar palabra con él, porque sabía que sería más hiriente que con Soohyuk.

Todavía estaba procesando su terrible engaño, porque realmente quería creer que no tuvo elección. No se imaginaba que existiera alguien que pudiera fingir con tanta destreza.

—Lo lamento, en serio.

Su voz salió en un murmullo al aprovechar que sus superiores se alejaron lo suficiente de ellos como para que no tengan la mínima oportunidad de escucharlos en medio de esa habitación tan vacía y oscura.

—Si tanto lo lamentas, arréglalo. O en tu mente cargarás con el destino que les espere a varios inocentes.

Jackson no tuvo valor para emitir otra palabra, tampoco para iniciar un contacto visual. Motivo por el cual, cuando Soohyuk le dijo que era libre de retirarse, lo hizo sin mirar atrás, antes de desplomarse y llorar con fuerzas.

Era una suerte que los vampiros que nacieron siendo humanos mantuvieran la capacidad para soltar sus sentimientos mediante lágrimas.

Se encerró en su pieza, haciéndose ovillo en el piso cubierto por una alfombra, mientras sentía que le faltaba la respiración que sus pulmones no requerían para funcionar con normalidad.

Estaba sufriendo un ataque de ansiedad.

Pero lo que fue la gota que derramó el vaso, fue recordar la conversación con Hoseok previa el desastre. El roce sutil entre sus manos y las emociones que se adueñaron de su muerto corazón.

Llevó sus manos hacia cada lado de su cabeza, cerrando los párpados con fuerza. Sus sollozos y los temblores eran imposibles de controlar.

Sin embargo, ese instante de desesperación sirvió para que las piezas del rompecabezas se unieran cuando perdió la consciencia.

Logrando que tomara una decisión.

Seokjin reconfortaba con palabras a Jungkook, mientras Yoongi, Hoseok, Namjoon y Jimin lanzaban ideas al azar para organizarme en el rescate de Taehyung cuando varios golpes se escucharon en la puerta.

Un gruñido se escapó desde lo más profundo de la garganta del lobo, quien se levantó para atender a la persona que estuviera al otro lado, sin esperar que sus mayores le dieran permiso para ello.

Sus garras crecieron de inmediato cuando el azabache tomó por el cuello al vampiro que permanecía cubierto de pies a cabeza por una capa oscura con capucha al arrastrarlo hacia el interior de la mansión.

—¡Cómo te atreves a aparecerte por aquí después de lo que hiciste!

Jeon le reclamó con los orbes encendidos en ese color cielo con un toque morado que delataba la presencia del demonio en su interior.

—¡Lo siento mucho!

Apretó con más fuerza la zona, rasgando la tersa piel en el proceso. A los lejos escuchó como el resto de los presentes le decían que pare, pero justo ahora quería ceder a los impulsos de su parte animal. A la que estaba mil veces más resentida por no tener a su vampiro para que le diera mimos, besos o abrazos hasta el cansancio. Le había extrañado tanto durante el día, que no soportaba la sensación de vacío que le atosigaba desde el instante en que no pudo refugiarse entre los brazos de su amado.

No iba a matar a Wang con su rudo agarre, porque eso era técnicamente imposible. Los sobrenaturales solo podían pasar a mejor vida si se los hería con ciertas armas en específico.

—Para Jungkook, déjalo hablar.

El brujo de cabellos negruzcos como el carbón se le acercó por detrás, poniendo su mano sobre su hombro para que le bajara a su intensidad. Si Jackson se presentaba ante ellos de esa forma debía ser por un buen motivo, porque de lo contrario, sería igual a meterse en la guarida de un lobo rabioso.

—Te salvaste...

Aflojó su mano del cuello ajeno, dejándolo caer de lleno en el suelo.

El vampiro no tuvo ni tiempo de quejarse cuando las preguntas se hicieron presentes casi de inmediato.

—¡¿Por qué mierda ayudaste a que se llevaran a mi mejor amigo?!

Cuestionó el hada con el rostro encendido en rojo por el descaro ajeno.

—En serio lo lamento, sé que me odian justo ahora y con razón, pero no me quedó de otra más que hacerlo. Mi situación es complicada, pero responderé lo que me pregunten.

—¿Cómo sabemos que esto no es una trampa? —interrogó Namjoon con una expresión estoica—. De ti podríamos esperarnos lo que fuera.

—Me estoy jugando mi propia vida desde que vine aquí. Cuando descubran que me escapé, querrán deshacerse de mí. Y eso ya no me importa, quiero remediar mi error, ayudándoles como sea. Conozco el territorio como la palma de mi mano y sé una que otra cosa.

—¿Por qué cambiaste de opinión?

La voz gélida de Hoseok puso de los nervios a Jackson, quien todavía no creía ser capaz de mantenerle la mirada al susodicho por mucho tiempo.

No después de los recuerdos que invadieron su mente.

Con él era imposible cuando sentía que era capaz de ver más allá de su alma. Pero debía mentir, porque era la única forma de protegerle. Y no darle más sufrimiento como hizo en el pasado.

Hace quinientos siglos, un brujo que correspondía al nombre de Jung Hoseok, sufrió un horrible accidente al caer de un pequeño barranco mientras practicaba su magia al ser todavía un principiante. No iba a morir por más que rodara cuesta abajo, con varias piedras lastimando su piel y golpeando su cuerpo hasta hacerlo quejarse del dolor.

Cuando por fin se detuvo al llegar a tierra firme, perdió el conocimiento por largas horas, hasta que se despertó en una acogedora cabaña. Poco a poco logró enfocar su sentido de la visión, encontrándose con el rostro amable de una humana.

Por un momento temió por su vida, porque los humanos no los soportaban, y viceversa, pero no quería ser prejuicioso, ya que nunca habían hecho algo en su contra.

Por fin despertaste, ¿estás bien?

S-Sí... Gracias, ¿dónde estoy?

Preguntó al estar un poco desorientado.

En mi hogar. Te golpeaste muy fuerte al resbalar por esa quebrada, no podía dejarte así. Por eso te traje hasta acá para curar cada una de tus heridas.

Y con esa respuesta notó que la chica se tomó el trabajo de cambiarle de ropa, ponerle ungüento en sus heridas y vendarlas correctamente para protegerlas en lo que sanaban.

Un sonrojo se adueñó de sus mejillas, causando ternura en su acompañante.

No debiste ayudarme...

¿Por qué no?

Una mueca se posó en sus labios rojizos, intrigada por lo dicho.

Soy un brujo.

El castaño confesó sin tapujos, resintiendo en su interior el dolor corporal que le atormentaba.

Lo sé. Tranquilo.

¿Perdón?

Sé que eres un brujo y eso no me causa ningún problema. Conozco a varios sobrenaturales y no son tan malos como el resto de humanos dice.

Aprecio que no seas prejuiciosa.

De la misma manera en la que valoro que no quieras hacerme ningún daño.

No tengo razón para hacer eso. No soy así.

Me alegraadmitió con una sonrisa—. Estamos a mano, ¿Cuál es tu nombre?

Jung Hoseok, y... ¿el tuyo?

Yuqi, Song Yuqi.

Le mostró la sonrisa más bonita que el brujo pudo ver alguna vez en su vida, y eso le trajo la perdición absoluta. Porque le fue imposible no querer mantenerse a lado de esa humana, a pesar de que sabía que saldría herido. Era un romance imposible y raro, casi uno entre un millón.

Pero eso no lo detuvo de buscar opciones, alguna que pudiera volverla inmortal para estar siempre juntos. Sin embargo, las cosas muchas veces no salen como las planeas.

Porque luego de estar tres años juntos, una terrible enfermedad fue matando lentamente a Yuqi. Su personalidad brillante se fue apagando como lo hace una vela que se consume hasta volverse nada.

Se la pasaba postrada en la cama, y como era huérfana, no existía nadie aparte de Hoseok que pudiera cuidarla. Por eso cuando el castaño debía salir a buscar comida o hierbas medicinales, se le partía el corazón por dejarla sola.

No obstante, ese dolor no se comparaba al instante en el que regresaba de un día ajetreado en el que se le complicó tanto conseguir lo que necesitaba para que su enfermedad no le hiciera tanto daño.

He vuelto, Yuqi.

No obtuvo respuesta.

¿Yuqi? ¿Estás dormida?

Cuando cruzó por la puerta de la habitación que compartían, la mirada de color verde yacía apagada, sus labios poseían un aspecto reseco y suaves palabras incomprensibles se le escapaban, mientras le llamaba con una mano temblorosa.

El brujo dejó todo tirado, yendo hacia ella para tomarla entre sus brazos, mientras escuchabas sus últimas palabras de amor de la boca de su amada que ahora eran más claras. Él las repitió y hasta le dijo muchos más, notando como poco a poco se quedaba dormida.

Pero lo que la humana escuchó con mayor constancia antes de sumirse en un sueño eterno fue el constante te amo de Hoseok, quien apretaba con fuerza su mano, dejándole varios besos en sus blancos nudillos.

Su corazón se detuvo poco después de que sus ojos se cerraran y el sufrimiento terminó para ella. En comparación al sobrenatural que lloraba su pérdida, culpándose por no cuidarle mejor.

Lo dejó todo por ella, incluyendo su hogar y lo que conocía para gozar de un amor tan hermoso como ningún otro, pero ahora estaba solo para siempre.

No tenía lugar al que volver, pues su refugio se esfumó cuando la pelirroja se fue.

Porque cuando inmortal se enamora, no lo hace nunca más. A menos que el destino sea tan benevolente al darle a la pareja una segunda oportunidad para que la persona volviera a este mundo para reencontrarse con su otra mitad.

Sin imaginar que ese sería el caso de Jackson, el vampiro que en su vida anterior fue la mujer benevolente que ayudó a un brujo en apuros.

—Yo no soy así, Taehyung no merece esto. Ninguno de ustedes, por eso quiero ayudar.

—De acuerdo, entonces espero sepas redimirte. Te tendremos vigilado.

Yoongi le advirtió, señalándole con el dedo, mientras Jungkook asentía despacio.

Él más que nadie estaría al pendiente de cada uno de sus movimientos.

—Sí, me parece bien. Yo, traje algo que los puede servir—mencionó, sacando un pequeño libro de tapa dura del bolsillo de su chaqueta—. Me lo robé sin que Soohyuk se diera cuenta, porque sé que tiene que ver con lo que quieren de Jungkook-ssi.

—Déjame ver eso, por favor.

Hoseok se encargó de revisar el libro, después de rozar una vez más las manos con Jackson. Pero en esta ocasión, optó por ignorar la sensación electrizante que le recorrió con ese simple gesto.

Con atención leyó un poco del contenido, porque era especialista en leer lenguas antiguas, a diferencia de Yoongi que no era tan bueno con ello. No demoró en descubrir que se trataba de un grimorio especializado en la invocación de demonios de animales poderosos, entre ellos, el lobo de las tinieblas.

El mismo ente que vivía en el cuerpo de su querido dongsaeng.

Uno que aparentemente estaba relacionado con la luna púrpura, según este texto antiguo, demostrándole que había tantas cosas de las que no se enteraba a pesar de cargar unos cuantos siglos en su espalda.

Pasó la saliva con dificultad al unir los cabos sueltos, sintiendo las miradas de sus amigos sobre él.

Pero no podía decir palabra antes de terminar de leer toda la información disponible.

Aquel demonio juró lealtad eterna al maravilloso astro que aparecía en el cielo cada tanto y que al ser tan poderoso se volvió tan codiciado por sobrenaturales y humanos con las peores intenciones.

Después de que su último portador lo usara para exterminar a un pueblo entero, por cuenta propia decidió sellarse a sí mismo en una preciosa gema púrpura, que fácilmente podría ser confundida con una piedra amatista. Porque eso le garantizaba tener más control sobre sus increíbles poderes.

Y así, la piedra pasó de mano en mano, cumpliendo todo tipo deseos, menos los que eran de su muerte y destrucción sin sentido. Hasta que, se volvió la pertenencia permanente de una bruja, quien no se lo pensó dos veces para sacarle provecho después de que varios de sus clientes se quejaran sobre efectos secundarios tras ocuparla.

Ganándose el apodo de piedra maldita, sin imaginar que esto se daba con las personas de malos sentimientos. Porque por más que muchos consideraran a los suyos como seres sin corazón, poseían principios y valores inquebrantables.

La mujer, al ver que le traía más problemas que beneficios, buscó la manera de deshacerse de la piedra, pero todos a su alrededor ya conocían el destino que les esperaba si se hacían cargo.

Por eso cuando un jovencito llamado Yeongho acudió a ella, buscando una solución a sus ansias de volverse inmortal para estar con su amado por toda la eternidad.

La víctima ideal que le serviría para quitarse ese horrible peso de encima.

Y de ahí, nunca se supo más acerca de ese humano que desapareció como si nunca hubiera existido. Lo que influyó a que varios teorizaran en conjunto a la fémina que el demonio tuvo algo que ver en eso. Un hecho que no estaba muy lejos de la realidad, porque el lobo se convirtió en uno solo con el mortal y eso, a su manera, era un arma completamente letal.

¿La razón?

Al desaparecer dicha gema, el sello impuesto por aquel sobrenatural se tornaba obsoleto. Por lo que cualquiera que tuviera en su poder al ser nacido con el demonio en su interior, sería invencible a tal punto de controlar a todos como sus marionetas si se realizaba un ritual en honor a la luna púrpura.

—Ese es su jodido objetivo, quieren capturarte Jungkook.

—¿Qué? ¿Es por mi lobo?

Los presentes se dedicaron miradas entre sí, estupefactos por la nueva información.

—Sí, pero lastimosamente no dan tantos detalles al respecto. Debe haber una parte de la que no estamos al tanto—explicó Hoseok, rascándose la nuca—. Y ese único detalle podría mandar a la mierda nuestro plan.

—Entonces hay que planear algo que tenga el mínimo margen de error—argumentó el hada con determinación—. Yo confió en que podemos lograrlo sin importar que todo esté en nuestra contra.

—Pienso igual que Jiminnie...

Yoongi opinó tras soltar un largo suspiro, un tanto pensativo.

—Y creo que mi chico podría ser una pieza perfecta para el caso.

El rubio le analizó con la ceja alzada, no entiendo sus palabras.

—¿A qué te refieres, Yoon?

—A que este el momento crucial para que le demuestres a todos lo bien que has conectado con la naturaleza.

La boca de Jimin se abrió en una perfecta "o". Era cierto, sus amigos desconocían la sorpresa que cargaba como una carta maestra bajo su manga, pues hace mi poco recuperó dicha capacidad.

—¡Es verdad! Pongámonos en marcha.

—Por mi hermano—musitó Jin, mostrando su mano para que los demás pusieran la suya encima, cerrando la promesa—. No descansaremos hasta tenerlo de vuelta.

—Así sea lo último que hagamos...

Jungkook murmuró, recibiendo aceptación. Mientras en su cabeza se repetía una y otra vez que, de ser necesario, les protegería a todos a costa de su propia vida.

A fin de cuentas, esos desgraciados lo codiciaban.

Y si tan intenso era el anhelo, les daría lo que querían.

Continuará...

Gracias por leer, el próximo será el antepenúltimo capítulo. Espero leer sus opiniones en comentarios. Y aprovecho a comentarles que muy pronto iniciaré una historia kooktae omegaverse llamada Strange Sensations, por si gustan darle una oportunidad. Ya se encuentra disponible en mi perfil, nos vemos en el próximo y antepenúltimo capítulo.

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