❁ཻུ۪۪Capítulo 55~共犯者
Hace diez minutos aproximadamente, Jungkook y Taehyung terminaron de tomar un relajante baño después de una extenuante noche de pasión en los brazos del otro. El vampiro, que vestía tan solo una camisa de su novio que le llegaba poco más arriba de las rodillas, se encontraba secando los cabellos azabaches del susodicho con ayuda de una pequeña toalla.
El peligris estaba tan feliz de recibir caricias en sus muslos repletos de marcas por parte del hombre lobo que portaba únicamente su pantalón de pijama, regalándole una exquisita vista de su torso desnudo cubierto por las mordidas de sus filosos colmillos.
Los dos se sonreían con mucho cariño, complacidos de haber logrado su cometido tras volver de la celebración en el mundo de abajo. Porque ni bien el evento dio por finalizado, el grupo de sobrenaturales estaba exhausto luego de disfrutar como hace tanto tiempo no hacían al alejarse de ese tipo de eventos por voluntad propia.
—Ya es hora de irnos—anunció Jimin, estirándose un poco luego de haber bailado por un largo rato—. Lo único que quiero es dormir.
—Estamos igual, Jiminnie. Ya todo terminó—coincidió Hoseok con una brillante sonrisa adornando su rostro—. Podrán llamarme dramático, pero siento que voy a caer en la cama y no saldré de ahí hasta el otro día.
Las risas no se hicieron esperar ante el comentario del brujo de cabellos castaños, pero lo cierto era que ninguno de los presentes creía que estuviera exagerando. Sin embargo, tanto el lobo como el vampiro eran los que menos agotados se encontraban, porque habían querido cuidarse con ese detalle para poder llevar a cabo su plan.
—Súbete a mi espalda, Tae—pidió, señalando dicha zona con su mano—. Voy a cargarte, porque estás que no puedes dar un paso más.
El azabache hizo la respectiva petición al vampiro, dando inicio a su actuación en conjunto con su pareja para engañar a sus amigos, quienes suponían que su propuesta era una muestra de puro romanticismo y caballerosidad debido al agotamiento que debía estar afectando al peligris.
—Pero te vas a cansar más de lo que ya estás, Koo.
Fingir preocupación era su carta secreta para sonar más convincente.
—Esa es la idea, Tae. Me muero por ir a dormir, así que ayúdame con esto.
—Acepta el ofrecimiento de tu cachorro y no perdamos más el tiempo, chicos.
Yoongi procedió a entrelazar su mano con la del hada que le miraba con fascinación luego de hablar con sus amigos, mientras el hermano del peligris se dejaba abrazar por el cambiaformas que estaba siendo su soporte para mantenerse de pie y no dejarse caer de lleno al suelo.
Al mismo tiempo, las féminas aprovechaban su charla para sacar sus alas a la vista, pues no se sentían con suficientes ganas de usar sus pies para ponerse en movimiento.
—Está bien, si tanto insisten.
El menor de los Kim aceptó el pedido de su enamorado, abrazándole por el cuello conforme sus piernas se enredaban en su cadera para sujetarse de mejor manera, hasta acomodar su rostro en el hombro ajeno.
El vampiro escuchó un ronroneo bajo por parte de su chico, por lo que no se contuvo de dejar un beso casto en su nuca.
Se despidieron de las dos cambiaformas y otros sobrenaturales que les honraron con su presencia durante el evento, hasta que se retiraron con un destino fijo antes de que se les hiciera más tarde. Atravesando el camino por el que pasaron con anterioridad, mientras charlaban de banalidades.
Al arribar a la mansión, las hermanas de Jimin ya se habían separado del resto para ir a su hogar, por lo que cada quien se retiró hacia sus habitaciones tras agradecer por el buen momento compartido entre todos en esa preciosa noche.
El lobo y el vampiro esperaron por unos minutos a que los demás habitantes de la elegante vivienda dieran señales de que se fueron a dormir, con la idea de concentrarse en la tentadora idea que conversaron a raíz de la situación vivida con la sirena y el tritón que quisieron pasarse de la raya con el azabache.
(Parte +18, si no les gusta, pueden saltarla sin problema hasta un poco antes del separador)
—Pienso cumplirte la promesa, ¿crees que puedas con ello?
Taehyung susurró cerca de los labios de Jungkook, con sus cuerpos tan juntos que parecían dos piezas de un puzzle destinadas a encajar a la perfección. El lobo era capaz de derretirse ahí mismo gracias a la presión que el vampiro hacía con su pierna contra el bulto que crecía dentro de sus pantalones.
Un jadeo escapó de los labios del licántropo, quien se sentía tan expectante como su animal interior al ver de nuevo esa faceta dominante en su luna de rubí. Su espalda chocaba contra la dura pared cercana a la puerta del dormitorio al ser acorralado por el joven de cabellos grises.
—Pruébame, rebasa mis límites. Sabré como responderte, hyung.
Y de nuevo ese apodo que se llevaba muy lejos la cordura del peligris.
—Bien, porque no pienso detenerme. Harás lo que yo te diga, cariño. Sírveme como si fuera tu dueño, tu señor, tu amo.
Antes de que pudiera replicar a esa propuesta tan provocativa, Jeon notó como los labios impropios se apoderaban de los suyos en un beso necesitado y desordenado por el involuntario choque entre sus dientes junto al roce de sus lenguas que buscaban el control de la situación que volvía el ambiente mucho más caliente de lo que ya era.
Las finas prendas que lucieron para la importante ocasión no tardaron en ser retiradas de sus anatomías, quedando al desnudo frente al otro, porque no tenían la mínima intención de seguir alargando las cosas entre los dos.
Las osadas caricias y toqueteos que se daban con sus manos no se hicieron esperar, palpando cada parte sensible de sus pieles que anhelaban por más contacto.
La pareja se separó solo para ubicarse en la cama para una mayor comodidad.
Jungkook percibió la suavidad del colchón debajo suyo, a la par que Taehyung dejaba un camino de húmedos besos y mordidas sobre su dermis nívea al tomar asiento a su costado, mientras se inclinaba lo suficiente para atender la dolorosa erección entre esos gruesas muslos.
Gracias al juego previo, su falo yacía cubierto en su totalidad por el líquido preseminal que expulsó conforme los minutos avanzaron.
Un gemido ahogado brotó con naturalidad de los labios rojizos del lobo cuando la mano de su novio dio inicio a los movimientos de estimulación en su miembro. De vez en cuando, sus largos y fríos dedos delineaban la carne caliente y dura que rogaba por ser apresada en un cálido interior.
El vampiro sonrió con suficiencia al ser testigo del gran empeño que su chico ponía para callar todos los sonidos que en otras circunstancias estaría feliz de escuchar. Sin embargo, tenían muy claro que en esta ocasión no se lo podían permitir para no incomodar a nadie.
—Eso es, alfa—susurró, dejando una mordida en uno de sus pectorales—. Nada de ruidos, no queremos molestar a nuestros hyungs como la vez anterior.
—H-Hyung, ya deja de torturarme.
Su cuerpo ardía por el deseo de seguir gozando de esas sensaciones que parecían ser grabadas con fuego en su piel nívea. Los besos, las caricias, las mordidas, todos esos gestos quedaron en segundo plano cuando rogó por su merecida recompensa.
A Jeon los segundos le parecían eternos, pero por más contradictorio que eso se escuchará, de verdad le gustaba mantener el interés a lo que sucedería a continuación.
—Te has vuelto desesperado, pero hyung lo remediará pronto, bonito.
Después de molestarle con su comentario, dejando un golpecito muy cerca de su entrepierna, Kim se incorporó de la posición en la que se encontraba para buscar algo que pudiera ayudarle a cumplir la fantasía sugerida por el joven de orbes chocolate.
Una brillante idea cruzó por su cabeza como si fuera una especie de revelación divina, por lo que se fue corriendo hacia su armario para agarrar unas prendas que le serían muy útiles para lo que planeaba hacer.
En menos de veinte segundos, el azabache levantó el rostro para toparse con la mirada coqueta del vampiro de orbes escarlatas, quien entre sus manos tenía unas cuantas corbatas de su propiedad.
—¿Eso?
Su mente no demoró en conectar los puntos sobre lo que podría tratarse. Que inteligente era su amado.
—Sí, es justo lo que estás pensando. Lastimosamente no tenemos cuerdas a nuestro alcance como en el pasado, pero esto nos servirá. Un buen diseñador siempre sabe cómo ingeniárselas, ¿no crees?
—Tienes un punto. Entonces, átame ya.
Ni corto ni perezoso, Taehyung se acercó hacia Jungkook, muy dispuesto a amarrarle las manos en la cabecera de la cama para inmovilizarle. Tiempo atrás les encantaba jugar de esta manera, porque la lujuria se intensificaba de una manera muy satisfactoria.
El lobo no podría tocar con libertad a su vampiro como de costumbre cuando estaba en la intimidad y eso incrementaría la tensión entre los dos.
—Ahh...
—¿Está muy apretado? —inquirió con seriedad, porque tampoco quería llegar a dañarlo—. Dilo con confianza, bebé.
—Extrañaba sentirme tan vulnerable ante ti—admitió, mordiendo su labio inferior—. Así que no te preocupes. Eres el único al que le permito estas cosas, siempre ha sido así.
La preocupación del joven de cabellos grises se esfumó al escuchar la coqueta contestación de su novio, pero aun así le hizo saber lo que opinaba al respecto.
—Lo sé, pero eso no significa que no me guste velar por tu comodidad también. No solo yo debo disfrutar por más que adores complacerme en todo lo que te pida.
—Créeme que lo tengo muy presente. Confió en ti y mi lobo también está de acuerdo a pesar de que en otras circunstancias no permitiría que lo dominen por nada del mundo.
—Y por eso lo valoro mucho más—atestiguó con una sonrisa cuadrada en sus belfos hinchados por la larga sesión de besos, buscando el botecito de lubricante que ocuparía en uno de los cajones de la mesita de noche—. Ahora, deja de hablar y disfruta, mi amor.
El vampiro se sube encima del regazo del lobo, creando una deliciosa fricción entre el trasero y el miembro necesitado del azabache. El mayor inició un vaivén constante gracias a sus caderas que se movían sobre el cuerpo impropio, masturbándole con una increíble habilidad hasta que el chico se tensara visiblemente por el aumento del calor en su vientre bajo al querer correrse.
—¿Te gusta? Claro que lo hace. La expresión de tu linda cara te delata.
El peligris acariciaba el abdomen ajeno repetidas veces, subiendo hacia los pezones oscuros que pellizcó con ganas hasta causar suaves gruñidos en su acompañante. Torturarle de esa manera era la gloria, incluyendo el hecho de que dejó de proporcionarle sus besos para que se le volviera más dificultoso contener los ruidos que se le escapaban cada tanto en un tono muy bajo para no alertar a nadie en la mansión.
—M-Más rápido, Tae.
—Te vas a correr cuando yo te diga, y eso será si me gusta cómo te mueves cuando estés dentro mío, ¿entendiste, cachorro?
—S-Sí...
—Pon tus ojos en mí, no te atrevas a dejar de mirarme o me voy a enojar.
Demandó con autoridad, sentándose por completo un poco más debajo de la masculinidad ajena con las piernas abiertas para darle una vista muy clara al menor de su entrada que ansiaba ser colmada hasta el fondo.
—Maldición, vas a...
Justo ahora se preguntaba si fue buena idea que su chico lo tuviera atado de manos, era muy devastador no poder tocarle como quería. Peor aun cuando no podía ser el encargado de prepararle con sus dedos como estaba haciendo en ese preciso instante.
—Shhh, sin groserías—lo silenció, regando más lubricante sobre dos de sus falanges que entraban y salían de su apretado agujero—. Imagina que eres tú quien está haciendo esto, recuerda la sensación y será más satisfactorio para ti.
—Joder, agrega uno más.
Un destello de color morado fue lo que Taehyung percibió en los orbes ajenos al escuchar esa tentadora demanda. Jungkook era el que tenía el control en ese momento, pero su lobo siempre encontraba la manera de hacerse presente. Y por más que él estuviera en una posición para nada sumisa, no le molestaría cumplirle el capricho a la parte más animal de su pareja.
—C-Como mi alfita quiera.
Un tercer dedo se abrió paso en su interior para seguir con el trabajo de dilatación, moviéndolos en círculos y en tijeras con diligencia, mientras mordía sus labios con sus colmillos para no gritar por el placer y el característico escozor que lo dejaba al borde del delirio.
—Eso no basta, ¿verdad? Quieres algo más grande y grueso como mi...
"Lobito travieso".
El vampiro pensó con diversión, poniendo sus ojos en blanco por inercia.
—N-No te di permiso de hablar, cariño.
—No lo necesito, no cuando veo la misma desesperación en tu rostro—argumentó, tensionando los músculos de sus brazos como si quisiera soltarse—. Déjame ayudarte, mi amor.
—Mmghh... —gimió muy bajito cuando alcanzó su punto dulce—. ¿Qué tanto quieres ayudarme, bonito?
—Mucho, permíteme complacerte, hyung.
Y esa fue la indicación de que Jungkook volvió a sus sentidos después de que su lobo se luciera mostrando la dominancia característica de su especie.
—T-Tienes suerte de que sepas lo que quiero por más trabas que te ponga, bebé.
—Eres muy transparente para mí, mi luna de rubí. No te tocaré para respetar nuestro acuerdo, pero al menos deseo sentirte.
Asintió con un movimiento de cabeza, retirando sus dígitos de su interior para reemplazarlos por el duro e hinchado falo de su acompañante. Con una mano se apoyó en el torso impropio, mientras con la otra alineaba la erección de su novio en su entrada.
Poco a poco fue introduciéndola hasta quedar totalmente lleno, sintiendo como palpitaba en su interior al estirar sus paredes. Una vez más se cohibió de gemir por la placentera experiencia que le hizo entrecerrar los ojos en lo que se acostumbraba al dotado tamaño de su amado.
Su miembro también dolía por no haber recibido atención, pero gracias a la estimulación directa en su próstata dicha sensación quedaba totalmente eclipsada. Aunque sabía de sobra que podría hallar su liberación con solo montar a su pareja hasta que sus piernas quedaran igual de temblorosas como un postre hecho de gelatina.
Jungkook se retorció debajo de Taehyung cuando el susodicho dio varios saltos certeros sobre su eje, volviendo a masajear los botoncitos en su pecho, dejando una que otra marca con sus uñas al notar como la virilidad contraria rozaba su punto.
El lobo estaba en las nubes gracias a ese interior le parecía tan bueno, porque lo apretaba a la perfección y lo rodeaba con su dulce calor.
Era el verdadero paraíso. Suyo y de nadie más.
Quería gruñir con fuerza, romper sus ataduras y follarle tan duro como si estuviera en celo, pero al ver la felicidad que su amado mostraba al tener el absoluto poder de su cuerpo, provocaba que toda esa clase de pensamientos se fueran muy lejos.
Ya podría hacer eso en la siguiente ronda, en una en la que marcaría todo su cuerpo. Sobre todo esos muslos canelas que contrastarían de maravilla con sus marcas y chupetones.
Sin embargo, su punto de quiebre llegó cuando la mano de Taehyung se trasladó hacia su cuello, privándole de manera moderada del aire que necesitaba para respirar. Su corazón se aceleró como si estuviera corriendo un maratón, conteniendo las maldiciones que querían escapar desde el fondo de su garganta por la mezcla de emociones que lo inundaban en ese momento.
El vampiro lloriqueaba en silencio desde que su pareja se acompasó con sus movimientos, levantando su pelvis para penetrarlo con la misma rudeza con la que se empalaba.
Estaban muy cerca de probar el auténtico éxtasis.
La lujuria era palpable en el ambiente que se sentía tan caliente gracias a los cuerpos unidos que desprendían olor a sexo, mientras el ruido del choque entre sus anatomías era lo único que se escuchaba junto a uno que otro suspiro o jadeo, pues ninguno de ellos pensaba fallar al contener los lascivos gemidos que querían brotar desde sus bocas.
Antes de que se dejaran llevar por completo, Jungkook se tensó lo suficiente como para que Taehyung dejara de presionar su garganta. Los orbes escarlatas cristalizados por las lágrimas contenidas lo recorrieron para comprobar que estaba bien, notando al instante lo que sucedía.
Ya quería liberarse en ese agujero, pero no quería emitir palabra o jodería todo.
Era una suerte que tuviera más fuerza de voluntad en este caso.
—T-Te correrás cuando yo diga—gimió con ganas—. Sé un buen chico y te dejaré llenarme por completo.
—Por favor...
—Haz méritos para ello, bebé. Ahhh...
—Hyung... Yo no puedo más.
—Claro que puedes—trató de sonar firme al momento de cuestionarle—. ¿O piensas desobedecer a tu amo, cachorro malo?
Esa fue la gota que derramó el vaso de cordura del licántropo. Era demasiado excitante para su faceta más sumisa hasta masoquista. Los juegos de poder y dominancia le fascinaban y el vampiro los usaba a su favor.
—Sí, eres mi amo y yo soy tu cachorro.
Ni tan mentira era, porque lo tenía comiendo de su mano. Aceptando todo lo que quisiera darle sin rechistar.
—Eso mismo, bonito. Sigue haciendo méritos conmigo y serás recompensado—prometió con una sonrisa maliciosa enmarcando sus labios—. Aguanta un poco más, un poco más.
Se inclinó hacia delante para unir sus labios en un beso con el que terminó por callarle, mientras seguía recibiendo embistes combinados con sus propios sentones en el regazo ajeno. El sonido obsceno por su unión carnal inundaba la habitación, deleitando a la pareja que se profesaba amor con tanta pasión.
Unos minutos más bastaron para que el peligris encontrará su propio placer, corriéndose en su pecho y en el abdomen ajeno. Largas tiras de semen cubrían su perlada piel. Un gruñido gutural no pudo ser contenido por el menor cuando sintió que era marcado con la semilla ajena, su animal interno ronroneando por lo contento que estaba por la clara muestra de dominación.
Era la gloria.
—C-Córrete. Márcame con tu semilla como si pudiera llevar tu descendencia.
Ante la determinante orden que el mayor murmuró en su oreja, el azabache se liberó a borbotones en la cavidad que le resguardó por un buen rato, dejándolo en el abismo del absoluto gozo carnal.
Los temblores en el cuerpo del vampiro dieron como resultado que terminara desvaneciéndose sobre el pecho ajeno, acurrucándose cerca del cuello ajeno que mordió esa misma noche al no tener alternativa gracias a que se olvidó de su vial.
Los agujeros en la dermis blanquecina recibieron un casto beso que el lobo respondió con un suave ronroneo. Acto seguido, Kim deshizo los nudos en las muñecas de Jeon, quien sintió un gran alivio cuando fue liberado de las ataduras impuestas por las corbatas.
Las marcas rojizas en su piel eran el adorno que llenó de satisfacción al peligris que no demoró en darles suaves caricias para la sensación de adormecimiento fuera desapareciendo lo más rápido posible.
Compartieron un beso cariñoso mientras el menor dirigía sus manos hacia las caderas ajenas, dando suaves caricias por sobre los glúteos que no tuvo la oportunidad de marcar a palmadas o mordidas pero que no desaprovecharía a amasar dada la posición en la que estaban. Disfrutando del aroma a cedro y romero combinados que adormecía sus sentidos.
Una ronda más fue compartida por puro capricho del licántropo que moría por morder al mayor en el cuello, hasta que ambos fueron cediendo al sueño, mientras se dedicaban palabras desbordantes de amor. Felices por la vivencia compartida en la intimidad de su habitación después de todas las emociones en la celebración previa a la noche en que la luna púrpura se adueñaría del firmamento nocturno.
Sin prever lo sucedería a la mañana siguiente.
Los hilos del destino todavía continuaban entrelazando, guiándoles hacia un futuro en el que solo ellos podrían decidir cuál sería el final.
—Ya estás listo, cariño. Deberíamos bajar antes de que se despierten.
—Tienes razón, amor—le regaló una sonrisa, procediendo darle un abrazo—. Gracias por ayudarme.
—Te consentiré cuando quieras y donde quieras, solo debes decírmelo.
—Lo sé, seguiré tomándome al pie de la letra esas palabras.
El vampiro rio suavecito, besando las mejillas del alfa que le veía con adoración. Gozando de su dulce risa que era cómo música para sus oídos.
Juntos se fueron a buscar ropa con la que vestirse de manera adecuada con un objetivo claro en sus mentes, estando muy tranquilos al saber que nadie descubrió su pequeña travesura al haberse esmerado en mantener el silencio.
Era muy satisfactorio ser cómplices en las locuras del otro, porque eso era lo que volvía su relación muy especial.
Porque su amor era de ensueño y nadie podría opinar lo contrario.
Taehyung y Jungkook ayudaban con diligencia a Seokjin a preparar el desayuno para todos, muy tranquilos al confirmar por los comportamientos de sus amigos que nadie escuchó nada de lo que hicieron en la madrugada.
Cuando tuvieron la comida lista, la sirvieron en la mesa y se sumieron en una conversación sobre lo vivido en la celebración del día anterior. Agradeciendo haber asistido, porque sería mentir si afirmaran que no lo disfrutaron en demasía.
Después de que terminaran de comer, Yoongi, Jimin y Hobi se encargaron de lavar y secar la vajilla, mientras Namjoon limpiaba el comedor, mientras el lobo y los vampiros charlaban en la sala sobre trivialidades cómo cual sería la ropa que escogerían para el gran día.
No cabía duda de que la colaboración grupal de los sobrenaturales que habitaban en la mansión Kim era parte esencial para que la convivencia fuera armoniosa.
Todos estaban muy metidos en su propio mundo, hasta que el brujo de cabellos oscuros notó cómo su mejor amigo parecía despistado. Por lo que dejó detuvo su accionar para interrogarle apropiadamente.
—¿Qué te sucede, Hobi? Pareciera que estás en otro mundo.
Jimin los regresó a ver tras guardar algunos platos en su respectivo lugar, intrigado por la pausa que su novio hizo en su conversación. Si lo notó un poco ido, pero no creyó que fuera tanto. No obstante, el joven de mirada felina parecía no opinar lo mismo.
—No es nada, son tonterías...
—Díselo a tu cara de preocupación.
El hada sonrió ante la manera directa en la que se lo dijo, viendo la oportunidad de dar su punto de vista según lo que analizó con anterioridad.
—Yoon tiene razón, Hobi hyung. Desde ayer estás un poco ido, pero supuse que no era nada de lo que preocuparnos. No obstante, si hasta tu mejor amigo lo nota, es por algo.
—Ahhh, es una pena que tu novio sepa leerme tan bien—respondió, dejando a un lado el trapo que estuvo usando para su labor—. Ayer tuve una experiencia muy rara con alguien...
—¿Algún conocido o...?
—Jamás en vida lo había visto, Yoongi. Pero...
—¿Era como si lo conocieras? —el rubio cuestionó con duda—. ¿Acerté, hyung?
—Ni yo mismo lo sé, pero me causó una sensación extraña en el pecho. Es muy confuso, quizá si lo vuelva a ver una vez más pueda describir con mayor precisión lo que sentí.
—Debiste acercártele en ese preciso instante—comentó Yoongi como si fuera lo más obvio del mundo—. No perdías nada con hacerlo, Hobi.
—Estaba siendo acompañado por Lee Soohyuk—confesó, intrigando mucho más a los tortolitos—. Jamás sería tan imprudente cómo para interrumpirles.
—Tienes un punto, Hobi hyung. Aunque en el día de la luna púrpura existe la posibilidad de que lo vuelvas a ver, ¿no?
—Es muy probable. Ya veremos que sucede ese día. Gracias por escucharme, chicos.
Jung decidió cortar el tema, no queriendo que la conversación se fuera por otro lado. Porque por las miradas que el brujo y el hada se dieron, intuía que en sus cabezas el interés que demostró por el desconocido era por una razón que era cómo un tabú para su persona.
El amor estaba prohibido en su diccionario.
Pero nadie tenía que saber los verdaderos motivos al tomar una decisión tan drástica como aquella.
—Un gusto, Hobi—dijo Yoongi, regalándole una palmadita en su hombro—. Para eso estamos.
—Sí, así que no te desanimes, hyung.
El castaño fingió la sonrisa más conveniente para el caso, incitándoles a que terminaran el trabajo que les habían encargado. Luego de eso, los tres sobrenaturales se retiraron hacia el patio para ayudar a Jimin en el entrenamiento que su el brujo más pálido le sugirió para conectar con la naturaleza y tratar de conseguir recuperar algunas de las capacidades especiales de su especie que perdió con el tiempo.
La mañana se les fue volando en un cerrar y abrir de ojos, hasta que Taehyung y Jungkook les llamaron a comer el almuerzo preparado por la pareja conformada por el cambiaformas y el vampiro mayor.
Hoseok, Jimin y Yoongi no demoraron en tocar el tema de los buenos resultados que estaban obteniendo, alegando que si seguían hacía, muy seguramente el rubio conseguiría volver a hacerse pequeño cómo para entrar en cualquier lado como la mayoría de hadas acostumbraban.
Cuando todos se incorporaron de la mesa al terminar de almorzar, con la intención de organizarse para limpiar lo que fue ocupado para la ocasión, se vieron interrumpidos por el estruendoso sonido del timbre de la mansión.
A Seokjin fue al que más le llamó la atención ese hecho, por lo que sin permitir que nadie emitiera palabra, se dirigió hacia la puerta para enterarse de la persona que decidió visitarles sin avisarles con antelación, aunque lo más probable fuera que se trataran de las hermanas de Jimin.
Sin embargo, cuando abrió la puerta y se encontró con un joven de piel tan pálida como la suya, luciendo una vestimenta muy elegante en colores monocromáticos, de su boca salió un certero interrogatorio.
—¿Quién eres y qué haces en mi casa?
—Lamento venir sin haber sido invitado.
El resto de sobrenaturales se analizaron entre sí, preguntándose si era correcto ponerse en guardia ante el importuno visitante.
—Esa no era la respuesta que quería para mis preguntas.
—Soy Jackson Wang, un placer—hizo una respetuosa reverencia, mientras un castaño sentía como su mandíbula se desencajaba al ver de quien se trataba—. Y estoy aquí porque necesito su ayuda.
¿Qué demonios era esto? Era la pregunta que rondaba en la mente de todos los presentes.
—¿En que podríamos ayudarte? —intervino el joven de cabellos grises, acercándose hacia su hermano—. No estamos entendiendo nada.
—¿Puedo pasar a la sala para contarles?
Namjoon no demoró en ubicarse a un costado de su pareja y el hermano de este.
—¿Al menos se puede saber de parte de quien viniste?
—Lee Soohyuk, un amigo de Taehyung-ssi aquí presente.
—Entonces me conoces bien.
—Al menos a ti, Seokjin, Namjoon y Jimin-ssi, porque Soohyuk hyung me habló mucho sobre ustedes.
—Entiendo, lo mejor será tomarte la palabra para que los demás puedan presentarse y puedas contarnos el motivo de tu presencia.
El chico les mostró una sonrisa en la que sus colmillos destacaban, resolviendo la interrogante más grande de los hermanos Kim, quienes desde que lo vieron supusieron que era un vampiro.
En primera instancia, Hoseok se quedó helado en su sitio, pero decidió disimularlo para no levantar sospechas en el otro sobrenatural que por alguna razón parecía no querer hacer mucho contacto visual con él.
Tomaron asiento en los sillones que tenían a su disposición, muy interesados en la explicación que Jackson les daría. La cual se centró en un relato en el que era el protagonista, pues según sus propias palabras, hace muy poco se había transformado en vampiro y todavía seguía acostumbrándose a su nuevo estilo de vida.
Los hermanos Kim ya se imaginaban por donde iba la cosa. El joven les estaba pidiendo su ayuda, porque si bien Soohyuk lo salvó de morir al convertirle en vampiro, jamás podría comprender su sentir al ser un vampiro puro. Por lo que sus intenciones con Taehyung y Seokjin eran claras.
—Como nosotros fuimos humanos que transformaron en vampiros, ¿quieres que te ayudemos a sobrellevar el proceso?
—Exactamente, Taehyung-ssi. Entenderé si no quieren ayudarme, pero al menos quise intentarlo después de que Soohyuk hyung me contó de su experiencia.
—Ni Tae ni yo dijimos que no te ayudaríamos, pero nos sorprende que Soohyuk-ssi a pesar de todo, no se encargue de ello.
—Sí que lo ha hecho, Seokjin-ssi. Ha sido muy buena persona conmigo, sin embargo, jamás podrá ponerse del todo en mis zapatos. Hace poco era humano, pero ahora soy inmortal y debo beber una pócima que reemplaza mis ansias de sangre. Es un cambio muy radical y en lo personal, siento que solo ustedes podrán ayudarme a superarlo.
—¿Y qué es lo que propones? —el cambiaformas de águila intervino, todavía sin encontrarle lógica a su petición, mientras el resto de sobrenaturales se mantenía en silencio—. ¿Qué es lo que quieres que ellos hagan?
—Que me permitan acompañarlos, escuchar sus consejos y experiencias a lo largo del tiempo. Quiero que me vean como su amigo, de la misma forma en la que yo quiero hacerlo. Ningún vampiro puro ha sido malo conmigo por mi condición, siento que no encajo del todo en este nuevo mundo.
—Ya veo, entendemos tu punto—aseguró Taehyung con una sonrisa nostálgica en su rostro—. Nosotros tuvimos mucha suerte de contar con alguien como Eunwoo, pero existían ocasiones en las que no nos entendía por completo, por eso no te negaremos que nos hubiera parecido lindo contar con alguien en el que apoyarnos como quieres hacer con nosotros.
—¿Eso significa que aceptan mi propuesta?
—Como dijo mi hermano, será un placer que cuentes con nosotros, así que sí—el novio de Namjoon estando más relajado, por fin le correspondió a su sonrisa—. Bienvenido a la mansión Kim.
—Muchas gracias, lo digo en serio.
El vampiro se incorporó de su asiento para dar repetidas reverencias, demostrando su gratitud y consiguiendo enternecer a los sobrenaturales que por un instante pensaron que la situación en general era demasiado extraña.
Menos al brujo de cabellos castaños que poseía sentimientos encontrados a los que no les hallaba explicación o razón de ser.
Sin embargo, eso poco le importaba a Jackson, quien creía que su plan salió tal cómo quería. En definitiva, sus dotes de actuación eran perfectos para poner las cosas a su favor.
No pasó mucho tiempo para que después de que los hermanos Kim y Wang llegaran al acuerdo de que se estarían reuniendo en los siguientes días de manera indefinida por unas cuantas horas, el chico se retirará del lugar con prisa.
Al estar lejos de la mansión, soltó un largo suspiro, mientras se dejaba consumir por los recuerdos que lo trajeron a ese preciso momento.
"Ese chico que acompaña a Taehyung es un hombre lobo y por lo que vi en su enfrentamiento con Yeji, terminé por confirmar que no es un sobrenatural común y corriente. Quiero que te infiltres en la mansión Kim y lo vigiles de cerca. Cualquier cosa debes avisarme y sabré como proceder. ¿De acuerdo?"
"Sí, Soohyuk-ssi. Estaré feliz de ayudarle".
"Que genial. Más tarde acordaremos el resto de detalles para que tu aparición sea convincente".
Y después de eso le había dejado en paz, pero su corazón no se encontraba muy en paz desde que sus orbes se conectaron con los del joven de cabellos castaños que yacía en una mesa llena de féminas a una considerable distancia.
Había visto que era uno de los acompañantes de Taehyung y el licántropo, pero cuando sus miradas se mezclaron de una manera fugaz, se desconectó de la realidad por un instante, a pesar de contestar con obediencia a las peticiones de su señor.
El sobrenatural al que le debía una segunda oportunidad después de lo que vivió.
Al único al que no podía negarle nada, porque su vida le pertenecía. O eso fue lo que le dio a entender desde el momento en que abrió sus párpados al haber terminado el proceso de transformación a vampiro.
Por lo que no le quedaba más que ser de utilidad en el plan del que desconocía tantas cosas.
¿Se arrepentiría o continuaría sin remordimientos?
Solo el tiempo le demostraría si su elección fue la correcta.
Continuará...
Wow, este capítulo fue intenso en todo sentido, pero amé mucho poder escribirlo. Espero les haya gustado tanto como a mí, no olviden recomendar el fic, mis amores. Más teorías deben estar acumulándose en su mente con esta última parte, así que, si gustan compartir sus pensamientos, con gusto los leo en la sección de comentarios.
¿Qué creen que haya sucedido con Hobi?
¿Jackson será víctima o victimario?
Pronto lo sabrán todo.
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