❁ཻུ۪۪Capítulo 52~あなたと

Jungkook sintió un peso sobre su cuerpo, por lo que fue abriendo sus ojos con lentitud. Descubriendo al instante que se trataba de su hermoso vampiro. Con cariño acarició su espalda desnuda, aprovechando la posición en la que se encontraban.

Taehyung ya estaba despierto desde hace rato, pero quería disfrutar con tranquilidad de los mimos de su pareja. La calidez del cuerpo del lobo lo envolvía tan bien que lo hacía sentir adormecido. Nunca más quería perder esa sensación en su anatomía.

Como Yeongho y Jungkook le dijeron en sus respectivos tiempos, él también preferiría morir antes que perderlo. No concebía la idea de que ellos se separaran una vez más. Ni siquiera quería pensarlo.

—Sé que estás consciente, Tae, pero, ¿se puede saber la razón por la que no me das el gusto de ver tu mirada escarlata?

El mayor se permitió reír, mientras obedecía a la petición de su enamorado.

—Como ya te había dicho antes, no me gusta que mi temperatura sea tan baja. Por lo que me estoy permitiendo disfrutar del calor que tus brazos me brindan, Jungkookie.

El lobo sonrió con complacencia, apresando mucho más al peligris que decidió esconder su rostro en su firme pecho. Gozando del agradable momento que vivía bajo el refugio de su chico bonito que rompió cualquier distancia existente gracias al contacto entre sus cuerpos.

Luego de unos minutos el azabache se separó lo suficiente como para tomar a su novio por el mentón, obligándolo a que crearan contacto visual.

—Cuando te miro a los ojos es como si el mundo a mi alrededor se detuviera.

—Espera, Koo, apenas me estoy recuperando de las cosas lindas que me dijiste ayer—una tierna sonrisa se posó en sus labios de corazón—. Eres demasiado bueno para mi propio bien, tan encantador y único. Fui bendecido al tenerte conmigo.

—Eso es lo que yo digo, ningún astro en el cielo podría competir con tu inconmensurable belleza, Tae.

El lobo dejó un corto beso en la frente ajena, percibiendo como el color rojo cubría las mejillas del vampiro.

—Gracias cariño—el peligris posó su mano en la mejilla impropia, dejando tiernas caricias en la suave dermis de porcelana—. Todavía siento que estoy soñando. Ayer descubrimos tantas cosas entre los dos.

—Lo sé, y prometimos conversarlo.

—Sí, pero créeme que con eso reviví tantas memorias que creí enterradas. Aún recuerdo lo protector que eras conmigo en el pasado. Lo dulce que eras cuando regresabas del trabajo a pesar de lo cansado que podías estar. Siempre fuiste la pareja ideal en todos los sentidos.

—Me hacía feliz ver lo mucho que te gustaban mis atenciones. Y a día de hoy lo sigo disfrutando tanto porque mi corazón se siente satisfecho al ver como esa preciosa sonrisa cuadrada se adueña de tus rojizos labios.

—¿Te estás escuchando? Eres perfecto, cualquier persona podría envidiarme por tener a alguien como tú.

—Me la voy a creer y me convertiré en un egocéntrico por tus halagos—bromeó en modo de advertencia, enseñándole sus blancos colmillos en una deslumbrante sonrisa que hizo suspirar a su novio—. Aunque ahora me da un poco de gracia que pensé que debía competir con el recuerdo de la persona que fue tu primer amor.

—Lo puedo imaginar, pero la competencia terminaste siendo tú mismo.

—Exacto. Y por esa misma razón me pregunto si sigues guardando algunas de mis pertenencias de cuando era Yeongho.

—Me declaro culpable—confesó, no ganaba nada mintiéndole—. Al fondo del armario están algunas de tus prendas favoritas junto a otras cosas más, pero no te recomiendo que no las uses porque son muy anticuadas.

—Ay, mi amor. Tu sentido de la moda no cambiará nunca, ¿verdad?

—Jamás, cachorrito. Sin embargo, quiero aclarar que las guardé porque era una forma de sentirte cerca. Me resigné al hecho de que no volvería a enamorarme, pero desde que estuve seguro de mis sentimientos por ti no tuve la necesidad de refugiarme en esos viejos recuerdos.

—No te juzgo por ello, mi dulce vampiro. Jamás lo haría.

—Aprecio que lo entiendas. En su momento guardé absolutamente todo, pero empezó a dañarme tanto en lugar de hacerme un bien, por lo que decidí quemarlas hace varios años atrás.

—Ya veo, lamento que tuvieras que pasar por eso.

Jungkook se alejó del tacto de Taehyung para abrazarlo con fuerza, subiéndolo a su regazo sin importar que las sabanas dejaran de cubrir sus cuerpos gracias al impensado movimiento. Por suerte no crearían un mayor desastre, ya que en medio de la noche tomaron un baño que limpió sus cuerpos de cualquier tipo de fluidos. No obstante, por decisión mutua quisieron quedarse en ese estado para conmemorar el momento privado e íntimo entre los dos.

—Lo hecho ya está, Koo. No se puede cambiar el pasado, pero si se puede trabajar para que el futuro sea mejor.

El vampiro declaró al acomodar su cabeza en el hombro del menor, respirando su aroma a cedro.

—Un futuro eterno que compartiré a tu lado.

—Claro que sí. Nos tendremos el uno al otro hasta que el mundo decida finalizar por cuenta propia.

El lobo dio un pequeño asentimiento, dirigiendo su mano hasta la marca que descansaba en el cuello de Kim que también era adornado por otro tipo de marcas que sus besos y mordidas crearon con mucho amor sobre la piel canela.

—Me encargaré de que nuestro deseo se vuelva realidad.

—Yo también, Jungkookie. Lo juro.

Taehyung se tomó unos segundos antes de romper el cómodo silencio que los envolvía, aclarándose la voz.

—Mi amor, ¿lobito sabe más acerca de lo que vimos por el ritual?

—Mientras descansabas estuvimos conversando. ¿Quieres que te lo diga él o yo?

—¿Quiere verme?

—Siempre desea mostrarse ante ti. Me hace sentir celoso.

—Sigues siendo tú, ¿cómo puedes ponerte celoso por eso, mi vida?

—Porque se trata de ti, pero tienes razón... Él es yo y yo soy él. Nuestras almas se unieron mediante el pacto que hicimos.

—Entonces, muéstrame a tu parte más instintiva—pidió, conectando miradas con su chico al despegarse del lugar en el que estuvo acomodado—. Quiero verlo.

El azabache cerró los párpados por un instante y cuando los abrió, el mayor vio como el color chocolate cambió al vibrante tono azul cielo que caracterizaba a su parte lobuna.

—Mi luna de rubí...

—Hola, cariño, ¿quieres compartir conmigo lo que sabes? —interrogó, recibiendo una respuesta positiva de inmediato—. Buen chico, te escucho.

—Ayer todos concordamos que hay algo en mí que varias personas codician, pero no recuerdo bien que es. Sé que soy raro, en el pasado fui un demonio, así que era obvio que debía contar con algo llamativo en mí. Y si se sabe que si alguien tiene alguna relación con ese tipo de seres sobrenaturales es como un caso extraordinario, porque la mayoría piensa que son como leyendas.

—Sí, ese detalle lo tengo más presente. Y por ese motivo es que necesito conocer tu perspectiva, lobito.

—Es una pena que eso sea lo único que pueda decirte, porque no tengo memorias acerca de lo que soy capaz de hacer. Tampoco sé si existe alguna forma de despertar dicha capacidad o poder.

—Ya veo, creo que no podemos hacer mucho al respecto.

—Pienso igual, hermoso. Además, no le veo el caso que sigamos viviendo del pasado cuando podemos disfrutar de nuestro presente.

—Quizá es la necesidad innata de aferrarnos a las cosas que no tienen sentido hasta crearle algún tipo de lógica.

—Puede que sí.

Taehyung le regaló una diminuta sonrisa que cambió de un segundo a otro, pareciendo un poco... ¿triste?

—¿Qué te sucede, mi dulce vampiro?

—Me voy a sentir un tanto estúpido por lo que voy a preguntarte, pero prometimos no guardarnos las cosas, así que lo haré porque mi duda está más relacionada con esta parte de ti.

El licántropo enarcó una ceja, curioso. ¿A qué se refería el peligris? No lo comprendía. No obstante, estaba más que dispuesto a escuchar sus preocupaciones. Justo ahora no había oportunidad para que ninguno tuviera otro tipo de intenciones o pensamientos a pesar de los roces involuntarios que sus anatomías sufrían al estar tan juntas.

—Cuando estábamos. Ya sabes.

Un sonrojo se acentuó en los pómulos del mayor, quien a pesar de que era muy desvergonzado en la intimidad, cuando lo hablaba en otras circunstancias, no podía evitar cohibirse como si fuera el ser más inocente del mundo.

—¿Sí?

—Mencionaste que querías que llevara a tus cachorros...

—Ohhh—las orejitas peludas que seguían sobre su cabeza se levantaron, atentas ante lo dicho. Su cola se quedó tan quieta como si estuviera congelada—. ¿Te incomodó de algún modo?

—No, pero me hizo preguntarme si estás bien con eso.

Kim se sentía patético por estar indagando sobre aquel tema, pero sabía que no estaría tranquilo si no lo decía en voz alta.

—¿Puedes ser más claro, mi luna?

—A los lobos les gusta tener manadas.

—Tú eres parte de mi manada, te lo dije ese día—recalcó sin vacilar, refiriéndose a la ocasión en la que decidieron dar el siguiente paso en su relación—. No necesito nada más.

—No es lo mismo, ¿tú no deseas tener a tus propios cachorros? —inquirió con temor a conseguir una respuesta positiva—. Yo no puedo dártelos por obvias razones, por lo que fue inevitable para mí no dudar porque lo mencionaste por primera vez. En el pasado ninguno de los dos contempló esa posibilidad, pues, aunque aceptaban que fuéramos pareja, seguían existiendo personas demasiado conservadoras que jamás hubieran permitido que adoptáramos o cuidáramos a un bebé.

—Lo sé, los recuerdos de Yeongho son los más claros que conservo, por eso entendiendo tu inseguridad, mi dulce vampiro. Pero te puedo asegurar que no estoy interesado en ello. Jamás preferiría poseer una numerosa manada sobre ti. Contigo me basta y me sobra, siempre ha sido así. Si lo mencione fue solo porque quería ser atrevido contigo, nunca me imaginé la posibilidad de que esa idea cruzara por tu creativa cabecita.

—Perdón, cariño. Es que antes de darme cuenta de que suspiraba por ti, estuve a nada de comentarte que deberías buscar a alguien con quien tener la manada que cada lobo desea desde que llega a una edad adulta.

—De haberse dado esa situación, muy seguramente hubiera confesado mis sentimientos sin importarme otra cosa más que aclararte que te quería a ti y a nadie más que a ti.

El azabache besó la comisura de la boca del vampiro, ronroneando en el proceso al escuchar un suspiro que se le escapó por el delicado gesto.

—Soy un tonto, ¿verdad? Preguntarte esto cuando tantas veces me has repetido lo mucho que me amas.

—No, ninguno de los dos lo es—le restó importancia, acomodando un mechón de cabello gris detrás de la oreja de su novio—. Las relaciones se basan en comunicación, gracias por confiarme esta inseguridad.

—Yo soy el agradecido porque me escuchas con tanta dedicación.

Taehyung se inclinó lo suficiente como para besar la marca en el cuello que dejó en la segunda ronda que compartieron, después de que Jungkook le privara beber su sangre como muestra de los viejos tiempos en los que amaba dominarlo por medio de acciones que al joven de tez canela le servían para dejarse a su merced.

Jeon arrulló al vampiro en su protector abrazo hasta que el susodicho alzó su rostro para comprobar que el lobo dejó de controlar el cuerpo ajeno en su totalidad. La mirada chocolate se conectó con la escarlata, por lo que no pudieron evitar sonreírse de manera cómplice.

—¿Tranquilo por la respuesta que obtuviste?

El joven de piel nívea escuchó toda la conversación, pero no quería volver a repetirlo porque su lobo había dicho todo lo que se le cruzó por la mente. Ambos pensaban igual, mientras tuviera a su lado a Taehyung sería feliz. Pudo ver como la seguridad volvía a su novio con esas afirmaciones, por lo que la paz le invadió, dándole confianza de que todo se arregló sin llegar a más.

No quería que estuviera inseguro por ese tipo de cosas.

Sus instintos seguirían ahí porque no era mentira lo que Taehyung le dijo. En el ADN de los lobos estaba intacto el deseo de formar una familia, pero su corazón era el que decidía darle completa autoridad a su etéreo peligris por sobre ellos.

—Muy tranquilo.

—Así me gusta, Tae.

—Deberíamos vestirnos y bajar a comer algo, Jungkookie.

—¿Te dejé muy agotado? —interrogó con picardía, marcándolo con su aroma de forma inconsciente como hizo durante toda la noche—. En esta ocasión te incluiste cuando mencionaste que deberíamos alimentarnos.

—No es eso, en realidad es por ti. Ayer me emocioné alimentándome de tu deliciosa sangre, así que debo procurar que recuperes energías.

—¿Ya te había dicho que amo cuando me cuidas?

—Muchas veces, pero dejemos de perder el tiempo, alfa.

La risita melodiosa de Jungkook resonó entre las cuatro paredes, mientras Kim se incorporaba para ofrecerle su mano y sacarlo de la comodidad del mullido colchón para guiarlo al armario en el que ambos dejarían su desnudez atrás.

Minutos más tarde, la pareja bajaba por las escaleras desbordando felicidad, charlando de temas triviales hasta que ingresaron a la cocina, donde para sorpresa de los enamorados, todos sus amigos yacían reunidos.

—Hasta que se levantan, dormilones.

Seokjin les dio la bienvenida con su característica sonrisa.

—Hyungs, ¿qué hacen aquí?

Jungkook fue el encargado de cuestionar su presencia, pues era extraño verlos todos juntos en dicho lugar. Ya que, cuando desayunaban, se dividían en dos grupos que consistían de los que preparaban la comida, mientras el resto esperaba en el amplio comedor por los placenteros platillos.

—Acabamos de llegar—intervino Jimin, conteniendo la risa al ver la cara que su mejor amigo puso. El susodicho comprendió al instante el mensaje implícito en su declaración—. Hace unos cuantos minutos entramos a la mansión.

—U-Ustedes...

Un tartamudeo escapó de la boca de Taehyung, recibiendo varios asentimientos como contestación. Jungkook una vez más se encontraba muy confundido. ¿De qué se estaba perdiendo?

—Sí, Tae. No hace falta que digas más.

Namjoon comentó divertido con la situación, abrazando por los hombros al hermano del susodicho.

—Al primer momento en el que escuchamos un sonido raro decidimos irnos por cuenta propia de aquí.

Y esa declaración por parte de Hoseok fue lo que Jeon necesitó para conectar las piezas del puzzle.

—Nadie los está juzgando, pueden sentirse tranquilos por eso—aseveró Yoongi, aclarándose la voz—. Pero ninguno de nosotros tenía ganas de quedarse a escuchar lo que hacían. Es una lástima tener un oído muy desarrollado por naturaleza.

Taehyung quería que la tierra se lo tragara. Tal parecía que su esfuerzo por no ser ruidoso no sirvió en lo más mínimo.

—Lo lamentamos mucho, hyungs—el peligris se disculpó con una reverencia, jalando del brazo a su chico para que imitara su acción—. No volveremos a incomodarlos.

—No se mortifiquen—Seokjin le restó importancia, observando como la pareja les devolvía una mirada apenada—. Pero apreciaríamos que la próxima vez nos avisaran con antelación para organizar un paseo más decente.

—De acuerdo, lo haremos así. Esperen, ¿estuvieron paseando por tanto tiempo?

La sorpresa se pintó en sus facciones, no se lo esperaban. Sin embargo, debió ser tan interesante como para que estuvieran varias horas fuera de su hogar.

—Sí, fue muy entretenido, aunque el único que se siente fresco como una lechuga es Jinnie—argumentó Namjoon, causando una risa en el susodicho—. Yoongi, Hobi, Jiminnie y yo vamos a llenar nuestros estómagos para irnos a dormir tranquilos por unas largas horas.

—Entiendo, entonces como forma de recompensarlos dejen que mi cachorro y yo les preparemos el desayuno.

Los presentes se vieron entre sí, porque la propuesta les parecía muy tentadora. Al azabache le parecía bien la idea, era lo menos que podían hacer. Era imposible cambiar lo sucedido. Y, de todos modos, no se arrepentía, porque amaba compartir esos momentos inolvidables junto a su adorado vampiro.

—Estamos de acuerdo, sorpréndannos chicos.

Hoseok los animó, fingiendo despedirse para ir con dirección a la mesa.

—Muchas gracias, estaremos esperando.

Yoongi siguió a su amigo, mientras Namjoon y Seokjin se les unían en el proceso, mostrándose animados con la idea de reposar hasta que los deliciosos platillos hechos por sus dongsaengs estén frente a ellos. Jimin fue el único que no los siguió. Un detalle que no pasó desapercibido para el licántropo. Era fácil suponer que quería conversar con su vampiro.

—Manos a la obra, mi luna de rubí. Me adelantaré.

En el instante en que Jungkook se separó de Taehyung tras recibir un asentimiento con la intención de buscar algunas de las cosas que necesitarían para la elaboración de un sustancioso desayuno, el hada se le acercó para decirles unas cuantas cosas al oído.

—Por la madre naturaleza, hueles a Jungkook como si fuera tu nuevo perfume.

—No lo digas así que me sonrojo.

—Te cuento que desde que leíste entre líneas el mensaje que les quisimos dar pareces un tomate maduro, TaeTae.

—Eres malo.

El vampiro formó un puchero con sus labios, haciendo reír a su soulmate.

—Ya, lo siento. Quería plantearte una idea muy interesante...

—Soy todo oídos.

La mueca desapareció en cuestión de segundos del rostro del joven de piel canela.

—El otro día me fijé que en la alacena teníamos guardados unos vinos de muy buena calidad, por lo que me dio ganas de compartir unos tragos contigo como hace mucho no hacemos.

—Awww, me parece genial—el plan era estupendo según el vampiro—. También quiero disfrutar de un momento a solas con mi mejor amigo.

—Lo suponía, por eso decidí avisarte desde ahora para robarte de tu querido cachorro.

—Listo, entonces en unas cuantas horas hagamos eso.

—Lo esperaré con ansias. Ahora ve con Jungkook-ah.

Kim estuvo conforme con la petición haciendo lo dicho, mientras el rubio desaparecía de su campo visual tras guiñarle un ojo. Con emoción anhelaría que el tiempo se pasara volando. Tenían tanto que conversar.

—¿Encontraste todo cachorro? —preguntó con curiosidad, al verlo llegar de la alacena con varias cosas en las manos—. ¿O necesitas algo más?

—Tengo todo, Tae. No te preocupes. ¿Jimin hyung quería decirte algo?

—Sí, cariño—ayudó a su pareja, poniendo las cosas sobre la superficie de madera—. Más tarde tendremos un momento entre amigos.

—Ya veo, disfrútalo mucho, mi luna de rubí.

—Siempre, cariño. Mil gracias.

Se dieron un corto beso y eso fue suficiente para que se pusieran en marcha para preparar el desayuno más delicioso de todos. Uno que dejaría a los presentes más que satisfechos.

Porque mientras el estómago estuviera lleno, el corazón estaría contento.

Horas más tarde, Jimin salía de su habitación para ir en búsqueda de Taehyung, quien después del desayuno le comentó que estaría con Jungkook en la biblioteca. Por lo que tenía rumbo fijo. Cuando estuvo detrás de la puerta en la que los tortolitos se encontraban, tocó tres veces para que notaran su presencia.

Para su buena suerte no escuchaba nada extraño, pero prefería no arriesgarse al interrumpirlos de algún modo. En menos de diez segundos su amigo le dio la bienvenida al mismo tiempo en que el lobo se despedía de ambos para dejarlos solos.

—¿Listo, TaeTae?

—Sí, pero te aviso que prepare unos aperitivos para hacerle compañía al vino que beberemos.

—Como siempre mi querida alma gemela pensando en todo.

El vampiro se sintió orgulloso por el cumplido del hada. No demoró en ofrecer su brazo para que el rubio lo tomara para ir a buscar las cosas que necesitarían para ese tiempo de calidad entre amigos.

Se encontraban de vuelta en la biblioteca unos quince minutos después, porque ese fue el sitio que escogieron con anterioridad al ser tan especial para los dos, pues gran parte de los libros fueron conseguidos por Jimin especialmente para Taehyung. El joven de labios regordetes dejó la bandeja de metal en la que reposaban los aperitivos sobre la mesita de centro, procediendo a sentarse a lado de Taehyung en el sofá más cercano. El susodicho se dispuso a servir el alcohol en la cristalería con suma destreza, entregándole la primera que estuvo llena al hada, mientras la segunda se la hacía quedar para él.

Chocaron las copas a modo de brindis antes de disponerse a conversar de lo que se les ocurría conforme el vino hacía estragos en sus organismos. Por obvias razones no se emborracharían a tal punto de ponerse mal, pero les afectaba lo suficiente como para reírse de cualquier tontería que soltaran.

—Cuéntame cómo fue que decidieron entrar a la mansión si sabían lo que estábamos haciendo, Jiminnie.

—Fue Jin hyung.

Y al revelar ese detalle, el rubio rememoró como fue que la situación se dio.

El grupo de sobrenaturales se encontraba volviendo a su hogar tras varias horas afuera del mismo. Los temas de conversación no se habían agotado porque cada uno contaban con muchas experiencias dignas de relatar. Sin embargo, el cansancio ya les estaba pasando factura, por lo que decidieron acercarse a la mansión.

¿Quién quiere entrar para ver si ya acabaron? el brujo castaño indagó, analizando las expresiones de sus amigos—. Temo por la resistencia con la que dicen que los alfas cuentan.

Ninguno se imaginaba que tan agotados quedaron que apenas gozaron de dos rondas intensas. Es decir, habían dado un paseo tan largo por nada. Pero ese era un detalle que el vampiro involucrado se abstendría de revelar.

Yo iréSeokjin se ofreció, soltando la mano del cambiaformasEn el pasado estaba acostumbrado, por lo que no creo poder traumarme más de lo que ya lo hice. Por si lo olvidan viví con ese par durante varios años.

Decir que el grupo de los sobrenaturales no apreciaron al mayor de los Kim como si fuera un verdadero héroe sería mentir. Sin contenerse le aplaudieron al ver como desaparecía por la entrada de la vivienda, para casi de forma inmediata regresar con las buenas noticias.

Era un alivio saber que al fin podrían ingresar a la mansión.

—Eso fue lo que sucedió, Taehyungie.

—Entiendo, pero estoy inconforme con algo.

—¿Con qué cosa?

—Jin hyung lo hizo sonar como si siempre hubiera tenido que pasar por esas situaciones incómodas—se quejó, jugando con el líquido de su copa—. Tampoco éramos conejos. Y la mayoría de veces, lo hacíamos cuando mi hermano no estaba en casa.

—Mucha información amigo mío. No quería saber eso, el alcohol ya te está afectando.

—Perdón—el peligris se permitió reír con ganas por la cara de susto de su amigo—. Pero Minnie, estoy frustrado contigo.

—¿Eh? ¿Y yo qué hice?

—¿Qué esperas para confesarte a Yoongi hyung?

—Y-Yo...

—No quiero excusas, Jiminnie. Ayer estaban más juntitos que de costumbre. Te privas de algo tan bonito que ha florecido entre los dos.

—Ahhh, a ti no te mentir, ¿no?

Interrogó sonando derrotado. Obtuvo varias negaciones por parte del peligris.

—Después de lo sucedido con ustedes, no voy a mentir que me he sentido más animado para declararme.

—¿Entonces...?

—No sé cómo hacerlo—bebió lo último que quedaba en su copa de un tirón, sintiendo su garganta quemar un poco—. Me dan nervios, es la primera vez que haría algo así.

—Solo dilo. No deberías esperar más, sorpréndelo siendo tú el de la iniciativa.

—¿Y si sale mal?

—No lo sabrás si no lo intentas—lo animó con una expresión confiada en su rostro—. Ve ahora, a fin de cuentas, ya hemos terminado.

—Maldición, yo que te hago caso.

El hada se incorporó de la suave superficie, arreglando su cabello dorado con ayuda de su mano.

—Soy la voz de la razón, no temas. Yo me encargo de limpiar esto—indicó, recogiendo el desastre a su paso—. ¡Mucho ánimo, Mimi!

Esa motivación fue lo último que Jimin escuchó antes de ser consciente de que no habría vuelta atrás para lo que iba a hacer a continuación.

Esperando no fallar en el intento. Aunque eso se escuchaba imposible, ¿verdad?

Jimin se encontró en el pasillo con Hoseok, por lo que no demoró en interrogar al susodicho sobre el paradero de Yoongi. El brujo ni corto ni perezoso le brindó la información con verdadero gusto, como si de alguna manera supiera la razón por la que lo buscaba.

"Está en el columpio del patio trasero".

Oh cierto, había olvidado que su amigo junto al lobo instaló un columpio después de que el peligris mencionara que quería realizar algunos cambios mínimos en la mansión. Los cuales incluyeron mover algunos muebles y conseguir nuevas cortinas con diseños más modernos de los que ya poseían. No le sorprendió por el simple hecho de que el vampiro parecía disfrutar tanto cuando de ordenar su hogar se trataba. Y ahora que contaba con el azabache que jamás podría negarle algo, no sería raro de ver que podría volverse una situación más recurrente.

A lo lejos, el hada divisó al brujo de cabellos oscuros que se mecía lentamente, mientras observaba el paisaje frente a sus ojos. Se acercó lo más rápido que sus pies le permitieron, consiguiendo que Yoongi fuera consciente de su presencia.

—Jiminnie, ¿qué haces aquí?

—N-Necesito conversar contigo, Yoon.

El sonrojo cubría los pómulos del rubio, extrañando al otro sobrenatural.

Tenía conocimiento de que iba el hada iba a beber con su amigo, pero algo dentro suyo le decía que esa reacción física en la tersa piel del rubio se debía otra cuestión.

—Dime—el pelinegro se incorporó, quedando cara a cara con Jimin—. ¿En qué puedo ayudarte?

—Yo quiero confesarte...

—¿Confesarme? ¿Qué cosa?

El brujo poseía una expresión confusa en el rostro. Maldición, Yoongi no ayudaba con su nerviosismo al seguir preguntando tanto sin dejarle terminar. Aunque también era su culpa por no encontrar las palabras adecuadas para expresarse de mejor manera.

Era ahora o nunca. El vino en su organismo lo incentivó para no perder el coraje.

—¡Me gustas muchísimo!

Dicha confesión tomó desprevenido a Min, quien no pudo evitar abrir en demasía sus ojos. Escuchó mal, ¿verdad? ¿O estaba soñando? Tal vez le faltaron más horas para recuperarse por la mala noche que tuvo.

—¿Perdón?

—L-Lo que oíste. No me hagas repetirlo por favor.

—Espera, esto es un sueño. Sí, eso debe ser—determinó, riendo bajito—. No dejaré que mi mente juegue con mis sentimientos.

—¿Qué? ¡No estoy bromeando, hyung!

Jimin se indignó por el comportamiento del mayor. ¿Cómo podía dudar de su palabra de esa forma? Ya estaba pensando si fue buena idea hacerlo en este estado donde la consecuencia más segura terminaría con él sufriendo por un corazón roto.

—No me lo creo.

—Si no quieres aceptar mi confesión, solo dilo y ya.

Los orbes del hada se cristalizaron, impactado al chico que vio cómo su brillo natural se apagaba en cuestión de segundos. En definitiva, esto no era una ilusión. Además, jamás tuvo sueños tan lúcidos como este.

Park quiso marcharse de la zona, pero una mano sobre su muñeca lo hizo detenerse en seco. Acto seguido, unos finos labios se adueñaron de los suyos gracias al tierno contacto que ejercieron sobre ellos. Su postura tensa se esfumó, dejándose fluir por las maravillosas sensaciones que lo recorrían de los pies a la cabeza.

Cuando se separaron, Jimin se había quedado sin palabras, por lo que Yoongi decidió expresar lo que sentía en ese preciso instante.

—Esto fue real. No sabes lo mucho que anhelé que esto sucediera, Jiminnie.

—T-Tú...

—Sí, también me gustas... No, siento que estoy enamorado de ti.

El hada contuvo el aliento. Pero eso no fue lo más llamativo para el brujo que se sorprendía una vez más por las cosas que estaban sucediendo. Y en este caso en específico, sus facciones se volvieron más expresivas al ver como el cabello dorado cambiaba por uno de color rosa vibrante.

—Jiminnie, tu cabello...

—¿Mí qué?

—Es rosado—informó el mayor con una sonrisa de tonto enamorado—. Tan rosa como una preciosa peonía.

Saber acerca de ese detalle hizo entrar en razón al hada que pensó que aquel cambio era una leyenda que los de su especie comentaban por puro gusto.

"Al ser correspondido con sinceridad, el cabello del hada porta un nuevo color como muestra de que independientemente de lo que su boca diga, también está enamorado con la misma intensidad que su contraparte. Es algo que no pueden negar por más que se lo propongan".

—Pensé que era un mito—dijo para sí mismo, impactado por la situación—. No me lo creo...

—Yo lo estoy viendo y me siento muy feliz porque sé lo que significa. Justo ahora agradezco haber leído varios libros sobre hadas.

—¿D-De verdad?

—Sí. Tú, Minnie, estás tan enamorado de mí como yo lo estoy de ti.

Las manos del pelinegro de adueñaron de las más pequeñas, acariciándolas con parsimonia. El corazón de los dos latía en sintonía. Era emocionante. Una sensación nueva pero satisfactoria y adictiva.

—No es un simple gusto. Me correspondes y por ese motivo el tono rubio de tu cabello se volvió en rosado. El color con el que describirías lo que te hago sentir, pues para cada es diferente.

—Wow, si sabes de esto—musitó, sin poder contener una sonrisa tras salir de su impresión inicial—. Interesante.

—Soy un genio, ¿qué puedo decirte?

—Presumido.

—Te enamoraste de este presumido, ¿no?

—Sí, no tiene caso negarlo.

—Entonces porque no lo dijiste con esas palabras.

—Tenía miedo de tu reacción y por un instante lo sentí porque creí que me estabas tomando el pelo.

—Lamento eso, Jiminnie. Es solo que no me imaginé que mi deseo podría volverse realidad.

—Perdonado, pero si tan enamorado estás de mí... ¿por qué no me lo dijiste antes?

¿Acaso temía su respuesta?

—Por la misma razón que tú. Aunque eso ya no importa, gracias por confesarme lo que sentías. ¿Ahora puede ser yo quien te diga algo?

—Por supuesto...

—¿Me darías el honor de ser tu novio?

El susodicho afirmó con un movimiento de cabeza, sellando sus palabras con el comienzo de un nuevo beso bajo el hermoso atardecer sobre sus cabezas. Luego de que ambos disfrutaran de probar los belfos ajenos, el hada decidió sincerarse con los motivos que influenciaron para que no quisiera arriesgarse con la simple idea de darle la oportunidad a alguien para una relación seria o si quiera el aceptar enamorarse de una persona que prometiera darle el amor que merecía.

Le contó sobre lo que le sucedió a su amiga y poco después el rumbo de su conversación se dirigió hacia lo mucho que Jimin comenzó a gustarle a Yoongi. Tanto así que buscó cualquier oportunidad para compartir con él o saber más sobre las cosas que le gustaban. Esas acciones eran muy obvias, pero el hada nunca quiso ilusionarse, porque con facilidad podrían tratarse del brujo siendo amable para mantener una sana convivencia. 

Cuando lo cierto era que el pelinegro quería aprender a amar al verdadero Jimin, dejando atrás al sobrenatural de actitud defensiva y desconfiada que conoció al inicio, pero conforme el tiempo transcurrió, pudo ver por cuenta propia al precioso ser de nobles sentimientos y corazón de oro. Ese bello joven que lo que más quería era ser amado, por más que creyera que no estaba hecho para eso.

—Ojalá haberte encontrado más pronto.

—Llegué a tu vida en el momento indicado.

Sus rostros quedaron muy juntos, percibiendo el aliento del otro como una caricia en el alma. Sin embargo, el mágico momento se rompió cuando escucharon un ruido. La nueva pareja giró sus rostros, encontrándose con el resto de sus amigos que habían estado espiándolos desde quien sabe hace cuánto tiempo.

Se habían sentado en el césped con anterioridad, aunque gracias al estruendo se levantaron enseguida para ver al brujo de cabellos castaños tendido en el suelo, mientras los demás mantenían las palmas de sus manos en la cara.

Demostrando la vergüenza que les causó dicha escena.

—¡Que vivan los nuevos novios!

Hoseok los felicitó como única vía de distracción a lo sucedido.

¿Serviría de algo? Obvio no. Le advirtieron que fuera cuidadoso, pero la jodió en grande.

—¿Nos estaban espiando? —la incredulidad desbordaba de la voz de Jimin—. Son increíbles.

—En nuestra defensa, llegamos hace muy poco porque a Tae se le escapó lo que sucedía.

Namjoon confesó siendo respaldado por su querido vampiro que le daba la razón con repetidos movimientos de cabeza.

—Oh, con que eso fue lo que sucedió.

—Lo lamento, Jiminnie—Taehyung juntó sus manos a modo de disculpa, ganándose un sonoro suspiro de su amigo—. Me ganó la emoción.

Park sabía que no podría enojarse con eso cuando fue por el vampiro que se decidió a actuar. No obstante, en medio del silencio sepulcral de los presentes, el que más le llamó la atención fue el de su pareja.

—¿Yoon?

—No me molesta que hayan estado de curiosos—expresó con seguridad—. Al contrario, me alegra que sepan que Jiminnie es mi novio.

El susodicho mostró su sonrisa de gomita, un gesto que calmó a todos en general pues de Yoongi era del que más temían que se enojara por haber sido tan metiches.

—¿Nos perdonas?

—Por supuesto, Jin hyung, estoy feliz de poder presumir al hada más encantadora.

—Es tan raro escuchar a Yoongi diciendo estas cosas—el castaño se burló de su amigo, poniéndose de pie gracias al lobo que le tendió una mano—. Aunque me alegra como no se imaginan.

—Lo aprecio mucho, Hobi.

—Bueno, yo también estoy feliz por ustedes, pero... ¿por qué le cambió el color de pelo a Jimin hyung?

La curiosidad del licántropo no tardo en presentarte. Quería resolver esa duda.

—Pareces ser el único que desconoce la razón, cachorro. Luego te lo cuento.

Taehyung le respondió a su novio, mientras se recargaba en su hombro.

—Está bien, TaeTae.

Jeon dejó un beso en la cabellera gris a su disposición, dejando a simple vista el amor latente en una acción tan simple como esa.

—Ay, ahora que lo pienso, soy el único soltero entre ustedes—el joven de perfil perfecto expuso con un tono divertido en su voz—. Procederé a sentirme inalcanzable.

Las risitas de los sobrenaturales causaron satisfacción en el brujo.

—Muchos querrían estar contigo Hobi, solo espera y verás.

—Eso no va conmigo Nam. No se preocupen, me gusta más estar como estoy.

Al ver que nadie quería debatir más contra ese argumento, el grupo decidió entrar a la mansión para conversar un rato, mientras esperaban que Seokjin preparara la cena.

Aquel día había sido una odisea, pero lo atesorarían como siempre hacían.

Tres días más tarde, los nuevos tortolitos se encontraban muy juntitos en la sala, destilando el amor que floreció entre ellos de una manera tan encantadora y que por fin eran capaces de demostrar. Sin embargo, se vieron interrumpidos cuando en una de las ventanas vieron una paloma que tocaba el vidrio con intensidad con ayuda de su pequeño pico.

Extrañado, el hada abrió el vidrio de par en par, recibiendo al instante el sobre blanco que el animal llevaba entre sus patas. El ave se marchó apenas vio que cumplió con la tarea que le fue encargada.

—Jiminnie, ¿de quién es esa carta?

—El momento ha llegado sin que nos diéramos cuenta, Yoon.

Oh, con que el gran día estaba cerca.

Pero... ¿qué es lo que deberían hacer?

Entre todos lo decidirían.

Continuará...

Capítulo muy largo para que me perdonen. Sin contar que han sucedido varias cositas interesantes para aclarar dudas y darle resolución a otras. Ha llegado un sobre, espero que sepan de que se trata y si no lo deducen, me gustaría leer sus teorías en comentarios. Les adoro, gracias por leer.

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