❁ཻུ۪۪Capítulo 51~愛
—M-Mi Jungkookie es Yeongie...
Ante la declaración de Taehyung, quien no había parado de abrazar con fuerza al lobo desde que salieron de su trance gracias al ritual, los presentes no pudieron evitar quedarse boquiabiertos.
—¿Qué dices, Tae?
Seokjin necesitó apoyarse en Namjoon, porque como nunca antes sintió que sus piernas no le respondían, impidiéndole mantenerse de pie de manera correcta.
—Lo que escuchaste hyung, yo soy Yeongho—Jungkook levantó su rostro para anunciar la verdad que fue revelada, sin dejar de refugiar con sus brazos al peligris que no dejaba que el espacio fuera un obstáculo para ellos. - Vimos nuestros recuerdos y descubrimos que esa es la razón por la que el destino nos unió.
—No estoy entiendo nada—declaró Jimin impactado, manteniendo su mano cubriendo su boca—. ¿Eso es posible? ¿Se puede confiar en los resultados de este tipo de ritual?
El cuestionamiento fue dirigido al brujo castaño que asintió repetidas veces. Muy deslumbrado por el caso tan particular de sus amigos.
—Por supuesto que sí, Jiminnie. Es uno de los rituales más elaborados que existe por el simple hecho de que las revelaciones que se dan son las más certeras.
—Además, teniendo en cuenta las circunstancias en las que los chicos se vieron envueltos, algo me dice que este procedimiento era lo que necesitaban para desvelar más rápido este secreto.
Yoongi dio su opinión basándose en lo que la pareja les comunicó con antelación cuando explicaron que los recuerdos les llegaron al crear una marca mutua de amor y pertenencia.
—Sin duda eso tiene mucha lógica—el cambiaformas estuvo de acuerdo, sosteniendo a su vampiro que seguía procesando la situación—. Pero, lo mejor es que nos cuenten todo desde el principio.
—Namjoon hyung tiene razón, TaeTae, luego podremos conversar en privado, ¿sí?
—Está bien, Koo.
El menor de los Kim dio su consentimiento a la propuesta, alejándose de su pareja que le regaló una pequeña sonrisa, antes de ayudarle a ponerse de pie. Después de eso, el azabache entrelazó su mano con la ajena, queriendo brindarle calma a su mayor.
Justo ahora los dos debían explicar a detalle las nuevas verdades que los rodeaban, y eso es lo que harían, buscando el entendimiento del resto de sobrenaturales.
Casi dos horas más tarde, el grupo lograba conectar cada cabo de esta loca historia gracias a los detalles que la pareja les proporcionó.
Decir que era increíble y surrealista no le hacía justicia a toda la situación. Sin embargo, nada en su mundo lo era, por lo que creyeron que los puntos a favor eran demasiados como para que fuera un invento desesperado de la creatividad del par de enamorados.
—Por la madre naturaleza, alguien debería escribir un libro sobre esto—el hada peinó sus cabellos hacia atrás por inercia, queriendo asimilar más rápido lo relatado por su amigo y su novio—. Aunque es hermoso saber que su amor fue tan fuerte como para superar las barreras del tiempo y hasta la mismísima muerte.
—Sí, se podría decir que eso es lo más satisfactorio, pero no puedo evitar pensar lo duro que sigue siendo que esas personas sin corazón quisieron matar a mi cachorro. ¿Cómo pudieron ser tan crueles como para perseguirlo después del secuestro por el que tuvo que pasar, perdiendo a sus padres en el proceso? Ellos son los verdaderos monstruos en este mundo.
Taehyung hablaba con el rencor reluciendo en su aterciopelada voz, sus orbes inyectados en un rojo más intenso que el que usualmente portaba, debido a la indignación que revivir esos recuerdos trajeron consigo.
Dejando aparte la difícil época en la que al peligris le tocó tratar con algunos humanos interesados en sus diseños, pero cuando lo conocían en persona, Taehyung notaba las ansias que se cargaban al querer atacarlo, lo que lo obligó a que cuando dejó de ser diseñador, se alejara de su entorno usual hasta recluirse indefinidamente en la mansión Kim.
Por suerte Jungkook estaba a su lado para mantenerlo a raya, motivo por el cual, no perdió el tiempo para acomodar su cabeza sobre su hombro, dejando salir sus orejitas y colita lobuna para que el vampiro pudiera acariciarlas. Aprovechando que se encontraban compartiendo un mismo sofá en medio de la amplia sala con la que la mansión contaba.
En definitiva, esa era su mayor terapia.
—Pero logré esconderme bien hasta que me encontraras, Tae. No te enojes por cosas que ya pasaron, me tienes contigo de vuelta a pesar de tantos obstáculos, y eso es lo que importa.
—Tienes razón, Koo...
Su semblante se volvió pacifico tras ese delicado tono de voz con el que su chico le habló, en conjunto a lo bien que se sintió al tener las orejitas del menor a su disposición.
—Jungkookie es muy sabio al decir eso, pero lo que más me ha emocionado es que tus padres conocieron a TaeTae.
Seokjin intervino con los sentimientos a flor de piel, todavía recordaba dicha experiencia por boca de su hermano. No obstante, se volvía más especial al saber que eran los progenitores de la persona que su dongsaeng más ha amado desde que tiene memoria.
—Eso es cierto, aprecio tanto eso, pero no puedo dejar de pensar en que gracias a esto finalmente he conseguido recordar sus nombres. Jeon Joongki y Jeon Yeobeen.
—Ya puedes estar en paz contigo mismo Jungkook-ah, porque Hobi y yo sabíamos lo mucho que te atormentaba que esos recuerdos fueran tan difusos.
—Sí, eso es lo que más paz me ha dado. Pero igual me siento my curioso por la razón que pudieron tener para querer dañarme.
—Yo tengo mi teoría, cariño—Taehyung captó la atención de todos por su interesante comentario—. A estas instancias es obvio que ellos debían tener conocimiento acerca de lo especial que es tu parte lobuna, ¿no crees?
—¿Será? Bueno, recuerdo que mis padres me dijeron que era más especial de lo que podría imaginar.
Eso tenía mucho sentido, era más que obvio que el demonio lobo poseía poderes inimaginables que varias personas querrían codiciar, pero eso lo trataría luego con su lobo.
—¿Ya ves? Entonces, no está muy equivocado Jungkook-ah—Namjoon decidió opinar para complementar la deducción de su cuñado—. Aunque ahora que el tiempo ha pasado no creo que sea algo de lo que preocuparnos.
—Esperemos que no—concordó Yoongi antes de dirigir su interrogante al menor que apreciaba como un hermano pequeño—Pero, ¿cómo te sientes al respecto?
—Con esto puedo decir que el vínculo que poseo con mi lobo es más fuerte, ya que varias cosas han tomado un nuevo sentido por estas revelaciones inesperadas. Lo que me hace pensar que podremos confiar más el uno en el otro, porque desde que acepté su trato para reencarnar y volver con Tae, nos volvimos un solo individuo.
El animal interno de Jeon aúllo en respuesta, muy conforme con esa declaración.
El susodicho no había estado al tanto de lo que sucedió tiempo atrás, por lo que al enterarse fue tomado por sorpresa, pero también lo comprendía porque olvidarlo todo era el precio a pagar por reencarnar.
Además, de que la reencarnación no sería como cualquier otra, pues Yeongho no volvería a la vida como un humano, si no como un hombre licántropo, que era la forma natural que caracterizaba al demonio cuando el momento más idóneo se diera.
Consiguiendo desafiar las leyes del universo que por cuenta propia podrían haber destinado a Jungkook a otra persona u lobo, y no a un vampiro con el que ya tuvo su propia e inolvidable historia. Por esa razón Jeon jamás tendría que preocuparse de tener afinidad con cualquier otro ser que no fuera su adorado peligris.
No obstante, a pesar de que animal ya conocía gran parte de lo que en realidad era, continuaba sintiendo que existía un detalle del que ninguno era consciente, pero preferiría ignorarlo y confiar en que nada malo sucedería.
Ya después podrían venir los arrepentimientos.
—Bueno chicos, ha sido un día lleno de emociones, por lo que creo que es conveniente que vayamos a descansar—Hoseok propuso mientras se incorporaba de su lugar, permitiendo que una sonrisa brillante se adueñara de sus labios—. Y lo más prudente es que Taehyungie y Jungkook-ah tengan un tiempo a solas para conversar.
Si tan solo el cambiaformas hubiera sabido que la pareja haría sería de todo menos conversar jamás habría hecho esa propuesta.
—Gracias, Nam hyung, te tomaremos la palabra.
Taehyung se puso de pie después de que su chico se alejara, ubicándose a su costado para tomarlo del brazo. El vampiro le sonrió, sintiéndose feliz de que el azabache no quisiera separarse en lo más mínimo de él. Amaba verlo siendo tan pegajoso con él.
—Tengan buena noche.
—Igualmente. Descansen.
El resto de sobrenaturales correspondió a la despedida de Jeon, quien siguió de cerca a su novio, mientras dejaban atrás a sus hyungs que parecían querer continuar la conversación en la sala por un rato más.
Lo que no importaba mucho, pues ellos usualmente adoraban charlas horas de horas. Y aunque la noche ya había caído sobre ellos, eso jamás sería un impedimento.
Sin embargo, lo único en lo que Jungkook quería concentrarse cuando pusiera un pie en la habitación, sería en su adorado vampiro.
Ansiando demostrarle en palabras que su amor por él jamás cambiaría, solo aumentaría, porque mientras tuviera los medios para volver a su lado, no se lo pensaría dos veces antes de actuar.
Así sería siempre, sin importar qué.
Por su vampiro era capaz de desafiar al mismo destino.
Estando en la pieza que compartían, Taehyung volvió a engancharse del cuello de Jungkook sin intención de separarse de su cuerpo. El licántropo lo tomó por los muslos, cargándolo hacia la cama donde se sentaría con su silencioso amado a horcajadas en su regazo.
—Tae... mi luna de rubí, ¿por qué tan callado?
—Todavía sigo procesando lo que sucedió.
Su voz sonó amortiguada gracias a que el vampiro estaba con su cara clavada en la piel de su cuello, tan cerca de sus clavículas y la marca cicatrizada que hizo con sus colmillos. Percibiendo de manera tenue el aroma a cedro que lo anestesiaba para no perder los nervios.
—Me imagino, pero, ¿no estás feliz por ello?
—Mucho cariño—admitió, revelando su rostro ante él—. No te haces idea de la manera en la que me atormenté cuando mis sentimientos por ti comenzaron a florecer como si la maldición que los sobrenaturales portamos acerca de amar una sola vez en la vida no existiera.
Jungkook se perdió en esa mirada escarlata que denotaba tantas emociones. Sus manos se dirigieron hacia su rostro, acariciando con sus pulgares las mejillas de pan que adoraba mimar con sus besos.
—Aunque ahora ya comprendo el motivo, y eso es lo que trae calma a mi corazón. Porque puede que tu apariencia sea distinta, pero tu alma sigue siendo la de Yeongie. Pero no pienses que eres un reemplazo, nunca lo serías, mi vida.
Kim aclaró, iniciando un beso esquimal que provocó un ronroneo en el contrario, mientras su esponjosa colita se movía de un lado al otro, validando la alegría que le daba escuchar eso.
—Yo me enamoré de Jeon Jungkook, el lobito valiente, protector, sincero, al que amo consentir con cualquier capricho que se le ocurra porque es mi dulce alfa y cachorrito.
—Te amo tanto, Tae, en mi vida anterior y en la de ahora. Siempre me tendrás a tus pies. Yo haría y desharía lo que fuera por ti, solo debes pedírmelo.
—Yo también, pero no puedo dejar de pensar que, si yo no aparecía diecisiete años atrás, hubieras muerto una vez más por mi culpa.
—Hey, no vuelvas a decir eso, porque estoy aquí contigo y no pienso dejarte, no podrás deshacerte de este cachorro enamorado. Por lo que tendrás que compartir tu eternidad a mi lado.
—De acuerdo, pero no puedes minimizar el hecho de que te arrastré a una vida de inmortalidad, Koo.
—No me arrastraste a nada porque fue mi decisión. Pero si en esa estamos, yo lamento no haber podido ayudarte más cuando se dio tu cambio de humano a vampiro.
—Eso no fue tu culpa.
—Como nada de lo que tú te culpas, ¿entiendes mi punto, cariño? —cuestionó, uniendo sus frentes, mientras sus manos descendían hacia las caderas ajenas, proporcionando caricias en la espalda baja del peligris—. Esto tenía que suceder para que yo tomara esta decisión y pudiera reencontrarte nuevamente. Ambos fuimos víctimas de las circunstancias, pero nuestro amor pudo con ello.
—Tienes razón. Puede que seamos distintos, aunque eso es lo de menos porque nos amamos.
—Exactamente, por lo que siempre estaré agradecido que me hubieras ayudado aun cuando pude ser considerado como un peligro para ti al ser un lobo y tú un vampiro.
—Desde que te vi sentí que debía protegerte de cualquier cosa, y teniendo en cuenta la verdad que desconocíamos, quizá de manera inconsciente no quería cometer los errores del pasado.
El peligris se separó lo suficiente como para acariciar la cabellera oscura y las peludas orejitas del menor. Era demasiado tierno con esa apariencia.
—Lo entiendo a la perfección, Tae. Pero lo importante es que volví, tal y como te lo prometí.
—Y eventualmente me encontraste, sin embargo, creo que es lo único que le podemos agradecer al destino, ¿no?
—Sí, pero no tengo duda de que tu aroma a romero fue lo que más confianza me dio cuando peor me encontraba.
—¿De verdad? Es una suerte que no lo olvidaras después de nuestra separación.
—¿Cómo olvidarlo si esa fragancia se grabó con tinta indeleble en mi alma, en mi mente y en mi corazón desde que te transformaste?
—Buen punto, tu nariz siempre fue buena, aunque ni siquiera yo estaba al tanto de que ese era mi olor natural. Pero dejando eso de lado, estoy feliz porque mi cachorrito cursi y romántico ha vuelto.
—Solo por ti y para ti.
El azabache se inclinó lo suficiente como para dejar besos castos en el cuello canela que tanta tentación significaba para él. Un suave gemido se escapó de los labios de su enamorado, llenando de satisfacción al ver como se derretía con ese gesto tan simple.
—¿Todavía quieres que cumpla la promesa que te hice, o estás cansado?
—Por favor, Koo, hazlo como tú sabes—murmuro, perdido en las sensaciones que su chico le otorgaba con tanta facilidad—. Por los viejos tiempos, ¿sí?
Ellos eran demasiado rudos con el otro en el pasado, pero lo gozaban en demasía. Era una oferta que no deseaba rechazar.
—Con que así lo quieres. Está bien, te lo haré como te gustaba cuando era tu Yeongie.
—Ahhh...
Los colmillos del alfa se enterraron en la tersa piel sin intención de romperla, al menos no todavía, sintiendo su pulso acelerado por lo mucho que esa idea le gustaba.
—Sí, es cierto que a pesar de lo que me dijiste esa noche, continué conteniéndome contigo. Qué bueno que ya no será necesario, porque he recordado cuáles son tus límites, mi luna de rubí. Pero, aun tenemos cosas de las que hablar.
—Podemos hacerlo mañana, ahora solo quiero sentirte.
—¿Y quién soy yo para negarme a tus deseos?
Descubrir la verdad había nublado los sentidos de ambos.
—Te llenaré tanto como si pudieras llevar a mis cachorros, mi amor—informó con lascivia, emocionando al joven de ojos escarlatas—. Así que trata de no hacer ruido, porque no somos los únicos en la mansión.
Sus orbes vibraron en ese color azul zafiro que combinaba tan armoniosamente con los de su acompañante. Creando un precioso contraste.
—S-Sí...
Esto era lo que el vampiro quería, no había duda alguna de lo mucho que le fascinaba que su chico lo dominara sin miedo a hacerle daño o generarle alguna incomodidad.
Porque los dos ya recordaban como era su dinámica en el pasado, y lo que iban a hacer era reavivar esos recuerdos que creyeron perdidos por una u otra razón.
La confianza y la comunicación siempre estarían ahí, por lo que lo aprovecharían hasta el final.
[ Parte +18 a continuación, si no les gusta, pueden dejar de leer ahora ]
El lobo acostó a su pareja sobre la cama en un solo movimiento, ubicándose encima con la intención de despojarlo de su ropa lo más veloz que pudiera. El peligris mordía su labio, gustoso de provocarlo y orgulloso por el actuar de su chico bonito.
Las vistas que el azabache obtuvo eran majestuosas como siempre. La preciosa piel canela lo atraía como una abeja a la miel, muriendo por besar, morder, y marcar cada rincón que pudiera.
—Deja de verme y haz conmigo lo que te plazca, alfa.
—Estoy deleitándome con la obra que arte que tengo a mi disposición antes de probarla.
Una risita se escuchó brotar de los labios rojizos del vampiro, antes de que el mencionado notara como varias mordidas y besos caían sobre sus atractivas clavículas, mientras los botones oscuros en su pecho eran estimulados por los dedos impropios. Algunos suspiros se le escaparon en el proceso, pero se hicieron más sonoros cuando su pareja fue descendiendo hasta llegar a su vientre. Paseando sus belfos por la suave carne cercana a su ombligo, una zona muy erógena para él.
—A-Ah, eso me gusta...
—Haré algo que te gustará más, Tae.
Con confianza, el lobo envolvió la erección ajena con su mano. Subiendo y bajando con un ritmo constante, capaz de volver loco a su amado que optó por cubrirse la boca para no alertar al resto de las travesuras que se estaban llevando a cabo entre esas cuatro paredes.
—Voy a devolverte el favor mi dulce vampiro.
—¿Q-Qué? Ohh...
Una lamida cayó sobre la punta de su falo despierto, pero no quedó hasta ahí, porque la lengua del menor comenzó a saborear cada parte de su intimidad con vehemencia.
—Tan delicioso, pero con tu permiso me atreveré a probarlo un poco más.
Lo fue metiendo en su cavidad bucal, ahuecando sus mejillas para una darle un mayor disfrute al joven de orbes escarlatas que trataba de no cerrar los ojos al sentirse superado por la exquisita sensación. Percibiendo como ese calor se acumulaba en su vientre bajo conforme los movimientos sobre su eje se incrementaban.
Como pudo se concentró en la imagen que se desarrollaba justo sobre la parte inferior de su cuerpo. Guiando su mano al cabello oscuro, Kim enredó sus falanges entre las hebras con la intención de jalarlas, obligando a que su chico llegara hasta el fondo de su garganta, tratando de no hacerle daño con sus dientes.
Por obvias razones, el lobo experimentó algunas arcadas por reflejo, mientras un poco de su saliva se escapaba por el borde de sus belfos. Sin embargo, no estaba en sus planes decepcionar a su novio, quien comenzó a mover sus caderas hasta sintonizarse con el excelente trabajo que realizaba con su boca. Quería sentir más de esa humedad y calidez en su miembro con cada empuje experto que daba.
—Para, me voy a...
El azabache sacó el miembro de sus labios maltratados para darle una respuesta que incentivó mucho más al vampiro, quien se perdió en el rostro lujurioso de su acompañante. Embelesado por esa boca entreabierta, mejillas coloradas y orbes brillosos.
—Hazlo—murmuró en un tono seductor, ansioso de verlo destruido bajo sus encantos. Amaba ver sus reacciones tan sinceras—. Dámelo todo, hyung.
—¡M-Mierda!
Kim no necesitaba de oxígeno, pero en el instante en que la mano ajena volvió a acariciarlo con tanta habilidad, esparciendo la saliva y el pre semen que yacían mezclados por el largo de su extensión, fue como el aire fuera escaso en sus pulmones.
El azabache abrió su boca lo más que pudo para que toda la corrida cayera sobre su lengua, disfrutando del salado sabor de la semilla que el contrario regó en su cavidad que lo recibió con tanto gusto por varios minutos.
—Buen chico.
Ese fue el halago que Jeon recibió, mientras lamía sus labios que se mancharon levemente con la esencia blanquecina que se escurría por las comisuras, después de tragar hasta la última gota.
—Eres tan delicioso, mi luna de rubí.
—No más que tú.
El peligris se sentó de golpe, atrayendo a su pareja en un beso en el que se probó a sí mismo. Un intenso contacto en el que sus lenguas batallaron por ser el ganador, aunque en esta ocasión el licántropo fue el que tuvo ventaja gracias a que sus instintos lobunos se sentían tan en la superficie al estar medio transformado.
Su animal interior estaba tan contento de apreciar la conexión tan única que se daba cuando estaban juntos. Y ni qué decir de cuando se volvían uno.
Al separarse tras ese hambriento beso, Jungkook se tumbó sobre la mullida superficie, mientras Taehyung le observaba expectante por lo que haría a continuación.
—¿Qué esperas para sentarte en mi cara? Quiero mimarte como te mereces, cariño.
El vampiro se estremeció ante la tentadora propuesta, obedeciendo al instante.
Como pudo se ubicó en dicho lugar para que su novio comenzara a hacer maravillas con su boca y su lengua. Sus piernas temblaron cual gelatina ni bien percibió el aliento caliente del lobo, mientras se apoyaba en el pecho ajeno para buscar estabilidad.
—Gracias por la comida, Tae.
Ah, no había duda de que esta era una de las cosas que más extrañó, pues tiempo atrás la disfrutaba muchísimo con su pareja, por lo que fue una tarea difícil contener sus gemidos cada vez que la sinhueso exploraba esa área tan privada.
Esa lengua no le daba tregua al humedecer su entrada, delineando el contorno de la misma y dándole suaves embestidas al codicioso agujero.
—A-Alfa... Ya estoy demasiado m-mojado.
—Lo sé, pero no me detendré hasta que yo lo decida.
Unos minutos que se sintieron demasiado largos y tortuosos acabaron cuando Jungkook notó lo mucho que a Taehyung se le dificultaba mantenerse en silencio al no poder taparse la boca con sus manos por obvias razones.
Por lo que con tristeza se obligó a separarse de esa abertura que ansiaba algo con que ser llenada.
—¿Mi amor? ¿Koo?
—En cuatro, cariño—demandó con voz ronca—. El lubricante ya no será necesario, te prepararé con mis dedos.
Dicho y hecho, el vampiro percibió como un dedo ingresó en su interior cuando se encontró apoyado de rodillas y antebrazos sobre la cama, con su cara hundida en una de las almohadas.
Un gemido entrecortado se escuchó con mucha claridad, animando al lobo que continuara con su labor, hasta que el primer digito fue acompañado por dos más. Hurgando en el cálido interior, sus falanges dilataron la zona con movimientos circulares, en tijeras, metiéndolos y sacándolos, rozando ese punto sensible que provocaba temblores en el vampiro.
—K-Koo... Deja de jugar conmigo.
—Es imposible no hacerlo cuando estás tan sumiso a mis deseos, cariño.
Una fuerte nalgada cayó sobre su trasero, consiguiendo que la dermis se enrojeciera por completo. Que bella imagen, y era suya, de nadie más.
—Te tengo a mi merced, dame el gusto un ratito más, ¿sí?
Recibió un pequeño asentimiento, por lo que prosiguió a seguir marcando con sus manos los redondos glúteos del contrario. Amasándolas de vez en cuando para relajar la zona. A este punto el peligris mordía sus belfos para que los sonidos de placer que se le escapaban no fueran tan llamativos. Su promesa de no hacer ruido quería mantenerla hasta el final, pero el delicioso dolor infringido sobre sus nalgas, junto a los golpecitos certeros que su próstata recibía, lo tenían flotando muy lejos de esa habitación.
No obstante, cuando los dedos en su entrada fueron retirados, no pudo evitar lloriquear.
—Dame un segundo, hyung. Voy a prepararme yo también.
—Y desnúdate—ordenó, soltando un suspiro—. No es justo que yo sea el único en este estado.
—¿Mueres por verme?
Fue imposible no molestarlo. Aunque su novio no se quedaría atrás.
—No lo voy a negar, pero si te estoy dando ese consejo es para que liberes ese bulto que has estado restregando contra mí durante todo este tiempo.
Cierto, lo había hecho de manera inconsciente. Pero si era honesto, le excitó mucho más ser el único que tuviera prendas adheridas a su cuerpo. No obstante, la ropa ya estaba apretando mucho su parte íntima y sentía que iba a traspasarla si no se la quitaba.
—Tan sabio, te haré caso, mi amor.
—Como debe ser, mi alfa.
En cuestión de segundos quedó en el mismo estado que su vampiro, dejando a la luz su preciosa desnudez, por lo que el lobo no demoró en acariciar su falo de abajo hacia arriba, cubriéndolo con su propio presemen para que resbalara con mayor facilidad en el agujero que anticipaba su ingreso. Tentó al vampiro por unos segundos, hasta que alineó su dura erección contra ese respingado trasero que su misma pareja abrió para él, mostrándole su vulnerabilidad con ese acto tan sencillo.
Una sonrisa ladina curvó los labios de Jeon, quien se abrió paso al entrar de sola una estocada en su vampiro de cabellera gris, apretando la piel de las caderas ajenas con cierta rudeza. La marca de sus dedos podría quedarse estampada cual tatuaje.
—Que bien se siente estar en mi lugar favorito.
—Mmmgh... ¿D-Desde cuándo tan descarado?
—Desde que recordé todas las locuras que hacíamos—embistió con lentitud, provocando un jadeo en el contrario que apenas estaba recuperándose del ardor inicial. Hace mucho que no era tomado así, pero en definitiva era algo que le permitía al único ser en la tierra que le robó el corazón—. Éramos un caso perdido, ¿no crees?
—Alfa pervertido.
—Todavía no has visto nada, mi amor—musitó juguetón, inclinándose rápidamente para dejar un beso húmedo en su espalda—. Te haré recordar.
Y con esa determinación, el azabache lo soltó para con solo una de sus manos tomarle de las muñecas de tal forma que las ubicó detrás de su espalda, mientras con la otra que estaba libre con firmeza apretaba la cintura de Kim. La mitad superior de su cuerpo se encontraba en el aire, su rostro había dejado de refugiarse en la almohada. La increíble fuerza que Jungkook tenía era capaz de permitir lograr algo como esto, porque sabía lo satisfactorio que sería para los dos.
—Te sostendré así mientras te hago mío, ¿crees aguantar?
—¿Me estás retando? —interrogó, esforzándose para que su voz sonara estable, aunque el escozor que experimentó se transformó en deleite en tiempo récord—. Porque si es así, aceptó el reto.
—Ese es mi dulce vampiro.
El vaivén dio por iniciado cuando la pelvis del azabache se molió contra el trasero impropio, regalando estocadas crudas que daban de lleno con el punto dulce del interior que lo envolvía con su calidez. Apretándolo a más no poder, estimulando a su miembro palpitante que ansiaba una pronta liberación. Los sonidos obscenos del choque entre sus cuerpos ocupaban el lugar, junto a los gruñidos guturales que el lobo soltaba con cada uno de sus embistes y los gemidos silenciosos del peligris que luchaba con su autocontrol.
Taehyung permitió que algunas lágrimas rodaran por sus mejillas cuando se sintió cerca, tratando de soltarse del agarre de su novio para poder tocarse a sí mismo. Lo que no sucedió, porque Jungkook no quería que hiciera eso. Su agarre apretándose más sobre las muñecas ajenas que luego resentirían estar en una sola posición, entumeciéndose como resultado. A fin de cuentas, el característico hormigueo ya se estaba haciendo presente.
—Resiste un poco más, te correrás cuando te muerda y te deje mi nudo. Porque hoy me tomaré el atrevimiento de demostrarte que no importan los obstáculos que debamos pasar, soy el único que puede hacerte sentir tan vivo.
Esas palabras desataron un torbellino de emociones en el alma del joven de tez canela, que no se veía capaz de rescatarles valor porque eran la más pura verdad. Se pertenecían mutuamente, pero Jungkook lo perdió en el pasado y tuvo que confiar en que volvería a encontrarlo. Arriesgándolo todo por el amor que le profesó desde el primer día, por lo que ese mérito nadie era capaz de arrebatárselo.
—Maldición... ¡Ah!
Su próstata sufrió la consecuencia de sus palabras cuando apreció como llegaba más profundo dentro suyo. El estruendo de la cama que chocaba contra la pared era un detalle que no pasó desapercibido para ninguno de los dos.
—No groserías, mi luna de rubí.
Ese susurro directo en su oreja, y una tierna mordida en su lóbulo consiguieron que una descarga eléctrica recorriera cada parte de su organismo. Tan emocionado por los últimos instantes que compartían en la intimidad de su lecho.
El joven de piel nívea no daba tregua a su pareja que yacía en ese preciso instante yacía sobreestimulado por tanto ajetreo. No obstante, el sentirse al borde del abismo en contra de ese colchón era algo que el peligris repetiría hasta el cansancio.
La sensación en el vientre del lobo lo hizo gemir bajito, deleitando al vampiro perdido en el lívido que recorría desde su cabeza hasta sus pies. El lobo sufría de lo mismo, tanto que su mandíbula apretada y sus pupilas dilatadas lo delataban.
No les faltaba nada para que juntos alcanzaran el clímax. La cúspide del placer que solo sus cuerpos unidos podían darles.
Uno, dos, tres estocadas más bastaron para que el líquido colmara su interior, desbordándose hacia el exterior cuando el nudo del lobo se adueñó de todo, mientras sus colmillos picaban para enterrarse en la dermis tostada del cuello impropio. La tierna carne se rompió donde yacía la anterior marca, detonando que la corrida del vampiro saliera a borbotones, manchando el edredón debajo de sus rodillas.
La pareja se estremecía por el éxtasis, compartiendo un expresivo beso, después de que la boca del azabache limpiara con mimo la herida abierta con sus caninos, hasta caer acurrucados sobre la suave superficie, mientras lo unión que los mantenía atados al otro se desvanecía.
Sus sentimientos se vieron reafirmados una vez más después de ese momento íntimo. No obstante, al estar en medio de los brazos, caricias y besos del contrario, la pareja se sentía tan cómoda, tan libre, y tan correcta, que a pesar de que el mundo estuviera cayéndose sobre sus cabezas, ellos no tendrían un motivo válido para salir de su paraíso personal.
Porque cualquier preocupación podría esperar, ¿verdad?
Continuará...
Espero les haya gustado, incluyendo esa parte que seguramente no esperaban. Perdón la tardanza, no han sido días buenos en los que pudiera dedicarle tiempo a esta historia que es tan importante para mí. Pero dejando eso de lado, no supero que estemos a nada de entrar a la recta final. Estoy muy emocionada, ha sido un camino largo, pero he amado cada parte del trayecto.
Como dato curioso les cuento que ahora que ya saben la verdad detrás del secreto de Koo, el titulo de esta historia (Kaibutsu) toma otro sentido, porque si bien significa "monstruo" también es un término en japonés que se usa para la palabra "demonio". Tremendo detalle, ¿verdad?
No olviden seguirme en Instagram, me encuentran como kamieshiro. Gracias por seguir leyendo a mi vampiro y su lobito. Nos leemos pronto y no olviden el stream a Hobi con "on the street", porque llorando me tiene. Les amo, cuídense mucho.
Y de paso, disfruten del maravilloso edit que dorasilove hizo de nuestra querida parejita que se siente tan acorde para este capítulo lleno se emociones <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top