❁ཻུ۪۪Capítulo 40~熱意

Taehyung y Jimin salieron muy temprano de la mansión con dirección a la cabaña de las hermanas del rubio. Pues aquel día se cumplían las dos semanas de plazo que las féminas pidieron al vampiro para tener lista la ropa confeccionada especialmente para Jungkook.

Motivo por el cual, el peligris se encontraba ansioso por ver los resultados de sus diseños con sus propios ojos. El susodicho confiaba ciegamente en el talento de sus buenas amigas, pero eso no evitaba que los nervios le embargaran por el simple hecho de ser tan jodidamente perfeccionista.

—¿Y si no les quedaron como yo quería?

—Ay, Tae, eso sería imposibles después de todos los detalles que le diste—Jimin respondió luego de aterrizar en el suelo tras varios minutos volando en compañía del menor—. Mejor cerremos el tema, porque si te escuchan estoy cien por ciento seguro que se resentirán.

—Sí, lo siento, Jiminnie—Kim se disculpó, desviando la mirada un tanto avergonzado por su actitud—. Solo quiero la ropa más bonita para Jungkookie, porque se lo merece por ser el sobrenatural más bueno de este sucio mundo.

—¡Por la madre naturaleza! —exclamó sorprendido, iniciando su caminar por el sendero que los llevaría hacia su destino—. Ustedes cada día son más cursis y melosos el uno con el otro.

—Ni como negarlo, pero he de admitir que me gusta muchísimo.

—A este paso tendré una sobredosis de azúcar y nadie podrá arreglarlo.

El peligris soltó una risita por lo dramático que su amigo estaba sonando en dicho momento. Usualmente era al revés, pero cuando Jimin se ponía en ese plan no podía evitar divertirse un montón con ello.

Sin embargo, su mente aprovechó a traer algunos recuerdos de los últimos días que validaban lo que el hada había dicho. Porque si bien era cierto que desde que el lobo y él se volvieron novios terminaban metidos en su propia burbuja de romance olvidando al resto, durante aquella semana Jeon estaba más meloso que de costumbre, y quizá un poquito atrevido.

Tae, quiero mimosel azabache le exige con la voz una octava más grave de lo normal, tomándolo de la cintura, mientras el vampiro acomodaba algunos libros en una de las repisas de la biblioteca—. Por favor...

Cachorro, me asustasteel vampiro se sobresaltó al sentir unas manos rodearlo desde atrás. Ni siquiera te sentí llegar.

Últimamente me estoy volviendo sigiloso.

Ya lo creo.

El peligris se volteó sin la mínima intención de romper el contacto de su pareja. Dirigiendo sus manos hacia el rostro ajeno, acariciando los pómulos sonrojados, para comenzar a hablarle con tanta suavidad que podría ser fácilmente comparada con mantequilla derretida.

Siempre será un placer consentir a mi chico bonito después de una larga mañana sin vernos.

Gracias, mi dulce vampiro.

Vamos al sofá, cariño.

Jungkook asintió despacio, entrelazando su mano con la que el peligris le ofreció. No obstante, antes de que el susodicho se sentara y le incitara a que se acomodara en su regazo como acostumbraban, el lobo se le adelantó.

Taehyung ni siquiera fue consciente de cómo terminó entre las piernas del menor, con su espalda chocando contra el pecho ajeno y recibiendo besos detrás de su oreja.

Jungkookie.

Solo déjame disfrutarte de esta forma por un ratito antes de que me des tus mimos.

El mayor tragó saliva sin saber cómo reaccionar hasta que notó que los besos se detuvieron y una suave respiración erizó su piel. Por pura inercia giró su cabeza y notó que su chico se había quedado profundamente dormido.

Tan lindo.

Como pudo, se incorporó, y lo acomodó sobre su regazo, como planeó desde un principio, regalándole suaves caricias hasta dejarse contagiar por el estado lleno de paz del azabache.

Por ese motivo, cuando Seokjin los fue a buscar para avisarles que la comida estaba casi lista, no tuvo corazón para despertarlos, dejándolos que continuarán en ese estado armonioso por unas cuantas horas más.

Hasta que la pareja eventualmente se despertó, pero ninguno de los dos se vio con el coraje suficiente para comentar algo al respecto. Por lo que aquel momento se quedó como una experiencia más que se grabaría con tinta indeleble en sus almas.

Pero esa no fue la única ocasión en la que esas situaciones se repitieron. No obstante, cada una de ellas fue disfrutada con auténtica sinceridad. Y eso era lo más valioso para la pareja.

Los mejores amigos no tardaron en ser recibidos por la risueña Somin, quien fue encargada de abrirles la puerta de su hogar y hacerlos pasar a la acogedora sala donde sus otras hermanas ya les esperaban con toda la ropa siendo expuesta para deleite del vampiro.

Taehyung no pudo contener el chillido de emoción que se le escapó al tomar entre sus manos las finas prendas que su cachorro pronto luciría con la galanura innata que le caracterizaba, pero de la cual parecía no ser realmente consciente.

Sí, ya quería verlo modelar para él.

Porque solo él y nadie más que él tendría  ese privilegio.

Kim estaba tan contento con los resultados, sintiéndose mal por haber dudado de las hadas, por lo que en recompensa les dio una propina extra que fue bien recibida. Sin embargo, por muy entusiasmado que se encontrara, no se hacía ni idea del caos que se estaba desatando en su hogar.

Y que tenía como único protagonista a un lobo de ojos grandes y brillantes.

Poco después de que el vampiro se despidiera con un besito en la mejilla de su chico, Jungkook se permitió continuar durmiendo en la cama que ambos compartían. Inundándose del aroma a romero del peligris y el calor que le otorgaba el estar envuelto entre las sábanas y el edredón blanco con un lindo estampado de flores en negro.

Sin embargo, su estado pacifico duró muy poco cuando una notable incomodidad en su zona baja se hizo presente y la temperatura de su cuerpo comenzó a elevarse como una pequeña llama que eventualmente se convertiría en un arrasador incendio.

Y solo eso bastó para que algo en su mente hiciera click.

Su celo había llegado, pero ni siquiera previó tomar medidas al respecto por estar embobado en su romance de ensueño.

El lobo quería darse unas cuantas bofetadas por su descuido. Sus hyungs muy seguramente lo regañarían por ello, pero todavía existía una solución a su favor lo que le ayudaba a no perder por completo los nervios. No obstante, justo ahora agradecía que Taehyung hubiera salido y no lo viera en ese estado tan primitivo anhelante de cumplir sus más bajos deseos.

Porque lo menos que quería era dañar su noviazgo por sus instintos descontrolados.

Hace no mucho se habían convertido en pareja como para esperar dar un paso tan gigante como el de entregarse a un placer compartido cuando los dos habían puesto su mayor esfuerzo para ir paso a paso y sin premura en su relación.

Garantizando el poder disfrutar sanamente de cada etapa.

Además de que el azabache esperaba que cuando ese momento llegara fuera sumamente memorable y especial, y no solo por querer quitarse las ganas. Ya había esperado varios años desde que su celo apareció por primera vez a la edad de veinte años, por lo que confiaba ciegamente en que podía seguir esperando un poco más, ya que estaba seguro que él era mucho mejor que sus instintos lobunos.

—Esto es una molestia—se quejó, sintiendo el sudor bajar por su frente—. Tengo que actuar antes de que Tae venga.

El joven de piel nívea sentía su corazón latir con fuerza en su caja torácica, sus feromonas inundar el espacio y como cierta parte se endurecía entre sus piernas. Pero ni siquiera eso lo detendría para ir en búsqueda de aquella pócima con la que sus hyungs hacían que su ciclo de calor fuera más llevadero.

En esa época había estado más que preparado para aquel momento, al igual que los sobrenaturales a los que consideraba como sus hermanos mayores. Por lo que, por exactamente dos días, los brujos se habían tomado un descanso para estar al pendiente del menor, quien necesitó varias infusiones para sentirse tranquilo en esa etapa.

Dicho brebaje era un preparado de varias hierbas que adormilaban su parte animal, lo que la volvía demasiado amarga de tomar. Motivo por el cual, el lobo en un estado de inconsciencia pidió que para una próxima vez agregaran esencia de romero para que el sabor fuera mil veces más soportable.

Ya que el romero siempre sería de sus cosas favoritas por obvias razones. Siendo lo único capaz de calmarlo y dejarlo en un estado pacífico.

Los mayores aceptaron sin rechistar, porque se podían hacer una idea del horrible sabor que seguramente poseía, y si en ellos estaba la posibilidad de contrarrestarlo de alguna forma lo harían sin pensárselo dos veces.

Y así había sido hasta la actualidad, por lo que Jeon estaba más que acostumbrado a tratar su tormento de esa manera.

Pero cuando el lobo logró incorporarse con dificultad del suave colchón, escuchó tres golpecitos certeros al otro lado de la puerta y una voz irreconocible dirigirse hacia él.

—Jungkook-ah, baja en cinco minutos a desayunar.

Yoongi informó despreocupadamente, sin embargo, al no obtener una respuesta inmediata se extrañó.

—¿Kook? ¿Estás despierto o sigues dormido?

—Hyung, necesito ayuda.

Ese tono una octava más abajo, acompañado de un leve gruñido fue suficiente para que el pelinegro comprendiera la situación del licántropo.

—¡Demonios Jungkook! ¿Por qué no nos avisaste que tu celo estaba cerca?

—Lo siento, no lo recordé—respondió al otro lado de la puerta, sonando muy abatido—. Luego puedes regañarme, no quiero que Tae tenga que lidiar conmigo en ese estado.

—Aunque él podría ayudarte...

—¡No! —exclamó con determinación—. No quiero que se sienta obligado.

—Lo entiendo. Lamento haberlo sugerido, pero me pareció lo más factible en esta situación, aunque supongo que todavía deben conversarlo y conociéndote como te conozco no querrás que ese momento sea en estas circunstancias.

—Si, tienes razón, pero eso es lo de menos.

—De acuerdo, iré a ver si todavía contamos con todas las hierbas o Hobi tendrá que ir a buscarlas.

—Gracias, hyung.

—¿Qué yo qué?

Yoongi giró su rostro y se encontró con su mejor amigo yendo en su dirección, con una expresión intrigada al haber escuchado la mención de su nombre.

—Tenemos una emergencia, Hobi, ese momento ha llegado.

—¿Ya? Pensé que faltaba un poco más porque Jungkookie no nos ha dicho nada.

—Culpemos a su burbuja de amor—el joven de mirada felina bromeó para aliviar el ambiente, escuchando un pequeño bufido de indignación por parte del principal involucrado—. Pero eso es lo de menos, hay que actuar ya.

—Claro, claro. Yo me encargó, Yoon, porque si contamos con todo lo necesario—esa información calmó en demasiada a Min—. Tan solo espero que esté lista antes de que Tae venga.

—Bien, habrá que confiar. Tú has eso y yo bajaré a avisar de su estado a Seokjin y Namjoon por si Taehyung tiene la intención de ir a verlo.

El castaño asintió conforme con lo dicho por el mayor, apresurándose a hacer lo pedido. Su desayuno podría esperar, pero una emergencia como esta jamás.

—Tan solo resiste, Kook.

El susodicho musitó una respuesta lo suficientemente audible antes de que el pelinegro tomara su propio camino con dirección al comedor donde la pareja de vampiro y cambiaformas les estaban esperando. Mientras el lobo se acurrucaba en una esquina de la amplia habitación, percibiendo como sus colmillos picaban por morder y su respiración se agitaba cada vez más.

Rogando internamente porque el plan de sus hyungs no saliera mal.

Lástima que minutos más tarde, un vampiro muy emocionado acababa de arribar a su mansión y estaba siendo recibido con la noticia por el mismísimo brujo de cabellera oscura como la noche.

—¿Qué mi cachorro qué?

Taehyung cuestionó impactado con una expresión desencajada en sus etéreas facciones, dejando caer en el proceso las bolsas llenas de ropa que llevaba en sus manos. Jimin le observaba intrigado por saber que actitud tomaría a raíz de dicho suceso inesperado.

—Que por fin le llegó el ciclo de calor, dice—Seokjin comentó sin pelos en la lengua, pues ser directo era de sus mayores cualidades—. No entiendo de que te sorprendes hermanito, todos aquí sabíamos que eso es algo por lo que tarde o temprano pasan los lobos y otros cambiaformas.

—Lo sé, es solo que Jungkookie no me lo había comentado.

—No es por ser hablador—aclaró Namjoon interviniendo en la conversación—. Pero Jungkook-ah parece no estar muy en este mundo desde que se volvieron pareja, así que me suena coherente que hasta para él ese detalle pasará desapercibido.

Taehyung quiso indignarse por ese comentario, pero sabía que su cuñado tenía razón.

Por lo que no pudo evitar sentirse responsable.

—Puede ser, pero no puedo dejarlo así—el vampiro aseguró, teniendo muy presente la calamidad que debía estar viviendo su chico bonito—. No es justo que pase por este sufrimiento solo.

Y antes de que Yoongi pudiera comentarle que la situación no era tan grave como parecía, pues contaban con esa pócima especial, el vampiro salió corriendo directo a las escaleras con un pensamiento muy arraigado en su mente, dejando a todos atrás sin vacilar.

Debe haber algo en lo que te pueda ayudar, espera por mí, Jungkookie.

Continuará...

Chan, chan, chan, ¿qué creen que sucederá? Mis felicitaciones a quienes adivinaron lo que pasaba con Kookie. Espero les haya gustado, mil gracias por seguir leyendo este fic.  

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