❁ཻུ۪۪Capítulo 39~甘やかされた
—¿Eso significa que se han comunicado contigo?
—¡Sorpresa! —Jimin movió sus manos con entusiasmo, manteniendo una brillante sonrisa en sus labios rellenos—. Han pasado tantas cosas últimamente que no he tenido oportunidad de decirles que hace unos días atrás un pajarito mensajero se posó en mi ventana trayendo una carta de mis hermanas, avisándome que volvieron de su último viaje.
—Por todos los murciélagos, Mimi—Taehyung se llevó las manos a la cabeza, completamente consternado. Aunque eso era muy típico en el vampiro que amaba ser el rey del drama—. ¿Cómo no pudiste mencionarlo más antes?
—Lo siento, Tae, no creí que te pondrías así.
—No las he visto hace mucho, por eso estoy así—explicó con seriedad, y no tardó en regañar a su amigo—. Muy mal de tu parte, Jiminnie.
Antes de que el hada de cabellera rubia pudiera replicar en su propia defensa, la voz de Hoseok interrumpió la charla de los dos sobrenaturales.
—Me había olvidado que en una de las muchas conversaciones que hemos tenido Jiminnie dijo que tenía hermanas.
—Y lograron a conocer a Jungkook-ah si es que mi memoria no me falla—intervino Yoongi, a lo que el vampiro peligris asintió muy emocionado.
—Sí, por supuesto que lo conocieron. Jamás olvidaré lo encantadas que se quedaron al tratar con mi cachorro.
Un suspiro se le escapó, recordando la manera tan tierna en la que el infante se puso sumamente protector cuando notó que gente desconocida llegaba de imprevisto a la mansión.
—Ni lo menciones, Tae, que vergüenza—el mencionado se quejó, portando un rubor en sus mejillas. Muy seguramente esas hadas le recordaban como el intenso lobo que fácilmente podría ser confundido por un koala al no querer despegarse ni un centímetro de Kim.
—No tienes que apenarte, cariño—aseguró, jugando con el cabello ajeno—. Ellas sabían que era parte de tus instintos lobunos.
—Pero igual.
Un puchero se asentó en la boquita del azabache, haciéndolo ver más lindo de lo normal a ojos del peligris, quien no se contuvo de dejar un casto beso en los belfos impropios.
—Ya, quita ese pucherito. Puede que ellas se hayan quedado con esa imagen sumamente tierna de ti, pero por fin es momento de que vean lo genial que se ha vuelto aquel cachorro que conocieron en el pasado.
El menor asintió complacido por esas palabras tan llenas de verdad. No era muy tarde para demostrar que esa faceta suya quedó atrás, ya que al convertirse en adulto finalmente podía cuidar la espalda de su vampiro, defendiéndolo de cualquier mal con sus garras y colmillos.
Su lobo movía la colita de un lado al otro, muy de acuerdo con la manera de pensar de su lado humano.
Cualquiera debería pensárselo dos veces antes de querer hacerle daño a su luna de rubí. Porque de lo contrario, lo pagarían muy caro.
—Entonces con eso arreglado, mañana mismo hay que buscarlas—Jin expresó su idea, mostrándose ilusionado por volver a ver a esas dulces chicas que eran tan importantes para su familia—. Y si gustan, Nam y yo nos ofrecemos para ir como voluntarios a dicha tarea.
—Eso sería genial, hyung, aunque también quiero ir porque las he extrañado un montón.
—De acuerdo, entonces todos ustedes van—determinó el peligris, obteniendo al instante un si como contestación—. De paso aprovechan a ayudarles a traer la ropa que tengan disponible.
—Muy buena idea, TaeTae.
El rubio aprobó las palabras de su mejor amigo, resolviendo el asunto sin dificultad alguna. No les quedaba más que esperar al próximo amanecer para ir a la cabaña de las hermanas de Jimin.
Jungkook sintió una delicada caricia en los nudillos de su mano, la cual reposaba en la mesa. Sin vacilar, el menor dirigió sus orbes chocolates hacia el rostro del dueño de aquel tacto. Encontrándose con el rostro pacífico de su vampiro, quién le sonreía tan hermosamente como solo él podía.
Pues era obvio que con ese simple gesto quería continuar transmitiéndole seguridad por la conversación que tuvieron. El azabache le correspondió de la misma manera, porque sabía que podía confiar ciegamente en las palabras del vampiro.
Consiguiendo dar el mensaje de que desde hace algunos años atrás se convirtió en un digno ejemplar de hombre lobo, dejando enterrada la penosa niñez de la cual las féminas fueron testigos.
Pues ahora era independiente, confiable, protector y leal como ningún otro.
Su Taehyung se lo garantizó y eso era suficiente para sentirse más seguro de sí mismo.
La pareja conformada por un vampiro y un cambiaformas de águila salieron de la ostentosa mansión en compañía de un hada cuando el sol apareció en su totalidad en el horizonte. Con el único propósito de ir lo más pronto posible a la cabaña donde residían las féminas.
Los sobrenaturales que convivían en aquel lugar tomaron su desayuno unos minutos antes por lo que ya estaban tranquilos en ese aspecto. Razón por la cual, cuando los brujos, el vampiro y el lobo se quedaron solos, decidieron volver a sus respectivas habitaciones, mientras el tiempo transcurría hasta que las visitas llegaran.
Jungkook había acomodado su cabeza en el regazo de Taehyung, mientras el mayor masajeaba sus cabellos oscuros provocando que el sueño se apoderara una vez más del lobo.
—¿De verdad te estás quedando dormido, cariño?
El susodicho asintió suavemente con los párpados cerrados y su semblante relajado.
Se sentía en el mismísimo paraíso.
—En cualquier momento pueden venir—le recordó, jugando con un mechón que caía justo en su frente—. Creo que lo mejor será que me detenga.
—No, por favor—pidió abriendo los ojos de golpe y tomando la mano ajena para que no se alejara de su cabello—. Tú sigue, Tae, prometo no dormirme.
Los orbes escarlatas se encontraron con los de color chocolate, percibiendo la súplica implícita que existía en ellos.
Sí, no podía no hacerle caso a su cachorro.
—Está bien, Kookie, tú ganas. Soy débil antes esa mirada de cachorrito que pones.
El menor sonrió orgulloso por haber conseguido, eliminando su agarre y entrecerrando sus ojitos lo suficiente como para provocar que unas lindas arruguitas se formaran a sus costados. Aquellas líneas de expresión no demoraron en ser besadas fugazmente por el peligris que se inclinó lo suficiente como para alcanzar el rostro ajeno.
—Mi chico es tan bonito—aseguró el mayor luego de unos minutos, acariciando delicadamente sus pómulos hasta que sus dedos rozaron los labios ajenos—. Tan, pero tan bonito.
—¿T-Tae?
Su voz sonó más bajita de lo que pensó por el simple hecho de que no entendía a que se debía la mirada tan intensa de su novio. Y mucho menos la razón por la que estaba tocando sus belfos levemente entreabiertos por la impresión.
—Dame un minuto, cariño.
El vampiro se alejó del lobo, incorporándose de la suave superficie del colchón de la cama en la que se encontraban. Yendo hacia el tocador que estaba cerca de la ventana cubierta por las espesas cortinas. Dejando al joven de piel nívea demasiado confundido e intrigado por su repentino accionar.
—¿Pero qué...?
—¡Lo encontré!
El peligris celebró en el preciso instante en el que tomó entre sus manos un pequeño tubito de color rosado.
—Acuéstate, Jungkookie—demandó con una sonrisa ladina, desbordando esa determinación a la que el susodicho no podía no hacerle caso—. Te pondré un poco de bálsamo labial para que hidrates esos labios resecos que no te haces una idea de cómo me inspiran.
El lobo pasó la saliva con dificultad al notar como su pareja se posicionaba a horcajadas encima de su cuerpo. El lobo en su interior tampoco sabía cómo reaccionar al inesperado contacto, que siendo honesto lo hacía inmensamente feliz.
Talvez demasiado como para interpretarlo de otra forma.
Sin embargo, Jeon no quería dañar el dulce momento con las sensaciones que lo estaban atacando por el simple hecho de tener al mayor en su regazo. Su luna de rubí estaba colocándole aquel producto con tanto esmero, mientras él solo quería darle la vuelta, tumbarlo sobre la cama y besarlo hasta el cansancio.
En definitiva, no lo merecía.
Por lo que se esforzó en pensar cosas desagradables para que la excitación que se desató inesperadamente se fuera por donde vino.
—Ya está, con eso será más que suficiente—comentó contento por el resultado, sin la mínima intención de moverse de su nuevo asiento—. Este clima frío no ayuda, pero la ventaja es que tengo muchos de estos bálsamos para cuidar tus labios cachorro.
—G-Gracias, Tae.
—Un placer, cariño.
El azabache estuvo a punto de suplicarle al mayor que se le quitara de encima porque con urgencia necesitaba un respiro para que el tono rojo intenso de sus mejillas desaparecía lo más pronto posible, de no ser porque tres fuertes toques resonaron al otro lado de la puerta.
—¡Chicos, acaban de tocar el timbre así que ya bajen!
—Ya vamos, Hobi—Taehyung se le adelantó, quitándose de encima suyo para acomodar su ropa y ofrecerle su mano inmediatamente para que imitara su acción—. Vamos, cariño. ¿Por qué estás tan rojito? ¿No me digas qué...?
Jungkook quiso desaparecer creyendo que notó lo que realmente le pasaba, soltando la mano impropia de inmediato.
—Y-Yo...
Pero antes de completar la frase, la cara de espanto de Kim lo dejó mudo.
—Estoy muy pesado, ¿verdad? —cuestionó apenado—. Ay, lo siento, Jungkookie, comer harinas me hace subir de peso. Jiminnie ha hecho mucha comida que incluye ese tipo de carbohidratos en estos últimos días y yo no me he controlado al momento de ingerirlas. Perdón, en serio.
El mayor se disculpó uniendo sus manos bajo la mirada del joven de piel nívea.
—Espera un minuto, Tae. ¿Acaso crees que estoy rojo porque fuiste muy pesado para mí?
—¿Sí? —De repente Taehyung le analizó dubitativo—. ¿No es por eso?
El lobo soltó la carcajada sin más, confundiendo a su novio.
—¿Pero por qué te ríes? —se quejó frunciendo el entrecejo—. ¿Cuál es el chiste, cachorro?
—Por si lo olvidaste, Tae, tengo mucha fuerza—aclaró, acercándose lo suficiente para acunar el rostro etéreo entre sus manos—. Que subas unos kilos de más no significa nada para mí, porque sea como sea para mí seguirás siendo igual de perfecto.
—Ese es un comentario muy dulce, pero entonces quiero saber qué fue lo gracioso de lo que dije.
—Me sonrojé por ti—decidió admitir, sin embargo, el lobo no tenía la intención de explicar todo con lujo de detalles. Lo menos que deseaba era volver a avergonzarse por sus pensamientos subidos de tono—. Tu cercanía me sigue poniendo ansioso a pesar de que nos convertimos en pareja.
—Ohh, eso lo explica.
Porque a pesar de cualquier situación que se presentara, Jungkook se enamoraba con más intensidad por las cosas pequeñas que el peligris hacía por él.
—Sí, ¿satisfecho por la respuesta, mi dulce vampiro?
El mayor afirmó moviendo la cabeza, sintiendo como el azabache entrelazaba nuevamente sus dedos.
—Entonces con eso aclarado, bajemos a la sala antes de que Jimin hyung sea el que pongo el grito en el cielo.
Taehyung no reprimió su risa, imaginándose la escena antes de que su pareja y él fueran con dirección a la sala en la que todos los sobrenaturales yacían reunidos. El vampiro y el lobo no tardaron en escuchar como el rubio presentaba a cada una de sus queridas hermanas con los brujos.
No obstante, cuando la pareja puso un pie en la habitación, las miradas de las féminas se dirigieron hacia el peligris y su novio.
—¡Taehyungie!
Al unísono las hadas aclamaron el nombre del vampiro al que apreciaban tanto como si fuera un hermano más. Pero la que no se lo pensó dos veces antes de atraerlo en un fuerte abrazo fue Somin.
—¡Te he extrañado un montón!
—Yo igual, Sominnie, yo igual—respondió, estrechando a la rubia con cariño entre sus brazos—A todas en realidad—aseguró, dirigiendo sus palabras hacia las otras dos féminas—. Lo juro.
—Lo sabemos.
Hyejin fue la que intervino, acercándose para abrazar al vampiro, siendo secundada por Jiwoo que mantenía una linda sonrisa en sus finos labios. Los saludos tardaron menos de un minuto antes de que las chicas, más específicamente Somin se dirigiera al azabache que esperaba por ser notado luego de las muestras afectuosas hacia su adorado peligris.
—Por la madre naturaleza, Jungkook-ah, creciste mucho—la chica musitó con un tono de voz sumamente amable, dándole un abrazo al lobo. Acción que sería repetida por sus otras hermanas de forma inmediata—. Jiminnie no nos mintió al respecto.
—Es un gusto verlas después de tanto tiempo, noonas.
—El placer es nuestro. Es muy bueno saber que pudiste volver a Tae sano y salvo después de tantos años—Jiwoo levantó las cejas, en un gesto de complicidad pues su hermano ya las había puesto al tanto del chisme de la relación de su buen amigo con lujo de detalles y también sobre muchas otras cosas más—. Sean muy felices, ¿sí?
—Así será.
—Bien—Hyejin les dedicó un guiño, para después señalar las maletas que la pareja de vampiro y cambiaformas tenía a su cargo—. No perdamos más tiempo y empecemos a ayudar nuestro querido Tae en la tarea de consentir a su novio.
El par de tortolos involucrados asintió de acuerdo con esa idea. El menor fue el encargado de guiar a las féminas en el camino directo al inmenso cambiador y ropero cercano a la habitación que compartía con su Taehyung, donde su chico y él podrían ver más cómodamente los conjuntos que las hadas trajeron especialmente para su persona siendo un detalle de cortejo por parte del peligris. Dejando atrás al resto de sobrenaturales que decidieron ocuparte en sus propias tareas, menos Jimin que quería seguir compartiendo con su otra familia.
Una hora completa se pasó en un abrir y cerrar de ojos escogiendo diversos conjuntos para el azabache, donde el hada de labios rellenos aprovechó a preguntarles más a sus hermanas acerca del viaje que hicieron a otros pueblos cercanos para vender sus productos, de la misma forma en la que el vampiro halagaba a su chico cada que podía.
Consiguiendo lo que el menor más deseaba. Y esto era dejar de ser visto como el cachorro que estuvo bajo la protección del peligris, para ser mostrado como el lobo que de ahora en adelante cuidaría con su alma y corazón a su luna de rubí.
Aunque si las hadas eran honestas, jamás se les pasó por la mente algo así. Porque sabían que conforme los años pasaran, el lobo sería capaz de eso y mucho más.
Sin embargo, hubo un momento en el que el vampiro cambió la expresión de su rostro, como si no estuviera muy convencido con los últimos dos conjuntos que escogió su novio. Y ese detalle fue lo que llamó la atención de la chica de cabellera dorada.
—¿Tae, qué sucede?
La interrogante de la chica que usaba un vestido con estampado de flores fue lo que hizo detener los movimientos de los presentes.
—¿Por qué lo dices, Sominnie?
—Tu cara parece muy poco satisfecha con las últimas elecciones de Jungkook-ah.
—¿Qué? ¡No!
—¿Eso es cierto, Tae?
—No, Jungkookie, solo estaba pensando en algo, pero no sé si pueda ser posible justo ahora.
—Suéltalo, Taehyungie—la castaña lo animó a hablar—. No te quedes con las ganas.
—Me gustaría que las chicas te hicieran ropa a tu medida, y no es porque esté despreciando lo que elegiste, pero tengo varias ideas para algunos de los diseños que estoy seguro te quedarán perfectos, cachorro.
—Tae, eso sería mucho más costoso—el azabache no tardó en hacerle notar ese detalle, no le parecía justo que su chico gastara más de lo que ya haría—. No es necesario, estoy más que feliz con los conjuntos que ya elegí.
—Si es por el tema del dinero no te preocupes cariño. En el pasado trabajé lo suficiente como para hacer una inmensa fortuna, así que eso es lo de menos.
—Pero...
—Déjame consentirte, Jungkookie. Ya te he dicho que tú lo vales, y no sabes lo feliz que me haría verte en los diseños que mi mente pensó especialmente para ti.
El lobo quería resistirse un poco más, pero que Jimin intercediera fue lo que terminó por hacerle ceder.
—Vamos, Jungkook-ah, acéptalo o no te dejará tranquilo.
—Por favor, cariño—Taehyung le rogó, haciendo un puchero que el lobo estaba muy tentado a besar—. ¿Sí?
El menor suspiró, aceptando por segunda vez una propuesta de ese tipo luego de tanta persuasión. Obteniendo un fuerte abrazo y varios besos en su rostro como recompensa, siendo detallados por la familia de hadas.
—Ese es mi chico, te prometo que no te arrepentirás.
—No creo que lo haga, tus diseños deben ser geniales, Tae.
Taehyung esbozó una sonrisa ante el cumplido, pero antes de que pudiera seguir cantando victoria, dirigió sus palabras a sus buenas amigas.
—Yo feliz porque mi chico haya aceptado, y ni siquiera les he preguntado si trajeron lo necesario para ese trabajo.
—Somos hadas precavidas, Tae—musitó Jiwoo con confianza—. Sí que podemos ayudarte con eso.
—Entonces, ¿qué estamos esperando?
Y con esa afirmación las hadas se pusieron manos a la obra, trayendo diversas cintas para tomar las medidas del cuerpo del lobo, mientras el vampiro dibujaba algunos bocetos para que sus explicaciones de lo que quería pudieran ser mejor comprendidas por las féminas.
Hasta que, por cuestiones de fuerza mayor, el azabache tuvo que retirarse la camisa para que el trabajo fuera más exacto. Mostrando esa perfecta anatomía que ocultaba debajo de su ropa holgada.
—Me gustaría ser el único que te vea de esa forma—en voz bajita el peligris le dijo esas coquetas palabras antes de que Hyejin se le acercara a tomarle las medidas—. Pero sé que es necesario y tampoco es como que me pudiera quejar, porque fui yo el de la idea.
El lobo quiso responderle de alguna manera, pero su cometido fue interrumpido por el hada, mientras su luna de rubí se alejaba lo suficiente como para quedar cerca de su mejor amigo, dejando que la chica hiciera su trabajo. Por ese motivo el azabache simplemente sonrió, al estar cada vez más encantado con la dualidad del mayor.
Ignorando por completo aquel suceso tan vital para los lobos que ya se encontraba a la vuelta de la esquina.
Continuará...
Ojo, mucho ojo con el próximo cap. Espero lo hayan disfrutado mucho. Nos vemos en el próximo, y solo por avisarles, me he creado una cuenta secundaria (@mieshiro) por si gustan seguirme por ahí también. Y si tienen perfil en inkspired me encuentran con el mismo user de aquí, para que no se pierdan historias exclusivas de esa plataforma porque Wattpad cada vez está más insoportable.
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