❁ཻུ۪۪Capítulo 37~一緒

—¿Y ahora?

—¿A qué te refieres, Tae?

Jungkook interrogó luego de ingresar por completo a la habitación siguiendo de cerca al vampiro de cabellos grises. Dándose el tiempo de analizar la dudosa expresión que el mayor poseía en el rostro.

—Es que...

Taehyung ahora no sabía si era prudente terminar la oración. Tal vez su sugerencia sería algo que el joven de piel nívea pudiera considerarlo un poco fuera de lugar, dadas las circunstancias. Porque si bien era cierto que habían comenzado una relación, eso no garantizaba que su lobito quisiera compartir la misma cama con él, ¿o sí?

Quizá quería seguir manteniendo su propio espacio y eso se respetaba.

—¿Qué cosa, Tae?

—Nada, Jungkookie, mejor olvídalo—lo regaló una pequeña sonrisa para tranquilizarlo, queriendo iniciar su camino hacia el baño para cambiarse de ropa, de no ser porque el azabache lo tomó del antebrazo, deteniendo su andar—. ¿Qué sucede, cachorro?

—Tae, quedamos en que íbamos a conversar de cualquier cosa—el menor le recordó mostrándose comprensivo—. Así que por más tontería que sea lo que hayas pensado, quiero saberlo.

El vampiro lo escudriñó con la mirada, tratando de encontrar un ápice de duda. Pero no había nada de nada, lo que le causó mucho orgullo por la actitud centrada del lobo.

—Se supone que yo soy el mayor, pero te has vuelto tan maduro cachorro. Que me siento como un tonto a tu lado.

Kim hizo un pequeño puchero y Jungkook no se pudo resistir a robarle un corto beso que fue gratamente correspondido.

—Tal vez un poquito—coincidió con gracia, pasando su pulgar por una de las mejillas de pan que adoraba—. Estoy esperando, mi dulce vampiro.

El mencionado sintió que perdió el aliento con solo escuchar ese apodo. Las mariposas en su estómago revoloteaban con tanta intensidad como la primera vez que experimentó ese sentimiento. ¿Así se sentía el menor cuando le decía de cosas? Era increíble, pero más lo era tener el honor de ser él quien recibiera los lindos apodos. Pero como una cuestión aparte, lo que Jungkook afirmaba era la más pura verdad. Ya que a partir de este momento debería comenzar a ser más sincero con lo que quería. Tenía que abrir su corazón, por más que la vergüenza lo atacara con fuerza ante la simple idea de decir en voz alta lo que pensaba.

—E-Es muy tonto, no te burles—rogó, desviando la mirada por una fracción de segundos al sentir el bochorno invadirlo—. Solo quería saber si podía volver a dormir contigo.

El lobo dentro del azabache aulló con regocijo. ¿Qué si quería? Por supuesto, solo un tonto podría negarse a tan magnífica proposición. El animal vio esto como una maravillosa oportunidad para conseguir un verdadero dulces sueños al deleitarse con el aroma a romero y de paso, finalmente tener entre sus brazos el cuerpo ajeno, por lo que no demoró en reclamarle a su lado humano que diera el tan esperado sí.

—¿En serio estás preguntándolo? —interrogó con una sonrisa ladina, y sus orbes chocolate brillando con la misma intensidad como si fueran estrellas en el oscuro firmamento—. Es lo que más he querido desde que volví a verte.

—¿Entonces no fue una idea estúpida después de todo?

—Claro que no.

El licántropo negó con un movimiento de cabeza, aprovechando la situación para atraer al mayor hacia su cuerpo y susurrar en su oreja. Provocando que el vampiro se estremeciera levemente por la peligrosa cercanía de su pareja.

—Cualquier cosa que venga de ti para mí es una orden que deseo complacer con gusto, TaeTae. Cámbiate y te espero en nuestra cama.

Los vampiros no se podían poner rojos como tomates, pero justo ahora el peligris sentía que su cara ardía como si el mismo sol lo quemara directamente. Mientras su mente se esforzaba en que sus piernas no se volvieran gelatina ante la demanda y el fuerte agarre en su cintura por parte del menor.

¿Dónde rayos dejaron a su inocente cachorrito?

Tragó duro, asintiendo repetidas veces antes de alejarse lo más rápido que sus pies le permitieron hasta llegar al cuarto de baño. Escuchando a la lejanía la dulce risa de su novio, que obviamente disfrutó de ponerlo nervioso.

Pero el vampiro en ese preciso instante se juró así mismo que tarde o temprano le daría la revancha. Porque solo era cuestión de ganar más confianza y que no lo atrapara con la guardia baja. Aunque sería más pronto de lo imaginado, todo gracias a su cerebro orquestador de magníficas ideas.

El lobo esperó pacientemente al mayor justo en el borde la cama, jugando con sus dedos como si fuera lo más interesante del mundo. Cuando se trataba de cambiarse, Jungkook jamás se demoraba tanto como lo hacía el peligris, por lo que simplemente se quedaba quieto hasta verlo aparecer en su campo visual.

Y cuando lo hacía, el susodicho no podía contener el suspiro que escapaba de entre sus labios ante tanta majestuosidad. Pues ver a Taehyung en esos pijamas de seda que el susodicho tanto amaba era un auténtico delito.

Ya fuera porque se ceñían perfectamente a su esbelta figura o por el simple hecho de que la tela hacía un precioso contraste con su delicada dermis canela.

Sin embargo, grande fue su sorpresa al verlo aparecer mostrando sus brillantes colmillos recién cepillados, usando short en lugar de un pantalón largo. ¿Qué tramaba? ¿Acaso estaba tentándolo al revelar esos muslos tan tocables?

Sí, definitivamente era el guerrero más fuerte.

—Tae.

—Oh, Jungkookie, espero no te moleste que duerma así—fingió inocencia, acercándose a paso lento como si estuviera acechando a su presa. Contoneándose con elegancia de un lado al otro, como si fuera un modelo. Consiguiendo maravillar al menor que le miraba con fascinación—. Es que hace buen rato que no los uso—confesó, acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja con cierto aire de coquetería.

Demonios, Jeon era tan débil. Pero debía resistir a la tentación de querer tocar más y quizá, pasar su lengua y colmillos por la tersa piel para dejar una que otra marca.

—No te preocupes—carraspeó, tratando de no ser tan obvio con la manera en la que esas tremendas vistas le afectaron—. A fin de cuentas, es tu cama y puedes vestirte como más gustes, así sea solo para dormir.

Taehyung no pudo disimular su sonrisa victoriosa al recostarse en la mullida cama, mientras el joven de piel nívea se retiraba rápidamente a lavarse el rostro, los dientes y tratar de pensar en cualquier cosa que hiciera desaparecer su irremediable calentura.

El vampiro estaba contento con el resultado obtenido en la última instancia. Porque al tratar de recobrar la calma en medio de la soledad del amplio baño, una increíble idea se le pasó por la mente, y no hubo mejor cosa que las ganas de llevarla a cabo para cobrarse el bochorno que su chico le hizo pasar minutos atrás.

Cuando Jungkook logró despejarse y erradicar la emoción de su animal interior, volvió al lugar en el que su luna de rubí esperaba por él; cubierto hasta el cuello con el abrigado edredón, teniendo compasión de su enamorado corazón y notando como el mayor daba palmaditas en el lugar que debía ocupar a su costado.

No obstante, el lobo frenó sus movimientos, desviando la mirada hacia el otro lado de la cama.

—¿Qué sucede, cachorro?

—Tu ataúd...

—¿Sí? ¿Qué pasa con él? Mañana voy a guardarlo en el sótano, porque ya no será necesario.

—¿Puedo tener el honor de ser yo quien lo saque de aquí? —preguntó de repente, tratando de sonar confiado—. ¿Sí?

—¿Quieres?

El tono de su voz era divertido. Su lobo era una ternura. Se lo quería comer a puros besitos. Seguramente su animal interno quería asegurarse de que no cambiaría de idea a último minuto, por más que eso fuera imposible.

—Necesito deshacerme de él para hacerme a la idea de que compartiremos una misma cama Tae—confesó, esbozando esa sonrisa de conejito. Confirmando las sospechas de Kim—. Por favor.

—Entonces tienes mi permiso, cariño. Jamás podría decirte que no. Adelante, deshazte de él.

—¡Muchas gracias! Me basta con dejarlo afuera—comentó, tomando el ataúd con solo una mano. Asombrando una vez más al mayor por la fuerza que poseía—. Y mañana lo guardas donde dijiste.

—Así será, Jungkookie.

Y ese gesto bastó para que el licántropo actuara, sintiéndose complacido de que el peligris cumpliera hasta el más mínimo de sus bobos deseos, mientras a lo lejos escuchaba la melodiosa risa de su pareja causada por el entusiasmo que había demostrado.

Los dedos de Jungkook se deslizaban con cariño sobre la cabellera peligris que descansaba pacíficamente sobre su pecho. Taehyung usualmente lo comparaba con muchos animalitos aparte del lobo, sin embargo, en esos momentos él era igual a un adorable minino necesitado de mimos.

La sensación de tener a su vampiro entre sus brazos, rodeándolo con su aroma era indescriptible. Un sueño hecho realidad al poder finalmente experimentar la combinación del cedro con el romero. El animal que habitaba en su interior mostraba la pancita con sus patitas para arriba, ronroneando fuertemente cual gatito mimoso.

Sus piernas estaban perfectamente entrelazadas, pero no había ningún otro pensamiento que no fuera el de absoluta plenitud y comodidad entre ambos. El peligris se sentía adormilado por los latidos del corazón ajeno, amando el sentimiento de protección que el menor le entregaba. Uno que había anhelado experimentar desde hace tanto, porque por una vez quería dejar de mostrarse fuerte y resguardarse en alguien especial.

Y hubieran continuado completamente relajados, de no ser porque un pensamiento cruzó la mente del curioso azabache.

—¿Tae? ¿Sigues despierto o ya te quedaste dormido?

El mayor se removió lo suficiente como para acomodar su rostro y encarar al azabache, colocando despreocupadamente sus manos sobre los pectorales impropios. Lo había hecho sin pensar, en serio. No es porque tuviera una fijación en esa parte tan firme de la anatomía de su pareja.

—Todavía no nos hemos dicho buenas noches, cachorrito—mencionó como si fuera obvio—. Al igual que tú estaba disfrutando del pacífico silencio y del calor que tu cuerpo me regala.

—Entiendo. Pues me alegra notar que estás tan cómodo y gozas de mi temperatura corporal, TaeTae.

—Como no tienes idea. Ser alguien frío no es lo mío, pero tengo que soportarlo—admitió el mayor con una pequeña sonrisa—. Aunque creo que ya nos desviamos mucho del tema, cariño.

—Tienes razón. Lo mejor es que lo diga sin más, porque en eso quedamos.

—Sí, soy todo oídos, Jungkookie—el peligris le animó batiendo sus espesas y cautivantes pestañas en el proceso—. Suéltalo, cachorro.

—Bien—el menor se relamió los labios, tratando de no poner tanta atención a las caricias en su torso y a esos labios de corazón que estaban a unos cuantos centímetros de distancia. Ya que era urgente tener respuesta a su duda—. Podrá sonar infantil, pero quisiera saber cuál fue tu opinión cuando me volviste a ver...

El vampiro no pareció comprender a la primera lo que el mejor dijo, por lo que de inmediato se expresó de mejor manera para conseguir su cometido.

—Es decir, dejando de lado la parte nostálgica, porque esa me la hiciste saber en ese preciso instante. Más bien quiero conocer tu visión desde un sentido más romántico.

—Ohh, ya entiendo—expuso, sin poder contener la sonrisa, ladeando su rostro tiernamente—. En serio me pareciste muy guapo, tanto que por una milésima de segundo se me pasó por la mente hacer algo más que darte un fuerte brazo.

Los coqueteos por parte de Taehyung eran tan descarados, que Jungkook apenas estaba haciéndose a la idea de su verdadero significado.

—¿Estás confesando que en otras circunstancias me hubieras dado un beso?

Al licántropo los orbes se le iluminaron como un par de luceros. Con sus ansias burbujeando en su pecho por las ganas de atraer el rostro ajeno hacia el suyo para volver a probar esos bonitos belfos.

—Tal vez...

—No me puedo creer lo travieso que puedes llegar a ser.

—Todavía te faltan muchas facetas que descubrir, Jungkookie.

Jugando con la cordura del menor, el vampiro acortó la distancia entre sus rostros solo para murmurar contra la boca ajena.

—Es cuestión de que el tiempo fluya, así que espéralo con paciencia.

—Lo haré, ya te dije que aguardaría una eternidad de ser necesario—confirmó, queriendo iniciar un beso con su mayor. Viendo al instante como su intento se frustraba por el dedo índice de su luna de rubí que se había posado entre sus labios.

—Alto ahí, cachorrito. Ya que aclaré tus dudas, también quiero que me des la respuesta a la misma pregunta.

—Si luego de eso me dejas besarte un poquito más.

—Trato hecho. Convénceme de que eres digno de mis besos, Kookie.

El menor tomó esas palabras como un reto, un incentivo que quería cumplir, aunque dentro de sí mismo disfrutaría un montón poder dejar hablar a su corazón enamorado.

—Desde antes me parecías el sobrenatural más precioso sobre la faz de la tierra, pero tus sinceros sentimientos fueron el factor más importante para enamorarme sin retorno de ti, Kim Taehyung—Jeon confesó con la suavidad y ternura desbordada en su tono de voz, derritiendo al peligris que suspiraba ante la dulce declaración—. Jamás podría olvidar tus cuidados, mimos y lindas palabras, porque se quedaron grabadas en mi mente, alma y corazón.

El vampiro asintió conmovido, dejándose contagiar por ese sentimiento que lo hacía sentir vivo.

—Las anécdotas, el tiempo compartido y nuestros recuerdos juntos me mantuvieron aquí, deseando nuestro rencuentro. Porque no habría nada más que pudiera hacerme tan feliz como lo que acabamos de vivir el día de hoy.

El menor no se lo pensó dos veces antes de profundizar en cada una de las razones por las que su amor por Kim se intensificó, enamorando un poquito más al vampiro amante de la buena moda.

Por eso cuando el mayor estuvo contento con las maravillosas palabras, besó con intensidad al lobo que no desaprovechó la oportunidad para hacer que el contacto fuera más fogoso. Percibiendo como su vampiro se deshacía sobre su cuerpo, acariciando la parte baja de la espalda impropia con parsimonia, hasta que el momento de su inminente separación se dio.

Trayendo como resultado que se sonrieran de manera cómplice antes de volver a la posición inicial.

—En el pasado tú eras quien amaba dormir en mi pecho, pero se siente tan bien que los papeles hayan cambiado, ¿no crees?

—Por eso somos tan perfectos el uno para el otro, mi TaeTae.

Y esa afirmación bastó para que la pareja se dejará llevar por el sueño. Con un vampiro palpando la contención que solo Jungkook podría ser capaz de darle como él lo hizo tiempo atrás, mientras el azabache concilió un grato descanso por el simple hecho de tener a Taehyung a su lado como tanto deseó.

Cualquiera se sentiría tan envidioso de lo que estaban construyendo.

Continuará...

Un cap soft y hot al mismo tiempo, ¿no? Pues vayan acostumbrándose que la tensión se siente en el aire, gracias por leer, los quiero mucho. 

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