❁ཻུ۪۪Capítulo 3~助けて
Por más increíble que fuera, Taehyung se quedó dormido en algún momento de la noche.
Abrió los ojos, encontrando en la misma posición al pequeño azabache que parecía sentirse muy a gusto cubriéndose con su capa. El licántropo dormía tan profundamente, tranquilizando en demasía al vampiro. Aunque vale señalar que hubo un detalle que no pudo pasar desapercibido para él.
Las características visibles como sus peludas orejitas y la cola habían desaparecido, por lo que se veía como un niño humano, común y corriente.
Taehyung no tenía mucho conocimiento sobre la especie de Jungkook, pero no le fue difícil suponer que era una transformación incompleta, con el objetivo de que sus sentidos se agudizaran de mejor manera para poder escapar de lo que le hizo sentir amenazado, evitando cambiar a su forma de lobo en su totalidad.
Con sumo cuidado se levantó de la cama, dejándolo sobre el mullido colchón y tapándolo con una de las suaves y abrigadas cobijas a su disposición. Por un momento creyó que sería difícil zafarse del agarre ajeno, no obstante, comprobó que el infante contaba con un sueño muy pesado y esa era una ventaja que no desaprovecharía.
Taehyung observó de reojo a Jungkook, notando cómo se restregaba más en su almohada, enterrando su naricita en la suavidad de la misma, gracias a la posición de boca abajo que había optado. El peligris no pudo evitar sentirse curioso al respecto, pero de forma casi inmediata desistió de encontrar alguna explicación para dicho comportamiento.
Aquello era lo de menos, solamente debía dedicarse a llevar a cabo su objetivo.
Siendo ignorante al hecho de que el lobito hacía eso porque todo su ser anhelaba sentir un poco más de ese característico y especial aroma a romero, el cual logró embriagar su sistema de una forma tan perfecta, provocando que se relajara en su totalidad, después del ajetreo que vivió en esa desastrosa tarde.
Los sentidos agudos del menor percibieron de manera inconsciente que dicho olor se volvió mucho menos intenso. Sin embargo, su cuerpo estaba tan cansado, tan agotado, tan dolido que sabía que la mejor solución a su problema era descansar.
Recuperarse con ayuda de ese sueño que experimentaba en aquel momento era lo ideal.
No abriría sus párpados por nada del mundo, pues era lo suficientemente perceptible cómo para mantenerle adormecido. No tenía razón para quejarse, mucho menos darse cuenta de que el vampiro se fue de su lado, privándolo de disfrutar de aquella exquisita fragancia que emanaba de la unión entre su cuello y hombro.
Sin querer perder un minuto más, Kim salió de su hogar con rapidez, asegurándose que cada puerta quedara cerrada, mientras se fijaba en cómo la luz del sol apenas parecía contar con la intención de aparecer en medio del horizonte. Todavía era muy pronto, por lo que su objetivo era volver antes de que el menor despertara, para que no se llevara un susto de muerte al encontrarse solo en esa gran y desconocida mansión.
Los minutos pasaron con normalidad, arribando a ese lugar que se encontraba un poco lejano de su hogar, pero por mucho más cerca a ese pueblo donde habitaban muchos seres humanos.
El vampiro estaba en su forma de murciélago, sobrevolando a una altura considerable cuando logró divisar a una de sus amigas salir de la pequeña y rustica cabaña. Sin pensárselo dos veces, se acercó a la rubia, quien lo observó con detenimiento, un tanto sorprendida por su inesperada aparición.
Que suerte, tal vez su plan iría de maravilla de inicio a fin.
—Tae, ¿qué haces aquí otra vez? —la joven al darse cuenta de que, por obvias razones su amigo no podría responder, le dijo con calma—. Lo siento, mejor entremos y ahí vuelve a la normalidad para charlar.
El murciélago ingresó a la cabaña luego de que su amiga abriera la puerta, volviendo a su figura humana en un dos por tres, llevando la misma ropa del día anterior, pues había olvidado cambiarse.
Los vampiros poseían esa genial cualidad que, a pesar de transformarse, podían mantener su vestimenta como si fuera parte de ellos. Evitando el problema que los cambiaformas sí tenían cuando cambiaban a su otra forma, pues se quedaban al desnudo.
—Hola, Sominnie, es un gusto verte—saludó en tono irónico, porque la fémina continuaba observándole como que si le hubiera crecido otra cabeza—. Sí, estoy más que seguro de lo sorprendida que estas con mi presencia, pues apenas nos vimos ayer y dije que no vendría por un buen tiempo, pero necesito comida y ropa, mucha ropa.
Rayos, tendría que decirles las cosas a medias porque si no, no existiría una buena razón para estar por ahí.
—Alto ahí, TaeTae, ¿cómo qué comida? Nos dijiste que estarías solo y... ¿ropa? Yo creo que ya debes tener demasiada con lo entusiasta que eres por la moda.
La rubia hacía referencia a la gran colección de prendas que poseía el guapo vampiro. Era un adicto a verse majestuosamente perfecto.
—Bueno, no es para mí... —la rubia seguía dedicándole una mirada de confusión. Su amigo no le estaba explicando nada de nada, era un hada no una adivina—. La ropa tiene que ser de la medida de un niño de unos siete años aproximadamente. Sé que deben tener algo confeccionado por ahí. No me hagas preguntas al respecto, por favor.
—Vienes aquí y dices algo tan loco como eso, y no quieres que haga preguntas—le cuestionó con una sonrisa incrédula—. Mi querido amigo, ya deberías saber que nosotras las hadas somos muy curiosas e intensas, así que al menos dame una pequeña explicación o no te daré nada.
—Rayos, Sominnie, ni tu hermano es así.
—Eso es porque él es muy raro—se defendió, cruzando los brazos sobre su pecho—. Ahora habla antes de que ellas se despierten y comiencen con el verdadero interrogatorio.
El hada se burló y Taehyung resopló—Vamos, yo te lo daré todo sin que ellas sepan. Supongo que esa era tu intención desde el inicio.
—Lo era, pero igual te aprovechas de la especial confianza que te tengo.
—Un poquito, pero valdrá la pena—afirmó y el peligris se resignó. No le quedaba de otra.
—Bueno, acogí a un pequeño niño en mi casa porque lo salvé de morir quemado en el bosque.
—¡¿Qué?!—exclamó, su boca abriéndose por la sorpresa—. ¿El bosque se incendió?
—Supongo que fue una sola parte, el bosque es inmenso y muy espeso. Confió en que gracias a la lluvia de ayer de seguro no se extendió más de la cuenta, pero igual es muy extraño, porque nadie debería tratar de hacer algo así.
—¿No serían los humanos?
—No creo, se supone que nadie se debe acercar. Existen los límites.
—Todo esto es raro. Aquí hay gato encerrado—afirmó Somin, ganándose un asentimiento por parte de Taehyung—. Pero bueno, las especies sobrenaturales que viven en el bosque ya deben de estar al tanto y si la situación se hubiera salido de control, ya estaríamos avisados.
—Sí, al final ellos cuidan el bosque con mucha dedicación.
—Exacto, pero ya nos desviamos del tema... ¿ese niño es humano? —inquirió temiendo la respuesta. Taehyung suspiró con cansancio, mientas la chica le observó sin pestañear.
—No, es un cachorro de lobo—no ganaba nada mintiendo, además Somin era de su entera confianza. Esperaba que no le juzgara, aunque quizá eso era mucho pedir.
—¿Cómo? Por la madre naturaleza, Tae... ¿En qué te metiste? —su tono era de regaño, pero también tenía tintes de preocupación verdadera por el peligris.
—Por eso no te lo quería decir y baja la voz por favor—pidió el vampiro y la rubia negó, tomando una bocanada de aire para continuar con su monólogo.
—Están en el octavo sueño, les queda mucho por despertar, ya sabes como son. Yo soy la única que madruga—comentó con seguridad, restándole importancia al asunto—. Y lo entiendo, ¿pero acaso no te das cuenta que te puedes meter en líos con los lobos? Ese pequeño y tú son de distintas especies, enemigos naturales. Entre ellos deben cuidarse mucho, pero son muy reservados. Por esa razón creí que desaparecieron de este bosque.
—Ya lo sé y creía lo mismo... Hasta que lo rescaté.
—Ya veo, pero no me quiero imaginar ni en qué condiciones viven. A lo largo de mi vida he escuchado que la mayoría dan muy mal rollo, porque se sabía que eran sanguinarios y que les daba igual matar a quien se les cruzara en camino. Imagínate si malentienden tu buena voluntad con ese cachorro...
—Lo sé, pero quiero creer que esos son rumores falsos. Este es un cachorro que se ve que ha estado muy bien cuidado, porque no es ningún monstruo como nos han contado que son los de su especie.
Taehyung lo comprobó en carne propia, ese pequeño era muy educado y no una bestia a la que se le debía tener cuidado por si contaba con las ganas necesarias para arrancarle la garganta. Es más, tuvo la oportunidad de hacerlo cuando estaba despistado, pero prefirió dormir acurrucado con él. Ronroneando cual gatito que necesita mimos.
—Bueno no lo sé, es obvio que no todos serán así, pero cumplo con hacerte una advertencia porque eres mi amigo y me importas— aseguró, el peligris apreciaba su preocupación, pues no podía negar que Somin tenía un poco de razón—. Y ya verás que, llegado el momento, si es que nunca te lo reclaman, otras personas te dirán lo mismo que yo...
—Tranquila, cuando las chicas vuelvan, les pediré ayuda para buscar su hogar. Claro, si es que para ese momento lo sigue manteniendo y si no es así, yo podría cuidarlo sin problema hasta que pueda defenderse por sí mismo.
—Suerte con ello—musitó, tomando una canasta que comenzó a llenar de frutas y otros alimentos que sabía podrían durarle un buen tiempo al vampiro. Luego caminó por la acogedora sala, con dirección a unas cajas apiladas en la esquina, en las cuales buscó algunos conjuntos que sus hermanas y ella elaboraron hace unos cuantos días atrás.
Las hadas que Taehyung tenía como amigas rara vez mostraban su verdadera naturaleza caracterizada por unas preciosas alas de colores en sus espaldas, por la simple razón de que decidieron tratar de convivir con los seres humanos, vendiéndoles productos como ropa que ellas confeccionaban, o comida que podían cosechar en su propia huerta.
Haciendo uso de su poder para que nunca les reconozcan, evitando problemas que pudieran presentárseles en el camino, porque al ser sobrenaturales, nunca envejecerían, manteniéndose eternamente jóvenes y bellas.
—Ten, aquí está todo—le dio la canasta y Taehyung le sonrió. Estaba muy agradecido.
—Muchas gracias, Sominnie... ¿Les contarás? —inquirió nervioso luego del sermón de parte de su amiga—. Necesito saberlo para prepararme.
—No les diré sobre el niño, pero sí les contaré que viniste a pedir comida, porque te levantaste con muchas ganas de comer.
—Gracias, pero... ¿en serio piensas que se creerán algo tan tonto como eso?
—Mmm... —la rubia llevó una mano hacia su mentón, pensándolo. Sus hermanas no tenían razón para dudar de su palabra, así que aquel plan no debía salir mal—. Esperemos que sí. No suelen ser tan desconfiadas, por lo que no creo que le presten mucha atención, ya que estamos ocupadas con algunas cosas que tenemos que llevar al pueblo.
Taehyung asintió suavecito, haciendo una pequeña reverencia, y luego se despidió del hada que correspondió su gesto con un ademán, abriéndole la puerta para que tomara su camino de vuelta a la mansión.
El peligris volvió a su forma de murciélago, tomando la canasta con sus patitas, pues el peso era tolerable para hacerlo de esa forma. Luego se fue volando bajo la mirada de la joven de cabellera rubia hasta desaparecer de su campo visual, cerrando la puerta de la cabaña en el proceso.
Mientras pedía en silencio que aquella decisión con el tiempo no se volviera un tormento para el amable vampiro.
Taehyung ingresó a su hogar, dejando la comida en su lugar y llevando la ropa que consiguió a la habitación donde se encontraría el pequeño azabache.
Una vez ingresó al lugar, Taehyung lo encontró todavía en un profundo sueño, en una posición un tanto graciosa, pues de seguro se movió mucho hasta sentirse cómodo en su totalidad. Con una sonrisa enternecida que se dibujó en su rostro por tan linda imagen, el peligris se dedicó a prepararle un baño de burbujas a Jungkook para que pudiera asearse y que sus extremidades se relajaran como merecían.
En cuestión de minutos, escuchó unos pasos acercarse hasta donde él se encontraba, dirigió su vista al umbral de la puerta y lo visualizó. El lobito se restregaba sus ojitos como queriendo alejar la pereza que el sueño le había provocado, sus cabellos estaban alborotados y su ceño yacía un poco fruncido, tal vez la intensidad de la luz le molestaba.
—Buenos días dormilón, ¿pudiste descansar?
—Sí... mucho—el azabache se acercó, y Taehyung no tardó en ponerse a su altura—. ¿Qué haces?
—Te preparé un baño, por favor entra mientras yo voy a cocinar un rico desayuno.
—Pero no tengo ropa—anunció con cierta timidez. El mayor se estaba tomando muchas molestias por él, quien no merecía tanto.
—La conseguí para ti, mira—de un pequeño mueble que yacía a su lado, el peligris tomó un conjunto de ropa para el menor—. Estoy seguro de que te quedarán a la perfección, cachorro. Espero te guste mucho.
—Wow, me encanta—su boquita se abrió mostrando sus tiernos colmillitos y sus ojitos se iluminaron cual dos luceros en el firmamento oscuro —. ¡Muchas gracias!
—No hay de qué, no tardes mucho, estoy seguro de que lo harás bien solo.
—¡Sí, no te preocupes! —afirmó un poco más animado. En ese aspecto, Jungkook se sentía como un niño grande, pues desde hace años podía asearse solo, sin la ayuda de su mamá, y esto le caía como anillo al dedo, porque lo menos que quería era seguir dándole trabajo al peligris que con tanta amabilidad le brindaba su ayuda.
—De acuerdo, te dejé a la mano lo que podrías necesitar, por lo que me retiro, pequeño—avisó, incorporándose para caminar un poco hasta quedar en el marco de la puerta, donde le daría última indicación—. Ten cuidado con tus heridas, saca los vendajes y tíralos a la basura, porque cuando salgas te pondré unos nuevos para que nada se infecte.
—Está bien...
El mayor desapareció de su campo visual, cerrando la puerta detrás suya. El azabache no tardó en acatar la orden, mientras trataba de distraerse con las burbujas en la bañera, notando en el proceso que sus orejitas y cola desaparecieron de su anatomía. No entendía la razón, por lo que no le dio más vueltas al asunto.
Sin embargo, había otras cosas que si estaban rondando por su cabecita.
Una de ellas era sobre que a pesar de que el mayor no le exigiera nada, pronto debía darle respuestas, aunque su corazón se partiera en el trayecto. Le costaría hablar de ese tema tan traumático. Pero por algún motivo en particular, su lobo interno le incitaba con fuerza a que confiara con ojos cerrados en ese vampiro tan etéreo.
Teniendo en cuenta que él no era nadie para llevarle la contraria.
Continuará...
Espero les haya gustado mucho, háganmelo saber con estrellitas y comentarios. Al fin conocieron a otro personaje, una de las grandes amigas de nuestro querido Tae. Conforme vayamos avanzando, se vienen momentos mucho más interesantes y más personajes.
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