❁ཻུ۪۪Capítulo 28~受け入れ

El vampiro podía palpar la libertad más gratificante con solo estar en el lomo de ese gran lobo azabache. Sintiéndose tan cómodo y seguro a cada paso que daba el licántropo. Sus pulmones llenándose del oxígeno que no necesitaba, y su dermis refrescándose con el aire frío de tan bonita noche.

Mientras que el susodicho disfrutaba de la manera tan especial en la que su precioso peligris vivía la experiencia de estar encima de él. Con esos dedos delgados y elegantes, afirmándose en su pelaje para no caer e imaginándose el rostro rebosante de entusiasmo del mayor.

La velocidad que Jungkook empleó en dicho recorrido fue la necesaria para que Taehyung lo sintiera como un paseo y no como una carrera en la que su único objetivo era que llegaran excesivamente deprisa a la mansión.

Su lobo interno fue quien le hizo esta proposición, por lo que el menor no vio motivo para declinar, pues no pudo hacerlo al recordar la forma tan bonita en la que los orbes escarlatas brillaron ante su inesperado ofrecimiento.

Pues por más que el vampiro estuviera un tanto sorprendido al principio, era más que obvio que la idea había llamado su atención con intensidad. Y si podía darse el lujo de cumplirle alguna nueva experiencia a Taehyung, lo haría sin dudar.

Todo por ver esa sonrisa cuadrada aparecer en el etéreo rostro.

Los minutos pasaron conforme el gran lobo pisaba la tierra mojada, hasta que haciendo uso de su aguda visión pudo enfocar el hogar del vampiro.

Se detuvo cuando estuvo en la entrada, donde unas hermosas flores les recibían dándoles la bienvenida.

—Gracias por el viaje, cachorro—susurró Taehyung, inclinándose lo suficiente para alcanzar la orejita del lobo—. Ahora déjame bajar, por favor.

Un grave gruñido fue la respuesta que el vampiro obtuvo, e inmediatamente el licántropo se flexionó lo suficiente para que Taehyung pudiera tocar con sus pies la firme tierra del suelo.

—¿Quieres cambiarte aquí mismo o mejor entras? —lo cuestionó, levantando la bolsita donde llevaba su ropa, mientras en su brazo colgaba la canasta de mimbre que ocuparon para el picnic.

El azabache tocó la bolsita con su hocico, y el mayor comprendió al instante lo que quería decirle con esa simple acción. Se la acercó y el lobo la tomó entre sus filosos colmillos, dirigiéndose detrás de los árboles más cercanos. Pero antes de desaparecer del campo visual del vampiro, le dedicó una mirada particular tan llena de ese azul parecido a un par de zafiros.

Taehyung se sorprendió al intuir lo que eso significaba, porque aprendió a leer a Jungkook en el pasado y eso se podía probar en el presente que estaban compartiendo juntos.

—No me moveré a ningún lado, cachorro, entraremos juntos a la mansión, así que puedes ir tranquilo a cambiarte. Te esperaré.

Un ronroneo fue lo último que escuchó, antes de que Taehyung viera cómo el licántropo se escondía entre la naturaleza. Sintiéndose feliz por la aceptación que experimentó y sobre todo por la comprensión que el peligris parecía tener con su parte animal.

Ni siquiera sus hyungs muchas veces entendían las miradas que les daba, y si lo hacían era por el tiempo que vivieron juntos, pero el mayor era un caso totalmente aislado. Pues con un leve contacto visual parecía leerle como un libro abierto.

Cada vez más creía que estaban hechos el uno para el otro. Porque gracias a lo poco que sus padres le enseñaron de las parejas sobrenaturales, se encontraba el hecho de que la conexión que se podía compartir era suficientemente fuerte como para entenderse sin necesidad de palabras en la mayoría de los casos.

Sin embargo, ni su lobo ni él conocían que ese vínculo era apenas la punta del iceberg de la increíble verdad que los destinaba a encontrarse en esta vida.

—Estoy listo, Tae.

La voz del menor llamó la atención del vampiro de gustos refinados, quien volteó su cabeza solo para enfocar al dulce azabache, al que seguía considerando como su cachorrito.

—Bien, entonces entremos de una vez, Jungkookie—dijo, iniciando su andar, pero en el momento justo siendo detenido por una gran mano que cubrió su muñeca llena de finas pulseras—. ¿Qué sucede, cachorro?

—Tú de verdad dejaste de usar esos guantes.

—Ohh, sí. Pensé que ya lo habías notado—Taehyung mordió su labio un tanto cohibido por la manera intensa en la que los orbes ahora oscuros escaneaban su mano—. ¿Jungkookie? 

El peligris trató de captar la atención del azabache que se quedó en completo silencio.

—Lo hice, pero quería decírtelo—respondió, tratando de ocultar la felicidad que seguía incrementando por la mínima cosa y con su mano alcanzando la ajena, con el objetivo de entrelazar sus dedos con los impropios—. No sabes cómo me alegra apreciar estas manos que no merecen estar ocultas por nada del mundo, gracias por haber aceptado la tonta petición de un cachorro.

—No fue nada, el que debería agradecer, soy yo—Taehyung le concedió al menor que tomara su mano con éxito, pues lo sintió como lo más normal del mundo. Sin apreciar realmente el suave tacto que delataba el desbordante sentimiento de amor del contrario.

—¿Y eso por qué, Tae?

—Porque con esa petición aprendí a aceptarme por lo que soy. Al ser un vampiro mi piel es tan fría como el hielo, lo que me llevó a envidiar a los seres que pueden mantener el mínimo de temperatura corporal normal—confesó, mientras una sonrisa labial aparecía con la intención de reemplazar el tímido semblante—. Pero también me hizo ver que mis manos son lo suficientemente bonitas como para no avergonzarme por mi condición.

—¿Es así?

—Sí. Y por eso mismo es que deseo que si necesitas conectar con tu lobo, lo hagas. No soy nadie para juzgarte por ello, por lo que puedes sentirte con toda la confianza de mutar cuando tú quieras, ¿bien?

—Muchas gracias, Tae. No cometeré el error del pasado—expresó haciendo referencia a ese recuerdo en donde temió que el vampiro le prohibiera transformarse en lobo. Lo cual no sucedió, pues el peligris se mostró realmente feliz al verlo divertirse en su forma animal—. Lo haré cuando lo vea necesario.

—Así me gusta.

—Sí, y lo puedo realizar sin necesidad de transformarme por completo.

—¿Y cómo es eso, Kookie?

La curiosidad del vampiro no tardó en ser captada por el joven de piel nívea que solo sonrió por los ojitos expectantes.

—Puedo liberar mis orejas, mi cola y mis garras y con eso será más que suficiente para que mi lobo se sentía en paz conmigo mismo. Fue algo que aprendí a dominar con el tiempo.

—¿O sea que podría verte con el mismo aspecto del día en el que te encontré?

—Exacto. Y luego puedo volver a mi forma humana sin problema, pues el día del incendio esas características brotaron en mí por puro instinto de supervivencia.

—Ya veo. Los lobos son de las especies más interesantes junto a la de los cambiaformas.

—Nos das mucho crédito, Tae, pero gracias. Igual me ha parecido muy interesante aprender más acerca de tu condición vampírica.

—No es nada—el peligris soltó una suave risita, y el azabache decidió soltar esa mano antes de usarla para atraerlo hacia sí mismo y plantarle un beso—. Pero ahora que lo pienso mejor, una duda está carcomiendo mi mente.

—Comprendo, puedes decirme para ver si puedo aclarártela—lo animó—. Te escucho, Tae.

—¿Por qué tu forma animal es tan grande? Creo que bien podrías medir unos tres metros.

Jungkook no pudo contener la risa y Taehyung le miró indignado.

—¡Es que eres gigante! —expuso con un ademán—. Lamento si mi percepción está alejada de la realidad, pero en mi defensa no he tenido la oportunidad de medirte con una cinta métrica.

—No te preocupes, Tae, solo estaba molestándote—Jeon le restó importancia, escuchando un tierno bufido como contestación, pero antes de responder, tomó una bocanada de aire—. A decir verdad, mido dos metros y treinta centímetros para ser exactos. Yoongi hyung fue quien se tomó el tiempo de sacarnos a Hobi hyung y a mí de la duda.

—Es que es inevitable no fijarse en ese detalle, Jungkookie, pero nos estamos desviando del tema. ¿Acaso existen otros lobos como tú que puedan tener alturas parecidas? —el vampiro interrogó formando inconscientemente un puchero con sus labios—. Porque de lo que yo sabía, no pasan del metro ochenta. Algunos hasta conservan el tamaño de lobos comunes y corrientes.

—No tengo la más mínima idea, Tae, pero en ese aspecto sí soy raro, porque recuerdo a la perfección que mi padre no llegaba a esa altura. Era mucho más pequeño que yo.

—No eres raro, cachorro, eres especial. Aparentemente único en tu especie, así que no quiero escucharte repetir algo así.

—Tú ganas. Espero haber respondido a tu duda.

—Por supuesto, Jungkookie y estoy seguro de que llegará el día en que descubramos si hay algo más detrás de ese particular hecho.

—Ya veremos.

Taehyung y Jungkook compartieron una mirada cómplice, que decía tanto sin decir nada realmente. Sin querer habían entrado a su propio mundo, pero todo acabó cuando una voz fina los trajo de golpe a la realidad.

—¡Por amor a la madre naturaleza, entren ya que quiero dejar cerrando con candado el portón!

—¡Qué maneras son esas de recibirnos, Mimi!

Ante el reclamo del vampiro, Jimin solo pudo rodar los ojos con diversión. Mientras el azabache no decía nada, solo observando intrigado a los mayores que parecían tener una particular manera de bromear entre ellos.

—Lo siento, pero sabes que soy un intenso que ama la seguridad y ustedes se estaban tardando tanto afuera que no pude evitar interrumpirlos—fingió inocencia, acercándose a paso lento al par de tortolitos que no eran tortolitos, o bueno, todavía no—. Si siguen teniendo temas que conversar, háganlo adentro mientras yo me aseguro que este candado nos dé protección suficiente.

—Pesado—refunfuñó con el ceño fruncido. Obviamente haciéndolo a modo de juego—. Solo te lo dejo pasar porque eres el único con magia protectora.

Aquel don no era fuerte en exceso, pero sí lo suficientemente útil como para ahorrarles tiempo en caso de que alguien indeseable se presentara. Y aunque nunca nada grave sucediera en los últimos años, cuando el rubio se encontraba en la mansión, Kim se encargaba de ocupar su poder sin importar qué.

—Me parece justo, pero de todas formas así me amas.

—Lo sé, por eso lo digo—correspondió y el hada le regaló una de sus brillantes sonrisas.

—De acuerdo, chicos. Entonces entren, mientras su hyung se hace cargo—musitó con tranquilidad, acomodando un travieso mechón de cabello que caía en su frente.

—Muy bien, Mimi. Vamos, Jungkookie.

—Ya voy—¿Qué rayos acababa de pasar? Se preguntó Jeon, y Taehyung quiso reír por su cara, que delataba confusión, tanto que quiso decirle: cosas de soulmates, no lo entenderías, pero se contuvo—. Buenas noches, Jimin hyung—el lobo hizo una rápida reverencia, que el susodicho correspondió con tranquilidad.

—Buenas noches para ti también, Jungkook-ah.

Después de eso, tanto el vampiro como el hada compartieron una mirada que pasó desapercibida para el menor, quien no tardó en ser guiado por el peligris hacia el interior de la mansión.

Los jóvenes no se lo pensaron dos veces antes de iniciar una nueva conversación trivial, mientras limpiaban las cosas que Kim ocupó para el pícnic. Con el tiempo desvaneciéndose como agua entre los dedos.

Y cuando estuvieron listos con ello, juntos se dirigieron al segundo piso para ir con dirección a la habitación que le pertenecía al dueño de la mansión.

Pues en un abrir y cerrar de ojos, el reloj ya marcaba las nueve de la noche, y por obvias razones debían descansar. Sin embargo, no lo harían estando juntos en una misma recámara.

—Bueno Jungkookie, te dejo.

—Pero Tae, ¿no se supone que íbamos a hablar acerca del tema de la habitación?

Con tantas revelaciones en ese día se les había pasado tocar ese detalle.

—Mañana lo hacemos con más calma, cachorro, por mí no te preocupes, ¿sí? —pidió, juntando sus manitos como súplica—. Todavía hay mucho que charlar, incluyendo a nuestros hyungs, pero por suerte contamos con todo el tiempo del mundo.

—De acuerdo, pero de mañana no pasa.

—Prometido, cachorro—le sonrió y lo animó a que ingresara a su habitación—. Ahora ve. Espero te haya gustado, y lamento que nos hayamos tardado tanto, ni siquiera alcanzaste a conversar con tus hyungs.

—No hay problema con eso, ellos deben entender. Además, no es culpa de nadie que se vayan a dormir tan pronto—bromeó—. En eso sí les juega en contra la edad.

—Qué malo, cachorro, no hables así de tus mayores—le regañó divertido, dándole un golpecito en el brazo del azabache que le miraba con adoración.

—Sí, lo siento. Descansa, Tae.

—Tú también, Jungkookie. Buenas noches.

El joven de piel nívea abrió la puerta de la habitación llena de ese exquisito aroma a romero, y cuando estuvo del otro lado, se despidió con un ademán que fue correspondido de inmediato. Para finalmente cerrar detrás de sí, dejándose caer contra la madera con el corazón acelerado y las mejillas teñidas de rojo. 

Aquel día fue el mejor de su vida, aunque no dudaba que los próximos serían igual de buenos.

Pero, ¿hasta cuándo duraría su perfecta utopía?

—¡Hasta que te dignas a venir, Kim Taehyung! —le reclamó a su amigo en el preciso instante en el que puso un pie en su cuarto—. Un poco más y te cerraba la puerta con el pestillo.

—Basta, Mimi, tenías que esperarme. Por algo te clavé la mirada en la entrada, ¿no crees?

—Buen punto, pero dime cómo te fue. Muero por saber qué sucedió, sabes que amo el chisme, más si se trata de mi alma gemela—mencionó con entusiasmo mientras el vampiro se acomodaba en el borde de la cama ajena—. Soy todo oídos para ti, querido amigo.

—Antes que nada, quiero decirte que me perdones porque en el último momento tomé tus galletas y las volví mi postre improvisado.

—Ya veo, con razón no había más en la alacena. Por un instante creí que estaba loco. No sabes lo mucho que necesité de algo dulce, la ansiedad que me atacó hoy fue grande.

—¿Qué? ¿Cómo qué ansiedad?

—Ay, mierda. No debí decir eso.

—Jiminnie...

El tono retador del vampiro fue lo que hizo suspirar al ser de la naturaleza. Estaba atrapado y no podía escapar del juicio de Taehyung, pues este le conocía como la palma de su mano.

—Para que estés tranquilo no fue una ansiedad mala, más bien fue producto de la emoción que viví.

—¿Y emoción por cuál motivo? Claro, si se puede saber.

—Aquí entre los dos sabemos que no me dejaras tranquilo hasta que te lo cuente, así que te lo comentaré por voluntad propia.

Taehyung alzó una ceja, intrigado, por lo que movió la mano, incitándole a continuar, y eso fue lo que Jimin hizo.

—Creo que Yoongi me mueve un poco el piso.

—¿Este acaso es un milagro? —dramatizó, y el hada solo atinó a negar con movimientos de cabeza—. ¿Acaso este es el ser amado de mi amigo?

—¡Ashh! Cállate, sabía que saldrías con una tontería como esa. Es solo una suposición, porque ni yo mismo sé lo que provoca en mí, y de ser el caso no te hagas ilusiones porque no avanzará a más.

—¿Por qué no? —se quejó como niño pequeño—. Te verías tan lindo enamorado. Sin duda serías mucho más tierno de lo que ya eres.

—Eso lo dices porque eres mi amigo, pero yo sé que si eso me sucede estaré perdido—declaró—. Nunca fui alguien de compromisos y no pienso cambiar de idea, no quiero sufrir, Tae.

—No es necesario que sufras, Jiminnie. No todas las historias románticas terminan con final cruel—Taehyung lo dijo en un tono nostálgico, que hizo que el hada dejara su molestia atrás. Por ese motivo, Jimin atrapó al vampiro en sus brazos cómo siempre hacía. Sobre todo, cuando su amigo se encontraba más vulnerable y roto—. Si tienes la oportunidad de amar, debes hacerlo como si fuera la última vez, porque nunca sabes cuándo todo se puede derrumbar.

—No lo sé, Tae, no prometo nada. Porque a fin de cuentas no es algo que solo yo decido—explicó, haciendo referencia a que los sentimientos de Yoongi debían ser recíprocos.

—Comprendo, pero que sepas que no te lo digo por molestarte, es solo que me gustaría que fueras amado por todo lo que eres. Te lo mereces, Jiminnie.

—Lo aprecio, Tae—besó la cabeza del vampiro, y este suspiró, acomodándose más en el hombro de su amigo—. Lo digo muy en serio.

—Lo sé, y ni siquiera es porque sea Yoongi hyung. Solo no te cierres.

—Tiempo al tiempo, pero lo que sí puedo decirte es que nunca me he sentido tan cómodo hablando de tonterías como porque es mejor el chocolate que la vainilla.

Taehyung no pudo contener la sonrisa que se formó en su rostro ante tal revelación.

—Vaya, entonces esto sí puede ir en serio.

—Ya, ya. Mejor dejemos ese tema, y suelta la sopa con respecto a tu cachorro.

—Bien, pero no te contaré todo, porque hay cosas que no me corresponden—condicionó y Jimin asintió de acuerdo, pues no era su objetivo tener toda la información, ya que respetaba la privacidad del azabache y el silencio de su amigo—. ¿Por dónde empiezo?

—¡Por el principio, TaeTae!

—Sí, tienes razón.

Y eso fue suficiente para que el joven de ojos escarlatas se despegara del cuerpo ajeno y se explayara a detalle con el hada. El rubio se sintió muy contento al saber que todo salió de acuerdo al plan de su amigo y que ese tiempo estando alejados, fue el ideal para que pudieran conversar a corazón abierto.

Pero para Jimin no pudo pasar desapercibida la forma en la que Taehyung hablaba de Jungkook.

Es que definitivamente el enamorado era otro, pero solo porque no quería ser molestado con Yoongi se contuvo de hacer comentarios.

Pues confiaba en que su amigo se daría cuenta él solo, y si eso no se sucedía, definitivamente intervendría.

Esa noche los denominados almas gemelas durmieron el uno al lado del otro como en los viejos tiempos, en donde el vampiro necesitaba contención después de tanto dolor, sintiéndose en completa paz con el único que podía reemplazar a su propia sangre.

Continuará... 

No saben lo mucho que me gusta leer sus teorías, algunas personitas ya se han acercado mucho a lo que vivió Tae en su pasado jsjsjs. Sin embargo, el giro que esto tendrá espero sea suficiente para dejarlos con la boca abierta, aunque ya les he dado una que otra pista. Gracias por leer, no olviden recomendar el fic.

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