❁ཻུ۪۪Capítulo 25~蝶と恥

—¿Cómo te fue, galán?

Cuando Yoongi ingresó a la habitación que compartía con Hoseok, este no demoró ni dos segundos antes de interrogarlo. Estaba demasiado curioso por su momento a solas con Jimin.

—¿No se supone que deberías estar dormido, Hobi? —le cuestionó rodando los ojos. El brujo castaño, quien yacía sentando en el sillón rio suavecito, dejando a su costado el libro que estaba leyendo.

—Se dice muchas gracias, Hobi. Eres el mejor.

—Muchas gracias, Hobi, eres el mejor—repitió, imitando la voz de su amigo—. Pero también eres un chismoso.

—¿Yo? Qué feo que me levantes calumnias, Yoon. Eso me pasa por ayudarte de buena fe.

El castaño se hizo el indignado a modo de broma, pero de un instante a otro sintió cómo su amigo le daba un fuerte abrazo. Yoongi era muy raro cuando se trataba de muestras de cariño, pero cuando las daba, sabía que eran completamente sinceras y espontáneas.

—¿Yoongi?

—Gracias, Hobi, de verdad te lo agradezco.

—Ya, ¿para qué están los amigos, si no es para apoyarse? —cuando se separaron, le mostró su brillante sonrisa y el contrario se la correspondió.

—Tienes razón, en las buenas y en las malas.

Hoseok notó como su amigo suspiraba, y eso le llamó la atención.

—¿A qué se debe ese suspiro? ¿Acaso no fue de tanta ayuda la oportunidad que cree para ti y Jimin-ah?

—No es eso. A decir verdad, casi la jodo con él.

—¿Cómo? —le preguntó asustado—. ¿Qué sucedió? ¿Te rechazó sin siquiera comenzar el cortejo?

—No, no fue nada de eso. Jimin tiene un carácter un poco especial y al intentar hacerle tema de conversación, me respondió un tanto a la defensiva.

—¿Pues qué le preguntaste, Min Yoongi?

Su tono era de regaño, pero el susodicho rápidamente se defendió.

—No fue nada malo, pero como lo mencioné de la nada, supongo que pudo malinterpretarlo. Ni yo mismo sé, pero terminó pidiéndome perdón.

—Ya veo, tal vez se levantó con el pie izquierdo.

No todos tienen buenos días, y eso es lo que los hacía parecidos a los humanos.

Uno jamás debe mostrarse feliz para complacer al resto. Siempre se aprecia más una persona que es sincera con sus emociones, en lugar de una que prefiere fingirlas.

Sin embargo, eso no es motivo para desquitarse con la primera persona que se cruce en tu camino.

—Puede ser. Aunque no es mentira para ninguno de nosotros que por más felices que estemos por Taehyung y Jungkook, esa situación nos tiene un poco tensos.

—Oh, ese tema, pues sí. Han pasado tantos años y quién sabe lo que esos viejos recuerdos provoquen.

—Exacto. Pero logré hacerle comprender a qué me refería, pues realmente quería que notara que no tenía una mala intención al respecto.

—¿Y luego de eso pudieron entablar una conversación normal?

—Sí, lo hicimos. Hasta disfruté de lavar platos, aunque hayamos conversado de tonterías. Y por eso es que te agradezco—confesó, rememorando el hecho de que consiguió ver su hermosa sonrisa, siendo dedicada solo para él—. Me ayudó mucho para conocerle un poco más, pero mi suspiro se debe a que comprobé que Jimin es muy cauteloso.

—Me alegra saber eso, pero lo último no lo entiendo, Yoon. ¿A qué te refieres?

—Es de las personas que ponen barreras para que no sepas lo que piensan o sienten.

—En pocas palabras tienes un largo camino que recorrer—el castaño dedujo un poco pensativo, y el mayor asintió.

—Sí, pero lo vale. No sé qué idea tenga, pero lo menos que quiero es hacerle daño. Por lo que tengo que ir lento y ganarme su confianza, antes de siquiera declarármele.

—Quizá alguien lo hizo sufrir en el pasado.

—Tiene lógica, pero me inclino más a la opción de que tiene miedo de ser herido.

—Wow. Si no supiera que eres brujo, diría que sabes leer mentes.

—Soy muy observador y nada más, Hobi.

—Lo sé, lo sé. De todas formas, cuentas con mi apoyo incondicional—le mostró su mano, y Yoongi la tomó, dándole un apretón en un gesto amistoso—. Te estaré animando.

—Gracias, cupido personal—el pálido le molestó—. Aprecio tu ayuda.

—Claro que sí, Jungkookie y tú deben estar muy agradecidos por tenerme a su lado.

—Lo estamos, aunque a veces se te suelte la lengua y seas imprudente, el ser parte de tu familia es lo mejor que nos pudo pasar—declaró, mostrando sus encías, esas que cautivaron al hada de cabellos dorados, y que llenaban de paz al brujo menor.

Hoseok sonrió con sinceridad. Ese par habían sido un regalo del cielo. Porque después de aquel triste episodio en su vida, creyó que nunca más volvería a sonreír.

No obstante, estuvo tan equivocado.

Porque sin pretenderlo volvió a ser feliz como antes.

Y la aparición del lobo de pelaje azabache no sería una simple coincidencia en su vida.

¡¿Qué?!

El azabache se puso más blanco que una hoja de papel. Y su corazón estaba por salirse de su pecho. Taehyung seguía manteniendo esa sonrisa tan peligrosa en su perfecto rostro, y él no sabía cómo reaccionar.

Sin embargo, el mismo vampiro fue el que lo sacó de su ensoñación.

—Tierra llamando a Jungkook—el vampiro movió su mano en frente del menor, tratando de captar su atención—. Despierta cachorro, te pregunté si querías otra galleta, pero de un momento a otro me pareció que te fuiste a otro plano astral.

Eso fue lo que reamente sucedió, gracias a un Jungkook que se perdió en esos bonitos labios de corazón. Y que ahora estaban siendo remojados por su dueño, quien por pura inercia se limpió el desastre que el glaseado provocó y que su imaginación aprovechó para crear la mejor fantasía que se le pudo ocurrir.

—Creo que fue mucho dulce para mí—no le quedó de otro más que culpar a las azucaradas galletas—. Gracias de todas formas, Tae.

Soy un tonto por imaginarme estas cosas.

El lobo se disculpa con una pequeña reverencia y el vampiro le resta importancia, comiendo una galleta más. Como si ese gesto le ayudara a encontrar la valentía para iniciar la dichosa conversación que tenía pendiente con el joven, mientras desviaba la mirada al hermoso firmamento que los deleitaba aquel día.

Fue mi culpa. 

Su animal interior respondió al reproche de su parte humana. 

Nuestro vampiro despierta muchas fantasías en mí. No puedes culparme cuando lo deseas tanto como yo.

—Tan solo contrólate y no nos metas en problemas, por favor—le pidió en un susurro, que Taehyung apenas pudo escuchar.

Aguafiestas.

—¿Dijiste algo, Kookie?

—No—respondió rápidamente, cambiando su ceño fruncido por las tonterías de su lobo, por uno completamente relajado—. Tan solo que me gustó mucho todo lo que hiciste.

—Es lo menos que te mereces, cachorrito. Ya te lo dije, y si no me crees capaz, puedo seguir repitiéndolo hasta el cansancio.

—No es necesario, Tae. Pero antes de olvidarme—el mayor le observo curioso y con un ademán que le incitó a que continuará—. ¿Cómo es que no te vi tomar tu pócima?

—Casualmente, lo hacía cuando no me veías—confesó sincero—. Cierta parte de mí tenía miedo de que me tuvieras miedo. Tú mismo dijiste que parecía sangre y a fin de cuentas nuestras especies son enemigas por naturaleza.

—Ya veo, pero ten presente que ni siquiera eso hubiera sido capaz de borrar todas las atenciones que tuviste conmigo desde que me ayudaste aquel día en el bosque.

Jungkook sonrió y el mayor correspondió de la misma forma, conmovido por esa expresión feliz en el rostro ajeno. Había llegado la hora y no podía echarse para atrás.

Esta vez no debía dejarse acobardar, tenía que enfrentar lo sucedido en el pasado, para que eso a la larga no le afectara a ninguno de los dos.

El vampiro carraspeó, y tomando una bocanada de aire, se animó a sí mismo a hablar.

—Bueno, pero además de tener el deseo de sorprenderte y continuar con la costumbre de darte atenciones, también quería usar esta oportunidad para que tuviéramos un momento a solas y conversar con más confianza cachorro.

—¿Te refieres a lo que sucedió años atrás?

—Sí, a todo. No solo a lo que yo viví después de tu partida, también quiero que me expliques que fue lo que se pasó por tu cabecita para que tomaras esa valiente decisión.

—¿Valiente? —cuestionó negando con un movimiento de cabeza—. Fui el mayor idiota e ingrato, te hice sufrir y no sé si realmente pueda perdonarme a mí mismo por eso.

—No repitas eso en mi presencia otra vez, Jungkook, porque sé que lo harás. Al menos para mí eres y siempre serás el lobo más valiente—aseguró, y aunque su voz fuera seria, el azabache podía percibir la dulzura con la que siempre le hablaba implícita en ella—. Porque nunca olvidaré que, a pesar de tu edad, me protegías hasta de la más mínima amenaza. Aun cuando no lo necesitaba.

Y ahí fue cuando una sonrisa nostálgica se adueñó de su boca, y una mirada conmovida fue capaz de devolverle un poco de tranquilidad al joven de piel nívea.

—¿Es que acaso ya no lo recuerdas? —preguntó, anhelando una vez más que su cachorro pudiera rememorar el mismo recuerdo que se le vino a la mente.

—Esa vez—el susodicho soltó un suspiro. Completamente rendido, pues era obvio a que estaba haciendo referencia—. Sí, claro que lo recuerdo. Como todo lo que viví a tu lado.

Se sentía como un déjà vu. Sus mentes parecían estar conectadas cuando de memorias pasadas se trataba, tal y como el recuerdo de Jungkook ayudándole a escoger al vampiro su conjunto de ropa. Sin embargo, por mucho que el azabache adorara vivir por los momentos que compartió con el vampiro, ese recuerdo en específico lo avergonzaba muchísimo.

Pero ya que Taehyung lo mencionó, era imposible no revivirlo en su mente.

Era un día como cualquier otro, el sol iluminaba en lo más alto del cielo y la brisa del viento movía suavemente las cortinas de toda la mansión de Kim.

Un obediente Jungkook yacía esperando en la sala a Taehyung, quien había decidido ir a buscar otro abrigo más cómodo que el que se había puesto con anterioridad.

El cachorro realmente no comprendía todas las molestias que el mayor se tomaba con respecto a su vestuario, pero no lo juzgaba, porque si así era feliz, él también.

No obstante, sus sentidos se agudizaron cuando pudo percibir el movimiento de algo cerca de él, mientras su nariz trataba de olfatear que era.

Prácticamente, no captaba nada, por lo que se asustó y no le quedó de otra que levantarse y buscar con la mirada lo que fuera que haya ingresado a la mansión.

En cuestión de segundos sus ojos captaron una cosa oscura y fea que volaba cerca del techo.

Sí, así era como el pequeño azabache podría describirlo. No lo juzguen.

Y justo en ese preciso instante, al vampiro se le ocurría aparecer en la amplia habitación. Lo que provocó que el lobo corriera hacia él, poniéndose delante de él. Como si se tratara de un escudo humano, el cual formaba con sus bracitos.

¿Qué sucede, Jungkookie? le interrogó extrañado por su actitud—. ¿Por qué estás tan a la defensiva?

¡Yo te protegeré!

¿Qué? ¿De qué quieres protegerme, cachorro?

Taehyung no obtuvo respuesta, pues el lobo se dedicó a gruñir levemente. Tratando de sonar lo más amenazante posible, mientras sus ojos estaban perdidos en la parte de arriba. El peligris imitó su acción, dirigiendo su vista al techo, y con eso, pudo reconocer a la dichosa amenaza que atentaba contra su integridad, según Jungkook.

¿Qué sucedió a continuación?

El vampiro explotó en risas, sobresaltando al azabache que se había estado tomando muy en serio su tarea de guardián protector.

¿Por qué te ríes? preguntó confuso y el mayor no pudo contenerse al momento de acariciar la cabeza ajena.

Ay, cachorrito, de verdad aprecio el gesto, pero no tienes que cuidarme de una mariposa.

Esa cosa horrorosa no es una mariposase defendió, sintiendo sus mejillas arder. ¿Acaso había quedado como payaso frente al vampiro? Todo parecía indicar que sí.

Qué vergüenza.

—Si lo es, bebé—Taehyung no fue consciente del apodo cariñoso que salió de su boca, pero este fue muy lindo como para rebajar el bochorno que atacaba a Jungkook—. Mírala muy bien.

Ahora que el azabache estaba más calmado, podía notar que se trataba de una mariposa, pero de un tipo que jamás había visto.

—Ohhh, yo solo he visto mariposas pequeñas de muchos colores y otros insectos, pero ninguno se me hizo parecido a esa de ahí.

El cachorro la señaló con su dedo índice, y el contrario asintió, entendiendo mejor lo que pasó segundos atrás.

Comprendo, pero esto sirvió para que veas que la naturaleza siempre puede sorprenderte, Jungkookie.

Taehyung dio un suave masaje en la cabecita de Jungkook, pues sabía lo mucho que esto lo relajaba.

Y este se dejó hacer, olvidando momentáneamente el ridículo que hizo frente al peligris, que se volvió su todo con el pasar de los días—. Pero hay algo que no entiendo, ¿por qué reaccionaste tan bruscamente si se trataba de un insecto?

Creí que se trataba de una bruja mala.

¿Una bruja mala?

Sí, escuché en historias sobre su capacidad para transformarse en lo que quieran.

Sus padres siempre fueron un papel fundamental para que el menor pudiera conocer más acerca del mundo sobrenatural. Pero, en ese momento, no se permitió sentirse mal al recordarlos.

No podía hacerlo cuando se sentía tan mimado por el vampiro que le hacía cariñitos en su cuero cabelludo.

Es cierto, pero deben ser muy poderosas para lograr eso. Y créeme cuando digo que deben ser muy poderosas para ello, sus auras nunca pueden pasar desapercibidas.

Jungkook asintió, cerrando sus ojitos ante la reconfortante sensación que duró un poco más, hasta que por fin cesó. Sin embargo, antes de que pudiera reprochar, notó como el vampiro lograba elevarse para tomar con sumo cuidado a la mariposa que revoloteaba sobre sus cabezas.

El peligris sonrió al lograr su objetivo, y el menor se acercó un poco más para detallar mejor al insecto.

Creo que esta pequeña merece una disculpa, Jungkookie.

Oh cierto, la había llamado cosa horrorosa.

Lo sientose disculpó, bajando su cabecita mientras un puchero se hacía presente en sus labios—. No quise llamarte cosa horrorosa.

Bien, esta mariposa está gustosa de aceptar tus disculpas, Jungkookie. Pero ya debe irse de aquíexpresó, alejándose lo suficiente para liberar al insecto cuando abrió la ventana más cercana. Levanta la cabeza, cachorro, no te lo dije para que te sintieras mal.

Pero...

No hay peros en esto, cachorroexplicó, volviendo al lugar donde el azabache yacía, mirándole triste al sentirse regañado—. No quiero que te dejes llevar por lo que tus ojos ven en primera instancia. Tal vez esta mariposa no es igual a las que has visto antes, pero no por eso deja de serlo.

Jungkook asintió despacito, comprendiendo a donde quería llegar el vampiro.

Tu miedo fue lo que hizo que reaccionaras asíconcluyó, acomodando un mechón de cabello del lobo y prosiguió con el hilo de la charla—. Porque al no reconocer lo que era, dedujiste que era un peligro. Ya que, sin querer, es muy común temerle a lo desconocido, pero eso es algo que debería cambiar.

Tenía que suceder algún día, así podrían avanzar como sociedad. Porque lastimosamente Taehyung hablaba sobre eso por experiencia propia.

Porque la si la gente de aquel tiempo no hubiera tenido miedo, a día de hoy no viviría con ese peso en el corazón.

No hay que vivir juzgando a los otros por ser diferentes. Su apariencia poco común es lo que vuelve única y especial a esta mariposa, ¿no lo crees, Jungkookie?

El menor le dio la razón, viéndole directamente a los ojos. Taehyung sonrió orgulloso al ser consciente de que su mensaje había sido más que comprendido.

Tú mejor que nadie sabes que no hay que juzgar a un libro por su portada, porque puedes llevarte gratas sorpresasmencionó, haciendo referencia a los sentimientos que evocó el libro de Smeraldo en Jungkook—. Por eso es bueno aprender a vivir sin prejuicios, solo tú eres el que puede sacar la conclusión final con base a tu experiencia, ¿sí?

Sí, Tae, te prometo que no juzgaré a nadie.

Ese es mi, cachorro. Tan inteligentehalagó con ese cariño desbordando de lo más profundo de su ser. Y no tardó en ofrecerle su mano para que la tomara—. Ahora acompáñame a la cocina, Kookie, ese helado de chocolate no se prepara solo.

¡Sí! Con el asunto de la mariposa, ya ni había recordado que el peligris se ofreció a concederle su capricho de comer helado—. ¿Puedo ponerle un poco de sirope de mora?

Claro que sí, puedes ponerle lo que quieras.

Luego de eso, lo que Taehyung recuerda fue la manera casi desesperada en la que Jungkook lo llevó hacia la cocina para buscar los ingredientes y preparar el cremoso postre.

Sí, siendo honesto, ese era otro de los momentos que jamás podría olvidar. Ya que, a día de hoy, seguían provocándole el mismo sentimiento cálido en su corazón.

—Ahh, de verdad tu actitud me sorprendió y enterneció a partes iguales cachorro—Taehyung puso su mano en su boca para no reírse y terminar por avergonzar mucho más al azabache que le observaba sonrojado—. D-De verdad fue muy lindo.

—Pero no te rías.

Jungkook se cruzó de brazos, inconforme. De todos los recuerdos que tenían, ¿justo debía acordarse de ese?

Sí, porque la vida no le tenía compasión.

—Lo siento—Taehyung se dejó caer sobre el mantita que habían acomodado en el césped para reír a gusto.

Esa no había sido su intención, pero de solo recordar la cara de su cachorro no podía aguantar la gracia que le causaba.

Jungkook tenía el ceño fruncido y un puchero en sus labios como en esa época, lo que volvía todo más difícil.

Pero no contó con que el menor se le subiría encima y prácticamente con esa inesperada acción, haría que su diversión desapareciera.

—Para por favor, Tae, o te juro que te haré cosquillas para que ahí si te rías con ganas.

Desde ese ángulo el azabache se veía mucho más imponente. Con la mirada más oscurecida, como anunciándole que estaba entrando en terreno peligroso si seguía provocándole de esa forma. Y su voz fue mucho más grave de lo normal, realmente no concordaba con lo que le estaba diciendo. Pero el vampirono tenía miedo, era otra cosa.

Adrenalina quizá. Esa sensación a la que alguna vez fue adicto, pero creyó nunca más volver a experimentar.

Porque eran otros brazos los que evitaban que se moviera, y otra voz la que demandaba obediencia.

—D-De acuerdo. Tú ganas—tartamudeó. Se comportó como un tonto y ahora sentía la piel de gallina—. Me pasé, lo siento.

—Es que me da vergüenza contigo. Aunque la regañada que me diste, puedo asegurar que aprendí muy bien la lección.

—Me alegro. Pero no la sientas, eras un niño, Kookie.

Ugh. No quiero que sigas afianzándote a la imagen que tenías de mí en ese entonces. Quiero que veas al Jungkook de ahora. Ese es mi problema.

—Sí, pero igual—le reclamó, todavía sin moverse de la posición que había adoptado.

—Ya, no lo volveré a hacer. Tampoco me agrada la idea de las cosquillas—argumentó, sin saber a dónde mirar. Estaba un poco nervioso y sus mejillas calientes no ayudaban en nada—. ¿Pero podrías moverte?

Había sido un impulso del momento. Sin duda debía ser muy cuidadoso con eso, o jodería su plan de conquista paso a paso.

—Claro. Perdón.

Taehyung se incorporó y arregló lo mejor que pudo su cabello alborotado bajo los orbes intensos del lobo.

—Ya, Jungkookie, perdemos tiempo con esto de las disculpas innecesarias y nos desviamos del tema—dijo, tratando de ignorar los sentimientos contradictorios que le provocaba el azabache. Mucho tiempo solo te hace sentir cosas donde no las hay, sí, eso debía ser—. Promete que me contarás todo, no importa si duele. Quiero que seamos sinceros con esto.

—Deseo lo mismo, por eso déjame ser yo el que inicie.

—Te escucho, cachorro. Y que sepas que no voy a juzgarte por las decisiones que tomaste.

Jungkook pasó saliva, asintiendo y las palabras comenzaron a salir de su boca sin más.

Porque para darle un significado a su partida, debía abrir su corazón y enfrentar ese pasado tormentoso que solo vivía en él como un recuerdo, pero que seguía doliendo como una herida que no había dejado de supurar.

Continuará...

No me odien por lo del beso, pero cuando suceda será inolvidable. Igual espero hayan disfrutado este capitulo lleno de emociones y tensión entre nuestro vampiro y lobito favoritos. Y no olviden mandarle buenas vibras al brujito para que pueda conquistar al hada. Síganme en mi IG si gustan participar de un pregunta y respuesta con los personajes de este fic que pronto haré, me encuentran como kamieshiro. También denle amor a mis dos últimos one-shot por fis, in your care (vkook) y fluffy luv (yoonmin).

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