❁ཻུ۪۪Capítulo 19~救い
—Llegamos—anunció Hoseok, estando a unos cuantos metros de la posada en la que se habían estado quedando—. ¿Quién quiere hacer el honor de tocar la puerta?
—Yo no—respondió tajante el brujo pelinegro—. No quiero amargarme la existencia tan temprano con el humor de mierda de ese señor.
—Jungkookie...
Los ojos de los brujos se posaron en el joven, y este supo que no le quedaba de otra más que hacerlo él mismo. Mucho menos después de ver la mirada suplicante del brujo que era tan brillante como el sol.
Su único consuelo era que podría decirle a Taehyung que había ayudado a sus mayores, tal y como él se lo encomendó. En definitiva, quería saber cuál sería la recompensa que le prepararía, aunque siendo honesto, se conformaría con muchos mimos de su parte y que le dejara enterrar su nariz en su suave cuello.
De solo imaginarlo, una sonrisa se instalaba en su rostro, y ni el cascarrabias del Señor Choi sería capaz de arrebatarle esa burbujeante felicidad que se había instalado en su pecho.
—Ya qué—suspiró el menor, acercándose a paso firme—. Allá voy.
Cuando estuvo frente a la puerta de madera, dio dos golpecitos sobre la firme superficie. Porque si daba uno más, el señor Choi era muy capaz de salir con un balde de agua, mojarlo y luego dejárselo como sombrero.
Aquel hombre tenía un carácter demasiado especial. Jungkook no tenía idea como es que seguía teniendo gente suficiente como para llenar su posada. Tal vez era por el servicio, del que no tenían queja alguna, ya que el lugar era acogedor en todos los sentidos y la comida era deliciosa. Lástima que a ellos no les quedó de otra más que aceptar su cambiante personalidad y sus constantes reclamos.
Eso sin contar que tenía reglas hasta para la más mínima cosa, por lo que al grupo de sobrenaturales les daba la impresión de estar en una cárcel. Sin embargo, Jungkook y sus hyungs no lo notaban tanto porque la mayoría del tiempo estaban fuera, recorriendo el pueblo, y solo llegando a la posada cuando debían dormir o descansar.
Segundos después, un hombre de unos cincuenta años aproximadamente, hizo acto de presencia. Detallándole con una ceja levantada y un semblante frío e indiferente.
—Que bien que llegaron—dijo con su voz grave y tosca—. Estaba esperándolos para que puedan llevarse sus cosas, pues ya hay una familia que quiere ocupar su habitación.
—Ya veo, muchas gracias por mantener nuestras cosas aquí.
El azabache hizo una respetuosa reverencia, pero lo único que se ganó fue un bufido como respuesta.
—No importa, solo saquen sus cosas y dejen de hacerme perder el tiempo.
Choi dio media vuelta y se adelantó como si no les hubiera dicho nada malo, provocando que el enojo creciera en Yoongi, que usualmente era muy pacífico. Llevaba aguantándolo por varios días, pero una más y no la contaría.
—Ese desgraciado, le voy a lanzar un hechizo para ver si se le quita lo amargado—susurró Yoongi, pero Hoseok alcanzó a taparle la boca para que el hombre no les escuchara.
—Contrólate, hyung. Recuerda que debemos pasar desapercibidos, para esta gente no somos más que otros simples viajeros.
El joven más pálido refunfuñó en voz baja, su mejor amigo tenía razón. Nunca era bueno actuar por impulso. Mucho menos si uno de sus deseos era el dejar calvo a ese viejo, para que por fin contara con una buena razón para quejarse.
No estaba en sus planes crear problemas con los pueblerinos, quienes a pesar de estar en buenos términos con los sobrenaturales gracias a Jimin y Taehyung, en cualquier momento podían cambiar de opinión y querer hacer algo en contra de ellos.
Los humanos eran seres complicados y variables como un clima inestable.
Y por esa ocasión no se sentían preparados para hacerles frente, por lo que Jungkook tendría que hacerse cargo y sería peor. Mucho peor.
Un verdadero desastre del que no tendrían salvación.
Yoongi terminó calmándose cuando Jungkook les hizo una seña para que lo siguieran dentro del establecimiento.
Tenían que arreglar sus cosas, meter lo que faltara en sus maletas, pagarle un dinero extra al señor odio a todo el mundo e irse rápido de ahí.
Solo eso, no era muy difícil, ¿cierto?
—¡Taeeee! ¡ Kim Taehyuuuung!
El vampiro detuvo su andar cuando escuchó la fina voz de su amigo llamándole con insistencia. Regresó a verlo, y estaba demasiado agitado.
—Por todos los murcielágos, Mimi. Parece que hubieras corrido un maratón.
—No quería gritar, pero caminas muy rápido y lo terminé haciendo—lo regañó llegando a su lado, tratando de regular su respiración en el proceso—. Podré verme muy joven, aunque ya tengo unos cuantos años encima. Además, no me gusta correr y lo sabes.
—Cierto. A fin de cuentas, eres más de volar.
—Exacto. Pero bueno, ¿ya hablaste con el señor Kang? —preguntó Jimin y Taehyung asintió con suavidad.
—Sí, todo bien. ¿Qué tal te fue con lo que te pedí?
—Me alegro mucho—musitó con una pequeña sonrisa—. Y me fue maravilla Tae, conseguí lo que te faltaba, las tengo en mis bolsillos—informó con complicidad—. Cuando llegue a la mansión las dejaré en el lugar de siempre.
—Me salvaste, Mimi, en serio. Muchísimas gracias.
El vampiro abrazó a su amigo, y este le correspondió feliz por la muestra de afecto.
—No hay de qué. Estamos para ayudarnos, TaeTae.
Taehyung afirmó con la cabeza, él también ayudaría a Jimin sin pensárselo dos veces, pues siempre era importante la reciprocidad en todo tipo de relaciones, incluida la amistad.
Porque no hay nada mejor que saber que puedes confiar ciegamente en un amigo de verdad.
—Sí. Dime, Jiminnie, ¿cómo así lograste alcanzarme tan pronto?, ¿la fila no estaba muy larga?
—Claro que sí, por un momento pensé que no conseguiría nada por la alta demanda. Pero nada que no se pueda arreglar como un coqueteo.
El hada batió sus pestañas con coquetería, jugueteando. Luciendo tan inocente y puro, que cualquiera podría caer en sus encantos, aunque solo fuera una fachada que ocultaba su personalidad carismática y traviesa.
—¿No lo dices de broma? —cuestionó incrédulo. Sabía que su amigo no tenía filtros, era demasiado atrevido cuando se lo proponía. A diferencia suya, pues el joven de ojos escarlatas era excesivamente tímido, y si hubo alguna vez en la que dejó esa vergüenza atrás, fue solo con una persona y hace tantos años que ahora solo existían recuerdos lejanos y borrosos.
—Estamos hablando de mí, Tae. Soy muy seguro de mi apariencia, y sé que nadie podría resistirse a mi belleza.
Jimin se señaló desde los pies a la cabeza, dándose una vuelta completa para que su amigo entendiera lo que quería decirle. Si era honesto, Taehyung jamás le contradeciría, porque el hada parecía haber caído del mismísimo cielo.
Ni un ángel podría ser tan hermoso como lo era él.
Con su cabellera rubia, su piel libre de imperfecciones, nariz de botón, labios carnosos y cuerpo envidiable. Y eso sin contar sus preciosísimas alas características de su especie.
—Sonaste igual a hyung. Creo que te has juntado mucho con él—expresó con dramatismo, logrando hacer reír con ganas a Jimin.
—Un poquito, solo un poquito. Pero bueno, eso es lo de menos, porque lo conseguí—celebró una vez más, sacándole una sonrisa al vampiro.
—Sí. Y yo que creí que sería el que tendría que esperarte en el lugar donde acordamos.
—Te juro, pero terminamos llegando al mismo tiempo. Fue una suerte que no tardaste demasiado.
—Es que le di los justos y precisos detalles al señor Kang, por eso fue que no me demoré mucho. Además, se quedó más tranquilo. Hemos cumplido con nuestra misión.
—Choca esos cinco, mi amigo—Jimin mostró su mano, y Taehyung no tardó en corresponderle. Sin embargo, antes de decir algo más, divisaron a unas chicas que conversaban cerca de ellos.
A fin de cuentas, todavía se encontraban en el pueblo, rodeados por muchas casas y personas que recorrían el lugar sin parar durante el día.
—Esos chicos están discutiendo con el cascarrabias del señor Choi, el dueño de la posada Dal. Vamos a ver lo que sucede, unnie—pidió la castaña, jalando a su hermana mayor del brazo—. Por fis, por fis, no tardaremos mucho.
—No hay que ser chismosas, pero no negaré que quiero ver eso—confesó la más alta—. Ojalá pongan en su lugar a ese señor.
—Disculpen, ¿qué es lo que sucede? —el hada interrogó con curiosidad a las muchachas que por fin se dieron cuenta de quienes eran esas personas tan cerca de ellas.
—Joven Jimin y el joven Taehyung.
Las féminas les reverenciaron, sintiéndose avergonzadas por haber pasado inadvertida la presencia de los seres sobrenaturales. En el pueblo no existía habitante que no les conociera, pero no tenían motivo para estarles rindiendo pleitesía cada cinco minutos, porque solo si gustaban podían saludarles o no.
A Jimin y a Taehyung eso les importaba muy poco, les bastaba con el simple hecho de no traspasar los límites y que entre todos existiera cortesía.
—Hola. Es un gusto, chicas— el vampiro saludó y les correspondió también con una pequeña reverencia—. Disculpen a Jiminnie, pero no puede evitar interrumpir cuando algo le llama la atención.
—Sí, lo siento, es un mal hábito que tengo.
El rubio se disculpó, rascándose la nuca. No pudo evitar ponerse tímido por ser tan metiche. Pero no podía evitarlo, el chisme siempre era más fuerte que su voluntad. A fin de cuentas, era un hada, y ser así estaba en su ADN.
—No, no se preocupen.
La mayor de las hermanas le restó importancia al asunto con un ademán. Y su menor, a la que ya le había pasado el nerviosismo por el imprevisto encuentro, ni corta ni perezosa, respondió la pregunta de aquellos hermosos jóvenes que eran considerados como dioses en dicha zona.
Una que otra vez los vio caminar por su pueblo, pero jamás pudo cruzar palabra con alguno, por eso motivo no desaprovecharía la increíble oportunidad de serles de utilidad.
—Escuché a una señora decir que su casa queda cerca de la posada y que hace unos minutos llegaron tres jovencitos a retirar sus cosas de su habitación. Todo iba bien, pero parece que algo sucedió y comenzaron a discutir con el dueño, quien tiene un carácter horrible. Creo que ni el mismo se aguanta.
El par de amigos compartieron miradas, como si con solo ese gesto pudieran comunicarse. No podía ser una simple casualidad, por qué cuantas posibilidades existían, como para que hubiera tres personas que estuvieran retirando sus cosas al mismo tiempo que los brujos y el lobo. Y por supuesto, no hay que dejar de lado el detalle de que estos les mencionaron que la persona encargada del lugar en el que se estaban quedando era un completo resentido de la vida.
—Por favor, guíen nuestro camino.
Las chicas se sorprendieron por el pedido del vampiro, pero aceptaron, llevándolos con ellas. No sabían sus motivos, pero sus rostros eran la mayor prueba de que parecían saber algo al respecto. Posiblemente, eran sus conocidos, sin embargo, no se meterían en asuntos que no les incumbían.
Los sobrenaturales las seguían a una distancia considerable, cuando por fin Taehyung rompió el silencio—. Chismosas como tus hermanas, sí o que.
—¡Tae! Eso es cruel—le regañó, haciéndose el ofendido—. Yo también soy así, y a mucha honra. No sabes lo mucho que puede ayudar el tener un muy buen oído.
—Lo siento, lo siento. Ver a esas chicas fue como tener un déjà vu con ellas.
—Me puedo hacer una idea, pero eso es lo de menos. ¿En qué problemas se estarán metiendo? Creí que eran muy tranquilos.
—Yo también—concordó Taehyung—. Vamos a intervenir antes de que pase algo peor y todos estos años de paz se terminen.
Jimin afirmó con un movimiento de cabeza. Debían hacer algo o sería demasiado tarde para ellos, y eso no lo permitirían por nada del mundo. Mucho menos Taehyung, quien apenas se reencontró con su cachorrito, con el que tenía tanto que conversar.
Y aunque varios años hubieran pasado, su deber era protegerlo sí o sí.
Continuará...
Si le dan amor, a más tardar el viernes les subo otro capitulo. Les solté uno que otro dato importante a futuro. Gracias por leer, y disculpen la demora. No estaba bien de salud, y también decidí concentrar mis pocas energías con mi otro fic, Lullaby in the lake, al que espero le den una oportunidad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top