❁ཻུ۪۪Capítulo 14~再会
El lobo se quedó aún más pasmado de lo que ya se encontraba desde que fue consciente de lo que sucedía en ese momento. Comprobando con sus propios ojos que aquello no era una alucinación. Claro que no. Era solo la vida dándole la increíble oportunidad de ver una vez más al vampiro con tanta dedicación lo cuidó hace varios años.
Aquel peligris que se convirtió en uno de los recuerdos más preciosos que tenía grabados en su memoria y por el que seguía adelante a pesar de que creyó que nunca más podría volver a verle.
Por eso, importándole poco la presencia de los demás seres sobrenaturales, que le miraban entre confundidos y sorprendidos, sin comprender lo que pasaba, el azabache terminó acercándose a paso lento hacia el bonito vampiro. Al susodicho se le habían cristalizado los ojos, mientras extendía su mano con sumo cuidado hacia él para acariciarlo como tanto quiso desde hace tiempo atrás.
Ahora comprobaba que lo que el señor Kang le relató no era ninguna mentira, mucho menos una exageración. Porque ese lobo era simplemente gigante, lo que no se parecía en nada al tamaño usual de la transformación que podría tener un hombre lobo común y corriente.
Ese era un detalle que llamó la atención de Taehyung con fuerza. Sin embargo, no sería un hecho al que le daría tanta importancia, ya que lo único que deseaba era confirmar si aquel sobrenatural era Jungkook.
En definitiva, no podía ser tratarse de una coincidencia que su pelaje fuera azabache y sus ojos tan azules como el mismísimo cielo. Se negaba a eso, puesto que siempre tuvo presente el recuerdo de cuando el menor le dejó ver su forma lobuna.
Eran cosas que jamás podría olvidar, porque en alguien tan eterno como lo era él. Los recuerdos se quedaban grabados en su ser, gracias a su maravillosa memoria.
El lobo olfatea levemente la bonita mano que el vampiro le extendió, captando de mejor manera su delicioso aroma a romero, pues ahora su olfato ni siquiera se comparaba al que poseía cuando era niño.
Este se volvió mucho más sensible, por lo que le incitaba a querer tomar un poco más del mismo, y él sabía cómo, claro que sí, pero era una pena que hace varios años dejara de ser un niño que pudiera tener la magnífica excusa de enterrarse en el cuello ajeno.
Y hacerlo de esta forma le parecía muy osado de su parte, pues no había visto al peligris en años, porque a medida que fue madurando comprendió que la zona del cuello podía ser un lugar muy íntimo para cualquier ser. Por lo que no tenía ningún derecho a invadir esa parte del cuerpo ajeno, por más que ahora se sumara de improvisto su fuerte deseo por lamerlo, morderlo y besarlo con vehemencia.
Maldición, sus pensamientos ya iban muy rápido cuando el vampiro frente suyo parecía estar a punto de llorar por su presencia.
Se veía muy frágil, como si no le faltara nada para quebrarse como lo hace un cristal.
No le gustaba verlo así. Lo único que quería era volver a ver su sonrisa cuadrada en un rostro lleno de auténtica felicidad.
Así que, para no dejarle por más tiempo con la mano en el aire, bajó su cabeza lo suficiente como para que el mayor pudiera acariciarle todo lo que quisiera. Y Taehyung así lo hizo. Jungkook realmente lo disfrutó como no tienen idea, aunque solo fuera por una milésima de segundo. El azabache había extrañado esas frías manos con todo su ser.
Sin embargo, antes de que pudiera concentrar todos sus sentidos en ese encantador tacto, el lobo notó con sorpresa como el vampiro abría sus brazos, rodeándole lo más que sus extremidades le permitían para darle un fuerte abrazo, a la par de que su mejilla se quedaba pegada a su pelaje, restregándose con mucho cariño.
—Jungkookie... Eres tú.
Taehyung pasó sus manos por el pelaje del azabache, mimando con suavidad, captando el olor que se había desarrollado en este. Uno que era cautivador, profundo y amaderado, recordándole el aroma que poseían los cedros.
No queriendo desaprovechar la posición, el lobo vio esta oportunidad como si fuera un regalo del cielo. Porque después de los pensamientos que rondaron su cabeza, se permitió hundir su hocico en el cuello del vampiro. Tan sutilmente como para que Taehyung no lo sintiera como una verdadera intromisión, pero consiguiendo en el proceso que su nariz sensible pudiera llenarse de ese olor alcanforado.
—Al fin te encontré, cachorrito.
—¿Qué rayos está pasando aquí? —inquirió Hoseok en voz baja con el objetivo de que solo el hada y el otro brujo pudieran escucharle con claridad. Se encontraba muy anonado al ser testigo de aquel particular reencuentro entre el lobo y el vampiro, que parecían estar perdidos en su propio mundo.
—Yo sé, pero apenas estoy procesando la situación—aseguró Jimin con su mano cubriendo su boca, en gesto de impresión—. Esto es surrealista.
—En serio me siento perdido, pero por esa misma razón deberíamos llamarles la atención, ¿no lo creen? —comentó Yoongi, siendo mucho más hablador de lo que se mostró minutos antes, sin embargo, fue frenado por el rubio con rapidez.
—No, espera un momento, déjalos un rato más así—la mirada suplicante del hada y la forma en como tomaba su brazo, hicieron que detuviera todos sus movimientos al instante—. Tae necesita esto como no te puedes imaginar.
Yoongi asintió despacio, concentrándose en la sensación del fuerte agarre del hada que poco a poco descendía a uno más suave. Como si de alguna forma Jimin no tuviera la mínima intención de soltarle, mientras el bonito rubio observaba con una sonrisa labial a su amigo que continuaba abrazando con desesperación al imponente lobo.
Tantos días llenos de sufrimiento aparentemente estaban teniendo su merecida recompensa.
Y así estuvieron por varios minutos más, hasta que decidieron alejarse para darles privacidad. Al mismo tiempo en que seguían observando la reconfortante escena entre esas dos especies tan distintas entre ellas, que se consideraban rivales por naturaleza. Pero que en ese preciso instante parecían necesitar complementarse para sentirse mucho mejor consigo mismos.
Curando las heridas que dejaron una separación de imprevisto.
Durante ese tiempo, Taehyung no pudo evitar susurrarle al lobo todas las cosas que sentía, obligándose a no balbucear en el proceso, para que pudiera comprenderle a la perfección. En serio estaba conteniendo sus emociones lo mejor que podía para no verse más vulneraba de lo que ya se encontraba. El vampiro le expresó lo mucho que lo extrañó, la felicidad que le embargaba al verlo tan grande, la satisfacción de comprobar que creció bien, y que anheló tanto estar a su lado otra vez.
Frases llenas de sinceridad que Jungkook correspondió moviendo su cola con suavidad de un lado al otro, mientras hacía un sonido parecido a un profundo ronroneo.
—No sabes cuánto lamenté lo que sucedió, me hiciste mucha falta, cachorro.
Su voz no pudo evitar quebrarse conforme las palabras salían de su boca, mientras se separaba lo suficiente para establecer contacto visual con el susodicho.
—Sin duda me acostumbré a ti, a pesar de que no fue tanto el tiempo que pasamos juntos—dejó una caricia cariñosa en su cabecita, sorbiendo su nariz por la congestión que le molestaba gracias a su sensibilidad.
El menor experimentó una opresión en el corazón por el dolor en la mirada y en la voz temblorosa del peligris—. Pero para mí cada momento contigo fue invaluable, espero que hayas sido consciente de eso.
¿De verdad le afectó tanto su partida? Esa fue la interrogante que apareció en la mente de Jungkook tras esa impactante declaración.
Eso no tenía sentido, no cuando creyó que le estaba haciendo un favor al desaparecer de su vida para protegerlo.
Porque sin poder evitarlo, actuó suponiendo que era lo correcto en esa situación.
Jungkook deshizo su transformación, sorprendiendo al vampiro, que se quedó atónito al notar como el pelaje que sus manos frías estuvieron tocando con vehemencia, era reemplazado por una piel tersa y nívea. Sus ojos por fin conectaron con los ajenos, mientras por una fracción de segundo, Kim conseguía admirar el rostro del cachorro que cuidó hace tiempo atrás con tanta dedicación y cariño.
De manera inmediata, el vampiro notó como el azabache le abrazaba con fuerza. Dejando que este acomodara su cabeza en su hombro, afianzando el agarre en su estrecha cintura.
Se sentía tan bien estar entre esos fuertes brazos, que eran cálidos y le otorgaban un sentimiento reconfortante de protección.
—Jungkookie...
—Tae... —su voz era mucho más preciosa y reconfortante que en el pasado. Justo como Taehyung imaginó en alguna ocasión—. No te imaginas el suplicio que también fue para mí estar lejos de ti.
El licántropo no quería apartarse tan pronto del vampiro, por lo que acortó la distancia aún más si es que eso era posible, sin ser consciente de un detalle muy importante.
—Estoy tan feliz de volverte a ver...
Jungkook susurró en su oído en un tono más grave de lo que era, provocando el deseo de que Taehyung quisiera observarle cara a cara por un tiempo mucho más prolongado.
Con lentitud se separó y tomó el bonito rostro entre sus manos, analizándole con una suave sonrisa, mientras sus orbes seguían cristalizándose por las lágrimas retenidas.
Los vampiros rara vez lloraban, pero ahí estaba Taehyung; siendo consciente de que en cualquier momento la salinidad podría desbordarse con mayor facilidad de sus orbes, como tiempo atrás cuando le perdió y jamás le recuperó.
—Y yo soy feliz de ver que lograste sobrevivir a pesar de todo, cachorro—acarició con cuidado las mejillas del azabache, que no demoraron en obtener un intenso rubor por los mimos del precioso peligris que no cambió en nada desde que lo dejó.
Porque para el lobo seguía pareciendo un ángel caído del cielo, con sus facciones delicadas, pero definidas, sus bonitos lunares ubicados con estrategia en su etéreo rostro, como si de dulces estrellas adornando el cielo se tratará, junto a esos labios rojizos y carnosos de apariencia suave como los pétalos de una rosa.
En contraste a su piel canela que se mantenía un tanto pálida por su condición vampírica, su perfecta nariz perfilada, y sus espesas pestañas oscuras que cubrían esos encantadores ojos escarlatas en los que podría perderse por toda una eternidad.
En serio, parecía como si apenas ayer hubiera sido el día en que tomó la decisión de marcharse de su lado. Además, su preciosa voz tampoco había cambiado, porque se seguía sintiendo como un arrullo para su corazón cada vez que se dirigía a él. Completamente encantador.
—Y estás muy guapo...
Porque esa era la percepción más sincera por parte de Taehyung. Aquel cachorrito que conoció hace más de una década ya era todo un hombre y era demasiado atractivo para cualquier ser que tuviera ojos. Sus facciones masculinas demostraban que los años no pasaron en vano para él, a pesar de que su carita siguiera conservando un poco de su ternura aniñada.
Todavía contaba con esos ojitos grandes, oscuros y brillantes, su nariz alta y redonda, sus pómulos de apariencia delicada parecían más marcados, sus belfos finos que escondían esa sonrisa tan particular que le recordaba a la de un tierno conejito, hacían resaltar ese bonito lunar debajo de su labio inferior y el cabello azabache ahora era más largo y caía sobre rostro con sutileza.
—Gracias...
El joven de piel nívea quiso desviar la mirada un tanto cohibido, porque estaba siendo minuciosamente analizado por el vampiro. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, de repente percibió como una fría brisa recorrió su ancha espalda, trayéndole a la realidad de golpe. Al mismo tiempo que la voz de uno de sus hyungs se lo recalcaba sin importarle nada.
—¡Kook, parece que olvidaste que estás desnudo! —señaló Hoseok de lo más casual, mientras la mente de Taehyung comenzaba a trabajar, saliendo de su ensoñación de forma abrupta. Por fin reaccionando a ese gran detalle que pasó desapercibido por la emoción de abrazar a Jungkook.
Fue imposible no contagiarse por una inminente vergüenza, por casi cometer el error de estar a nada de mirar demás. Cerró los ojos con fuerza, cubriéndose con sus manos y separándose del cálido cuerpo contrario.
—Niño indecente, ponte la ropa—le dijo Yoongi con tono de reproche, mientras Hoseok le acercaba la mochila que traía entre sus manos—. Estás incomodando a todos.
—Sí, por favor. Gracias—respondió un Jimin que ya estaba con los ojos cerrados desde el instante en que notó como el pelaje era cambiado por una nívea piel.
—Lo siento—el menor se disculpó con una reverencia y la tomó con rapidez, sacando la ropa de su interior para comenzar a vestirse a toda prisa.
A los brujos no les importaba en lo más mínimo aquello, porque sabían que era algo inevitable cada vez que Jungkook se transformaba en lobo, y lo conocían desde hace tanto tiempo que el pudor entre ellos no existía, pues a fin de cuentas eran como una familia.
Sin embargo, por la reacción del vampiro y el hada, no les fue difícil deducir que jamás habían experimentado esa situación con el azabache, por lo que antes de que se volviera muy incómodo, Hoseok decidió hacérselo notar al menor.
—Bien, ya pueden dejar de cubrir sus ojos, el panorama ha sido despejado—bromeó el brujo castaño, y los amigos no tardaron en acatar esa orden, para así volver a poner sus miradas sobre el chico que yacía completamente vestido.
Jungkook mantenía los ojos en el suelo, la vergüenza carcomiéndolo con una tortuosa lentitud, mientras sus mejillas arder con fuerza y mordía su labio inferior como consecuencia del torrente de emociones que lo atacaban.
Este tipo de cosas solo le pasaban a él, y lo peor era que se dio frente a ese vampiro tan bonito que era uno de sus recuerdos más preciados. Qué desastre tan indecoroso. Tantos años anhelándole para regalarle tremendo espectáculo ni bien le vio, en definitiva, no podría sostenerle la mirada sin que la cara se le cayera de la pena.
Antes de que siguiera atormentándose con sus pensamientos, Jungkook no tardó en sentir una mano fría buscando la suya. La observó con atención, sabiendo quien era su dueño, porque su tacto era inconfundible, tanto que notó a su lobo chillar de emoción por el contacto del joven de cabello gris.
Pero esa emoción creció mucho más al imaginar que tal vez, solo tal vez, el vampiro seguía manteniendo sus manos al descubierto por lo que él le dijo años atrás.
Soñar con algo así no costaba nada, ¿verdad?
—Jungkookie, cachorrito, no sientas vergüenza, ¿sí? —tranquilizó al licántropo que poco a poco levantaba su rostro para poder encararlo—. Lamento si mi reacción fue exagerada, me tomaste por sorpresa.
—Habla por ti, Kim Taehyung, yo no quería ver nada del cachorro ya no tan cachorro—resopló Jimin, cruzándose de brazos al instante—. Las hadas no somos tan sinvergüenzas.
Taehyung rodó los ojos por el comentario del rubio. Tan sutil como siempre. Obviamente estaba siendo sarcástico.
—Bueno, si no les molesta nos pueden contar como es que se conocen—sugirió el brujo castaño que seguía igual o más perdido que minutos antes, a lo que Taehyung intervino.
—Cuidé de Jungkook por unos días cuando todavía era un niño, pero luego desapareció.
—Entiendo. Después de Tae, ¿llegaste con nosotros? —interrogó Hoseok tanteando la situación, a lo que Jungkook asintió quedito.
—Así es, hyung.
—Interesante.
El castaño puso una mano en su mandíbula pensativo—. Todo esto tiene pinta de ser una larga historia, que espero tengamos la oportunidad de hablar alguna vez, pero lastimosamente ya tenemos que irnos.
Taehyung se sorprendió por aquello que había dicho su amigo, por lo que no pudo contenerse al decir—. ¿Tan pronto?
—Entiendo a lo que te refieres, Tae, pero tan pronto no es—Hoseok sonrió levemente—. Ya es tarde y nosotros estamos metidos en un problema gracias a este chiquillo.
El brujo le dio una mirada reprobatoria al azabache que parecía un cachorro regañado por romper una vajilla completa.
—Pero... ¿por qué?
—¿Cómo qué por qué? —inquirió Yoongi mostrándole su reloj al susodicho—. Mira la hora que es, Jungkook. Ya casi es medianoche—recalcó y el azabache se mordió el labio por inercia. Todo indicaba que la jodió en grande.
—Sabías que el toque de queda en la posada en la que nos estábamos quedando era hace hora y media, pero justo hoy se te dio por perderte en la inmensidad de este bosque.
—¿Qué? En serio lamento no haberlo notado.
Al azabache nunca le fallaba calcular el tiempo en el que podía estar vagando solo en su forma de lobo, pero tal parecía que no todo podría salirle perfecto en la vida. Así que Jungkook nuevamente se disculpó con una reverencia de noventa grados.
—Ya está, Kook, el señor Choi nos daba la oportunidad de quedarnos si te encontrábamos antes de las doce, pero no lo logramos. Por eso, no nos queda más que buscar otro lado en donde dormir por esta noche.
—¿Y qué sucederá con nuestras cosas?
Jungkook se preocupó por todo el equipaje que llevaban consigo cada vez que viajaban. Sin embargo, al ver que el par de brujos estaban tan tranquilos, supuso que eso no tendría que considerarse un verdadero problema.
—Ya mañana toca retirarlas de ahí, no nos quedaremos más donde ese viejo gruñón—anunció el brujo de ojos gatunos recordando a ese señor que hacía problema por todo—. Gracias al cielo, apenas fueron dos noches, pero han sido horribles.
Hoseok estuvo de acuerdo con lo que su amigo dijo, porque ya lo habían estado conversando mientras buscaban al lobo más escurridizo que conocían.
—Sí, así que vamos a buscar un buen lugar para dormir en medio de este bosque.
—Es una suerte que estemos acostumbrados—declaró Yoongi, pues no era la primera vez que lo hacían, porque al llevar una vida de viajeros, la mayoría de veces se topaban con gente que desconfiaba de los forasteros, por lo que a veces no conseguían una posada decente en la que pudieran quedarse.
Taehyung, quien se mantuvo en silencio escuchando con atención la conversación de aquel trío de sobrenaturales, al igual que Jimin, sin pensárselo dos veces, hizo una propuesta demasiado tentadora como para ser rechazada.
—Tengo un cuarto disponible en la mansión donde vivimos Jiminnie y yo, así que podrían quedarse ahí sin ningún problema.
Los brujos y el lobo le observaron con sorpresa ante la tentadora oferta.
—Tan solo está un poco llena de polvo, porque hace mucho que no teníamos visitas—prosiguió con naturalidad—. Pero nada que no se pueda solucionar.
—¿En serio nos darías posada, Tae? No queremos ser una molestia para ti.
Al castaño le brillaron los ojos con emoción, porque si lo ponían a elegir entre un bosque frío o un lugar habitable, ya sabía cuál era su respuesta sin siquiera meditarlo.
—Claro que no son molestia, qué cosas dices... Quédense el tiempo que deseen, a fin de cuentas, no eres un desconocido para mí, Hobi.
Jungkook quiso gruñir desde lo más profundo de su pecho, porque ahora caía en cuenta sobre ese molesto detalle.
El brujo, al que quería como un hermano mayor, conocía al vampiro y se veía como si fueran amigos de toda la vida, a diferencia de Yoongi que parecía conocerle recién.
Muchas interrogantes, pero ninguna por el momento tenía contestación, sin embargo, tendría que averiguarlo más tarde a como diera lugar o no se quedaría tranquilo.
—Muchas gracias, Tae, eso nos ayudaría mucho.
—Sin duda nos estás salvando la vida, al menos por el tiempo en el que estemos aquí—comentó Yoongi y Hoseok afirmó con un movimiento de cabeza y una sincera sonrisa.
—Genial. Entonces te tomaremos la palabra, si realmente no existe ningún problema, ¿mmm?
El castaño hizo referencia a Jimin, quien permanecía callado. El rubio, al notar como todas esas miradas estaban sobre él, no tardó en responder.
—Por mí ni se preocupen, si bien yo también vivo con TaeTae, es su mansión y él puede invitar a quien desee—aseguró con una pequeña sonrisa colándose en sus abultados labios, los cuales no dejaban de parecerle tan llamativos al joven de mirada felina.
—Entonces vamos—animó el brujo castaño—. Muéstrennos el camino.
Taehyung asintió con gusto, y así emprendieron un largo camino hacia la mansión, en el cual no faltarían los temas de conversación.
Continuará...
Este capitulo iba a estar disponible mañana, porque hoy iba a subir el de Lullaby in the Lake, sin embargo no alcancé a terminarlo. Así que disfruten del reencuentro del lobito y el vampiro. Realmente deseo haber llenado sus expectativas, porque yo me puse sentimental.
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