El acuerdo.

Al llegar a casa, Kagami llevó su ropa a la lavadora y tomó una ducha como forma de limpiar las gotas de sangre y sudor. Diría que el pelear con esos malandros le ha servido como para descargar su ira que guardaba internamente.
- ¿yo?¿la hija de una prestigiosa familia en peleas callejeras? jajajjajaa, ya tengo suficiente con que las chicas me detesten como para que los de la alta sociedad me marginen y ser deshonra de mi familia - Dijo para si misma - aunque...debo admitirlo, me gusto.

Luego de terminarse de bañar, se alistó para cenar con su madre (vaya milagro por parte de su mamá) la cena era tranquila hasta que...
- Llame esta tarde al gimnasio pero tu entrenador me dijo que te marchaste media hora antes ¿donde has estado? - Pregunto su madre. La muchacha simplemente respiro para mantener la calma.
- decidí tomar aire fresco por unos instantes pero unos tipos trataron de secuestrarme.
- ¡¿Qué cosa?!
-...Por suerte se defenderme madre, gracias por inscribirme a esta clase de deportes y entrenarme como siempre lo has hecho - Kagami llevo su plato al lava vajillas y se fue a su habitación, omitió el encuentro con el extraño ese; si su madre supiera a detalle lo que paso, sería capaz de colocarle un gps para saber sus movimientos por si a la japonesa se le ocurriera participar en aquellos eventos clandestinos ¡Que falta de fé en su hija la de su madre!

La noche paso y el sol atravesó sus rayos por la ventana de la osada Kagami. Su cuerpo estaba adolorido por los golpes del día anterior. Con dificultad, se levanto de la cama para tomar una ducha

"podrias llegar a ganar el cinturón de campeón" Las palabras del señor llegaron a la mente de Kagami con las gotas de la ducha ¿cuál era la diferencia entre ser campeona de esgrima y ser campeona de lucha? ¿habría cambios en su vida?¿su vida mejoraría? Un deseo por querer conocer aquel mundo crecía en ella, su mente, la prudencia y el sentido común le decía no, hay motivos razonables por los que ella no debería aceptar, pero el querer escapar de su entorno y la adrenalina que sintió al haberse enfrentado a aquellos chicos la motivaban cada minuto que pasaba; toda su vida había seguido normas al pie de la letra ¿Había algo de malo romper estas reglas solo por una vez?, ser obediente no le traia felicidad ¿Debía ser desobediente para ser feliz? preguntas rondaban por su mente. Luego de ducharse, se vistió para ir a su entrenamiento de esgrima y luego irá al fight do.

- ¡señorita Tsurugi! ¿Qué diablos le pasa hoy? - le gritó el profesor de esgrima quien era un misógino y siempre ha aborrecido a Kagami y a su madre. Había aceptado entrenar a la japonesa porque recibia buen sueldo, pero ya no aguantaba más.

- Disculpe, estaba distraida, podemos continu...
- ¡Mire si no esta concentrada mejor salga de mi clase, yo no voy a perder mi tiempo enseñando a tipitas arrogantes como tu! ¡No me extrañaría que Adrien Agreste haya terminado con usted por ser una mocosa engreida! Ya veo porqué no tiene amigos - Kagami quedó con la boca abierta por lo que acaba de oir, aquellas palabras solo las escuchaba de chiquillas de 14 años, fue una gran sorpresa que un adulto le hablara de esa manera. No, no, no, esto no iba a quedarse asi.

-  ¿Cuál es su p#to problema conmigo huev0n? a mi no me habla de esa manera.
- ¡salga de aqui inmediatamente!¡ya me cansé de su actitud y de su madre!- el sujeto la tomó el brazo para sacarla de ahi; ni bien la japonesa sintió el agarre, apretó el puño y golpeo al sujeto en la nariz la cual no dejaba de sangrar.
- ¡tu te jodes imbecil! - Con esta sentencia, Kagami se marchó del lugar. Estaba hecha una furia total, quería llorar y golpear hasta desgastarse las manos. Al llegar al gymnasio lo primero que hizo fue dirigirse a un saco de boxeo de color azul que se encontraba en la esquina derecha junto a una colchoneta. Su entrenador aun no había llegado, eso dió tiempo a Kagami a desahogarse.

- Vaya, estas hecha una furia; asi que eres una campeona fantasma ¿no es asi?- Aquella voz era nada mas y nada menos que del extraño.
- ¿usted?¿qué esta haciendo aqui?¿acaso esta acosandome?- Si la mirada de la nipona fuesen cuchillos, aquel sujeto estaría muerto.
- De casualidad vi como saliste de tus clases de esgrima y como dejaste la nariz a ese señor, te aclaro que no entré pero cuando lo vi supe que solo tú podías haber hecho algo como eso, ya que le hiciste lo mismo a uno de aquellos chicos y... 
- Si viene con lo de ayer mejor olvidese.
- Oye Kagami, tienes el talento para enfrentarte con tipos super estrellas, un cinturón de campeón tiene más prestigio que unas medallas de esgrima - el hombre la miro con una sonrisa maliciosa - ¿acaso ves posters de esgrimistas? - el extraño caminó unos paso en circulo para posesionarse detras de Kagami - Ademas he visto que algo te inquieta, tus puños te delatan, podrías dejar salir todo lo que te enfada en el ring sin que la gente te juzgue por eso, piensalo.
Kagami reflexionaba ante las palabras que aquel sujeto le decía. Era evidente que él había estado averiguando sobre ella aunque este lo niegue, no podía confiar en extraños. Sin embargo, aquellas peleas comenzaban a despertar interés en ella, todo pasa por algo ¿y si era la respuesta a lo que anhelaba? - es obvio que usted me insiste porque quiere algo a cambio ¿o me equivoco?
- Pues no te equivocas, me gustaria ser tu patrocinador, si Kagami me ayudarías a ganar dinero claro esta, te  lo digo de una vez para que no pienses que lo hago por compación. Ambos salimos ganando ¿Qué dices? -el tipo extendió su mano esperando que la joven lo estreche. Hubo una pausa por segundos hasta que...
- trato hecho - Kagami estrecho su mano - pero mi madre no tiene que enterarse de esto.
- Te ayudaré con ese asunto - una sonrisa se formó en sus labios.
- Disculpe ¿usted como se llama?
- Bob Road, encantado de hacer tratos contigo, señorita Tsurugi.

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