bienvenida al ring
Kagami había acordado con Bob reunirse todas las tardes para su entrenamiento, la japonesa a pesar de saber defensa, aun no estaba preparada para subirse a un cuadrilátero, debía adquirir mas técnicas de combate y planificar una estrategia para vencer a sus oponentes. Bob por su parte había contratado a una chica para que sea la entrenadora de Kagami, tanto de "esgrima" como de lucha.
- hola, mi nombre es Oriana, así que tu eres la nueva de Bob
- Nunca competí con luchadores pero él cree que soy buena, mi nombre es Kagami.
Ambas chicas estrecharon la mano, Oriana era mas alta y corpulenta que la joven de 18 años de edad. Por lo que había comentado Bob, Oriana había ganado 12 cinturones de campeón antes del accidente que sufrió en una de sus luchas, desde entonces Oriana dejo a un lado el cuadrilátero.
- Antes de empezar a ejercitarte, quiero ver tus habilidades, vamos, dame un golpe, muéstrame que puedes hacer.
- Como dije no soy muy buena, además no quiero lastimarte - dijo la asiática un tanto apenada
- no te preocupes por mi, anda.
Kagami quiso golpear a Oriana con la mano izquierda pero esta detuvo su brazo y la abrazo por detrás. Kagami quiso librarse del agarre dando golpes en el codo pero Oriana rápidamente rodeo con su brazo izquierdo el cuello de Kagami por la parte de atrás y luego procedió a levantarla para dejarla caer de espalda. Kagami estaba adolorida y aun así decidió continuar, trato de dar una patada pero Oriana bloqueo la patada y luego se lanzo encima de la japonesa. Kagami estaba tumbada en el suelo, agotada, eso era demasiado para ella. Oriana le extendió la mano.
- Mira en el primer round estuvo bien que hayas tratado de librarte de mi agarre con golpes en el vientre, pero en el segundo round te quedaste bloqueada y no contra atacaste. Una vez que alguien bloquea tu pie debes responder rápidamente con el otro. A eso le llamamos patada voladora.
- ¿podemos continuar mañana? estoy adolorida, ¡auch! - Kagami friccionaba su espalda para calmar su dolor.
- lo que trato de decir que tu nivel de combate es muy básico y de momentos te mueves como tronco, tienes que aprender a pelear no solo con las manos sino con todo tu cuerpo, si tienes que aplastar a tu oponente, lo haces, porque si no, ni siquiera tienes la oportunidad de pasar tu primer combate.
- Pe pero la ayudarás ¿verdad mi querida Oriana? se que tu puedes entrenarla - el tono de voz de Bob era de angustia y no precisamente por su nueva luchadora. Oriana fulminó con la mirada a Bob
- yo solo le enseñaré lo que sé, la lucha dependerá de ella - La joven tomo su bolsón y se dirigió a la salida, no sin antes decirle a Kagami que la vería ahí mismo - se puntual, odio esperar ¿si?
- Señor Bob, ¿tiene algún hungüento o pomada?
Después de eso, Kagami se fue a su casa, durante la cena, su mamá le comentó que había encontrado a un nuevo entrenador de esgrima, pero Kagami rechazó al sujeto y le dijo a su mamá que ella también había conocido a una entrenadora de esgrima. Tomoe tenía sus dudas con respecto a su nueva entrenadora, así que Kagami tuvo que sonar convincente por lo que había mentido a su mamá, en su relato cambio los 12 cinturones ganados de Oriana por doce medallas en esgrima.
- Nunca escuché hablar de ella Kagami
- Es que ella dejó el esgrima luego de sufrir un accidente automovilístico y pues, por alguna razón exigió a la prensa que borrara todo de ella.
- No me parece la persona adecuada para tu entrenamiento..
- Madre, ya la contraté- tenía que decir eso a su madre para que no malogre sus planes, obviamente ante esta respuesta, Tomoe se sorprendió
- ¿cómo?
- si, ya pague por ella para que sea mi entrenadora y es muy buena. Ya no quiero lidiar con hombres.
- No exageres, desde mañana entrenas con el entrenador que yo escogí para ti.
-Mamá por favor, al menos dale una oportunidad a Oriana ella no te va a decepcionar
- No Kagami basta, ve a que esa señorita te devuelva el dinero.
La japonesa suspiró, era difícil tratar con su madre, pero no podía retractarse de su acuerdo con Bob y la lucha era algo que comenzaba a generar pasión en ella. Tenía que buscar la forma en como solucionar este asunto.
- Esta bien madre, ¿a que hora serán los entrenamientos?
- tres de la tarde.
Al día siguiente, Kagami decidió llamar a Oriana que llegaría un poco tarde al entrenamiento luego se dirigió hacia el entrenamiento de esgrima, ahí estaba el entrenador, era alto de cara ovalada y cejas elevadas, su nombre era Dargeon Court.
- buenas tardes señor
- buenas tardes señorita Tsurugi, comencemos con su entrenamiento.
- señor mi mamá olvido que tengo clases de Ruso a esta hora y quería pedirle que cambiemos el horario de las tres para el de las cinco ¿qué le parece?
- eso no fue lo que me dijo su mamá pero por mi no hay problema.
- esta bien nos vemos a las 5, muchas gracias señor.
A toda velocidad, Kagami salio de aquel lugar para dirigirse al gimnasio de lucha. Allí estaba Oriana con su botella de agua.
- En la lucha libre el tiempo es oro ¿de acuerdo? que sea la última vez que llegues tarde.
- Disculpa pero ayer no pude convencer a mi madre sobre ti como mi entrenadora de esgrima y justo acabo de hablar con mi entrenador y decidí mover el horario para las cinco de la tarde.
- Kagami ¿qué te animó a querer ser parte del mundo de la lucha?
- No lo sé, simplemente sentí que me sentí libre cuando derivé a aquellos sujetos que intentaron abusar de mi, sentí como si mi estrés acumulado se desvanecía y creo que será algo diferente que no hice nunca.
- si te entiendo, pero cuidado con que tus emociones influyan en ello, podrías terminar cometiendo un grave error - El tono de voz de Oriana tenía cierta amargura.
Luego de esa charla, empezaron a entrenar. Primero dieron vueltas 5 veces el manzano, después saltaron en cuerda durante 15 minutos y por último golpes en el saco de boxeo. Kagami estaba agotada, sus brazos estaban rendidos, nunca imaginó que el entrenamiento sería tan duro, en ese momento quería tirar la toalla en sentido figurativo y literario.
- ya no aguanto más - se quejó la japonesa- quiero irme a casa, necesito dormir.
- jajajajjaja si así empezamos ya estamos fritas - rio la entrenadora ante los quejidos de Kagami, posteriormente se sentó junto a ella - En mi primer entrenamiento me hicieron llorar pero no podía rendirme, tenía que ganar el dinero para dar de comer a mi familia, pensar en ellos fue lo que me motivó a seguir peleando. Y a tí Kagami ¿Qué es lo que más te motiva a seguir?
Kagami no supo que responder, puesto que la chica se sentía sola ante el mundo. A principio pensaba que su mamá era su motivación pero al ver que esta nunca la aprobaba sus metas fueron desapareciendo. La japonesa cerró los ojos recordando los momentos de gloría solitarios.
- ¡Oye no te quedes dormida! - la voz de Oriana trajo de vuelta a Kagami a la realidad - ¡vamos cincuenta abdominales! y con eso terminamos.
Luego del entrenamiento, Kagami se fue directamente a su casa, no cenó y se fue a dormir. Al día siguiente era la misma rutina; esgrima, entrenamiento y a casa. Sin embargo, mientras ella se concentraba mas en el ring, en el esgrima iba perdiendo.
- Señorita Tsurugi por favor concentre, el ejercicio es el sable de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.
- ¿ah? si disculpe
- Señorita por favor, cuénteme que le pasa, me dijeron que usted es una de las mejores pero desde que inició mi clase no vi interés en ente deporte ¿soy yo el problema o es otra cosa? Usted puede confiar en mi sabe
- No, no es usted, quédese tranquilo es solo que...- Tenía miedo de ser delatada por él. Sin embargo, aquel sujeto le inspiraba confianza, después de todo, había sido tan paciente con ella - promete que no se lo dirá a mi mamá.
- Usted tranquila, yo se como suelen ser las madres.
- verá he descubierto que un nuevo deporte me llama mucho la atención, siento que ahí puedo ser libre pero tampoco quiero dejar el esgrima ni decepcionar a mi mamá porque...- antes de que pudiera terminar la frase, el entrenador la calló con la mano.
- Se metió entre la espada y la pared, no soy quien para decir que hacer o no hacer, pero si puedo ayudarla. Tuve un acuerdo con su mamá pero tampoco quiero que usted se sienta desganada y termine por odiar al esgrima. Nuestro entrenamientos serán los fines de semana, le diré a su madre que estaré ocupado en estas semanas y que solo tengo tiempo libre esos días. Eso si ponga de su parte.
- ¿de verdad? es usted muy amable.
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