Final
Yoongi ya estaba harto de ver como Taehyung caminaba de un lado a otro mordiéndose las uñas, si seguía así se arrancaría hasta la cutícula.
Había estado así desde los últimos seis días después de haber regresado de la casa de Jungkook, mas este día en particular, parecía un manojo de nervios andante.
Ninguna de sus rutinarias actividades parecían distraerle lo suficiente; de pronto regar flores y podar hojas se había vuelto demasiado aburrido, abandonó el bordado luego de haberle brotado sangre del dedo debido a un pinchazo, pero no fue culpa de su cabeza llena de pensamientos inquietos, para nada, la culpa fue de la aguja. Y dado que no contaba con la concentración necesaria ni para leer un libro, también había dejado de programar nuevas citas con sus clientes.
Y Yoongi realmente odiaba ver a Taehyung en este estado, porque al ser el único ser viviente en su radar, el chico empezaba a agobiarlo con conversaciones –que realmente eran monólogos por parte del castaño– sin sentido y a revolotear a su alrededor como un abejorro, interrumpiendo sus preciadas siestas y su hora de ocio frente a la tele.
Como ahora.
"¿Te quieres quedar quieto de una buena vez?" vociferó pausando por quinta vez su película. "Vas a sacarle brillo a la madera"
Taehyung paró de frotar inconscientemente sus pantuflas en el suelo debido al regaño del peliclaro.
"Lo siento" hizo un mohín.
"Planeas ya decirme qué te pasa, ¿o seguirás fingiendo que todo está bien?"
"Es que todo está bien" susurró desviando la vista.
"Taehyung"
"Bueno" suspiró resignado sabiendo que Yoongi no lo dejaría escapar esta vez. "Lo cierto es que los últimos días he estado un poco... ansioso"
"¿Oh, en serio? Vaya, no lo había notado" satirizó ganándose una mala mirada por parte del menor. "Lo que quiero saber es por qué"
"Hoy es el séptimo día y... Tengo mis dudas sobre si realmente funcionó todo o no"
"¿Eres tonto?" espetó Yoongi al cabo de los segundos. "¿Te has enamorado de alguien? No. Ahí está tu respuesta"
Taehyung no contestó, en cambio empezó a jugar con las pulseras de su muñeca. Yoongi entrecerró sus ojos analizando a su amigo.
"No es eso ¿cierto? Es algo más" aseguró ante la mirada contraria cristalizándose. "Tienes miedo"
"Lo tengo" asintió con un fino hilo de voz.
Ante la emoción inicial y el hecho de querer compartirlo con alguien, le contó a Yoongi sobre la noche tan maravillosa que pasó junto a Jungkook y la propuesta que este le hizo una vez llegara el séptimo día.
Jungkook le había hecho sentir querido, como si fuese alguien preciado que también merecía cosas buenas del universo a pesar de todo.
Y realmente quería creérselo, sus anhelos que creía extintos gracias a la resignación volvieron poco a poco a la vida; las ganas de querer asistir a una buena universidad, poder conseguir un trabajo honorable con el que se sienta cómodo, sin que nadie le lance miradas juzgadoras o por encima del hombro, amar a quien quisiese sin objeciones, aunque él solo tenía en mente a una única persona.
Pero hay un abismo de diferencia entre querer y poder. Y él realmente no podía. Para bien o para mal, la magia negra era lo único que dominaba, había sido su vida entera. Lo último que escuchó de su abuela antes de morir fue cuan orgullosa estaba de él, y él quería que, aún si ella ya no estaba, continuase así.
"Taehyung" llamó atrayendo de vuelta la atención del chico que silenciosamente intentaba secar sus lágrimas. "¿Sabes por qué decidí quedarme a tu lado?"
"¿Porque me quieres?..." respondió confundido acerca del repentino cambio de tema del mayor.
"Porque no tengo a donde ir" sonrió ante la mueca de su rostro. "Y también por eso"
Hizo una pausa tratando de encontrar las palabras exactas torciendo un poco el gesto. Dar ánimos realmente no era lo suyo.
"Cuando te conocí parecías un niño indefenso y tan perdido. Aún si no lo eras, aún si tenías diecisiete años" comenzó bajo la atenta mirada del menor. "Y me prometí a mí mismo cuidarte. Te tomé cariño, y aunque te he visto convertirte por completo en un adulto, te miro y sigo viendo a ese joven que lloraba a mares en la funeraria"
"¿Q-qué es esto?" balbuceó mordiéndose los labios para no dejar escapar un sollozo. "Ser sentimental no va contigo, hyung"
"Tae, tu abuela fue una gran mujer que te dio todo lo que tuvo para darte. No tengo duda de eso" colocó una mano sobre el hombro del menor ignorando su queja. "Pero no puedes vivir bajo su sombra. Ella ya no está pero tú sigues estancado en el pasado. Tienes derecho a vivir tu vida como lo desees, porque es tuya, a fin de cuentas" recordó. "Cualquier decisión que tomes, yo estoy aquí. Como siempre lo estuve"
Taehyung rompió en llanto aferrado como un koala al cuello de Yoongi, mientras el mayor palmeaba suavemente su espalda. Pasaron así largos minutos hasta que decidió ya se había liberado lo suficiente.
"Creo que ya basta de llanto" murmuró separándose del contrario. "Tengo una cita a la que ir, después de todo. Debo prepararme"
Yoongi le sonrió nuevamente contento con su determinación. Incluso si él ya conocía dicha respuesta de antemano.
"Bien. Entonces te recomiendo ponerte algo en esos ojos, pareces un mapache con esas ojeras, y ahora también con los ojos hinchados por llorar como una magdalena" se burló volviéndose a tumbar en el sofá. "Jungkook como mismo vino así se irá, en cuanto vea esa cara tuya"
"Por Astaroth, realmente eres insufrible" farfulló resentido. "Era mucho esperar que tu versión cariñosa durara más de cinco minutos"
"Y bastante duré" repuso agarrando nuevamente el control remoto para reproducir la película. "Ahora mueve tu trasero fuera del sofá, comienzas a estorbar"
Con una última mirada asesina hacia Yoongi, se dirigió hacia su habitación.
Casi le dió un microinfarto cuando revisó la hora en su teléfono; quedaban menos de dos horas para que Jungkook llegase.
El tiempo se le había escurrido sin darse cuenta casi, aún así se permitió tomarse su momento en la ducha.
La hora de elegir atuendo fue otro problema, su indecisión no ayudaba y preguntarle a Yoongi no era una opción.
Ya casi terminaba de aplicarse bálsamo en los labios como retoque final cuando escuchó la puerta principal ser golpeada.
Mentiría si dijera que no estaba nervioso o que ya se había acostumbrado lo suficiente a la presencia del pelinegro cerca suyo, porque no era así.
Y la magnífica noche que habían pasado juntos enredados entre las sábanas, recordar que Jungkook había visto cada pulgada de su cuerpo desnudo lo hacía enrojecer aún más cohibido.
Tomó una profunda inhalación para tranquilizarse.
Supuso que Yoongi ya le habría abierto la puerta, y en efecto, así fue cuando al ingresar a la sala de estar se encontró al pelinegro charlando con su amigo.
Jungkook era apuesto, siempre lo supo, pero hoy estaba simplemente asombroso.
No era solamente la forma en la que aquella fina camisa de terciopelo azul oscuro se amoldaba sobre su fornido torso revelando un poco la piel de su pecho, ni como ese pantalón negro de vestir se ceñía perfectamente a la zona de sus muslos, sino a lo radiante que lucía su aura en general, su piel tenía un mejor color –notándolo ahora que podía hacer la comparación– y todo en él se notaba más revitalizado.
Finalmente cuando la mirada del dueño de sus pensamientos chocó con la suya y se le acercó, pudo notar que no era el único en encontrarse nervioso.
"Te ves distinto. Pero en el buen sentido, quiero decir" fue lo primero que se le ocurrió decir al castaño. Que no haya tartamudeado ya se le consideraba un logro. "Ya no tienes esas ojeras bajo tus ojos. Asumo que las pesadillas se detuvieron"
"Lo hicieron" asintió con ambas manos en los bolsillos de su pantalón. "Me siento como más liviano, no sé cómo explicarlo realmente. Pero funcionó" se levantó la manga que recubría su brazo izquierdo para mostrarle. Ahí donde solían estar esas venas negras sobre su antebrazo, solo había una blanca piel suave y tersa.
"Me alegra mucho que esto haya terminado por fin, Jungkook. Después de haber sufrido tanto ahora puedes finalmente dedicarte a ser feliz" expresó Taehyung con una sonrisa radiante, sabiendo que Yoongi desde su sofá les miraba sin discreción alguna.
Pero no le importaba, estaba demasiado alegre como para echarle en cara algo.
"No hables como si a partir de ahora nuestros caminos se separaran. Me debes una cita, ¿recuerdas?" vaciló un momento. "Es decir, tú... Aun quieres salir conmigo, ¿cierto?"
La sonrisa de Taehyung se amplió aún más si eso era todavía posible. Nunca había visto a Jungkook tímido, y saber que era debido a él le gustaba.
Acortó la distancia entre sus cuerpos para dejar un rápido beso sobre sus labios. La idea era alejarse enseguida, pero cuando Jungkook pasó un brazo alrededor de su cintura y juntó sus labios nuevamente haciendo el beso más duradero, su sistema sufrió un corto circuito.
"Creo que ahí tienes mi respuesta" murmuró entonces Taehyung cuando rompió el beso para tomar un poco de aire.
"Me gustan tus respuestas" sonrió coqueto. "No tardes mucho en cambiarte de ropa. Aún tenemos casi una hora y media de recorrido"
La estruendosa risa de Yoongi no pudo faltar ante la mueca confundida del castaño.
"Pero yo ya estoy listo. Así iré" se miró de arriba a abajo buscando qué podía estar mal con su conjunto, al no encontrarlo miró de nuevo al pelinegro. "¿No me veo bien?"
"¿Bromeas? Pareces practicante del Circo del Sol. Sólo te falta el maquillaje" habló el peliclaro mientras reía sujetándose el abdomen con una mano.
"Vete a la mierda" espetó lanzándole su propia pantufla a la cara.
Jungkook observó nuevamente las prendas del castaño; traía una enorme sudadera de cuadros roja y negra sobre una polera verde neón, sus pantalones de mezclilla azules igual de holgados sobre unas zapatillas de lunares.
Simplemente no creyó que el chico saldría así a la calle, pero por supuesto, se trataba de Kim Taehyung y su característica personalidad, la misma que le hizo caer.
"Hey, a mí me gusta como te ves" aseguró mientras tomaba su mano. "Lo digo en serio. ¿Nos vamos?"
El chico asintió siguiendo al mayor hasta la puerta, antes de poder cruzar el umbral escuchó el llamado de Yoongi.
Volteó de mala gana dispuesto a otorgarle una respuesta mordaz, sin embargo, al ver el rostro repentinamente serio de su amigo, dudó un poco.
Después de que Jungkook le mencionara que le esperaría en el auto se le acercó aún a la defensiva.
"¿Qué quieres?" gruñó.
"Ten" le lanzó un diminuto frasco de cristal con un líquido verdoso dentro, que de no ser por sus buenos reflejos, habría terminado en pedazos en el suelo.
Taehyung observó dicho objeto con el ceño fruncido por la confusión.
"¿Qué es esto?"
"La pócima que Jungkook tenía que beber para romper la maldición" explicó con su semblante neutro.
"Estás en un error. Yo mismo se la di y me aseguré de que la bebiese toda aquella noche" se apresuró en negar, algo no le estaba gustando.
"La intercambié, Taehyung. Lo que le diste no fue más que un placebo que inventé" aclaró.
Ante tal revelación Taehyung quedó petrificado en el sitio. Sintió frío invadirle, además del miedo, a partes iguales.
"¿Qué fue lo que hiciste, Min Yoongi?" vociferó enojado. "Sin esa pócima todo lo demás sirvió de nada ¡¿Te das cuenta?!" a este punto se dividía entre las ganas de romper a llorar y golpear algo, mejor dicho, a alguien. "Esto no era uno de tus otros juegos. L-la maldición... ahora por tu culpa..."
"La maldición está rota, Tae" le interrumpió antes de que el chico continuase con sus recriminaciones. "Tú mismo lo viste por tus propios ojos"
"Acabas de decirme que la pócima correcta es esta" levantó en su mano el frasco. "Y sin esto no pudo haber funcionado, aún si me acosté con Jungkook. Lo sabes. Sólo habían dos opciones para romper el hechizo"
"Exacto. Sólo habían dos opciones"
Taehyung se perdió momentáneamente ante la sabia sonrisa que esbozaron los labios del mayor. A medida que comprendía la situación algo en su pecho se agitaba de igual forma.
"Tú lo sabías ¿no es así?" estaba descolocado. "Lo supiste desde un inicio"
"¿El hecho de que tú y Jungkook eran almas gemelas? Sí, lo supe hace bastante, la verdad"
"¿Por qué nunca me lo dijiste?" frunció el ceño.
"¿Dónde estaría la diversión en eso?" inquirió ampliando su sonrisa. Taehyung le encontró un parecido estremecedor con el gato de Alicia en el País de las Maravillas. "Yo que tú me daría prisa. Tu amor ya no tan unilateral se debe estar quedando dormido sobre el volante"
"Esto no se quedará así" advirtió señalándole con el dedo índice. "Cuando regrese, tú y yo hablaremos"
"Claro, lo que digas" contestó con desinterés. "Sólo usa bastante lubricante esta vez, no te quiero quejándote después el día entero"
Con las mejillas encendidas Taehyung salió casi corriendo de la cabaña y con la misma rapidez se adentró al auto.
En un punto del camino, Jungkook entrelazó su meñique derecho con el contrario sobre el espacio a un lado de la palanca de cambios, y había algo en ese gesto que hizo a Taehyung sentirse cálido y sonreír como un tonto.
Saber que Jungkook gustaba de él era algo glorioso, pero el hecho de saber que ambos eran el destinado del otro elevaba esa sensación a niveles inexplicables.
Dicen que las Almas Gemelas aunque coincidan en un mismo espacio de tiempo y lugar, nada garantiza que puedan estar juntas en ese momento. Por separado, ambas partes deben recorrer un largo camino, caerse, levantarse, errar, madurar y pulir sus asperezas.
Sólo de esa manera, sabrán amarse en su mejor versión como seres humanos, de la manera más pura y sublime que existe.
Y en efecto, tanto Jungkook como Taehyung habían realizado un extenso viaje para llegar a donde estaban hoy.
Taehyung volteó su vista al frente nuevamente con una amplia sonrisa.
A lo lejos se veían los edificios de la ciudad de Seoul y, de alguna manera, sentía que no sólo se encaminaba hacia su cita con Jungkook, sino rumbo al comienzo de un futuro juntos, y la nueva vida que le aguardaba.
Fin.
Y después de tanto, llegamos al final (。ŏ﹏ŏ)
Muchas gracias por haber llegado hasta acá y por darle una oportunidad a esta historia.
Estoy muy contenta realmente de haber podido llevar este pequeño proyecto a cabo.
Mil gracias nuevamente (✿^‿^)
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