¡Abre tu corazón!

—¿Y tú qué mierda estás mirando? —Pelusita lo observó por un momento. Bakugou le volteó los ojos al animal y volvió a verificar la hora, era casi medianoche y Deku aún no había regresado. 

Siguió dando vueltas en la sala, pero a este paso estaba a punto de hacer un agujero en el suelo. Había tratado de respirar y hacer todos esos malditos ejercicios que su pendejo terapeuta le había recomendado, pero nada estaba funcionando, a cada segundo que pasaba todo parecía empeorar. Se sentía demasiado inestable.

El gato dio un salto en el mesón y maulló mientras lo veía. Eso solo lo terminó de exasperar.

—Deku está tardando por alguna razón, no porque esté con el maldito del costal de traumas —le gruñó al gato quien maulló de regreso—. Te estoy diciendo que estoy seguro, maldita sea —le respondió al animal.

Pelusita lo miró y luego lamió su patita distraídamente. Mierda, ahora estaba teniendo una conversación con un puto gato, en definitiva la situación lo estaba orillando a la locura.

Trató de respirar, pero era jodidamente difícil, por alguna razón no había podido dejar de pensar en las estupideces que le había dicho Todoroki, ¿y sí en verdad el nerd accedía a darle una oportunidad a ese imbécil? Mierda, sacudió su cabeza. No, sobre su maldito cadáver. Apoyó sus manos en la barra de granito y cerró sus ojos intentando despejar su mente, pero a cada segundo que pasaba los escenarios en su cabeza iban empeorando: Deku bailando con el bastardo, Deku sonriéndole, Deku ebrio entre sus brazos, Deku besa… No, mierda, no.

Volvió a dar vueltas en la sala, se sentía igual o peor que un animal acorralado. Había perdido demasiado tiempo ya, si quería a Deku tendría que ir y hacer lo que no había hecho, iría por él, sí, ese era un gran plan, iría y se disculparía y a la mierda todo, le diría justo lo que sentía.

Bien, pero había un gran problema, no tenía teléfono, no tenía dinero y no tenía auto. Había salido del maldito hospital directo al departamento del nerd y estaba muy distraído disfrutando de su vida casera al lado de Deku como para preocuparse por esa mierda. Dio un vistazo a la sala, el nerd le había dejado su número pegado al teléfono local en una notita adhesiva, pero no podía llamarlo, no podía decirle que iría, tampoco se sabía el estúpido número de Kirishima, en realidad no sé sabía el número de nadie. Apretó el puente de su nariz e intentó concentrarse, ahora que lo pensaba había un número que sí conocía, el de la agencia, alguien debía estar de turno, podría llamar y pedir el teléfono del pelos de mierda.

Tomó el aparato y marcó, cinco minutos más tarde había conseguido su objetivo y ahora tenía 6 dígitos anotados en un estúpido papel. Exhaló de golpe, esta mierda de pedir favores no era su fuerte, pero lo haría, su futuro con Deku dependía de eso. Volvió a tomar el teléfono.

—¿Sí? —La voz de Kirishima se escuchaba confundida.

—Soy yo pelos de mierda.

—¡¿Bakubro?! —exclamó tan fuerte que Bakugou tuvo que separar el teléfono de su oído por el bien de sus tímpanos.

—Sí, sí, sí, soy yo, escúchame, maldita sea, necesito que vengas por mí.

—¿Ahora?

—¿Estás sordo o qué? Por supuesto que ahora, ¿para qué mierda te estaría llamando si no?

—Bakubro ya es tarde, Denki está en la cama, es nuestro aniversario y yo…

—No necesito saber qué carajos estabas a punto de hacer con el Pikachu, mierda, que asco —lo interrumpió de golpe.

Escuchó a Kirishima exhalar.

—Bro, en cualquier otro momento iría sin dudarlo, sabes que sí, pero ahora no creo que pueda, es una fecha especial, lo teníamos planeado desde hace semanas, y tampoco entiendo qué está ocurriendo, ¿Deku no está contigo? ¿A dónde se supone qué tienes que ir?

—Mira pedazo de imbécil, no te estaría jodiendo si no fuera urgente —apoyó su cabeza en la pared y apretó su puño, odiaba esta mierda, sentirse tan vulnerable, pero si no podía confiar en Kirishima para hacer esto, ¿entonces en quién carajos podría?— ¡Escúchame, maldita sea! Deku está en este momento en una estúpida fiesta de la agencia con el maldito bastardo. Necesito ir y hablar con él, no puedo esperar más, me estoy volviendo loco en esta casa, se supone que volvería rápido, está tardando demasiado, y toda esta basura es mi culpa por no decirle lo que sentía antes —apretó sus dientes— Necesito que vengas por mí, porque… —guardó silencio por un segundo. Exhaló resignado— porque eres mi maldito mejor amigo y no puedo hacer esta mierda solo.

Kirishima dio un chillido y Katsuki lo escuchó gritar:

—Bakubro acaba de utilizar la palabra con A.

Denki quién estaba sentado en la cama tratando de escuchar la conversación (no muy discretamente) abrió los ojos de par en par.

—¿Amor? —preguntó Kaminari.

—¿Amor? ¡No! ¡Amigo! —Kirishima alzó las manos— ¡Amigo!

—Mierda, debe estar desesperado —dijo Denki.

Kirishima puso ojitos de cachorro. Kaminari suspiró.

—Anda, ve —le respondió el rubio a su novio.

Eijiro dio un pequeño grito y se levantó de golpe para buscar sus pantalones y las llaves del auto.

—¡Eres el mejor! ¡Te amo! —dijo aún con el teléfono en la mano.

—Hey, tengo una condición. —Lo detuvo Kaminari antes de verlo salir por la puerta—. Quiero la historia completa cuando vuelvas, con todo y lujo de detalles.

—Hecho —le dio un beso rápido en los labios y tomó su chaqueta.

—¿Si sabes que sigo escuchando toda su mierda? —habló Katsuki.

—Lo siento bro —Kirishima se rio— Estoy allá en media hora —y colgó.

Bakugou dio un vistazo a su ropa, un jogger y una remera no parecían el mejor atuendo para ir a una gala. Bufó con molestia, no había nada que pudiera hacer al respecto, así que tomó un abrigo negro con capucha y se resignó a ser el bicho raro de la fiesta.

Al menos Kirishima no había tardado en llegar, suponía que la hora y la clara ausencia de tráfico habían contribuido a eso. El pelirrojo bajó el vidrio y lo saludó con energía. Bakugou subió al auto y se colocó el cinturón de seguridad.

—¿Y bien cuál es el plan? —le preguntó Kirishima apenas arrancó.

—¿De qué carajos estás hablando?

—El plan, obviamente tienes un plan, ¿verdad?

—No hay ningún plan maldito imbécil, ¿qué mierda tienes en la cabeza?

—¡Tienes que tener un plan! ¡Es obvio! Vamos camino a arrancar al amor de tu vida de los brazos de otro. Es una escena digna de una película. Tienes que tener un plan.

Bakugou pareció dudar. El imbécil de Kirishima era imposible.

—No lo sé, no sé qué mierda le voy a decir. Voy a improvisar sobre la marcha.

—Improvisar no es muy masculino, bro. Hagamos algo, vamos a practicar mientras llegas. Yo soy Deku y tú, bueno tú eres tú.

—¿Enloqueciste?

—Es un gran ejercicio, no vas a querer embarrarla de nuevo, ¿verdad? Anda hombre, vamos —carraspeo un poco— soy Deku, adelante, abre tu corazón.

—Vete a la mierda —gruñó.

—Hazlo, ¿o acaso no tienes las bolas para hacerlo? Todoroki se ve que está más conectado con su lado sensible, ha puesto a que él sí lo haría.

—Una razón más para no hacerlo —bufó con molestia.

—¡Bakubro estoy hablando en serio!

—Bien, maldita sea, lo haré, solo cállate por un maldito momento y déjame pensar.

Kirishima sonrió de oreja a oreja. Bakugou puso los ojos en blanco.

—Deku…

—¿Sí, Kacchan?

—¡Vuelves a hacer esa mierda y te juro que te lanzó del auto!

—Me quedo callado, soy un Deku con la boca cerrada, vamos, estoy esperando…

Bakugou exhaló con fastidioso.

—Bien, aquí voy. Deku, sé que fui un imbécil en el pasado, que te dije toda esa basura y si ambos somos honestos soy un asco cuando se trata de sentimientos, pero yo…

Kirishima hizo un ruido desaprobatorio.

—¿Qué? ¿Ahora qué mierda sucede?

—Es terrible, es por mucho la peor disculpa de la vida. Tienes que abrir tu corazón, ser honesto de verdad.

—No puedo “abrir mi corazón” porque no eres Deku, pedazo de imbécil.

—Bro, esto es algo importante, créeme, tienes que tener un punto de partida, no te puedes permitir joderlo.

—¿Y quién putas te nombró el maldito doctor corazón?

—Sabes que tengo experiencia en esto.

—¿En esto? —preguntó Bakugou alzando una ceja.

—Sí, en declararse, en abrir el corazón.

—¿Eres pendejo? Estuviste 6 meses temblando como un cachorro asustado para poder declararte a la rata eléctrica esa.

—Hey, es mi novio, no es ninguna rata eléctrica. Y sí, por eso te lo digo, Shinsou casi se me adelanta, no puedo permitir que mi bro cometa mis mismos errores.

—Tengo que estar malditamente mal de la cabeza para estarte escuchando —exhaló.

—Esa es la actitud, probemos algo diferente, cierra tus ojos e imagina que tienes a Deku al frente, ¿qué le dirías?

Bakugou torció sus ojos hacia arriba, pero luego solo se dio por vencido. Cerró sus ojos y visualizo a Deku. Su corazón se comenzó a acelerar. Aclaró su garganta, estaba dudoso, pero la verdad es que no quería cagarla, no de nuevo. Haría un maldito esfuerzo, después de todo es esto lo que hacía el amor con las personas ¿Verdad? Las volvía idiotas y él en definitiva era un idiota, un muy enamorado idiota. Suspiró. No valía la pena seguir luchando con su orgullo, así que abrió la boca e hizo lo que le dijo el imbécil de Kirishima, intentó abrir su corazón:

—Deku, estás últimas semanas a tu lado han sido por mucho las mejores de mi vida, y sé que probablemente no merezco nada de eso, no merezco tu amabilidad, ni todo lo que te sigues preocupando por mí, no después de lo que te he hecho pasar, pero mierda, créeme, no hay nada de lo que me arrepienta más que el pasado. Nunca fui honesto en primer lugar y lo que dije ese día… Nada podía estar más alejado de la realidad. Deku, sé que fui un idiota, sé que te lastimé y sé que probablemente aún sigo siendo la persona menos confiable del mundo cuando se trata de sentimientos, pero si hay algo de lo que estoy seguro es de que te amo. Te amaba cuando eras ese nerd torpe de mierda que siempre me exasperaba y te sigo amando ahora, te amo en cada una de tus versiones. Solo quería que lo supieras, y aunque no tenga el derecho de decirlo, si aún sientes algo por mí, sí aún existe una maldita posibilidad, permíteme demostrarte que puedo ser todo lo que necesitas, porque no hay nada que desee más que permanecer a tu lado cada mísero día, y quizás debamos regalar a tu maldito gato porque no me gusta una mierda, pero incluso si decides quedarte con el feo estropajo de animal ese, prometo esforzarme por no asesinarlo y sobre todo prometo esforzarme por ser el hombre que mereces.

Estaba a punto de seguir cuando escuchó un leve quejido lloroso. Abrió los ojos solo para ver a Kirishima llorando.

—Eso fue hermoso, bro —sorbió sus mocos—. Sabía que podías abrir tu corazón.

—Eres un imbécil —aseguró y fijó su vista en la ventana. Nunca lo admitiría, pero Kirishima tenía razón, ahora se sentía mucho más confiado.

Cuando al fin llegaron al dichoso evento, Bakugou trató de calmarse, sus palmas habían empezando a sudar y la confianza que había sentido hace un rato estaba a punto de evaporarse. Él no era un cobarde, nunca lo había sido, estaba más que acostumbrado a enfrentarse a cualquier tipo de mierda, pero lo que estaba a punto de hacer era por mucho lo más aterrador a lo que se había sometido. Iba a quedar expuesto, sus sentimientos, sus emociones, todo lo que se había estado guardando por tanto tiempo, y hacer algo como eso, mierda, le hacía temblar el pulso.

Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y caminó hacia la entrada del hotel. Conocía el lugar, era bastante popular para las galas e incluso su agencia había celebrado un par de eventos allí en el pasado. Este, a diferencia de otros hoteles, tenía un enorme jardín y una arquitectura barroca que lo hacía ideal para bailes y todas esas reuniones de gente estirada de mierda.

—Buenas noches, señor. —Un sujeto con esmoquin junto a un par de imbéciles de seguridad le cerraron el paso cuando se disponía a entrar—. ¿Me podría mostrar su invitación?

—¿Disculpa? —Alzó una ceja y bajó su capucha dejando ver su rostro. El sujeto abrió sus ojos, obviamente lo reconoció en el acto. El hombre carraspeó un poco.

—Lo lamento héroe Dynamight. —El hombre se veía realmente incómodo—. Revisaré la lista, de seguro debe estar en ella.

—Sí, sí, como sea, date prisa.

El hombre bajó su vista a una pequeña tableta. Tardó un par de minutos.

—Lo lamento, pero me temo que su nombre no está dentro de la lista de invitados —su voz sonaba un poco temblorosa.

—A ver si entendí. —Sonrió Bakugou como desquiciado y tomó al sujeto por la camisa— ¿Me estás diciendo que no puedo entrar porque no estoy en tu maldita lista? —Alzó la voz y un par de extras que estaban al fondo voltearon a verlo.

—Héroe Dynamight lo lamento, pero esto escapa de mis manos, hay un protocolo que seguir y usted como héroe debería entenderlo.

Bakugou estaba a punto de tirarlo hacia un lado y entrar de todos modos, pero Kirishima colocó una mano en su hombro.

—Bro —el pelirrojo carraspeó—. ¿Podríamos hablar un segundo?

—No es el momento, pelos de mierda, este imbécil y yo estamos teniendo una conversación.

Kirishima apretó su agarre.

—Insisto, será rápido. —Bakugou puso los ojos en blanco.

—Bien, pero esto no se ha terminado. —Soltó al tipo y caminó siguiendo a Eijiro.

Caminaron por un par de minutos rodeando el lugar, hasta que Kirishima se detuvo.

—¿Se puede saber qué pensabas lograr con eso? —El pelirrojo llevó una mano hacia su frente.

—¿De qué mierdas estás hablando? ¡Obviamente iba a entrar!

—¿Sí? ¿Haciendo un escándalo?

Bakugou guardó silencio.

—No —dijo entre dientes.

—Escucha hermano, te quiero, pero a veces creo que eres un caso perdido. —Suspiró— Entiende, luego del accidente de Midoriya aumentaron la seguridad, no es solo aquí, hay nuevos protocolos en todas las agencias, incluso los patrullajes son en parejas, nadie se quiere arriesgar. No ibas a conseguir nada amenazando a ese pobre hombre, la decisión ni siquiera viene de él.

—¿Y entonces qué carajos quieres que haga? ¿Irme a casa y esperar a que Deku me diga que está de novio con el bastardo?

—Nunca dije eso. —Lo miró un poco ofendido y señaló hacia arriba. Bakugou arrugó el ceño, hasta que comprendió lo que intentaba decirle Kirishima. Los muros que daban hacia el jardín exterior no eran demasiado altos, fácilmente podría saltar con una leve explosión.

—No eres tan estúpido como pensaba. —Sonrió y dio un par de pasos atrás para poder impulsarse por el aire.

Kirishima lo detuvo en seco.

—Bro, no puedes utilizar tu quirk, el sonido podría alertarlos.

—¡¿Entonces cómo carajos voy a entrar?! —le gritó.

—Déjamelo a mí, te daré un empujón. —Alzó su pulgar.

Bakugou arrugó el ceño, pero al final accedió resignado. Kirishima colocó sus manos juntas e improvisó una especie de palanca para impulsarlo, en realidad era un movimiento bastante sencillo.

—Muy bien, bro. A la una, a las dos…

Bakugou maldijo internamente cuando Eijiro lo impulsó sin aviso antes de llegar al número tres. Pasó el muro y cayó de culo en un golpe seco.

—Maldito hijo de perra —gruñó poniéndose de pie mientras se sobaba el trasero. Se sacudió un par de hojas y empezó a avanzar por el jardín. Sentía un vacío en el estómago que no le gustaba para nada, y este solo empeoraba a cada paso. Tenía que encontrar a Deku, tenía que disculparse y lo más importante tenía que decirle lo que sentía. Barrió con la mirada el jardín, pero solo había un montón de extras sin importancia, todos idiotas que parecían estar demasiado ocupados entre ellos como para prestarle atención. El estómago se le revolvió, no quería pensar en el hecho de que Deku se encontraba en ese lugar junto al maldito bastardo.

“Le pedí una oportunidad a Midoriya”

Apresuró el paso. Su mandíbula estaba tensa y se estaba concentrando en respirar. Las palabras del costal de traumas empezaban a hacer eco en su cabeza. Trató de centrarse, no debía perder el tiempo recordando esas estupideces, su única prioridad era encontrar a Deku, hablar con él y volver juntos a casa.

Ya se estaba empezando a desesperar cuando al fin reconoció la entrada principal. Observó a algunos invitados que charlaban distraídamente, pero su nerd no parecía estar entre ellos. Deku era demasiado brillante, resaltaba en cualquier lugar, encontrarlo no debía suponer mayor problema. Bajó su capucha y pasó su mano por su cabello, estaba a punto de entrar cuando algo llamó su atención.

Su vista se fue de inmediato a uno de los balcones. La cabellera del maldito de Todoroki era inconfundible. Un cabello estúpido para alguien estúpido, pensó de mal humor. Deku estaba a su lado con una jodida sonrisa, una de esas que podían opacar hasta el maldito sol si se lo proponía. Todoroki parecía estar cómodo a su lado, ambos demasiado cerca. Todos los músculos de su cuerpo se tensaron.

“Le confesé a Midoriya lo que siento y estoy esperando una respuesta”

Apretó su mandíbula y empezó a caminar aún más rápido. Al diablo lo que le había dicho el maldito de Kirishima, llegaría a ese balcón y las malditas escaleras estaban lejos de ser una opción. Tenía el pulso disparado y el corazón atravesado en la garganta, sus manos se sentían frías.

“Lo amo y estoy seguro de poder hacerlo feliz”

No, Deku jamás lo aceptaría. Deku jamás lo haría. La adrenalina recorrió todo su cuerpo y sus manos empezaron a temblar. Estaba a punto de gritarle, explotar cualquier mierda, lo que sea, pero la escena que tenía al frente lo paralizó: Todoroki había sujetado a Deku del rostro, e incluso a la distancia en que se encontraba era inconfundible lo íntimo del acto, su cercanía, y aunque no podía ver bien el rostro de Izuku este no parecía estarlo rechazando.

Todo se empezó a desenfocar a su alrededor, y no podía comprender por qué mierda se había quedado detenido como si sus pies estuviesen clavados con estacas al suelo. El bastardo rompió la poca distancia que los separaba y fue justo en ese momento que el mundo se le cayó a pedazos.

Dio un par de pasos atrás por la inercia, pero su cerebro no parecía estarlo procesando, todo se volvió negro, como si el vacío se lo hubiese tragado. La música, las voces, todo había pasado a segundo plano.

—¿Señor necesita ayuda? —Volteó su rostro, había una mujer que claramente parecía preocupada.

—¿Qué? —fue todo lo que logró articular.

—Está muy pálido, ¿quiere que llame a alguien? ¿O quizás sentarse…?

No escuchó nada más. Le dio la espalda a la mujer y a la escena que tenía al frente y empezó a caminar, lejos de Deku, lejos de todo. Su respiración se volvió inestable. Llevó una mano hacia su rostro y se dio cuenta de que estaba húmedo.

Quería reírse de sí mismo, de lo imbécil y malditamente estúpido que había sido. De repente todo tuvo sentido. ¿Qué mierda había creído? ¿Qué podría volver a la vida de Deku luego de todo este tiempo? ¿Luego de toda la mierda que le había hecho pasar? ¿De verdad había sido tan estúpido como para creer que un par de días jugando a la casita feliz serían suficientes para compensarle el pasado? ¿Para mostrarle que podía ser alguien distinto? Sí, había sido un ingenuo de mierda. Todoroki podía ser un dolor de culo, pero había estado con el nerd todo este tiempo, no podía culpar a Deku por elegirlo, después de todo, ¿por qué arriesgarse de nuevo con alguien como él?

Deku lo había amado y él había jodido todo, y ahora era el bastardo quién estaba a su lado. De seguro era esta la basura de la que le quería hablar, ya se lo podía imaginar con sus enormes ojos y su maldita sonrisa, diciéndole cuánto amaba al bastardo de Todoroki, cuan feliz estaba de formalizar su relación.

Limpió su rostro con sus mangas. El pecho le quemaba. Una parte de él gritaba que no lo aceptara, que buscara a Deku y luchara por esto. Pero no podía hacerlo, no podía ser un mezquino de mierda. Ya le había hecho demasiado daño, por ningún maldito motivo se permitiría lastimarlo de nuevo. No tenía ningún maldito derecho de interponerse en su felicidad y si había algo que Deku merecía en este mundo era ser feliz, incluso aunque él ya no formara parte de esa ecuación.

“Esto es todo lo que tendrás de Midoriya”

Después de todo el hijo de perra había tenido razón.

—¿Bro? —Kirishima estaba sentado en la acera esperándolo.

—Necesito tu tarjeta —dijo aún sin mirarlo. Kirishima se puso de pie, parecía confundido. Bakugou no quería hablar sobre lo que había ocurrido, solo quería desaparecer y volver al departamento de Deku ya no era una opción.

—Hermano —su tono fue cuidadoso, de seguro podía ver toda la mierda que amenazaba con consumirlo reflejada en su cara.

—Dame tu maldita tarjeta —volvió a decir. Kirishima lo miró, sus ojos llenos de preocupación. No había que ser un genio para darse cuenta de que todo se había ido a la mierda.

—Bro, no creo que debas…

—¡Sirve para algo, maldita sea! —le gritó. Eijiro sacó la tarjeta de su cartera y se la dio.

Bakugou la tomó y le dio la espalda.

—Envíame la cuenta cuando llegue.

—¿A dónde irás? —le gritó mientras lo veía alejarse. Bakugou no le respondió.

Buenas noches melocotones🍑 de mi corazón💕, tal como les prometí les traje actualización, sé que quizás estaban esperando el final, pero la historia se me alargó más de lo previsto.

¡Pero no sé preocupen! Con algo de suerte les estoy subiendo el capítulo final este fin de semana.

Y ahhhh, algunos de ustedes adivinaron que iba a pasar, me encantó leer sus teorías, especialmente en las que Bakugou se iba por chicles a la esquina.🤣

Y por cierto... ¿Soy la única que ama a Kirishima? Les juro que lo amo con todo mi corazón y aún le queda una participación importante a nuestra KiriMadrina.🧚‍♀️

Un abrazo enorme y respiren, recuerden que aquí solo vivimos por los finales felices.✨

Gaby.

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