k: es hora de irme *agarra los barrotes de la jaula* perdon pero ya no jugare a la princesa atrapada

Torin: !ALEAJATE DE LOS BARROTES!

k: perdón....

Con un rápido movimiento, k se aleja de los barrotes, no porque le tema a Torin, sino para ganar tomar un pequeño impulso ahora libre observaria su entorno, buscando una salida o algo que pueda usar como herramienta para escapar. Su mirada se posa sobre una llave colgada en la pared opuesta, apenas visible en la penumbra de la sala. Torin, aún con la mano cerca de su arma, se acerca amenazadoramente. k, con la agilidad que que tiene, se lanza hacia la llave. Sus dedos la alcanzan justo cuando Torin intenta agarrarla por el hombro. En un movimiento fluido, k gira, esquivando a Torin y logrando abrir la puerta en un parpadeo.

Torin: ¡¡NO PUEDES ESCAPAR!!

k: >ya lo ise<

La puerta esta abierta y con eso K sale corriendo a toda velocidad y ve una ventana como una vía de escape. intenta abrir la ventana, No hay tiempo para para pensar usando un impulso sonico que destruyo vidrios y paredes y probablemente oidos, k salto por la ventana. Torin está gritando y se acerca, pero k ya no estaba y eso a se enojar a la sargento de policía. K Siente la brisa de la noche en su rostro, el olor de la libertad, del bosque cercano. Con un último esfuerzo, se desliza por completo, cayendo al suelo con un ruido sordo, pero sin detenerse. K corre hacia el bosque. Los árboles se cierran sobre el, ocultándolo de la vista. Los gritos de Torin se hacen más lejanos, mezclándose con el coro nocturno del bosque. k se permite una breve parada para recuperar el aliento, mirando hacia atrás para asegurarse de que nadie la sigue. Ahora, con la noche a su favor, k decide no solo escapar, sino también ir a su gran casa por sus cosas. La luna llena guía su camino, y con cada paso, k siente el aire por todo su cuerpo. La luna llena guía su camino, y con cada paso, K siente el aire por todo su cuerpo, fresco y liberador, como si cada bocanada borrara un poco más el peso de la maldita jaula que dejó atrás. Sus piernas arden por el esfuerzo, pero no se detiene. El bosque es su escudo, sus ramas y sombras un refugio temporal contra la furia de Torin y quien sea que lo siga. Sabe que no tiene mucho tiempo; el impulso sónico que usó para escapar no solo destrozó la ventana, sino que probablemente alertó a todos en un radio considerable. Pero no importa. Está fuera, y eso es lo único que cuenta por ahora. Corre durante lo que parecen horas, aunque el tiempo se desdibuja entre la adrenalina y la oscuridad.

Los árboles se separan y el terreno se vuelve más firme bajo sus pies. A lo lejos K vio la ciudad este solo corrio hacia ella...

Continuara