Extra 4: Donde sea que Haru esté, yo estaré ahí.

[CAMERON]

Mis dedos se deslizaron por la espalda de Haru, era suave y fuerte, sonreí a la nada mientras escuchaba su respiración constante, murmuró entre sueños y siguió durmiendo.

Su cuerpo estaba cubierto ligeramente con una sábana azul, aun así, podía ver los músculos de su espalda y parte de sus caderas, su piel pálida contrastaba de forma hermosa en aquella habitación.

Su cabello más corto de lo habitual estaba despeinado y aplastado sobre la almohada, pasé mis dedos por él y su textura suave me hizo estremecer. 

Sus pestañas se movieron un par de segundos, luego el azul prusia de sus ojos me miró, sonrió cálidamente y su mano acarició mi mejilla y bostezó con cansancio. Se frotó el rostro y se acomodó boca arriba mirando el techo de nuestra habitación. 

—Buenos días — sonrió, con aquella sonrisa hermosa y ligera, que hacía que mi corazón latiera con fuerza.

—Hola, cariño. ¿Dormiste bien? — pregunté mientras frotaba su cabello con la palma de mi mano, él volvió a sonreír y apartó mi mano, sus dedos se entrelazaron con los míos.

—Sí, gracias. ¿Estás bien, Cam? — preguntó, se llevó nuestras manos a su labios y las besó suavemente por unos segundos. 

—Sí, pase una buena noche. Tenemos que pensar en arreglar todo antes de ir al aeropuerto — mi voz sonó un poco tensa, fingí una sonrisa, pero no pude mantenerla mientras aquellos ojos azules me miraban con atención. 

—Entiendo. Pero, ¿estás bien con hacer este viaje tan apresurado? — preguntó, se sentó sobre las sábanas y pude ver su cuerpo desnudo bajo ellas, era tan hermoso que incluso era doloroso verlo. 

—Tengo que hacerlo, al final es mi padre, Haru, no puedo estar toda la vida alejado de él. Perdón si estoy arrastrándote a algo que no quieres. 

—No, Cam, iré a dónde vayas, lo sabes, ¿verdad? — se acercó suavemente y besó mis labios, él era tan dulce. 

—Gracias, cariño.

—Ha pasado un año, espero que podamos ser capaces de hablar con él — sonrió y se levantó de la cama, su cuerpo desnudo era perfecto, se vistió en silencio y solo pude observar. 

❁❁❁❁❁❁❁❁❁


Después de más de doce horas de vuelo, volví a casa después de mucho tiempo, mis manos temblaban y solo quería correr de vuelta a la comodidad y seguridad de aquel departamento en el que había pasado mis días tranquilos y felices con Haru.

Me mordí el labio, a mi lado dormido estaba Haru, que me había acompañado todo el viaje con una sonrisa un poco tensa, pero con decisión.

Besé su cabello y él sonrió suavemente, no abrió los ojos. 

❁❁❁❁❁❁❁❁❁

Después de bajar del avión y recoger las maletas, Haru y yo subimos a la parte trasera de un taxi que nos llevaría al hotel donde nos quedaríamos las siguientes semanas.

Haru se apretujó contra mí, su mejilla descansaba en mi hombro y mis brazos rodeaban su cuerpo, en este lugar podíamos ser menos precavidos que en casa, me alegré por eso, aunque sabía que él se sentía un poco cohibido e inseguro. 

Sostenía una taza de café en sus manos, aunque no le gustaba había insistiendo en tomarla ya que el aeropuerto no contaba con té o al menos no alguno que él disfrutara. 

Llegamos al hotel alrededor de las 7 de la tarde, Haru se mantenía despierto, la diferencia horaria era evidentemente notoria, mientras íbamos rumbo al hotel con una puesta de sol frente a nosotros, en Seúl sería hora de levantarnos para tomar el primer café de nuestra mañana antes de salir a trabajar.

Observé la expresión seria y el entrecejo fruncido de Haru, besé su frente y él suspiró con fuerza.

Aunque amaba que estuviera a mi lado también me sentía triste y abrumado por hacerlo hacer un viaje tan largo, para hablar con mi padre.

Cada vez que pensaba en ello, el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande.

Durante el último año mi padre se había negado a hablar conmigo, así que, hacer este viaje era todo lo que tenía ahora, si él no quería hablar conmigo sencillamente tomaría a Haru y volvería a Seúl sin importar nada. 

Haru salió del baño con una toalla sobre su cintura, me observó un par de segundos antes de acercarse hasta mí y tomar mi mano, se veía bastante despierto a pesar de que eran las 10 p.m., sonreí. 

—Hey, ¿Qué sucede? — su voz se arrastró perezosa y cálida por mi cuerpo, su mirada y la mía se encontraron, la línea en sus labios se hizo más evidente, se sentó junto a mí, su bonito rostro parecía muy preocupado.

 —No importa lo que pase, si mi padre no quiere hablar con nosotros simplemente volveremos a casa.

 —Cam… 

—Sé que deseas que todo se arregle, pero no puedo hacer nada si mi padre vuelve a ser un idiota contigo. 

—Estaré bien, no te preocupes. 

—No digas eso. Eres lo que más amo, no puedo sentarme y ver como mi padre te desprecia o trata de alejarte de mí. 

—Sabes que pase lo que pase estaré contigo, cariño, no tiene que temer por eso — susurró, sus brazos rodearon mi cuerpo con fuerza, me dejé consolar por el sonido constante de su respiración y su olor familiar.

❁❁❁❁❁❁❁❁❁

 
Miré el reloj, 03:42 a.m., Haru se acurrucó contra mi cuerpo en la cama de aquel hotel, sabía que no estaba dormido, porque sus manos se presionaban en algún momento contra mi abdomen y trazaban pequeñas figuras extrañas. 

La diferencia horaria comenzó a golpearnos suavemente, pero gracias al ajetreado y largo viaje, en algún momento nos quedamos dormidos.

❁❁❁❁❁❁❁❁❁

Haru refunfuñaba en la sala de la habitación del hotel, había despertado de mal humor hacía apenas una hora y ahora trataba de comer algo mientras se movía de un lado a otro un poco nervioso y molesto a la vez.

Verlo de esa manera me causó ternura, pero también algo de ansiedad porque no podía hacer que Haru se sintiera cómodo. 

Alguien llamó a la puerta en ese momento, Haru no hizo caso simplemente siguió mirando su arroz a medio comer con una mueca de disgusto en el rostro, sonreí y fui hasta la puerta. 

 —Cariño, hola — Katie sonreía al otro lado de la puerta, sus brazos me rodearon con fuerza. 

—Hola, Katie — me alejé de ella y sonreí.

—¿Cómo estuvo su viaje? ¿Están bien? 

—Cansado, la diferencia horaria entre Nueva York y Seúl es muy grande, así que, Haru está en la sala molesto, quiere ir a dormir. 

—Lo lamento tanto, debe ser realmente molesto para él. 

—Lo es, pero aprecio que haya hecho esto por mí — dije, ella sonrió y la dejé pasar a la habitación, caminamos hasta la sala donde Haru se había dejado caer en el sofá con un rostro frustrado. 

—Hola, Haru, me alegro de verte — saludó Katie, Haru la miró un segundo, después se levantó y la abrazó, supongo que para él era la figura materna más cercana que ambos teníamos ahora, de alguna forma era triste. 

—Señora Green, gracias por venir — una sonrisa cansada recorrió su rostro, Katie pellizco su mejilla. 

—Gracias a ti por hacer este viaje. 

Almorzamos en la habitación, Katie nos habló de sus proyectos, de sus hijos y de cómo papá pasaba el día a día en casa sin querer saber aún de mí, fue doloroso saber que era de esa forma, pero me alegraba que Katie fuera capaz de hablarme con la verdad. 

—Cam, ¿has pensado en volver a casa? — preguntó de repente Katie, el cuerpo de Haruka se tensó a mi lado y levantó la mirada hasta mí, parecía ser que todo el cansancio del viaje y las horas de sueño había recaído en sus hermosos ojos, tragué con fuerza. 

—No. Mi trabajo está en Seúl, Katie.

—Pero, sabes que podrías encontrar algo un poco mejor aquí, Cam, estarías con nosotros y Haru también. ¿Qué te parece Haru? — preguntó, su sonrisa era brillante, él se encogió de hombros y miró la mesa de centro con atención. 

—Yo… Bueno, mi madre fue enterrada en Corea y mi padre se encuentra en casa con mi tía, enfermó luego de pasar casi un año en prisión, al final él es mi familia, lo único que me queda. 

—Oh, disculpa, creí que… 

—No hay problema, yo no hablo de ellos a menos que sea necesario, además si Cameron piensa que vivir aquí es lo mejor para él, yo… Bueno, aceptaría su decisión — susurró, las lágrimas se acumularon en sus ojos, los cerró con fuerza sin mirarme, rodeé sus hombros con mi brazo y lo acerque a mí. 

—Lo siento, Katie, me gustaría poder decir que sería bueno para nosotros vivir aquí, pero donde sea que Haru esté, yo estaré ahí — él se presionó con fuerza contra mi cuerpo un poco menos tenso, acaricié su mejilla. 

—Lo entiendo, pero sabes que a tu padre también le gustaría que estuvieras aquí. 

—Katie justo ahora mi vida está con Haru en un departamento en Seúl, no hay nada más. Haru es todo lo que yo quiero, estamos aquí solo para ganarnos su aprobación, volveremos después de eso y si no lo conseguimos volveremos también aun a pesar de ello. Sé que vivir juntos allá es un poco arriesgado, no a todo el mundo le parece bien que dos hombres tengan una relación, pero está bien, no importa siempre que los dos estemos bien. 

—Está bien, Cam, entiendo tu postura. Sabes que en cualquier momento puedes volver con nosotros a casa. 

—Gracias, Katie, es bueno saberlo. 

—En fin, tu padre está atendiendo algunos asuntos fuera de la ciudad, volverá mañana por la tarde. ¿Podrían tú y Haru ir a casa un momento? — preguntó poniéndose de pie, Haru y yo nos levantamos también. 

—¿Ir a casa?

—Supongo que a Haru le gustaría ver el lugar donde creciste, ¿no? — su mirada azul se encontró con el rostro un poco sonrojado de Haru.

—Me gustaría, sí. 

—Bien, llévalo a casa más tarde, preparé la cena para ambos.

Después de eso se despidió de nosotros y se marchó.

Observé a Haru sonreír, luego sin decir nada se acercó a mí y besó mis labios con fuerza. 

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