Extra 2: ¿Amor o quizá un simple capricho?

[MINA] 

Observé a Ahn acomodar el nudo de su corbata, lucía realmente bien en aquel traje oscuro de tres piezas, con su cabello ondulado peinado de forma un tanto descuidada y casual.

Su espalda era ancha y sus caderas estrechas, volteó a verme y sus ojos cafés un poco rasgados me miraron con algo parecido al desprecio e indiferencia, sonreí de forma tierna ante aquel rostro inexpresivo y hermoso. 

Salí de la cama que habíamos compartido por demasiados años, él solo se quedó de pie mientras se colocaba un costoso reloj en su muñeca izquierda, el anillo de bodas emitió un pequeño destello cuando atrapó pequeños rayos del sol de primeras horas de la mañana.

Me vestí con lentitud, mostrando mi cuerpo desnudo a él, sabía lo mucho que despreciaba que hiciera aquello, al final nuestro matrimonio no era más que una estúpida y fingida farsa por parte nuestra y de nuestros padres, no había nada más que eso. 

Ahn y yo no teníamos nada en común realmente, aunque pensándolo bien quizá sí teníamos algo que nos unía, pues a ambos nos gustaban personas hermosas.

En su caso, la joven secretaria de su empresa, esa con el cabello negro, ojos oscuros, rostro frío y cuerpo sensual. En mi caso, también era una persona de facciones hermosas y frías, cabello negro y un par de ojos azules que me hacían estremecer cada vez que me miraba. 

Aún cuando estábamos juntos en esa habitación, ninguno de los dos dijo nada, simplemente nos miramos con el mismo rostro algo aburrido y cansado.

Terminé de vestirme y juntos salimos de la habitación para tomar el desayuno algo que era una estupidez, pues no Ahn ni yo soportabamos ese tipo de contactos, pero si queríamos seguir con esa mentira debíamos actuar hasta que nuestro padres murieran de una vez por todas y este matrimonio dejará de tener significado. 

Luego de un desayuno que pareció durar horas, Ahn se levantó y con unas cuantas palabras secas y estúpidas se despidió de mí, solo lo miré marcharse.

En algún momento quizá él y yo hubiéramos logrado ser mejores personas y tal vez, solo tal vez querernos lo suficiente, sin embargo, no era de esa manera, no sentía nada por él que valiera la pena y sabía que era lo mismo en su caso.

Realmente no había nada más que un convenio mutuo por la misma causa: dinero. 

Justo ahora viéndolo marcharse sin mirar atrás ni una sola vez y sosteniendo su teléfono con una sonrisa cálida mi corazón se sintió golpeado y un poco estrujado, casi como si su indiferencia doliera, pero no era así, ver su sonrisa no provocaba absolutamente nada en mí, pero ahora después de ver a Haruka marcharse de mi lado por alguien más, deseé que Ahn sintiera lo mismo y fuera al menos la mitad o más infeliz de lo que era yo. 

Haruka, solo su nombre hacía que mi cabeza quisiera estallar y doliera como el infierno, era una estúpida al pensar que se quedaría conmigo, intenté atarlo como un perro, aún así nunca funcionó y me había quedado con las manos vacías.

Ah, maldita sea.
 
No podía culparlo, de ser él también hubiera huido de mí sin explicaciones y con alguien mejor.
 
Me levanté de mi asiento y tomé mi bolso. No recordaba los meses que habían pasado sin verlo, sin mirar su hermoso rostro o escuchar su maldita voz diciendo tonterías. 

Sonreí a la nada, realmente extrañaba a ese idiota de una manera que yo misma no creía que fuera posible. Y tampoco entendía como lo había alentado a buscar y quedarse con ese chico, tan idiota era yo. 

Nunca consideré que saliera huyendo de mis manos tan rápido y no de esa forma, cuando era más joven se aferró a mi con uñas y dientes y no hice más que utilizarlo por mis propios caprichos, aunque jamás iba a arrepentirme de ello. 

—¿Dónde está? — pregunté a Taeyang, sus ojos oscuros giraron hacia mí y se rascó la barbilla de forma somnolienta. 

—Trabaja en una pequeña cafetería no muy lejos del departamento en el que vive con el otro sujeto — dijo y abrió la puerta del auto y yo arrojé mi bolso antes de entrar, me acomodé en el asiento trasero y él cerró la puerta, cuando también entró al auto, me miró por el espejo retrovisor. 

Esperé un par de minutos antes de decidir qué hacer, Haruka había sido claro al decir que no quería volver a verme, pero no podía solo vivir el día a día después de todo el tiempo juntos y aunque solo fue por dinero, al menos él estuvo conmigo en cada momento.

Suspiré frustrada y cerré los ojos con un dolor de cabeza que se estaba volviendo aún más grande, el silencio en el auto me hizo sentir una idiota por querer perseguir a alguien que solo fue mi amante por dinero, jamás hubo sentimientos de por medio. 

Pero tampoco esperaba ser apartada de su vida de esta forma, había pasado meses enteros tratando de no llamarlo y decirle que volviera, había sufrido el desprecio suyo de una forma terrorífica.

Quizá solo era egoísmo de mi parte y ver a Ahm feliz con su maldita secretaria saliendo de noche y regresando con restos de labial en la ropa y el maldito perfume de esa mujer hacía que mi mente gritara por Haruka, por su olor, por su piel, por el sonido de su voz.

Mierda. 

Si jamás hubiera conocido a ese chico extranjero, si tan solo yo lo hubiera cuidado la mitad de bien que él en todos estos años.

Me reí, Taeyang me echó una mirada algo preocupada y ansiosa, esperaba por una orden mía. 

¿Volver a verlo incluso si fuera solo de lejos o quedarme con la incertidumbre? 

—Vamos a esa cafetería, Taeyang — él asintió en silencio con un ligero asentimiento.

Miré los edificios que pasaban junto a la ventana en silencio, mis uñas se clavaron en la palma de mi mano con fuerza, un par de gotas de sangre corrieron por ella burlándose de mí. 

El auto se detuvo, miré el pequeño lugar y quise reírme con fuerza, ¿quién diría que un hombre que vendía su cuerpo por dinero podía hacer alto tan normal como vender café a la gente? 

Abrí la polvera de plata que tenía en el bolso y observé mi rostro algo pálido, las ojeras se marcaban con fuerza en mis facciones, si solo Haruka supiera que por culpa suya me veía de esa forma, quizá solo se reiría en mi cara. 

Salí del auto, ordené a Taeyang quedarse y esperar, él asintió de forma respetuosa y entró al auto de nuevo. 

Mis zapatos altos golpearon el suelo con fuerza, la campana de la puerta anunció mi llegada, la cafetería estaba casi vacía, me dirigí a la barra, pero fue una chica rubia quien tomó mi orden, me senté de mala gana en una de las mesa vacías y una taza de café fue servida frente a mí después de unos minutos.

Busqué a Haruka, pero no vi a nadie que se pareciera a él, dejé el café sobre la mesa y me dirigí de nuevo a la barra. 

—Disculpa, Jo Haruka, ¿no está aquí hoy? — pregunté a la chica rubia que tenía un gafete en el pecho donde ponía "Seong-jin" me observó un par de segundos, sonrió. 

—Es su día libre, ¿es usted amiga suya? ¿Quiere que le dé un recado de su parte? — y buscó rápidamente su libreta para anotar, negué con la cabeza. 

—Gracias, lo buscaré en casa — salí de la cafetería, el aire de la mañana golpeó mi cuerpo con fuerza, subí de nuevo al auto y Taeyang condujo hasta el departamento donde él y Cameron vivían.

Fuera como fuera estaba decidida a verlo, incluso rogarle que volviera si era necesario, estaba dispuesta a caer tan bajo solo para que su hermoso rostro volviera mi lado. 

❁❁❁❁❁❁

El ascensor se abrió con un suave clic, salí al pasillo silencioso y caminé apresuradamente hasta quedar frente a la puerta de su apartamento.

Mis manos se congelaron cuando intenté llamar, sabía que estaba siendo demasiado caprichosa, ya lo había dejado ir, ¿por qué ahora necesitaba recuperarlo?

Negué en silencio y llamé a la puerta, aunque no tuviera sentido durante algunos minutos, antes de que la puerta se abriera y un par de ojos cafés me miraron algo sorprendidos. 

—¿Señorita Sincler? — sonreí con indiferencia, aquel hombre que me había robado a mi pequeño perro apenas me recordaba, ¿en serio?

—Señor Hawk, hola — mi voz sonó agradable, tan simpática como para vomitar, él sonrió, y la voz de Haruka se escuchó desde adentro.

—Hola, cuánto tiempo sin verla.

—¿Quién es, Cam? — algo dentro de mí se sintió cálido al escuchar esa voz tan conocida.

—Adelante, no esperábamos su visita — sonrió Cameron, pero pude ver su desconfianza ser arrojada hasta mí.

Se hizo a un lado y me dejó pasar, aquel lugar era como lo recordaba, olía a café y té de jazmín. 

—Gracias — él asintió en silencio.

Me dirigió a la sala, escuché a Haruka tararear alguna canción desconocida en la cocina, de pronto apareció con una taza en las manos, bostezó y recorrió con la mirada el lugar con calma, parecía haber despertado hacía poco.

Hasta que sus ojos se toparon con los míos, ese precioso azul prusia que tanto amaba, vi sus manos apretar la taza con más fuerza  y su mirada fue directamente a Cameron. 

—Hola, cariño — saludé en el tono más cálido que logré hallar dentro de mí.

—¿Mina? — preguntó su voz rozando la incredulidad, Cameron me invitó a sentarme, así lo hice.

Haruka se quedó en su lugar mirándome con esos ojos algo estrechos, sus labios en una fina y apretada línea. 

Lo observé bien, su rostro había cambiado, ya no se veía triste y decaído, ahora había alegría y luz a pesar de su ceño fruncido.

Había subido de peso, su rostro ligeramente sonrojado, ya no había rastros del chico pálido y delgado que yo conocí, ahora habían más músculos y su cuerpo se veía relajado.

Su cabello negro que normalmente llevaba un poco largo, ahora estaba perfectamente recortado, se veía tan bien que deseé tocarlo aunque solo fuera con la punta de mis dedos.

Lo necesitaba tanto. 

Un par de pantalones negros caían por sus caderas y una camiseta de manga larga gris oscuro lo cubría, aún así fui capaz de ver las marcas rojas en su cuello, me mordí el labio, seguramente lo había hecho Cameron.  

—¿Puedo ofrecerle algo de tomar? — preguntó Cameron con una sonrisa, pero no llegó a sus ojos, se veía claramente incómodo, me reí en silencio. 

—Cualquier cosa estaba bien — él asintió y caminó hasta la cocina, se detuvo un momento cuando llegó a lado de Haruka, rozó su mejilla con los nudillos, cerró los ojos y una ligera sonrisa tembló en la comisura de sus labios. 

Maldito idiota. 


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