Extra 1: Incluso aunque doliera.

[CAMERON]

Mis dedos delinearon suavemente los labios entreabiertos de Haru, sonreí cuando él se movió inquieto y sus ojos azules me miraron algo adormilados.

—¿Qué pasó? —  preguntó, se frotó el rostro con la manga de su jersey negro y miró la taza humeante de té frente a él, la tomo entre sus manos. 

—Te quedaste dormido. ¿Estás tan cansado? — pregunté, él enarcó una ceja tras mi pregunta, bebió un sorbo de té y luego volvió su mirada azul a mí. 

—El turno doble de la cafetería me está matando — susurró, entrelazo su mano con la mía por encima de la mesa, suspiró y dejó la taza de té.

—Te lo he dicho, ¿no?

—Mmm… 

—Que trabajes como mi asistente — dije, Haru se encogió de hombros y me regaló una hermosa sonrisa. 

—Está bien, Cam. Sé que quieres ayudarme, pero me sentiré mejor si lo hago por mí mismo. Además, me gusta ese lugar — colocó su mano cálida sobre mi mejilla, asentí. 

—Lo sé, solo era una posibilidad. 
—Gracias de cualquier forma, Cam. Lo aprecio — sonrió de nuevo, amaba esa sonrisa podía pasar días enteros viéndola sin cansarme era quizá el rasgo que más amaba en Haru.

—Entonces, ¿estamos aquí para hablar con Leah? — preguntó por fin, yo presioné su mano con la mía y asentí ligeramente. 

—No tienes que hacerlo si no quieres, ¿Bien?

—Está bien. No me preocupo por mí, sino más bien por ti, Cam — besó mi mejilla. 
—Estoy bien. Estará aquí para hablar contigo, supongo que te ofrecerá una disculpa por lo que ocurrió. 

—¿En serio? — pude ver el ligero temblor en sus labios, luego se mordió el labio inferior y volvió a rodear la taza de té con ambas manos, por lo que mi propia mano se sintió vacía. Entendía lo mucho que a Haru le molestaba y le hacía sentir culpable que las personas se disculparan con él.

—Sí. Ya he discutido y hablado mucho con ella hace tiempo, ahora creo que entiende nuestra relación — tome un sorbo de café, quizá era lo que Leah había dicho y no quería perder su amistad, pero también me preocupaba mucho que solo quisiera hacer sentir mal y culpar a Haru por lo que había pasado. Realmente me estaba arriesgando demasiado al llevarla ahí para hablar con él. 

—Bien. 

—¿Bien?

—Bien. 

—Excelente. Vendrá pronto y luego de eso podremos ir a casa, así que no trates de dormir de nuevo — advertí cuando lo vi acomodar su rostro en su brazo izquierdo y este sobre la mesa, comenzó a reír. 

—No lo haré.

—Estás advertido, Haru — él enarcó una ceja, su risa volvió a mis oídos, tan dulce. 

❁❁❁❁❁❁
[LEAH]
❁❁❁❁❁❁

No sé cuánto tiempo estuve observándolos

Quizá yo aun no entendía, quizá yo todavía deseaba en alguna parte de mí que Cameron me mirara de la misma forma en que lo miraba a él.

Las lágrimas cayeron por mi rostro las quité con furia con ambas manos.

Odiaba esa situación.

Odiaba no poder ser feliz a través de la felicidad de Cameron, pero no quería solo verlo desde un rincón de nuevo y la verdad es que no consideré que pudiera o quisiera enamorarse de alguien más que no fuera yo, tan estúpida. 

Había visto a Cameron crecer a mi lado, era mi mejor amigo, la única persona que siempre estuvo ahí para mí, quien me miraba y sonreía, quien me cuidaba sin esperar nada a cambio. 

Siempre pensé que Cameron y yo terminaríamos juntos, se suponía que debía ser de esa forma.

Estuve con Cameron en cada una de sus etapas y aun así amaba todo lo que él representaba en mi vida, incluso sus errores y defectos, él era lo mejor que tenía. 

Cuando nos mudamos a Seúl supe que podría ser el momento de estar verdaderamente juntos.

Estábamos ahí lejos de todo lo que conocíamos y solo nos teníamos a nosotros, sin embargo, Cameron pareció jamás notarme y se enamoró de ella, de Hye. La odié mucho y por mucho tiempo, esa es la verdad. 

Deseé que Cameron fuera infeliz, que Hye se diera cuenta que no era lo que buscaba o esperaba, pero me equivoqué, en todo momento estuve equivocada porque Cameron se enamoró perdidamente de ella y yo quedé atrás en las sombras, como un estúpido espectador de su romance perfecto, de su maldita vida perfecta.

Lo odié a él por olvidarme de esa forma, por dejarme en esa situación, por no ser yo a quien decidiera amar.

Durante muchas estaciones yo estuve sola, viendo como ellos se querían y trataban de hacer su vida juntos. 

Los vi comprometerse tiempo después y algo en mí se rompió y jamás pude recuperarlo. Dolió verlo feliz, me dolió ver que yo no tenía una oportunidad y que solo encajaba con él, como su amiga de la infancia, solo eso era yo para Cam. 
Cuando Hye murió, sonreí. 

Sé que fue frío y cruel, pero vi la vida que podía tener si hacía lo posible por consolar a Cameron, no me importaba que solo me usara, podía hacerlo, realmente solo deseaba estar con él de cualquier forma, porque yo jamás había tenido a nadie más que él.

Cuando Hye murió, me alegré mucho, porque después de tanto tiempo Cam volvería a mí, con lágrimas en sus ojos y esperando encontrar donde refugiarse y qué mejor manera de tenerlo a mi lado.

Es verdad que Cam solo me usó para olvidarla o para no sentirse solo y acabado, no importó mucho, no importó porque ya estaba conmigo y eso era lo único que yo quería. 

Seguimos nuestra vida de esa manera, ninguno de los dos dijo nada y luego él comenzó a sentirse frustrado por mis muestras de afecto, comenzó a darse cuenta que aquello era un error, después de todo lo que había hecho por estar a su lado.

¿Cómo lo conoció a él? No tengo la menor idea. Cuando estuve lo suficientemente consciente de aquello, era demasiado tarde y no quise creerlo, porque Cam no era esa clase de persona, Cam no se enamoraría de un hombre solo por capricho, ese fue mi error. Claro que se enamoró de un hombre, pero no fue una simple coincidencia, Cam de verdad vio algo en él que yo no tenía de nuevo. 

¿Dolió?

No entendí cuánto hasta que realmente vi que Cam lo amaba y que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por él y porque fuera feliz, una persona que llegó a su vida una tarde en un maldito tren. 

Lloré mucho, me dolió lo suficiente y probablemente más que antes.

No sé las razones del porqué lo ama a él, no lo entiendo, jamás lo haré.

Sin embargo, Cameron fue capaz de dejar de verme definitivamente por alguien así, se alejó de mí y me quedé atrás otra maldita vez, pero era diferente, tan diferente a lo que sucedió antes, esto no solo me rompió en pedazos, sino que al final destruyó una parte importante de mi propia cordura.

Ahora viéndolos sonreír el uno al otro, tomarse de las manos, besar sus mejillas y hablar de forma tan casual, solo puedo sentir dolor. Puedo ser capaz de darme cuenta que Cameron jamás va a amarme como yo deseo, no importa lo que haga, lo que diga, lo que le entregue, él no me ama, nunca lo hará.

Él no volverá a mí de la forma que quiero, él no lo dejará y tendré que observarlos desde lejos ser felices, aunque sea duro, aunque no lo soporte. 

Desearía poder alejarme, desearía que me recordara a pesar de que ahora está con él, aunque no vuelva solo quiero que me recuerde. 

Decir adiós. 

Perderlo. 

❁❁

Caminé lentamente, quise correr y no verlos más, quise alejarme, pero también deseaba verlos y hablar con ellos. 

Mierda. 

Un par de ojos azules me miraron cuando me detuve frente a la mesa que compartían.

Su rostro era tan hermoso, más hermoso de lo que en algún momento quise creer o admitir, una línea algo tensa en sus labios me hizo saber que no esperaba que llegara en ese momento, quizá estaba tan nervioso como yo. 

Los dos se pusieron de pie de inmediato, ofrecí mi mejor y más dolorosa sonrisa. 

—Gracias, por venir. Perdón por la demora — dije.

Cameron me regaló una sonrisa algo fría, así era ahora, él sonreía de esa forma que yo jamás pensé que podría hacer cada vez que me ve, como si él y yo jamás nos hubiéramos conocido del todo y quizá era cierto.

—No te preocupes, no esperamos mucho — mintió Cameron.

Sabía que llevaban en ese lugar demasiado tiempo, yo asentí, los ojos azules aun evaluaban mi rostro, me encogí de hombros.

—Sé que comenzamos mal, así que, un placer verte de nuevo, Leah Gray — me presenté y le tendí una mano, él la aceptó y la estrechó suavemente, entonces vi el anillo plateado que adornaba su mano izquierda igual que la de Cameron, las lágrimas se acumularon en mis ojos, pero no se derramaron me obligué a parecer tan tranquila como me fue posible.

Eso fue doloroso, quise salir de ahí.

—Sí, un placer también, Jo Haruka — dijo, soltó mi mano y miró un momento a Cameron. 

—Quería hablar contigo sobre lo que ocurrió — dije y los ojos azules me miraron de nuevo y se veían demasiado cansados justo ahora. 

—Claro, adelante — me ofreció una silla, el nudo en mi garganta se hizo más grande.

Tomé asiento y los dos volvieron a sentarse, guardé silencio porque no sabía con lo que deseaba empezar. Los vi mirarse por un segundo que pareció demasiado íntimo, me encogí de hombros.

—¿Quieres tomar algo? —preguntó Cameron, asentí. 

—Un americano estaría bien — dije, él sonrió y vi como acariciaba la mejilla de Haruka, él sonrió, esa sonrisa me hizo sentir fuera de lugar, incluso estúpida, entendía porque a Cameron le gustaba este chico, realmente era hermoso y lo era aún más cuando sonreía, aunque estaba segura que Cameron no podía llegar a ser tan superficial.

—Ya vuelvo — murmuró, luego ambos lo vimos marcharse, Haruka envolvió sus manos alrededor de la taza vacía, miró la mesa. 

—Haruka, perdón por hacerlos venir hasta aquí — él levantó la mirada de nuevo, se mordió el labio y después habló. 

—Está bien, de verdad. No tienes por qué disculparte — su voz sonó demasiado fría, casi como si no deseara estar ahí, ya éramos dos, tampoco quería estar sentada en ese lugar con el hombre que me había robado a Cam. 

—Aun así. 

—Leah, lo siento — susurró, luego volvió la mirada a la taza que sostenía, suspiró. ¿Qué demonios?
Él continuó hablando:—Sé lo que se siente al ser rechazado y que alguien más esté con quien amas. Perdón por quitarte tu vida al lado de Cameron, no fue mi intención.
 
—Perdón, pero…
 
—Sé que estás aquí porque no queda otra opción, sé que pedir disculpas es lo único que hará que Cam siga siendo tu amigo y que puedas estar a su lado. En tu lugar sé que también haría lo mismo. No te disculpes conmigo, por favor. Las cosas que dijiste he tratado de olvidarlas y casi lo he conseguido, sinceramente no quiero volver una y otra vez a ese tema, es doloroso. Así que, te pido que por favor no lo hagas.

—Pero… — guardé silencio, no sabía qué decir o cómo actuar ante aquellas palabras, me mordí el labio con desesperación. 

—Para ser sincero, también hubiera hecho cualquier cosa por estar con Cameron — sonrió y buscó a Cam con la mirada en la barra, él nos observaba atentamente. 

—¿Lo hubieras hecho?

—Sí. Cameron es la mejor persona que he conocido, deseé dejarlo en algún momento y deseé también no enamorarme o que él se enamorara de mí, al final no resultó y lo agradezco, porque soy feliz con él y esto no lo hago para hacerte sentir mal, Leah.

—Entiendo que no es así. De cualquier manera, voy a disculparme, aun no lo entiendo del todo, pensé que quizá podría ser yo la persona que él necesitaba, no es así, nunca fue o será de esa forma — susurré, él levantó una ceja en mi dirección, me tragué las lágrimas no iba a llorar frente a él.

—No espero que nos entiendas, me basta con que él no se aleje de alguien que ha sido tan importante en su vida como tú. Realmente me gustaría que siguieras siendo parte de su vida, no tienes que ser mi amiga ni nada parecido, solo sé la amiga de Cameron como siempre, por favor, es lo que tengo que pedirte. 

—¿No me odias?

—¿Por qué debería hacerlo? — preguntó, alejó sus manos de la taza y las colocó sobre la mesa.

Observé de nuevo el anillo, luego a él realmente era una persona tranquila y honesta, no podía creerlo, deseé que fuera horrible y con el peor carácter sería más sencillo odiarlo de esa forma.

—Por todo lo que te dije. 

—Estoy lejos de odiarte, Leah, de verdad. De cualquier forma, si yo hubiera estado en tu lugar, no hubiera deseado que mi mejor amigo saliera con alguien como yo, cuando nos conocimos yo no era la mejor persona de todas. 

—No tienes por qué decir eso — dije, él volvió a sonreír.

Cameron apareció con una bandeja, dejó una taza de café para mí y una taza de té para Haruka.

—¿Pudieron conocerse? — preguntó, yo asentí. 

—Claro. No te preocupes, Leah y yo hemos resuelto una parte de todo este problema — fue la respuesta de Haruka, Cam lo observó detenidamente, los celos corrieron por mi cuerpo, volví a tragarme las lágrimas. 

No hablamos más del asunto, nos limitamos a hacer preguntas relacionadas al trabajo que hacíamos, me preguntaron por mis padres y mi familia, no hubo mucho más y aunque fue bueno, también sentí el vacío en mi corazón abrirse una y otra vez a cada momento en que Cam miraba a Haruka con amor, cada vez que sus manos se rozaban descuidadamente o cuando aquellos ojos azules y aquella sonrisa lo iluminaban todo menos a mí. 

Salí de ahí sintiéndome una estúpida y tan cansada que solo deseaba ir a casa y meterme bajo las sábanas, no quería nada más. 

Saqué un cigarrillo de mi bolso y lo encendí, me quedé de pie del otro lado de la acera que daba a la cafetería donde habíamos estado, los vi salir tomados de la mano, luego se detuvieron un momento y Cameron rodeó el cuello de Haruka con una bufanda a cuadros azules, él sonrió y besó su mejilla, se tomaron de nuevo de la mano y caminaron a casa.

Tiré el cigarrillo y lo aplasté contra el suelo. 

Miré de nuevo el lugar por donde ambos se habían ido, sonreí y caminé lejos de ahí. 

Porque como él había dicho no podía ser más para Cameron que una amiga y ahora incluso aunque doliera estaba bien. 

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