23. [CAMERON] Entonces, es el adiós.


[CAMERON]

Escuché a K maldecir entre dientes mientras se vestía apresuradamente, no dije nada y seguí fingiendo que estaba dormido. Lo escuché murmurar preguntas y respuestas sin sentido y revolver las cosas dentro de la habitación con demasiada prisa, estuve a punto de preguntar qué es lo que sucedía y decirle que volviera a dormir, pues aún era muy temprano para salir, pero me limité al silencio. Ya que si decía algo probablemente K se sentiría mal y no quería verlo llorar de nuevo, así que, sencillamente dejé que se moviera libremente en aquella habitación, hablando y maldiciendo en voz baja.

Minutos después se acercó a la cama y acarició mi mejilla, siguió el recorrido de los lunares en mi cuello con uno de sus dedos, para al final besar mi mejilla y salir de la habitación. La puerta de entrada se abrió y cerró despacio, me senté sobre las sábanas revueltas y toqué suavemente el lugar donde esperaba encontrar a K, pero estaba frío.

Me froté el rostro con ambas manos y observé la habitación que tenía frente a mí, él había recogido el desorden que ambos habíamos hecho ayer por la noche, sonreí al recordarlo.

Miré la pequeña nota de color azul que destacaba contra la madera oscura del buro junto a mi cama, eso trajo viejos y dolorosos recuerdos a mi mente, que desearía haber desechado por completo hace tiempo, sin embargo, aun dolían.

Tome la nota y la desdoble, una caligrafía algo temblorosa estaba escrita en tinta negra.

"Volveré pronto con el desayuno. Espera por mí."
~K.

Sonreí, porque la última vez que había recibido una nota de su parte solo fue una triste palabra y después de eso, no volví a verlo durante mucho tiempo.

Salí de la cama sintiéndome un poco mejor al haberlo dejado irse sin decirle nada, recordé entonces la noche anterior, la forma en cómo ese hombre me hacía caer a sus pies y como su risa me hacía perder la cabeza con demasiada prisa.

Entré a la ducha aún con la imagen de K desnudo sobre las sábanas grises de aquella habitación. Miré el reloj que colgaba de la pared, 08:24 a.m., preparé el café en la cafetera y puse a hervir el agua para el té de negro que a K tanto le gustaba, esperé por él mientras leía el periódico.

Minutos después un par de golpes en la puerta me hicieron levantarme de mi lugar, abrí esperando encontrar los ojos azules de K mirándome desde el otro lado, sin embargo, el rostro que en cambio miré era muy parecido al mío, un par de ojos cafés y cabello castaño algo teñido de canas.

Buenos días, Cameron.

¿Papá?

—Parece que no estás feliz de verme — dijo, me eché a un lado y lo dejé pasar.

Él observó el lugar cuidadosamente, suspiré pesadamente porque de las personas que esperaba encontrar afuera de mi departamento, nunca imaginé que fuera mi padre.

—No se trata de eso, pudiste decirme que venías a Seúl.—Mi voz sonó más nerviosa de lo que imaginaba, mi padre volvió a verme.

No planeaba hacer este viaje, pero Leah me estuvo llamando demasiado diciendo que tenía que hablar contigo. Sabes que no soporto que interfieran en nuestra familia, pero esa chica realmente me convenció de hacer todo el camino hacía acá, en fin, tenía asuntos que resolver aquí de todas maneras.

¿Qué fue lo que Leah te dijo?

Ah, supongo que no tenías planeado decir nada, ¿verdad?

Eventualmente hablaría contigo.

Bueno, Cameron, desde la muerte de Hye, no creí que estuvieras abierto a tener otra relación, así que cuando Leah dijo que estabas viendo a alguien, tenía que saber que era verdad y que estabas bien. Entonces, ¿Dónde está?

¿Quién?

Tu novia. ¿Está aquí? ¿Está viviendo contigo o tendremos que llamarla para desayunar juntos? —Sonrió mi padre en mi dirección, sonreí a medias, estúpida Leah, ¿Qué diablos había hecho?

Papá, tenemos que hablar sobre esto. Ya que Leah te hizo venir todo el camino hasta aquí, lo menos que puedo hacer es ser sincero contigo.

¿Qué? ¿Por qué dices eso, Cameron? — preguntó mientras fruncía el entrecejo.

Respiré hondo, sabía que K volvería en cualquier momento y aunque deseaba que mi padre lo conociera primero debía hablar con él y explicarle lo que estaba pasando.

Vamos, tomaremos el desayuno y te contaré todo una vez ahí.

¿Qué pasa?

Nada, deja que tome mis llaves e iremos a algún lugar cercano.

Bien, date prisa.

Corrí por el pasillo hasta mi estudio, busqué una pluma y una hoja de papel y escribí con rapidez una nota para K.

"Tuve que salir rápidamente de casa, surgió un contratiempo, pero no te preocupes te llamaré tan pronto como pueda para explicarte lo que sucede. Lamento mucho no poder quedarme a desayunar contigo, de verdad, perdón. Te amo, K" 
~Cameron.

Tomé las llaves de mi auto y dejé la nota sobre la barra de la cocina antes de salir con mi padre hacía el pasillo fuera de mi departamento. El trayecto fue en silencio, mi padre se limitó a mirar por la ventana los edificios que pasaban, él no era un hombre que dijera mucho tampoco, simplemente era demasiado reservado y no hablaba o preguntaba algo sino tenía que hacerlo.

Aunque en muchas ocasiones era alguien duro conmigo y me exigía resultados, en los últimos años sencillamente me había dejado hacer lo que quería sin pedir explicaciones. No quería ocultar lo que tenía con K, pero tampoco estaba seguro que tanto de esto entendería o cómo reaccionaría y eso me asustaba, en momentos como éste desearía tener a mi madre con nosotros, quizá sería más sencillo.

Pero mi madre nos abandonó cuando tenía cuatro años, mi padre me crió solo hasta que tuve siete años, después se casó Katie y tuvieron dos hijos gemelos, Shawn y Margaret, cuando ellos nacieron a los ocho años fui enviado a un internado para hombres durante toda la escuela primaria y la secundaria. La preparatoria también fue en una escuela privada, hasta que entre a la universidad y vine a vivir a Corea con Leah debido a un intercambio.

No crecí particularmente con mis hermanastros y ahora los veía estricta y necesariamente porque vivían con mi padre y su esposa en Estados Unidos, además que solo los visitaba en fechas realmente importantes, pues después de la universidad conseguí un trabajo en Seúl y no volví de nuevo.

¿Cómo está Katie? —pregunté mientras mis manos se aferraban con fuerza al volante, mi padre suspiró.

—Muy bien, de hecho está esperando en el hotel justo ahora.

¿En serio? ¿Quieres que vayamos a recogerla para desayunar los tres juntos?

Mi padre me observó un largo momento en silencio, detuve el auto en el semáforo en rojo y vi a K caminar deprisa por la acera, con bolsas de papel en las manos, mi corazón comenzó a latir rápidamente contra mi pecho. Lo vi avanzar con cuidado, llevaba un par de pantalones negros, un abrigo gris y una bufanda que rodeaba sutilmente su cuello.

Me mordí el labio evitando llamarlo, pues realmente no quería que se sintiera incómodo con todo este asunto, mi padre podría ser cruel con él.

¿Cameron?

¿Eh? ¿Qué pasa? —Me vi obligado a apartar la mirada de la figura de K, para ver a mi padre, su ceño fruncido me hizo encogerme de hombros.

¿Qué te sucede a ti?

Nada, vi a alguien que conozco en la calle, solo eso.

En fin, Katie dijo que desayunará en el hotel, me pidió que hablara contigo tanto como pudiera.

Mm...

Cameron, ¿realmente estás bien? — preguntó de nuevo, mientras yo trataba de buscar a K, pero se había ido.

Sí, realmente lo estoy. Me sorprendió un poco verte esta mañana.

Bien.

Después de unos minutos llegamos al restaurante, estacionamos el auto y entramos. Desayunamos en silencio un poco incómodo, hacía tanto tiempo que mi padre y yo no estábamos juntos, que realmente ahora se sentía extraño poder verlo. Después del desayuno, pidió más café y así lo hice también, me habló entonces de su trabajo y de Katie, su esposa, me habló acerca de la casa en la que crecí y cómo estaban sus hijos. Lo escuché con toda la atención que me fue posible reunir en ese momento, porque mi teléfono vibró suavemente contra mi pierna más de una vez, con mensajes de K, preguntando si estaba bien.

Mierda.

Leah en algunos momentos podría ser realmente estúpida y cruel, creí que simplemente entendería todo y dejaría que yo hablara con mi padre en el momento que así lo viera conveniente, pero entendí que no iba a ser de esa forma.

—He hablado mucho sobre mi vida, ahora dime, Cam, ¿Cómo estás? ¿Y qué has estado haciendo?

Estoy bien, papá. La editorial está bien y tengo un buen sueldo para poder vivir aquí cómodamente. Enseñó inglés en una escuela privada, así que, básicamente todo ha ido bien, no puedo quejarme.

—Así que no piensas regresar a casa, ¿verdad? —Sus ojos cafés se clavaron en los míos, una ligera y temblorosa sonrisa se extendió por sus labios, tomó la taza de café contra sus manos y esperó por mi respuesta.

—No, papá. No ahora.

¿Vas a hablarme ahora de la persona con la que sales?

Papá...

No hice todo el camino hasta aquí solo para que me dejes con la duda, además que Leah me dijo que sería una gran sorpresa para mí.

—Leah, no debería meterse más en mis asuntos.

¿Qué sucede? ¿Están peleados? —Me escudé con la taza de café y miré el lugar, mi padre suspiró pesadamente y sus dedos tamborilearon contra la madera de la mesa.

Has cambiado, Cam.

Supongo que sí.

¿Vas a contarme, entonces? —Sonrió y se tomó el resto del café, llamó al mesero y ordenó más, esperé hasta que su taza estuviera llena de nuevo.

Conocí a alguien hace tiempo. En un principio simplemente me pareció que era una persona extremadamente bella y encantadora, sus ojos azules realmente hicieron estragos en mí la primera vez que me miraron. No creí que necesitara a nadie más, después de la muerte de Hye, estuve bien solo durante mucho tiempo, pero esta persona comenzó a ser parte de mi día a día, eventualmente y sin pensarlo mucho, me enamoré.

Debe ser una persona muy especial entonces, pocas veces te refieres a alguien de esa manera.

—Es muy especial para mí, papá. La persona más especial en mi vida y la amo. Es verdad que es una persona complicada y difícil de tratar, pero realmente es amable y dulce. Cuando conocí a esta persona mi vida cambió de repente y comenzó a girar en torno a ella. Fui capaz de contarle lo que ocurrió con Hye y cómo la amé y esta persona lo escuchó en silencio y lo entendió, no es un reemplazo a lo que tuve con Hye y mucho menos espero que borre su recuerdo o sea cómo ella. Es sinceramente justo ahora el amor de mi vida, papá. Y espero estar con esta persona por mucho tiempo — susurré, mi padre sonrió y tomó mi mano, se sintió cálido y familiar.

Vaya, Cam, estoy tan orgulloso por saber que has encontrado a alguien con quien estar y ser feliz. ¿Dónde la conociste?

—En el vagón de un tren y después hablé con esta persona horas después de estar en la misma cafetería. En ese momento nunca creí que alguien así pudiera hacer gran diferencia en mi vida, pero lo hizo. Trato de ser mejor para que esta persona esté orgullosa de mí. —Sonreí, porque sabía que K se sentía orgulloso de estar conmigo y sobre todo feliz, igual que yo de él.

Bueno, Cam, no puedo decir más que felicidades por encontrar a la mujer de tu vida y espero que la pueda conocer lo antes posible. —Presionó una vez más mi mano con la suya y luego con una sonrisa llamó al empleado para poder pedir la cuenta.

Mis manos temblaron, las coloqué alrededor de la taza de café que ahora se encontraba fría.

¿Papá? —Volteó a verme aun con la sonrisa en su rostro, me observó por unos minutos y alzó una ceja.

Te escucho, ¿hay algún problema?

Leah no te dijo que vinieras hasta aquí solo porque quería que conocieras a mi pareja, ella quería que... tú...

—Hablara claro, Cam, ¿Qué sucede? 

Me mordí el labio y fijé la mirada en el rostro de mi padre tan parecido al mío, sus ojos cafés brillaban de alegría, pero al mismo tiempo me miraban evaluando mi postura y la forma en como mis manos temblaban alrededor de la taza de porcelana.

Papá, esto puede ser muy repentino y de verdad iba a decírtelo en su momento, yo...

Cameron. —Su voz un poco más dura llenó mis oídos, respiré hondo.

La persona a la que estoy viendo. La persona que amo ahora, es... es un hombre — susurré sin apartar la mirada de su rostro.

Mi padre me miró sin expresión, no sé cuantos segundos o minutos pasaron antes de que golpeara mi rostro con fuerza con su palma, el golpe rompió el silencio de aquel restaurante, las personas voltearon a vernos.

¿Qué diablos acabas de decir?

Estoy saliendo con un hombre.

El segundo golpe dolió incluso más que el primero.

Mi padre se levantó de la silla y tiró la servilleta al piso de madera, vi al empleado correr a nuestra mesa, mi padre arrojó un par de billetes a la mesa, solo lo miré.

Vamos — fue todo lo que dijo antes de salir por la puerta de cristal de aquel restaurante, me disculpé con el empleado y con las personas que estaban en el lugar y corrí detrás de mi padre. Cuando logré llegar junto a él, no dijo nada.

¿Papá? — pregunté, pero siguió caminando, llegamos al estacionamiento donde se encontraba mi auto.

No quise engañarte con esto, papá. Es por eso que te estoy diciendo la verdad. Lamento que Leah te haya hecho venir hasta aquí para esto, ella está molesta conmigo es por eso que hizo esto — murmuré apresuradamente.

Mi padre se detuvo, volteó a verme y el tercer golpe me hizo saber que estaba realmente molesto. El sabor metálico de la sangre, inundó mi boca, escupí al suelo.

No quiero escuchar tus excusas, Cameron, he dejado que te quedes a vivir aquí lejos de mí y he dejado que hagas muchas de las cosas que quieres, pero no voy a permitir que vengas y digas estas estupideces en mi cara.

No es ninguna estupidez, papá.

¿Entonces qué es? Años atrás estabas perdidamente enamorado de Hye y ahora después de eso me dices que estás saliendo con un hombre, ¿Cómo diablos se supone que maneje eso?

Lo sé, es repentino y es por eso...

¡Cállate! No quiero escuchar más de ti.

Papá, es mi decisión estar con él, te guste o no es lo que he decidido.

Iremos a tu casa y recogerás tus cosas, volverás conmigo y Katie a casa.

¿Qué?

Lo que has oído, Cameron. Recogerás todas tus cosas, le dirás a ese tipo que no volverán a verse más y volverás nosotros a casa.

Papá, tengo treinta años, no haré lo que quieres simplemente porque no te gusta la pareja que he escogido.

No me importa.

Lo siento, papá, pero no lo haré. Me quedaré aquí y quieras o no ahora salgo con un hombre y si está bien para mí y soy feliz creo que no deberías preocuparte y solo sentirte feliz y orgulloso como tú mismo lo dijiste hace rato.

No puedo ser feliz o sentirme orgulloso cuando mi hijo mayor dice que el amor de su vida es otro hombre igual a él, es una estupidez.

No quería que las cosas fueran de esta manera después de no habernos visto tanto tiempo, pero si es de esta forma en como me tratarás a mí y a mi pareja, lo mejor será que dejemos de vernos por un tiempo hasta que entiendas que esto es lo que quiero.

Cameron, ¿estás loco?

No, papá, no lo estoy. Me enamoré de él porque es una gran persona y trata de salir adelante a pesar de todo lo que ha vivido, no voy a dejarlo por tus prejuicios o los de cualquier otra persona, yo estoy bien con él y lo amo y él a mí, es lo único que me importa.

¿Lo has pensado bien?

Sí. ¿Podrías al menos conocerlo?

No, no haré semejante idiotez, no voy a jugar a esto, Cameron.

Bien, si es así como lo ves, te llevaré a tu hotel ahora.

No.

De acuerdo, entonces este es el adiós, papá.

¡Cameron!

Perdón, papá. Creí que mi felicidad era importante para ti, pero está bien.

¡Y lo es, siempre que no actúes como un idiota!

No estoy siendo un idiota, papá. Y tampoco quiero que pienses eso de mí, pero supongo que ya lo haces. —Suspiré y lo miré, las lágrimas cayeron de mis mejillas.

Cam...

Te quiero, papá. Adiós — susurré, subí a mi auto y salí de ahí.

❁❁❁❁❁❁

La puerta se abrió con un suave crujido, su cabello cobrizo estaba anudado en una cola alta y sus ojos cafés temblaron al verme, trató de cerrar la puerta, pero la detuve antes de que pudiera hacerlo y ella se apartó y me dejó entrar.

La miré por algunos minutos, de verdad que la quería, en verdad era una de las personas más importantes en vida, era mi mejor amiga desde que era pequeño, habíamos ido de intercambio juntos a otro país y estudiado la universidad juntos, pasamos muchas cosas y sabíamos cada detalle y pensamiento del otro, al menos eso fue lo que pensé, ahora entendía que nunca la llegué a conocer por completo y eso dolía.

¿Cameron?

—¿Por qué? — pregunté, ella me miró y las lágrimas rodaron por sus mejillas, quise gritarle que no llorará, que dejará de hacerse la víctima en todo esto, pero me quedé callado mientras la escuchaba sollozar.

Yo...

¿Por qué? Dime, ¿por qué diablos llamaste a mi padre?

Cam, esto es un malentendido, yo...

¿Por qué lo hiciste, Leah?

—...

Supongo que esto era por lo que iba a arrepentirme, ¿no? —La miré, froté mi rostro con la manga de mi jersey y respiré hondo antes de volver a hablar.

No sé cuándo o en qué circunstancias volveré a hablar con mi padre, es verdad que no podía ocultarle esto, pero deseaba ser yo quien fuera a su casa para hablarle sobre mi relación, no esperaba que le dijeras que tenía que venir hasta aquí. De verdad, Leah, te quiero mucho, pero no de la forma en que lo deseas y lo siento, pero no quiero volver a verte ahora o mañana, ¿entiendes?

No, no Cameron...

Mi padre y yo hablamos sobre todo esto, como te dije tarde o temprano tendría que decírselo, pero quería ser yo quien decidiera eso. K es una persona muy especial para mí, lo amo y estoy dispuesto a hacer muchas cosas por él y vivir mi vida a su lado, no importa lo que pase no voy a dejarlo. Él es una persona muy sensible y quería que tuviera tiempo de asimilar que esto pasaría y no que pasara sin previo aviso.

—Perdón, Cameron, jamás creí que...

No me pidas que te perdone, Leah, porque no voy a hacerlo. Mi padre no quiere hablar más conmigo y yo no quiero hablar más contigo, solo mantente alejada de nosotros, no quiero verte de nuevo.


Las lágrimas se acumularon en mis ojos, respiré hondo varias veces antes de poder calmarme, mi mano se quedó a escasos centímetros de abrir la puerta, en el pasillo solo se escuchaba el sonido de un televisor y el ruido del ascensor bajando.

Me froté el rostro con ambas manos e introduje el código de acceso del departamento, la puerta se abrió con un tenue clic. Entré y la puerta se cerró detrás de mí, K apareció por la puerta de la cocina con unos pantalones de franela negros y una camiseta gris que era mía.

Traté de devolverle la sonrisa que me regalaban aquellos preciosos ojos azules, sin embargo, solo pude desviar la mirada hacía el piso, mis manos todavía temblaban.

¿Cam? —Su voz preocupada alcanzó mis oídos, amaba escucharlo llamarme de esa forma, a pesar de todo una sonrisa cansada si se extendió por mi rostro.

Él se acercó a mí y rodeó mi cuerpo con sus brazos, me hundí en la calidez que me proporcionó, me hundí en el suave aroma que tenía su piel y la suavidad de sus manos al tocarme, las lágrimas cayeron de mis ojos entonces.

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