Conociéndonos: Ten más cuidado...

Las voces en el pasillo hacían eco en este mismo el Uzumaki de cabellos bicolor buscaba los cuadernos una pequeña nota cayó al piso, en ella estaba escrito con letras cursivas una serie de instrucciones de cómo realizar los ejercicios de matemáticas y estrategias de análisis literarios.

Se quedó observandolos por unos segundos sin darse cuenta de quién estaba a sus espaldas, el peli celeste de ojos ámbar sonrió al notar como éste lo arrugó dispuesto a tirarlo.

Mitsuki: Buenos días, Kawaki.

Saludó más sonriente de lo habitual.

Kawaki: Buenos días.

Se limitó a decir continuando con su rutina matutina a lo que no tardaron en acercarse sus demás compañeros que lo saludaron con un choque de puños, más al momento de chocar puños con Boruto vio como en la entrada del establecimiento entraba la seria azabache que por un segundo miró a Kawaki para pasar de el e irse a su taquilla dispuesta a sacar su útiles para el día.

Boruto: Vamos a clases o Shino sensei se molestará por nuestra impuntualidad.

Habló el rubio Uzumaki pero el peli celeste intervino.

Mitsuki: Vayan ustedes, yo tengo algo que hacer antes.

Todos se le quedaron viendo extrañados.

Shikadai: ¿A donde vas?

El chico volteó puso su dedo índice sobre sus labios.

Mitsuki: Ya lo verán...

Dijo para luego dirigirse a un lugar en específico, todos los demás observaban expectantes a excepción de Kawaki que seguía pendiente de ordenar las páginas del informe que debía entregar en el primer periodo de clases.

Boruto: ¡¿Va con Sarada?!

Exclamó con la quijada casi por los suelos al igual que todo los demás, mientras que el otro Uzumaki volteó y regresó a lo que estaba haciendo restándole importancia.

Efectivamente el oji ámbar estaba hablando con la azabache que al parecer no parecía nada contenta, en un abrir y cerrar de ojos Mitsuki le entregó una rosa y la chica algo desconcertada la tomó y se la devolvió, todos los amigos de Mitsuki rieron al ver como la chica pasó de el agradeciéndole el lindo e inesperado gesto para luego dirigirse al salón.

El Uzumaki rió internamente, de un modo u otro sabía lo que ocurriría si alguien se acercaba a la chica, ella sabía cómo ignorarlos de una manera casi olímpica, esto le gustaba de ella puesto que de una manera muy peculiar le diferenciaba de las demás mujeres que con una rosa y varios cumplidos caían rendidas a los pies de cualquiera.

Tomando su mochila se dispuso a ir a su respectivo salón con una pequeño trozo de papel en mano que dejó al pasar frente al puesto de la chica de gafas que algo desconcertada lo tomó y lo leyó, una pequeña sonrisa se asomó en sus labios al leerla.

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"Has ignorado a Mitsuki olímpicamente, digno de la gran Sarada Uchiha"

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Al voltear se encontró al chico durmiendo como siempre, su sonrisa se había borrado pero sabía que no podía ignorar del todo al de cabellos bicolor, a pesar de lo que le había hecho, no le odiaba, no lo juzgaba por eso, calmaba sus malos pensamientos hacía el, después de todo el hizo algo importante por ella y su padre, algo que jamás nadie había hecho por ella, eso era lo que aún hacía que ese despreocupado chico siguiera metido en su cabeza ocupando la mayoría de sus pensamientos, o eso era lo que ella creía.

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Siendo ya el receso del segundo periodo la chica intentaba respirar hondo para calmar las ganas que tenía de golpear al peli celeste que insistía e insistía, una y otra vez, claro era que no le quitaba la mirada de encima, la chica no había encontrado otro remedio que salir del salón e intentar huir a la biblioteca, pero ahí salió el oji ámbar tras de ella.

Mitsuki: ¿A dónde vas?

Preguntó curioso

Sarada: A dónde tú no me encuentres...

Susurró mientras una escalofriante aura le rodeaba.

Mitsuki: ¿Almorzamos juntos, luego?

La chica suspiró hondo

Sarada: No gracias...

Respondió mientras subía las escaleras puesto que la biblioteca estaba en el segundo piso.

Mitsuki: Vamos, almorcemos juntos, aunque no soy tan buen cocinero como Kawaki.

Comentó con cierto gaje de diversión haciendo que la chica se tropezara y perdiera el equilibrio, estaba apunto de caer a los brazos del peli celeste pero alguien llegó antes, el mismísimo Uzumaki de cabellos bicolor que tomó la mano de la azabache y la jaló acercándola a su cuerpo para luego con su mano libre sostener su cintura logrando que está no cayera y terminara prácticamente abrazada a él estando extremadamente cerca el uno del otro.

La azabache estaba en shock, sus párpados abiertos de par en par, sus ojos mirando los del otro chico que mantenía ese semblante desinteresado, sus respiraciones se mezclaban producto de la cercanía, de manera casi instintiva la chica posó su mirada sobre los labios del contrario que al notarlo sonrió levemente.

Kawaki: Que torpe resultaste ser...

Habló con voz grave que pareció hacer eco en los oídos de la azabache que sintió como sus mejillas comenzaban a sentirse más cálidas producto del rubor extremo.

Kawaki: Ten más cuidado...

Dijo por fin soltando su mano y su cintura pasando a su lado al igual que pasó del peli celeste que miraba expectante lo ocurrido.

Mitsuki: Vaya, menudo héroe resultaste, creo que será mejor que la deje en paz.

Dijo alejándose del lugar dejando a la Uchiha al borde de un ataque cardíaco, un millón de sensaciones imbadieron a la chica y una de ellas era el deseo que ese momento jamás acabara, era algo que ella pensó descuidadamente mientras se dispuso a seguir su camino con destino a la biblioteca, ahí pensaría todo con más cuidado y detenimiento, sin duda era algo extraño y debía desifrar que era lo que estaba ocurriendo.

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