Conociendonos: La hora del almuerzo...


- ¿Nos podría compartir el chiste, señorita Sarada?

Ajustando sus gafas volvió a su serio semblante.

Sarada: No hace falta...

Respondió a lo que Anko sensei continuó con su respectiva explicación mientras que Kawaki se limitó a alzar la mirada en cuanto escuchó la risa que parecía ser de la azabache

"Pero que escandalosa..."

Pensó sonriendo fugazmente para luego volver a mirar a través de la ventana.

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La primera y segunda hora de clases transcurrió a gran velocidad puesto que ya en el tercer periodo todos contaban los segundos para disponerse a ir a almorzar, el profesor que se encontraba de cara a la pizarra explicaba algo que la mayor parte de los estudiantes no había entendido, puesto que se encontraban dormidos, salvo la azabache Uchiha que tomaba apuntes rigurosamente, a diferencia del Uzumaki de cabellos bicolor que dormía como si estuviera en su propia habitación en su cómoda cama abrazando a una mullida almohada, o eso creía hasta que sintió como a su cabeza vino a impactar un trozo de tiza.

Kawaki: Ay....

Se quejó tocando la zona del impacto para luego disponerse a levantarse y ver al responsable.

- ¡Alumnos, no duerman en mí clases!

Gritó indignado el maestro a lo que la Uchiha volteó para encontrarse con el adormilado semblante del chico peli bicolor que al notar la mirada ónix de la azabache sintió la necesidad de apartar la mirada algo incómodo, esa leve y casi inexistente sonrisa le había tomado por sorpresa y más si está se le había quedado viendo sólo a el mientras lo hacía.

Kawaki: Que se supone que está viendo...

Susurró rascándose la nuca para luego volver a hecharse sobre la mesa intentando volver a dormir pero no lo logró, al cabo de unos minutos asintió que alguien le hablaba, al alzar la cabeza se encontró con su primo Boruto que de manera sonriente dijo:

Boruto: Almorcemos junto con los chicos del equipo...

Este asintió desganado, los "chicos de equipo" eran los compañeros de otra clase con los que frecuentaban los talleres deportivos, para ser más específicos sus compañeros del equipo de fútbol, todos distintos el uno del otro, algo insoportables algunos y demasiado callados otros.

Mientras venían caminando atravesando a los demás que hacían fila para el almuerzo el chico de cabellos bicolor pudo ver cómo la azabache salía de aquel gentío con una bolsa que contenía lo que había comprado para el almuerzo, a diferencia de el que traía comida hecha en casa, cocinada por el mismísimo Kawaki Uzumaki, trató de ignorarla y centrar su atención en uno de sus amigos que pertenecía a otra clase.

- ¡Hola, Kawaki!

Kawaki: Hola, Metal, ¿qué tal está tu tobillo?

El chico azabache sonrió

Metal: Muy bien, y listo para el campeonato escolar.

Exclamó sonriendo, pero de pronto su sonrisa se borró, algo había captado su atención, algo que estaba ocurriendo a sus espaldas.

- Porque no te fijas por dónde vas...

Elevó su fría voz la azabache Uchiha luego de ser empujada por un chico de tez morena y ojos verde oscuro, el cual provocó que su comida recién comprada cayera al piso junto con ella.

- Ah, lo siento, no te vi.

Contestó pasando de ella, ignorándola.

Sarada: Discúlpate...

Exigió levantándose del suelo una vez que ésta ya había recogido los alimentos, le dedicó una mirada fría ajustando sus gafas.

- Sólo olvídalo...

Soltó despreocupado, cosa que irritó en demasía a la azabache que lo tomó fuertemente del antebrazo para jalarlo y obligarlo a que este se volteara a verle.

Sarada: Te dije que te disculpes, ahora mismo.

Guñó la azabache a lo que el chico de zafó violentamente retandola con la mirada y su imponente figura, a diferencia de la chica este era alto, al igual que su musculatura era visible.

- ¡Ya déjame de una vez-

Y se detuvo en cuanto cierta persona se interpuso entre el y la chica que abrió los ojos como platos al ver al de cabellos bicolor.

Kawaki: Ya basta Iwabe...

Habló con tono frío con su pose despreocupada, su manos en los bolsillos y su camisa desarreglada con los dos últimos botones desabrochados.

Iwabe: Pero ella-

Kawaki: Tiene razón y debes disculparte.

El chico de tez morena arrugó el entrecejo mirándo molesto al Uzumaki que seguía esperando a que este procediera a disculparse.

Kawaki: Vamos, no tengo todo el día.

Bufó aburrido, a lo que la mandíbula del oji verde se tensó al ver a Boruto, Metal Shikadai, Inojin, Denki y Mitsuki observándolo a la distancia.

Iwabe: Lo lamento...

Escupió con algo de desdén.

Sarada: Bien, y gracias, Kawaki.

Fue lo único que dijo la chica para luego tirar lo que había recogido del piso, puesto que esto estaba sucio.

Kawaki: Ves que no era tan difícil, y a la otra fíjate por donde vas y a quien empujas, no seas tan grosero.

Soltó para luego volver a su mesa con sus compañeros que lo recibieron haciéndole preguntas y otros felicitandolo por haber puesto a ese cretino en su lugar.

Shikadai: Menudo cretino ese...

Soltó mientras comía.

Inojin: Yo soy un poco imbécil pero el, se lleva el premio.

Comentó el rubio imitando la acción de Shikadai.

Boruto: ¿Era Sarada?

El de cabellos bicolor se limitó a asentir levemente con la cabeza mientras procedía a comer su almuerzo.

Boruto: No vi que llevara nada para comer, al empujarla Iwabe le hizo tirar lo que había comprado.

Comentó a lo que el otro Uzumaki se detuvo al instante para luego levantarse de su lugar.

Mitsuki: ¿A dónde vas?

Le preguntó el peli celeste de ojos ámbar, esos que ya sabían a dónde se dirigiría el chico peli bicolor.

Kawaki: Olvidé que tengo que entregar este documento en la oficina.

Habló mostrando un papel doblado en dos.

Kawaki: Luego nos vemos.

Dijo esto último saliendo de la cafetería a paso lento pero seguro.

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La azabache se desquitaba mentalmente agarrando fuertemente el barandal del balcón, en la azotea estaba luego del incidente con el cretino de Iwabe.

Sarada: Ese maldito imbécil....

Maldijo apretando los puños molesta, que molesta, furiosa, aunque dicho sentimiento fue inmediatamente remplazado por la vergüenza al escuchar como su estómago gruñía fuertemente reclamando ser alimentado.

- Es gracioso que alguien como tu produzca esos sonidos tan penosos.

El rostro de la chica se sonrojó como un verdadero termómetro.

Sarada: Cállate...

Soltó aún con sus mejillas teñidas de un adorable escarlata una vez que volteó a ver al Uzumaki de cabellos bicolor, el cual al verla así de sonrojada no pudo evitar sonreír muy levemente.

Sarada: ¿Que quieres?

Preguntó tratando de mantener la compostura.

Kawaki: No comiste nada, ¿Cierto?

Preguntó a lo que la chica arqueó una ceja.

Sarada: ¿Que hay con eso?

Kawaki: Almorcemos juntos...

Dijo, y como si nada una drástica brisa sacudió el corto cabello de la azabache, dejando un silencio entre ambos que se estaban observando mutuamente.

Sarada: Si, gracias

Fue lo único que dijo, ambos se sentaron en la pequeña sombra de unos pocos árboles pequeños que estaban plantados ahí, sumidos en un silencio cómodo, el Uzumaki abrió su bento box dejando admirada a la azabache.

Sarada: ¿Tu mamá hizo esto?

Preguntó curiosa

Kawaki: Ha, mí madre, si siquiera se atreviera a hacerlo quemaría nuestra casa en el intento.

Sonrió.

Kawaki: Yo lo cociné, aunque no lo creas.

Respondió sorprendiendo aún más a la chica que sonrió.

Sarada: Vaya, eres increíble...

Lo alagó provocando una leve e innatural alteración en el ritmo cardíaco del chico peli bicolor que se limitó a seguir comiendo junto a la Uchiha que comía maravillada, cada cierto tiempo abría los ojos desmesuradamente por las sensaciones que le provocaban cada bocado de esa exquisita comida.

Sarada: Gracias por la comida, estaba exquisita por cierto.

Habló algo seria una vez que ya habían acabado de comer.

Kawaki: No hay de que...

Se volteó dispuesto a irse pero volteó para encontrarse a la azabache sonriendo como jamás la había visto, un sonrisa genuina, una que lo dejó embobado por breves segundos, en ese momento las palabras dichas por la chica retumbaron en su mente.

"Vaya, eres increíble..."

"Tu eres rara..."

Pensó llendose del lugar algo confundido, una vez más se daba cuenta de lo que ella provocaba en el con sus impredecibles actos, al pertenecer al equipo de fútbol estaba acostumbrado a ser el centro de atención de las chicas, pero ninguna de ellas era como la Uchiha, al menos ninguna lograba lo que ella en él.

"Eres muy, extraña..."

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