Conociéndonos: Extraño sentir...

Era ya un nuevo día en el que el Uzumaki miraba con desgano la entrada al establecimiento en el que se aburría la mayor parte del tiempo, la misma que se encontraba cerrada debido a lo temprano que era, pero ahí se quedó esperando a que ella llegara, eran ya las 07:00 am, soltó un pesado suspiro para luego bostezar, quería volver a la cama para dormir pero no podía, todo por culpa de las malditas matemáticas.

Flash Back

Era el día en el que Anko sensei entregaría las calificaciones del último examen de Matemáticas, materia que odiaba por el simple hecho de que cada vez que veía los ejercicios en el pizarrón sentía un fuerte dolor de cabeza, razón por la cual terminaba dormido sobre su escritorio, cosa que estaba haciendo tranquilamente hasta que sintió que alguien lo despertaba.

- Señor Uzumaki, no duerma en mí clase, aunque ahora entiendo la razón por la cual sacó dicha calificación.

Habló con tono severo entregándole su examen que tenía un visible cero marcado en rojo, definitivamente su madre lo mataría una vez que volviera de su viaje.

Soltó un pesado suspiro apretando fuertemente las hojas del examen maldiciendo su nula capacidad intelectual para comprender las matemáticas.

Seguía lamentándose cuando sintió una mano sobre la suya, una mano con un toque frío pero gentil, ésta misma le arrebató la hoja, su corazón dio un respingo que le hizo alzar la mirada rápidamente encontrándose con unos ojos ónix que analizaban su examen de forma meticulosa.

Sarada: No puedo creer que no puedas realizar unos simples ejercicios...

Habló dedicándole una sonrisa que obligó al Uzumaki a apartar la mirada.

Kawaki: Lamento ser tan idiota...

Soltó para disponerse a salir del salón puesto que el timbre había sonado, la azabache lo siguió hasta su casillero en el cual estampó su examen para luego cerrarlo violentamente.

Sarada: ¿Me harías el favor de calmarte?

Preguntó aún siguiéndole, éste caminaba rápidamente en un intento por evitarla.

Kawaki: ¿Y tú me harías el favor de dejar de seguirme?

Habló dispuesto a dirigirse a la azotea, pero cuando se dispuso a abrir la puerta la chica la cerró y se puso frente a él de manera imponente.

Sarada: Kawaki, cálmate...

Dijo o más bien ordenó, éste volteó dispuesto a irse pero la chica lo tomó de su brazo y lo estampó contra la puerta acercándose a su rostro.

Sarada: Te comportas como un niño, te pido que por favor te calmes y optas por ignorarme, te enfada tu calificación pues entonces voy a ayudarte a mejorar, pero en serio que si vuelves a comportarse de ésta manera voy a golpearte.

Lo amenazó apretando los puños frente a él que tenía los ojos abiertos de par en par, su rostro estaba extremadamente cerca del contrario.

Kawaki: Bien, pero aléjate, estás muy cerca.

Dijo rascandose la nuca algo incómodo.

Sarada: Bien, espérame mañana en la entrada de la escuela, yo llegaré a las siete de la mañana.

Kawaki: ¡¿A las siete?!

Exclamó

Kawaki: Es muy temprano-

Sarada: Dije a las siete...

Habló fríamente.

Kawaki: Ok, ok, ya entendí.

Se limitó a responder sintiendo un escalofrío recorrer su espina dorsal.

Sarada: Bien, ahora volvamos al salón, desde ahora en adelante no permitiré que te saltes las clases.

Advirtió jalando al Uzumaki de su brazo para llevarlo de vuelta, mientras eran observados por la mayoría de los estudiantes, aunque ésto a él no le importaba, si no más bien no podía dejar de ver la expresión de molestia en el rostro de la azabache, que a pesar de ello sonreía de forma casi imperceptible pero hermosa.

Fin del Flash Back

Movió su cabeza de un lado a otro en un intento por quitar esos pensamientos de su cabeza, fue entonces que frente a él el ya reconocido auto negro se estacionó dejando ver al mayor de melena azabache que lo miró por un par de segundos, segundos que para el Uzumaki fue una eternidad en la que sintió como este lo analizaba de pies a cabeza, definitivamente sentía que esa mirada fría lo atravesaba como si de una espada se tratase.

Sarada: Adiós papá, que tengas un lindo día.

Este sonrió.

Sasuke: Igual tu, princesa.

Enmarcó esto último dedicándole la última mirada asesina al Uzumaki que tragó en seco comprendiendo el mensaje.

"Es su princesa, hay que andarse con cuidado, es su princesa..."

Pensó para luego ver como el coche se alejaba lentamente para luego perderse en la distancia.

Sarada: ¿Kawaki te sientes bien?

Se acercó

Sarada: Te vez pálido...

Este tragó en seco.

Kawaki: Estoy bien, es sólo que no dormí lo suficientemente bien anoche, es todo.

Dijo mintiendo a la perfección

Sarada: Bien, porque tendrás que estar lo suficientemente despierto para resolver unos ejercicios.

El Uzumaki suspiró

Kawaki: Las matemáticas deberían de resolver sus propios problemas.

Habló entrenando una vez que el portero había llegado.

Sarada: No te hagas el gracioso...

Kawaki: Bien, bien, vamos a la biblioteca, aún tenemos más de media hora antes que comiencen las clases.

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El Uzumaki miraba el ejercicio como si estuviese escrito en chino mandarín, no entendía absolutamente nada pero no quería decirle a la azabache por el temor de que ésta se burlara.

Sarada: ¿Y? ¿Que estás esperando?

Preguntó comiendo una galleta con chispas de chocolate.

Kawaki: Es que yo, no sé cómo hacerlo.

Dijo esperando las burlas de la azabache las cuales nunca llegaron, algo desconcertado alzó la vista encontrandose con esos ojos que lo observaban sin emoción alguna.

Kawaki: Lamento ser tan idio-

La chica golpeó su frente con su dedo índice y corazón.

Sarada: No eres un idiota, si tanto te cuesta yo voy a enseñarte, pero nunca dudes de tus propias capacidades.

Dijo para luego tomar su lápiz.

Sarada: Ahora, mira, pon atención.

Dijo a lo que éste hizo lo que ella le había dicho, solo bastaron aproximadamente diez minutos para que ya pudiera comprender cómo resolver ese y varios ejercicios que terminó por hacerlos el mismo.

Kawaki: Ya terminé...

Dijo sonriendo levemente, orgulloso de su trabajo miró a la azabache con un brillo en los ojos que dejaron a la chica algo perdida, esa mirada feliz, relajada y gentil, una mirada tan suave y hasta tierna, logró salir de su momentáneo trance para luego revisar los ejercicios que estaban todos hechos correctamente.

Sarada: Muy bien, aprendiste.

Sonrió a lo que el Uzumaki imitó su acción para luego suspirar situando sus brazos tras su nuca para luego quedarse viendo el techo de la biblioteca con una sonrisa.

Kawaki: Al fin pude hacerlo, eres muy buena enseñando, gracias, creo que me salvaste de todos esos condenados problemas matemáticos.

Dijo haciendo que las mejillas de la chica se tornaran de un escarlata sumamente adorable, aquello sin duda lo tomó por sorpresa por lo que su corazón no tardó en comenzar a latir velozmente.

Sarada: No es nada...

Se limitó a responder agachando la mirada tratando con todas sus fuerzas de entender y controlar lo que estaba sintiendo.

Kawaki: ¿Estás bien?

Preguntó al notar su postura.

Kawaki: Oye Sarada-

La llamó tomando su hombro a lo que ésta se alejó de el poniéndose de pie rápidamente.

Sarada: Ok, ya entendiste, me voy al salón.

Dijo rápida y atropelladamente tomando sus cosas para luego salir casi corriendo del lugar dejando al Uzumaki algo extrañado, al cabo de unos minutos éste imitó su acción.

Una vez que éste llegó a su respectiva aula, sus amigos ya había llegado por lo que lo saludaron chocando puños, desde una prudente distancia la Uchiha fingía leer un libro, mientras que oculto entre sus páginas tenía un espejo que usaba para observar al Uzumaki que hablaba con sus amigos sin siquiera sospechar.

Para Sarada algo no andaba bien, aquel sentir que le provocaba el chico de cabellos bicolor era algo completamente nuevo para ella, pero lo que no sabía era que eso estaba recién comenzando.

Un grupo de chicas de otro salón se acercaron a saludar a Boruto, mientras que una de ellas se acercó tímidamente al otro Uzumaki que hablaba soltando monosílabos, pero a pesar de ello, a pesar de su hostilidad, no podía evitar sentir esa molestía en su pecho.

Algo ardía en su interior, una llamarada la quemaba por dentro de manera lenta y dolorosa.


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