8 Volvieron
-Cálmate Kai. Todo va a salir bien.
-P-pero.
-Kento-san va a salir de ahí diciendo que ellos ya están aquí con nosotros.
-¿Y si algo sale mal?-pregunto agobiándome más de lo que ya estaba.
Hoy había llegado el día en el que mis padres volverían a la vida. Kento-san había entrado hace una hora en una habitación aislado del resto para poder concentrarse.
-H-hecho.-sale Kento-san del cuarto.
Sus manos mostraban pequeños hilos de sangre. Se apoyaba en el marco de la puerta respirando con dificultad. Pronto no aguantó más y si no fuese porque el tío Luffy reaccionó Kento-san se habría desmayado aquí mismo.
-¡Kento-san!-avanzo hacia ellos ayudando a Luffy pasando el otro brazo de Kento-san para cargar parte de su peso.-¿Cómo fue?-pregunto entre nervioso y preocupado.
-Ya están aquí. Solo están dormidos. Despertarán en unas horas.
-Estás muy mal Kento. Lo mejor será que descanses.
-¿Lo de tus manos es normal?-pregunto.
-Sí. Solo son pequeños cortes que tienen fácil solución. Alégrate Kai. Después de diez años vas a volver a verlos.
-¿Puedo entrar?
-Lo mejor será que descansen. Pero si quieres eres libre de entrar.
-No.-digo después de unos minutos.-Lo haré haré cuando te haya llevado a la enfermería.
Pvo Nami
-¿Dónde estoy?-desperté lentamente incorporándome mientras miraba a todos lados.
Después me miré las manos. Ya no había ningún aura azul a mi alrededor. A medida que me iba dando cuenta de más cosas, también empecé a oír unos ronquidos a mi lado. Giré la cabeza y ahí estaba Zoro, durmiendo tan tranquílamente. No era un sueño. Volvíamos a estar vivos. Kento lo había conseguido.
-Zoro, Zoro.-le llamaba mientras lo zarandeaba.
-Nami déjame dormir.-se da la vuelta.
-Despierta vago.-le doy con la almohada. Sabía que no le gustaba nada y era una forma perfecta para que me mirase.
Y como supuse pronto me acorraló debajo de su cuerpo pero sin dejar caer su peso sobre mi cuerpo.
-Al fin me prestas atención.
-¿Qué quieres Nami? Recuerda que estamos muertos, no hay necesidad de levantarse tan pronto.
-Ya veo lo poco que te fijas. A ver. Quieres mirarme y darte cuenta de que estamos vivos.
Sus ojos se abrieron como platos. Por fin se dio cuenta.
-Nami. ¿Por qué no te veo azul?
-Kento lo ha conseguido. ¡Estamos vivos Zoro!
-¿Es un sueño?
-No Zoro. No lo es.-me siento y lo abrazo.
-Por fin.-me rodea con sus brazos.
Alguien llama a la puerta y después Kai entra al cuarto. La bandeja que llevaba en las manos se le cae en cuanto nos ve.
-Mamá...papá...-respira aceleradamente.
-Ven aquí Kai.-con una mano le digo que se acerqué mientras Zoro y yo nos ponemos de pie.
Kai intentaba no echarse a llorar pero la situación se lo impedía. Al principio avanzaba lentamente pero después corrió y nos abrazó.
-Hola Kaito.
-Por fin.-se echa a llorar.
-¡Kaito que te tengo dicho sobre que tires comida al suelo!-se le cae el cigarro al suelo.-¡Marimo! ¡Nami-swaaan!-acaba en el suelo gracias a Zoro.
-Acabamos de revivir pero no voy a permitir que ligues con mi mujer.
-¡Zoro Nami! ¡Estais vivos!-entra toda la tripulación.
-Por fin estamos todos de nuevo.-digo abrazando a Chopper.
-¡Quería haberos curado yo!-dice Chopper llorando.
-No pasa nada Chopper. Ahora todo está bien. Estamos todos juntos, como en los viejos tiempos. Nosotros volveremos a Cocoyashi. Dejaremos la vida pirata. No quiero volver a morir.
-¡No tiene gracia papá!
Pvo Kaito
Tres semanas después volvimos a Cocoyashi. La tía Nojiko abrazo a mi madre hasta el punto de dejarla sin aire. También le presentamos a Naomi.
-No vuelvas a darme esos sustos hermanita.
-No volverá a pasar Nojiko. Te lo prometo.
De pronto sonó el Den-Den Mushi.
-¿Sí?-respondo.
-Por fin respondes sobrino.
-Tío Mihawk. ¿Ha pasado algo?
-Mei está en el hospital.
-¡¿Qué?!
-Tranquilo Kai. No es nada malo. Chopper está con ella.
-¡¿Cómo qué no es nada malo?! ¡Está en el...! Ay no. No me digas que...
-Ven corriendo padrazo.
-Vale vale. Voy para ya.-cuelgo.-¡Como no llegue estoy muerto!
-Corre vamos.
-¡Es por el otro lado papá! ¡¿La resurrección no te ha solucionado tu orientación?!
-Kai no le hables así a tu padre.-me dice mamá.-Yo iré más tarde. ¿Sabreis ir?
-¡Tranquila!-le grito mientras empiezo a correr.-¡No he heredado la orientación de papá!
-Que vayas a a de padre no te va a salvar de que te castigue.
-Sería el primero.-digo divertido.
-Kai.-dice mi padre agachando la cabeza.-Que te la ganas.
-Te debo las bromas de diez años.
-En ese caso yo te debo los castigos de diez años.
-Yyyy...ya me callo.
-Ya veo que el chantaje de tu madre no lo heredaste. Ahora, menos hablar y más correr. Demuéstrame que tienes la resistencia de un Roronoa.
-Sin problemas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top