UNIENDO A LA LIGA

La sabiduría de Bruce decía que siempre se tenía que aprender de los errores. Al enfrentarse a su antiguo amigo, Clark, Bruce entendió cuán cierto era eso.

Alrededor de Superman había un ciclón de ira. Había un enojo motivado por el odio y la decepción, las expectativas y la sensación de que Lois merecía algo mejor. Clark Kent fue un niño que creció con amor y confianza, por lo que también quiso darle esos sentimientos a las personas que lo rodeaban. A sus amigos en la Justice League y a Lois, a la mujer que amaba. Pero después de haber sido asesinada por Batman, dejo de lado todo en lo que creía y acepto la Ecuación Anti-vida de Darkseid.

Le había dado la espalda a las enseñanzas de sus padres, abrazando a su odio y lastimándose a sí y a todos los que lo rodeaban.

En Clark, Bruce veía la sombra de su fracaso y lo que el seria si él hubiera abrazado su oscuridad cuando Selina, Jason Todd y Dick Grayson fueron asesinados frente a sus ojos.

Superman cambió su peso de un pie a otro, con sus ojos rojos hundidos y oscuros. Su mirada era feroz, estaba retando a Bruce a dar el primer golpe. Bruce no se dejó llevar. La paciencia era otra virtud que aprendió de Alfred.

Superman atacó. Bruce se hizo a un lado como pudo y apenas y le dio un rozón a Clark con la lanza de kryptonita. Ambos tenían los pies bien anclados en la tierra, y se miraban a los ojos. Arena y cenizas salían a sus espadas. La tierra calcinada era todo lo que había a su alrededor. Todo por culpa de Batman...

En las aguas oscuras de los ojos rojos de Superman, Bruce se sorprendió al ver su propio reflejo: un hombre sombrío, cansado y triste.

-Te fallé, Clark. Lo siento...

-Sé que puedes sentirlo. La Resistencia está extinta. La guerra, terminada – decía Clark. Parecía que sus palabras eran las de Darkseid – Todos tus amigos murieron... ya no queda nada por lo que pelear. Únete a mí y abraza la gloria de Darkseid.

Batman vio a su alrededor. Todos los soldados de la Resistencia habían sido asesinados. El cadáver de Deathstroke yacía a unos pocos metros de distancia. Hippolyta daba su último suspiro cuando un Parademon le clavo las garras en el corazón, matándola al instante. Ya no había nada por lo cual pelear.

Pero...Bruce vio más allá de su panorama, más allá de esos ojos oscuros y el paisaje desolador, y vio a Barry, poniendo en marcha la máquina del tiempo, dispuesto a entrar a la fuerza de la velocidad una última vez.

-Cada palabra que acabas de decir está equivocada – le dijo a Clark – He puesto en marcha una cadena de eventos que ya no se pueden deshacer. Y ni tu ni tu Darkseid podrán detenernos.

Usando su vista intensificada, Clark vio a través de los muros a Flash, que estaba parado al fondo de una grieta junto a una maquina eléctrica que tenía una banda de correr en sus soportes. Barry comenzó a correr a través de esta y rápidamente comenzaron a aparecer una especia de rayos azules.

-Ahora... la Tierra tiene otra oportunidad – dijo Bruce –

La mano de Barry tembló. Su respiración cambió. La Fuerza de la Velocidad estaba haciendo lo suyo. Entonces apareció un rayo azul y Barry desapareció.

-Lo siento Clark... – dijo Bruce, adoptando una posición de combate pero poniendo una mirada compasiva a su antiguo amigo – Pero ya perdiste...

Clark no dudo. Tomo a Bruce por el brazo y tomo la lanza de kryptonita de sus manos.

Se la clavó en el pecho...

En el corazón...

Justo donde Bruce le había disparado a Lois Lane.

***

Solo era otro de los tantos sueños en la mente de Bruce Wayne.

¿Por qué soñaba con eso?

Con un futuro sin esperanza donde todas las fuerzas de Darkseid tenían el control sobre la Tierra.

Dónde Clark vivía y estaba del lado del enemigo.

Bruce sabía que su mente enferma le provocaba esas alucinaciones.

¿Pero por que se sentían tan reales?

Era un verdadero enigma, y no tenía respuestas para ello.

Bruce se levantó de su cama, y se puso en marcha, pues este sería un día muy decisivo para la Resistencia.

***

Habían pasado cuatro días desde que Bruce y la Resistencia habían rescatado a Diana. Le había descrito todo lo que estaba pasando al mundo, cómo tantas personas habían sido asesinadas en el Día Omega y los eventos que siguieron. Le conto las historias de los héroes que habían muerto al intentar repeler la invasión y el resurgimiento de la Resistencia a partir de la Liga de Asesinos.

Bruce había renunciado a toda su vida mundana al haber asesinado a su antiguo maestro y a Talia, su antigua amante. Después de eso, un hombre se encargó de pactar con las fuerzas de Apokolips y conquistar al mundo. Ese hombre se llama Lex Luthor y Diana lo odio al instante por haber hecho eso.

Diana parecía decepcionada. Todo por lo que había luchado junto con Steve Trevor se había ido al demonio. Para tratar de hacerla entrar en razón, Batman decidió llevarla a un lugar que no era la Batcueva. Dieron un paseo en su Batmóvil, viajando bajo el cielo sin estrellas y lleno de smog de Gotham. Discretamente, pararon en un área vacía llamada "El Callejón del Crimen", y se quedaron bajo la lluvia, con el adoquín agrietado mirando debajo de sus pies.

-¿Por qué me has traído aquí? – pregunto Diana, temblando por las gotas de lluvia contra su cabeza sin tapar – ¿Y dónde están todos?

-Aquí es donde comenzó mi cruzada contra el crimen – respondió Bruce, mirándola a los ojos, con una mirada intensa de dolor bajo su casco de metal – Recuerdo la noche. Mi madre y mi padre... estaban felices mientras yo gritaba y saltaba emocionado por la película que habíamos visto – continuo el, señalando con la cabeza al vandalizado teatro de al lado – Papá quiso un helado y nos preguntó a nosotros si queríamos, al asentir que si opto por caminar por este callejón en lugar de por la acera en la calle. El hombre salió de las sombras, sacó un arma... un arma de cobarde, y les disparó. A los dos. Jure por el alma de mis padres que los vengaría, y la manera en la que lo haría era combatiendo el crimen que tanto asolaba la ciudad y lo he hecho desde entonces. Mi lucha por limpiar el mundo del crimen no termina en absoluto. Lex Luthor cometió un genocidio y mató a uno de los mejores hombres que conocí, además de que fue el que le dio los recursos a Nygma y a Joker para tratar de derribarme – los ojos de Bruce se llenaron de rabia, mientras que Diana lo veía casi con lastima – Mato a Clark y a Alfred... ¿Recuerdas el día del entierro de Clark en Smallville?

-Si... – respondió Diana, triste – Como si hubiera sido ayer.

-Jure sobre la tumba de Clark Kent que yo nunca dejaría de pelear por el mundo que el tanto defendió. Jure que revertiría lo que Luthor le hizo le hizo a las personas al traer un ejercito de monstruos – concluyo Bruce, tratando de mantener la compostura. Se le hacía difícil mencionar a Luthor. Estaba tan enojado –

Bruce nunca le había contado a Diana lo que les había pasado a sus padres. Durante el tiempo que lo conocía, ella siempre se había preguntado qué hizo que Bruce estuviera tan dispuesto a arriesgar su vida como justiciero, y ahora lo sabía.

-Tienes razón, Lex Luthor merece que lo derroquen, hasta me atrevo a decir que la muerte, pero... ¿cómo puedo ayudar al mundo? – pregunto ella. Diana parecía estar tan triste – No es que sea cobarde, pero es que el panorama se ve tan desalentador. No sé si valga la pena seguir luchando.

-Puedes darle el buen ejemplo a la Resistencia... devolverle el espíritu de lucha a la gente, como Wonder Woman – respondió Bruce – Siempre te admire, Diana. Tú siempre hiciste lo correcto, nunca te echaste para atrás, prevaleciste ante todo, sin importar las circunstancias. Eres una guerrera.

-No estoy segura de estar lista para ser lo que alguna vez fui – Diana le dijo sinceramente a Bruce, pero él se negó a aceptar un no por respuesta –

-Sígueme – Bruce empezó a caminar por una cerca de alambre hasta una alcantarilla cubierta por cajas de cartón rotas. Cuando cayó a la alcantarilla, Diana lo siguió y floto cautelosamente detrás de él. Entonces se encontraron con una puerta circular de cromo reluciente con un teclado en el centro. Bruce abrió la puerta con un código de veinte dígitos y entonces se encontraron con una gran sede, como la Batcueva, pero aproximadamente una docena de veces más grande –

-¿Esta es la amazona de la que hablabas? – pregunto una chica pelirroja, acercándose a ellos en una silla de ruedas –

-Sí. Soy Diana, la amazona – entonces Diana se echo a reír y le estrecho la mano – Es un gusto.

-El placer es mío. Me llamo Barbara Gordon – le respondió la pelirroja, estrechándole la mano también – Tu siempre fuiste mi heroína.

-Barbara... ¿por qué no nos muestras a Diana y a mí dónde está Barry? Quiero que Diana pueda hablar con él – ordeno Bruce –

-Sí jefe – respondió la chica, llevándolos en silencio hacia otro escondite subterráneo –

Barbara los llevo por una estrecha rampa en la parte trasera de la habitación, que por cierto estaba llena de vitrinas de armas junto a varios hombres y mujeres de la Resistencia.

-¿Así que armaste un ejercito? – pregunto Diana con asombro –

-La gente fue quien lo armo. Yo solo les di la llave para luchar – respondió Bruce, poniendo una sonrisa – Aunque nunca habría podido lograrlo sin mis muchachos – Barbara capto esa indirecta y no pudo evitar sonreír. Le alegraba que Bruce aun la tomara en cuenta, al igual que a Dick y a Jason –

Al descender más abajo en la base, entraron en una habitación que se parecía mucho a un bloque de prisión, con un huésped tumbado en la cama que había ahí. Vestía un traje rojo chillón con un rayo de luz plateado en el centro, y de vez en cuando, una luz blanca pulsaba y chispeaba por todo su cuerpo. Parecía atormentado, ya que estaba todo encorvado, llevándose las manos a la cabeza.

-Es Barry, pero... ¿Qué le está pasando? – pregunto Diana a Bruce, horrorizado por el sufrimiento del hombre –

-Dice que viene del futuro, dentro de dos años para ser mas exacto – explico Bruce – Según él, Darkseid gano la guerra y la Tierra está bajo su dominio total.

-¿Pero cómo se las arregló Barry para viajar en el tiempo? – Diana volvió a preguntar –

-Cuando la invasión comenzó y Barry desapareció, fue por que entro a la Fuerza de la Velocidad y descubrió un Multiverso. Se quedó en otra Tierra por un rato, pero después regreso a la nuestra e hizo su propia trayectoria de velocidad, viajando a través del tiempo para matar a Lex Luthor antes de su ascenso al poder...

-¿Que paso? – presiono Diana, queriendo saber mas –

-Altero toda la línea temporal y las cosas salieron mal. Al ver que no podía hacer nada el mismo, vino aquí, al tiempo en el que según el, se podrán detener los eventos catastróficos – Bruce puso los ojos en blanco, como si no creyera sus propias palabras. Suspiro y luego volvió a hablar – Cayo en la Batcueva ayer por la noche y me advirtió de la inminente derrota, que va a ocurrir en los próximos días. Según el, desde hace tiempo, la fuerza de velocidad lo ha estado arrastrando hacia adentro y hacia afuera. No sabemos qué está pasando, pero no responde muy bien.

-Puede que nunca se recupere – comento Barbara sin rodeos –

-Vino a advertirnos. Contigo, podemos inclinar la balanza a nuestro favor. Así el sacrificio de Barry no será en vano. Si no es por este planeta, hazlo por Clark... y por Steve Trevor – comento Bruce –

-¿Cómo es que sabes de el? – pregunto Diana –

-Sabía que me preguntarías eso – sin decir más, Bruce saco una fotografía en blanco y negro. En ella se hallaban Ted Grant, Joseph Wilson, Alfred, y obviamente Diana con su esposo Steve Trevor. Era la foto que se habían tomado la mañana del 31de Diciembre de 1972, justo antes de ir a capturar a Qasim. Diana la miro con nostalgia, y obviamente no pudo evitar sonreír –

-¿Cómo la conseguiste? – a Diana aún no se le borraba la sonrisa en el rostro –

-Era de Alfred. Uno de sus recuerdos en el MI6. Cuando le hable de ti, de la primera vez que la Justice League se reunió, saco sus cosas y me conto de su viejo equipo. Me conto que siempre tenías una sonrisa y palabras de aliento para todos, sin importar que tan fea era la situación. Y que Steve era el hombre más valiente y sarcástico que había conocido, pero también que era un guerrero nato... y un buen hombre – concluyo Bruce, tratando de que Diana lo volteara a ver –

-El hombre que esta junto a ti es Ted Grant, o WildCat, como era conocido – Barbara interrumpió, señalando a las personas en la foto – El fue quien entreno a Catwoman, y el del extremo, el francotirador es Joe Wilson, el padre de Deathstroke. Es bastante poética esta foto... ¿No les parece?

-Nunca he creído en el destino, pero si Diana está aquí es por algo – comento Bruce –

-Jefe... – comento Barbara, viendo a una computadora portátil que traía en el regazo – Todos vienen a la base bajo el cine en este momento.

-¿Todos? – pregunto Diana, aun incrédula –

-Los vigilantes que se oponen a Lex Luthor. Bruce es su líder – explico Barbara – Reunió a los justicieros que quedaron y ahora lideran junto a él la Resistencia.

-¿Y ahora cual es el plan, Bruce? – todos voltearon a la voz que había salido del pequeño cuarto. Era Barry Allen, que como pudo se levantó de la cama. Bruce lo ayudo a sostenerse – No emito radiación ni nada por el estilo, por lo que pueden acercarse y tenderme una mano.

-Es cierto – dijo Barbara – Mi escáner no detecta isotopos de radiación ni fuentes de calor. Es inexplicable lo que le pasa a Barry.

-No se preocupen. Les ayudare todo lo que pueda – comento el velocista, orgulloso en sus palabras – No me rendiré y jamás volveré a abandonarlos.

-¿Qué dices Diana? – pregunto Bruce – ¿Estas con nosotros?

Desde que había despertado, Diana había tardado mucho en confiar en la palabra de Bruce. Al principio había estado convencida de que estaba loco o que intentaba llevarla a algún tipo de trampa. Pero mientras explicaba a qué se refería con "La Resistencia", y cuántas personas se habían reunido allí hasta el momento, Diana no había sido capaz de luchar contra la chispa de esperanza que ardía en su corazón. Esto era algo que no se había atrevido a soñar que fuera una realidad, incluso si la historia le había enseñado que era inevitable que la gente se uniera y se defendiera. Mientras Bruce describía la forma en que se aseguraban de que todos comieran lo suficiente y que los médicos (médicos de verdad) tuvieran suficientes medicamentos, Diana se dio cuenta de que no tenía más remedio que confiar en él. Tenía que creer que las personas, al menos algunas de ellas, eran buenas y trabajarían juntas de esta manera. Lo que había sellado el trato había sido la cara de Barbara Gordon al pensar en el suministro constante de alimentos y cuando la joven le explicó que estaban tratando de establecer algún tipo de escuela para los niños que tenían ahí. Sonaba como una comunidad real.

Todavía estaba un poco insegura sobre el arma que llevaba Batman, pero le había explicado que estaban a cargo de veteranos y personal del ejército que llevaban mucho tiempo en servicio, y que él mismo había tenido que aprender a luchar con armas de fuego por la ocupación, por lo que Diana se sintió un poco más tranquila. Parecía que aquellos con armas estaban debidamente entrenados, y en realidad podría ser bueno tener algunas armas alrededor para protegerse, incluso si la misma Diana las odiaba.

Al final de ese día, Diana apenas podía creer lo agradecido que estaba de que Batman y los soldados de la Resistencia la hubieran encontrado. Era tal como lo había descrito. Había gente, mucha gente, felizmente trabajando juntos. Tal vez incluso más de mil de ellos en la Batcueva. A su llegada, los que se presentaron con ella le dieron sus nombres y declararon a quién habían perdido. La esperanza débil de Diana de que las amazonas podrían estar esperándola en su isla se desvaneció rápidamente, pero sabía que estaba en una posición mucho mejor para encontrarlas ahora que era parte de un grupo.

Luego fue llevada al comedor donde le sirvieron comida cocinada real. No era un lujo, no según los estándares del viejo mundo, pero gracias a Batman y a la familiaridad de las personas, Diana si lo sentía así. Por primera vez desde que había sido rescatada, Diana se parecía un poco más a su antiguo yo, mientras charlaba felizmente con las personas que conocía.

Al ver el coraje en la chica invalida y la determinación de Barry, Diana supo su respuesta. Ella sabía que aun valía la pena pelear por las personas, que no dejaría que Luthor ni Darkseid se salieran con la suya. Diana nunca renunciaría a sus ideales y jamás dejaría de pelear. Pero sobre todo, jamás defraudaría a quienes creían en ella.

***

Un día después...

-¿Entonces dices que mataste a un Parademon Omega? – pregunto Green Arrow –

-¿Por qué no me crees, Ollie? – contesto Dick Grayson, riendo – Es bastante digerible...

-No lo creo, tú no eres este chico – y entonces Oliver señalo a Jason Todd, que estaba a su lado – Se cargó solo como a treinta y tantos Parademons.

-Batí tu record, Dick – anoto Jason – Ya no te me acercas en las rachas – Dick solo pudo reír ante el comentario de su hermano adoptivo. Le resultaba chistoso asimilar que comentaran cosas así con tal normalidad. En otros tiempos, ni hubieran matado algo, al menos no él y Oliver –

-Pendejo de pueblo – dijo Oliver, refiriéndose a Dick – No estás acostumbrado a que te superen.

-Silencio Arrow – como un viento gélido azotara la conversación tan agradable que tenían, Bruce Wayne entro por la puerta lateral junto con Lois Lane y Slade Wilson – Es hora de ponernos a trabajar.

-Como digas jefe – finalizo Oliver, poniéndole punto final a su conversación con Red Hood y Nightwing –

Hal, Barry, Nightwing, Red Hood, Katana, Lois Lane, Green Arrow, Deathstroke, Batman y Barbara Gordon se sentaron alrededor de una vieja mesa redonda. Hubo un largo silencio; con la excepción de Deathstroke, la mayoría de estas personas solían ser amigos de armas. Estar en la mesa redonda, después de lo mucho que había cambiado en la última década, se sintió... extraño. Para todo el mundo.

Barbara decidió que el silencio se había prolongado lo suficiente y sacó un mapa azul del mundo.

-Gracias a Lois y a Hal, ahora tenemos en nuestro poder el software "Sistem Down". La red de Luthor tiene puntos fuertes, pero no será invulnerable ante este programa – anoto Barbara –

-¿Cómo está estructurado el sistema de LexCorp? – pregunto Hal Jordan –

-Es una red cerrada de sistemas que está conectada con todos sus drones, armas automáticas, tanques pesados ShockHammer y tanques ligeros Cobra; y aviones tripulados y no tripulados – Barbara parecía más entusiasmada que nunca – Con este software, podremos introducirlo al sistema y botarlo desde raíz.

-El único problema que le veo es que tendrá que ser cargado desde el sistema central de la computadora en la sede de LexCorp en Metropolis – añadió Lois –

-Supongo que lograremos infiltrarnos – termino de decir Barbara –

Mientras continuaba hablando, Batman y Barry se levantaron y caminaron hacia un rincón distante. Batman estaba disgustado con el truco de Barry con la fuerza de velocidad, muy disgustado.

-Necesito decirte algo – dijo Bruce –

-Escucha, Batman, sé que lo que hice estuvo mal. Fui cobarde...

-Eso fue imprudente – Batman interrumpió. No quería escuchar a Barry – Pero lo dejare pasar. ¿Puedes asegurarme que seguirás mis órdenes al pie de la letra y no nos abandonaras?

-Si Bruce, lo acepto – contesto Barry con firmeza, dispuesto a enmendar sus errores –

-Y tampoco quiero que seas tan quisquilloso – anoto Bruce – Mas te vale decirme la verdad cuando llegue el momento.

-Si...

-Entonces a trabajar soldado. Aun tienes mucho que ofrecer – ordeno Batman, poniendo una sonrisa. Entonces él y Barry se reunieron con los demás –

Mientras Batman y Barry se volvían a sentar, Barbara seguía dirigiéndose a la mesa redonda.

-Tenemos que averiguar lo que Dent le dijo a Dick – ahora volteo a ver a Nightwing –

-Menciono algo llamado Ecuación anti-vida – añadió Dick Grayson – Dijo que debemos de preguntarle a Waller.

-No crean que la vieja desollamentes nos va a soltar la información tan fácil – Oliver se burló de la idea – Si con soltarnos la ubicación de Dent fue un trabajillo difícil...

-Un momento Arrow – interrumpió Lois – ¿Amanda Waller esta trabajando para la Resistencia?

-Solo por que le conviene – contesto Slade – Si no fuera por que me tiene miedo, su cuero cabelludo ya estaría colgando de mi cuello.

Bruce estaba a punto de llamarle la atención a Deathstroke, haciéndole ver que no era tiempo para esos comentarios. Pero fue interrumpido.

-Ese no es el problema, Deathstroke – dijo Diana mientras caminaba hacia la mesa redonda. Se había puesto un traje nuevo, con todo el cuerpo cubierto de un material azul y rojo por el abdomen, pero conservando sus muñequeras y su tiara, junto con la espada y el escudo antiguos colgados a su espalda. Bruce le había guardado un par en la Batcueva desde antes de la invasión de Darkseid, y por fin Diana los había encontrado. Hal pensó que se veía ridícula, aunque se lo guardó para sí mismo –

Diana caminó hacia el centro de la mesa redonda hasta que estuvo de pie cerca de Katana y Batman. Miró a sus compañeros por un momento antes de volver para dirigirse a los demás.

-No debemos tomarnos eso a la ligera. Cuando Jack Ryder escribió el artículo sobre el escape de Luthor de la isla Stryker, me dedique a investigar todo lo que pude de Steppenwolf y Darkseid.

-¿Y encontraste algo? – pregunto Red Hood –

-Si, en un antiguo refugio de las amazonas cerca de Atenas encontré una especie de oleos. Ahí estaba la historia... – y entonces, Diana tomo un largo suspiro y empezó a contar su relato – Hace casi cinco mil años, cuando las civilizaciones de la Tierra y el hombre aun le rendía plegarias a los Antiguos Dioses, una gran armada apareció en el cielo. Aplastaron a todos los que se resistieron, eran tan brutales como su líder, un ser poderoso llamado Uxas. Ahora se hace llamar Darkseid, un nombre maldito entre todos los universos. Uxas se enfrentó a los antiguos defensores de la Tierra: Antiguos Dioses, atlanteanos antes de su descenso en el Mar, amazonas antes de ser traicionadas por el hombre, guerreros de las mejores tribus de la humanidad, guardianes de las estrellas y por último, el protector del mundo: el mago Shazam. Su pasado les enseño a no confiar los unos en los otros.

-¿Y cómo fue que pelearon juntos entonces? – pregunto Green Arrow –

-Espera llegar a esa parte – anoto Diana, para después seguir con su relato – Mientras Uxas atacaba la Tierra, su lugarteniente, un ser cornudo conocido como Steppenwolf, reunió un poder secreto desde la infinidad de las estrellas: Las Mother Boxes.

-¿Mother Boxes? – pregunto Batman – ¿Qué son?

-Indestructibles maquinas vivientes, creadas con una ciencia tan avanzada que hasta parece hechicería – Diana hablaba con cierto temor – Para formar la unidad, las tres cajas debían de sincronizarse, para haber purgado nuestro planeta en fuego. Querían hacer un nuevo Apokolips... el planeta de Darkseid.

-¿Por qué no lograron su objetivo? – pregunto Deathstroke –

-Por que antes de que la unidad lograra sincronizarse, los defensores de la Tierra le pusieron una trampa a Darkseid, y atacaron con todo lo que tenían – y aquí, fue cuando Diana comenzó a hablar con sentimiento. A pesar de no haber estado ahí, parecía que la nostalgia la invadía – Ra's Al Ghul reunió a los mejores guerreros humanos del planeta, las amazonas de la reina Hippolyta pelearon a lado de los atlanteanos comandados por el legendario rey Atlan a pesar de haber tenido sus diferencias, Zeus con Atenea y su hijo, el guerrero oscuro Ares lucharon juntos como uno. El mago Shazam rompió su juramento de no mezclarse en los asuntos de los hombres y lidero a un ejército de magos, y Yalan-Gur, uno de los miembros fundadores del Green Lantern Corps, bajo de las estrellas y defendió sin miedo el sector 2817 – Hal Jordan definitivamente se sintió triste al escuchar eso, pues el ya no era un Green Lantern – Todos se unieron para defender la vida en la Tierra. En los albores de la batalla, el Green Lantern Yalan-Gur en conjunto con los dioses Zeus, Atenea y Ares, lideraron la ofensiva final contra Uxas, y a pesar de que Yalan-Gur murió, Ares logro herir al invasor con un golpe de su hacha, dándole tiempo a Zeus y Atenea para que lograran destruir dos de las Mother Boxes – todos pusieron atención a esto, aunque tenían una mirada preocupada, pues ellos no eran dioses y no podían enfrentarte a Darkseid como en la antigüedad – Hicieron lo que pocos mundos habían logrado: hicieron que el enemigo regresara a las estrellas.

-¿Qué sucedió con la Mother Box restante? – pregunto Dick –

-El mago Shazam la escondió en un refugio secreto en Mesopotamia. Ahí se quedara hasta el final de los tiempos – Diana concluyo –

-No estés tan segura – Deathstroke intervino – Antes de la invasión, Luthor y sus mercenarios la robaron de un pueblo en Irak, antes Mesopotamia. Así fue como lograron abrir el gran portal e hicieron pasar a todo su ejército. Es una historia muy bonita Wonder Woman, pero hay que ser realistas y enfrentar la realidad con hechos – Deathstroke aún no estaba convencido – No podemos fiarnos de los héroes o de tus dioses, ahora estamos solos...

-No creo Slade – Bruce interrumpió, y vio con seguridad a todos los compañeros en la mesa – Darkseid y Luthor nos han subestimado por años. No creen que seamos la molestia en sus zapatos, solo nos ven como termitas. Solo véanse... ¿Cuántos de nosotros éramos hace un mes? Y vean cuantos somos ahora...– y como si las palabras de Batman hicieran efecto en todos, los antiguos vigilantes sabían que era verdad –

-Darkseid destruyo a los Green Lantern Corps – añadió Hal Jordan, disgustado con las palabras de Bruce – Ha conquistado mundos enteros y los que se resistieron los redujo a cenizas – la decepción en sus palabras era evidente. Por mucho que quisiera pelear, Hal Jordan estaba molesto ante las fantasías de Diana y Bruce – Ustedes quieren lo imposible...

Y sin decir más Hal salió de la habitación. Todos lo vieron de manera incrédula, pues aún se les hacía imposible creer que el ya no tuviera fe en sus amigos.

-No me importa en cuantos infiernos y con cuantos demonios ha peleado Darkseid. Él nunca ha peleado contra nosotros... todos nosotros unidos – y sin decir más, Bruce se sentó, cediéndole la palabra a Barbara Gordon –

-Y eso significa que Wonder Woman y Katana irán a ver a Zatanna a Las Vegas – dijo Barbara, ordenando sutilmente a Wonder Woman que siguiera sus indicaciones –

-¿Zatanna Zatara? – pregunto Diana – No creí que siguiera con vida.

-Ella es la principal benefactora de la Resistencia en toda América – añadió Barbara – Tiene un club nocturno reservado para ricos y seres mágicos. Esa es su tapadera. Le tendrás que pedir el uso de "La Silla de los mil ojos". Es un artefacto mágico de clarividencia que nos permitirá encontrar lo que sea que las hordas de Apokolips estén buscando. Entre los generales del Régimen, se habla de algo llamado "Ecuación Anti-vida" – entonces Barbara Gordon les tendió una tarjeta con un sombrero mágico dibujado, y se la dio a Diana en la mano – Ahí viene la dirección del club. Díganle al portero que van de mi parte o de Dick Grayson, Zatanna nos conoce. No mencionen a Bruce.

-Entendido – y entonces Diana volteo a ver a Tatsu Yamashiro – Espero que no causes problemas – añadió ella. Conociendo el historial de violencia de Katana, no quería tener problemas –

-Prometo que no seré incómoda ni nada – dijo Tatsu después de una breve pausa –

Con eso hecho, Barry habló.

-Y cuando la consigan, la Ecuación... ¿que sigue después? – pregunto el velocista –

-Cuando la consigan, Darkseid la sentirá y lo haremos salir de Apokolips – indico Slade Wilson – Con la caja que tienen en su planeta, abrirán otro portal y se dejaran caer con todo su ejército en el lugar indicado. Entonces ahí les tenderemos la emboscada y sacaremos a las avispas del avispero.

-Ese cabron como me agrada – le susurro Jason a Dick. Parecía que admiraba a Slade –

-Solo te recuerdo que Deathstroke quiso matarme a mí, a Bruce y a los Teen Titans en su momento – indico Dick en reprimenda –

-Necesito a Diana para formar una alianza con las amazonas de Themyscira. Formaremos un ejército, y cuando tengamos la ecuación en nuestro poder, la llevaremos a la Fortaleza de la Soledad de Superman y los enfrentaremos ahí – añadió Bruce, sin voltear a ver a Diana –

Wonder Woman se puso de pie, furiosa.

-¡¿Y por que mi gente?! – Diana estaba molesta – Creí que pensabas con la cabeza, Bruce... sabes que no he visto a mi madre en décadas.

-No es lo que me gustaría, pero ya no hay más gente para pelear. El día del ataque a LexCorp, toda la Resistencia va a tomar las principales ciudades del mundo y las fuerzas restantes estarán ocupadas – indico Batman, también alzando la voz – La Fortaleza de la Soledad es un lugar aislado y bien fortificado, además cuenta con un buen contingente de tropas que yo mismo y Slade seleccionamos para resguardarlo. Las Amazonas son fuertes, por lo que le van a dar a la armada de Darkseid la pelea de su maldita vida.

-Además ese no es todo el plan – interrumpió Deathstroke – No las dejaremos morir solas... a nadie. En el albor de la batalla, Batman llevara a los mejores guerreros y entraran por el portal a Apokolips para matar a Darkseid.

-Les vamos a meter una carga de energía Havok – y entonces Batman activo un holograma en su muñequera, haciendo que de esta saliera una imagen de una bomba pequeña, no más grande que una botella de agua de dos litros pero igual de poderosa – La desarrolle a partir de los cristales de Superman en La Fortaleza de la Soledad. Es igual de poderosa que una bomba atómica.

-¿Le robaste tecnología a Clark? – pregunto Diana, aun en su tono molesto –

-El me ayudo a desarrollarla poco después de la invasión de Parallax – Bruce añadió – Sabíamos que algún día vendría una amenaza igual de grande o peor, y ese día llego. La usare para destruir Apokolips o asesinar a Darkseid.

-Solo espero que tu plan funcione – Diana perecía haberse calmado – Tú mismo le explicaras tu plan a mi madre – Batman asintió –

-Iré con Waller y conseguiré cualquier información que pueda ayudarnos – indico Oliver Queen – Nightwing y Red Hood van conmigo.

-Llévatelos, yo y los demás nos quedaremos aquí – concluyo Batman, levantándose de su asiento –

Todos se miraron por un momento antes de que Batman les dijera a todos que se movieran, lo que todos hicieron, excepto Wonder Woman. Bruce y Diana se quedaron solos en la mesa redonda. En todo ese tiempo, una lona había estado colocada sobre la mesa y ahora Wonder Woman se había dado cuenta.

-¿Por qué te quedaste con ella? – preguntó Diana –

-¿Quedarme qué? – Batman quedó confundido –

Diana tiró de la lona para revelar el símbolo JL agrietado que yacía en la parte superior. El logo una vez orgulloso de los superhéroes más grandes del mundo ahora tenía grietas, irónicamente representando el estado roto de la Liga. Bruce lo miro por un momento antes de que pudiera responder.

-Olvide que estaba ahí – respondió Batman, poniendo una media sonrisa –

-Dijeron que la era de los héroes no iba a volver – añadió Diana, aun viendo el símbolo de la Justice League –

-Tendrá que volver...

Y al decir esto, Bruce salió de la habitación con paso firme.


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