LA LLEGADA DE DARKSEID

¿Cuánto había pasado desde la batalla con Doomsday? Horas... días... semanas... meses...

Clark ya no sentía el tiempo. La kryptonita en su cuerpo lo había dejado en un estado casi vegetativo. Tenía los ojos medio abiertos y por eso podía ver lo que había en su alrededor. Los planetas y las estrellas eran el escenario. Aun tenia esperanza de poder volver a mover su cuerpo para volver a casa junto a Lois y a su madre.

Pero no podía...

Sus extremidades estaban casi inertes, a excepción de sus ojos que lo veían todo. Fue entonces cuando vio una sombra que nublaba su vista y todo se volvió oscuro para después.

Superman se despertó con un dolor cegador que recorrió su cuerpo. Anillos de radiación de kryptonita lo envolvieron, haciendo que su cuerpo reaccionara violentamente. Su piel ardía mientras grandes taladros perforaban su carne. Sin la energía del sol, Superman se estaba volviendo cada vez más débil a medida que cada hueso de su cuerpo se rompía, uno por uno.

En las sombras detrás de él, Clark pudo escuchar la voz de Desaad, burlándose de él.

-No grites todavía Kal-El, recién estamos comenzando...

Mientras la flota principal salía del planeta de fuego Apokolips, Desaad, favorecido por su maestro por su destreza en la tortura, estaba obteniendo un placer verdadero y obteniendo una inmensa satisfacción por el dolor que estaba experimentando su sujeto. Superman, el héroe más grande de todos, estaba experimentando una agonía diferente a cualquier cosa que hubiera podido sentir.

Con el cuerpo roto, su traje azul cubierto de sangre y sudor, Clark se encontró añorando los tiempos pasados, los tiempos de su crianza en la granja. Trató de obligar a su mente a rechazar el dolor, a concentrarse en sus recuerdos para ayudarlo a soportar el asalto en curso, pero no importaba cuánto lo intentara, no podía escapar de la agonía.

A medida que su pulso disminuía, un objeto metálico en forma de lanza atravesó su pecho, rompiendo sus costillas y perforando su corazón. En cuestión de segundos, su cuerpo se había rendido y el Hombre de Acero yacía sin vida en el duro suelo de metal.

Desaad puso una sonrisa maliciosa antes de voltear hacia su Parademon asistente.

-Revívelo...

Los ojos de Kal-El se abrieron. Miró alrededor de la habitación a oscuras, por un momento sin saber dónde estaba.

-No creas que incluso la muerte puede salvarte aquí Kal-El. Darkseid tiene un gran poder, y hará que te maten y te traigan de vuelta una y otra vez – Desaad soltó una risa aterradora antes de comenzar de nuevo la tortura del Hombre de Acero –

-Resurrección completa... funciones corporales restauradas a su capacidad normal – dijo la computadora –

Superman abrió los ojos, su visión se distorsionó al principio. Le habían parecido semanas, incluso meses, desde que había abrazado a Lois. Había sido asesinado y revivido una y otra vez, su mente ya no podía separar la realidad de la fantasía. Se las arregló recordando tiempos que habian pasado hace mucho tiempo. Pero su voluntad de continuar se estaba desvaneciendo rápidamente.

Ahora era un ser humano normal. Su prisión de kryptonita combinada con la falta de luz solar lo había drenado de sus poderes. Pero siguió luchando, todavía resistió. Sin embargo, cada vez que volvía de la muerte, su espíritu y su fe se agotaban, poco a poco. Cada vez que estaba cerca de la muerte, comenzaba a desear que fuera la última. Que no fuera revivido.

Sintió algo afilado contra su columna vertebral, empujándolo, haciéndolo gritar de agonía. Sintió una descarga eléctrica a través de su ahora frágil cuerpo. El suelo estaba rojo, manchado con la sangre que había estado goteando por las heridas de todo el cuerpo durante las horas.

Cada hueso de su cuerpo se rompió, luego sanó solo para ser destrozado nuevamente. Una y otra vez se fue. El héroe de la Tierra, el hombre de acero se había reducido a un enclenque tembloroso. Ahora no sintió nada más que dolor. Incluso las imágenes tranquilizadoras de su madre y de Lois desaparecieron de su mente, para ser reemplazadas por miedo y una comprensión cada vez mayor de que nunca escaparía.

Finalmente, la lanza le atravesó el corazón. Él estaba muerto...

No había nada, solo oscuridad. Entonces de repente hubo un destello cegador de luz blanca. Y ahí estaba... Jonathan Kent.

-Hijo mío... debes soportar el dolor. Debes seguir luchando... eres la única esperanza de la humanidad.

-Papá... – respondió Clark apenas lo vio –

Y luego los ojos de Jonathan Kent estaban rojos. Su piel estaba cubierta de ampollas... estaba en llamas. El calor era insoportable. La temperatura se disparó cuando el padre que conoció fue quemado vivo frente a él. Clark trató de ayudar pero no pudo moverse. Estaba paralizado. Entonces pudo sentir su propio cuerpo en llamas. Las llamas se alzaron a su alrededor, gritó...

Clark abrió los ojos. Miró su piel, viendo las cicatrices de la tortura que estaba soportando. Pero estaba vivo, con el ahora familiar resplandor verde de su prisión a su alrededor.

-Bienvenido de nuevo Kal-El. El mundo de los vivos te espera una vez más – Clark miró hacia arriba. Vio a una figura humanoide muy fornida y alta, con piel gris rocosa y ojos completamente rojos. Era Darkseid, el responsable de todo lo que le estaba pasando –

-Tú... ¿por qué... por qué me estás haciendo esto?

-Te lo estás haciendo a ti mismo. Tus puntos de vista idealistas, tu moral y ética enfermiza son una abominación. Eres un ser de gran fuerza y ​​poder. Sin embargo, elegiste salvar a la gente patética del planeta donde caíste cuando podías gobernarlos.

-Merecen que los ayude...

-No merecen tu empatía, hijo de Krypton. No merecen tu misericordia o tu fe en ellos. Estos humanos han pasado la historia matándose unos a otros, juzgando a los demás por sus creencias, el color de su piel, yendo a la guerra por asuntos triviales. Son salvajes y lo que merecen es ser borrados de la existencia – contesto déspota el tirano de Apokolips –

-No... ellos son más civilizados que tú. Tienen problemas pero son una raza joven.

-Quizás... pero no hay necesidad de preocuparse Kal-El. No deseo destruirlos. Solo controlarlos. Su concepto de libre albedrío es irrelevante. Pronto aprenderán que su lugar en el universo es la servidumbre. Son esclavos... simplemente no lo saben todavía – al decir esto Darkseid sonrió – Admiro tu fuerza de voluntad Kal-El. Muchos han sido torturados de esta manera antes, pero ninguno ha soportado tanto como tú –Clark miró al que lo había hecho prisionero. La imponente figura de Darkseid era intimidante – Te respeto Kal-El. Tu poder es grande. Si hubieras actuado al cien por ciento de tus habilidades y con tus amigos enmascarados, seguramente me habrías representado una amenaza. Pero tu destino será el mismo que el de aquellos a quienes proteges. Me servirás.

-Nunca seré tu esclavo... y hay otros... los que se opondrán a ti y te derrotarán.

-Ah, sí... La Tierra es el hogar de muchos seres poderosos. He sido testigo de sus poderes. He observado a la Amazona y al elegido de los Green Lantern Corps... son fuertes. Pero tú eres su arma más poderosa, Kal-El. Sin ti peleando con ellos, su poder se vuelve insignificante.

-Mátame entonces...

-Anhelas la muerte. Lo veo en tus ojos. Tu cuerpo es débil. Tu mente está lista para colapsar. No... tengo otros planos para ti. Tu cuerpo será destruido una y otra vez... pero cada vez que mueras, tu mente permanece intacta. Solo necesito reparar tu cuerpo, y vives de nuevo. Sin embargo, soy consciente de las tensiones mentales, las imágenes que pasan por tu cabeza. Y cuando hayas perdido tu voluntad... yo ya habré recuperado la Ecuación Anti-Vida. Te obligare a servirme.

En lo su fortaleza de Apokolips, Darkseid estaba haciendo los preparativos finales para su ataque a la Tierra. Su flota estaba rompiendo la formación, poniéndose en posición para comenzar el asalto.

***

En la Tierra, Lex Luthor preparaba una extraña maquina con una punta hacia el cielo. Había colocado la Caja Madre en el centro del aparato y estaba más que listo para activarla.

Sonriendo hacia el vacío del cielo, sabía que el momento por el cual había rogado por seis años, ya estaba a nada de cumplirse.

Gracias a Darkseid y a su ejército, la Tierra seria suya.

***

Dentro del palacio de Apokolips, Desaad continuó su cruel e implacable tortura contra Superman. Clark había olvidado quién era, dónde estaba... todo lo que pasó por su mente ahora era el sentimiento de que existía para sufrir.

Darkseid miró por la ventana de su habitación de guerra, con la mirada fija en los cielos rojos, justo donde se abriría el gran portal. Entonces una pantalla se activó, y del otro lado se hallaba su marioneta humana Lex Luthor, listo para recibir las ordenes.

-Todo está preparado para cuando ordene, mi señor – dijo Luthor viendo su máquina con la Caja Madre – Cuando diga abriré el portal y le entregare la Tierra – Darkseid permaneció en silencio. Otro mundo era suyo para que lo tomara. Otro mundo listo para ser conquistado – Lord Darkseid... ¿Qué me ordena?

-Abre el portal – Darkseid sonrió con malicia – La Tierra es mía.

Fue entonces que Luthor halo de la palanca del aparato y un gran rayo naranja salió de esta, proveniente también de la Caja Madre. Un gran halo de luz se proyectó en los cielos de África, y proveniente de este entraron miles de Parademons voladores, naves de caza y cruceros ligeros provenientes del planeta Apokolips.

Luthor le había entregado el planeta a su amo.

***

Metrópolis:

Dentro del Daily Planet, Jimmy Olsen y su jefe, Perry White se quedaron en silencio, atónitos, viendo los informes de noticias en vivo que llegaban de todo el mundo. Habían venido de la nada y ahora estaban en todas las partes. Innumerables naves alienígenas descendiendo de los cielos.

Armado con su cámara, Jimmy Olsen se dirigió al techo del Daily Planet. Mirando hacia la ciudad, vio la invasión con sus propios ojos.

En las calles, decenas de naves de desembarco desplegaron cientos de Parademons, armados con armamento avanzado. La Guardia Nacional y el ejército luchaban por contener la amenaza. Los disparos rugieron cuando las balas volaron por el aire para encontrar sus objetivos. Se dispararon rondas de tanques y lanzaron misiles contra los cruceros de batalla. Se podian ver feroces explosiones y grandes bolas de fuego en toda la ciudad.

Uno de los cruceros de batalla más grandes se postro sobre Jimmy Olsen, disparando un rayo rojo brillante con un cañón de energía, derribando el edificio que alguna vez fue el Daily Planet. Cuando el edificio se derrumbó, aplastó a muchas de las personas de abajo, que habían estado tratando de escapar de la batalla.

El ejército de Darkseid avanzó por las calles de Metrópolis. El comandante de sus fuerzas, Steppenwolf notó a una mujer y un niño abrazándose, pidiendo a Superman que los ayudara. Levantó su hacha de rayos y la azoto, matándolos a ambos. Las calles estaban pavimentadas con sangre de inocentes. Cualquiera que tuviera un arma, ya fuera civil o de uniforme, era animado a oponer resistencia. Pero las fuerzas invasoras estaban abrumando las defensas de la ciudad.

En los cielos de arriba, se estaba librando otra batalla. Se desplegado cazas de una base aérea cercana para hacer frente a las naves enemigas entrantes de Apokolips. Estos drones de ataque no eran muy maniobrables, pero su gran número dificultaba el manejo de los pilotos estadounidenses. Los escuadrones de cazas estaban esquivando y zigzagueando a través del enjambre de drones, apuntando a su enemigo. Se dispararon misiles e innumerables rondas de municiones contra los invasores. La charla de radio fue constante durante la pelea mientras los pilotos intentaban desesperadamente defender la ciudad, mientras intentaban sobrevivir al ataque.

-"Bogey a las 10 en punto, Hawk 2 lanzando ráfaga de Tomohawks..."

-"Copiado eso" – Una explosión atravesó el aire cuando el objetivo fue destruido –

-"Tengo un enjambre de insectos al frente, disparando el 8mm" – el piloto acciono su ametralladora y disparo una ráfaga de balas hacia los Parademons, matándolos a todos –

-"Buen tiro..."

De repente, otra ola de drones y Parademons atravesaron la atmósfera, eliminando a cuatro cazas instantáneamente con explosiones de energía.

-"Señor, hay demasiados. Tenemos que retroceder..."

-"Negativo, quédate donde estas, no nos vamos a retirar".

Más destellos de luz y explosiones fuertes se dieron cuando ambos bandos perdieron combatientes. La batalla estalló. En tierra y en el aire, era obvio que el ejército estadounidense estaba demostrando no ser rival para la flota de Darkseid y sin Superman, parecía haber pocas esperanzas.

***

El frente meteorológico que había azotado la costa de Inglaterra más temprano ese día ahora había sido reemplazado por un tipo diferente de tormenta. El Big Ben había sido completamente destruido por uno de los cañones de energía primaria de los cruceros y las calles de Londres ahora estaban vacías, a excepción de las dos fuerzas militares opuestas.

Sin embargo, a diferencia de Metrópolis, las fuerzas combinadas de los militares estaban ganando esta batalla. Liderando la pelea estaba la Amazona, Wonder Woman. Mientras asistía a una reunión del consejo en la ONU, fue testigo de la primera ola de ataques de la armada de Darkseid. Saltando a la acción, salió volando de su edificio y se metió en el fragor de la batalla.

Liderando la lucha, la Amazona se deshizo fácilmente de los soldados de infantería entrantes con su gran fuerza, inigualable por sus enemigos. Mirando hacia el cielo, vio drones de ataque derribando aviones de combate con facilidad. Elevándose en el aire, estiró los brazos, cerró los puños y voló directamente a través de uno de los drones como un misil.

Cuando explotó detrás de él atravesándolo con su espada, Diana ya se estaba concentrando en su próximo objetivo. Cuando el fuego de energía la amenazó, lo desvió con facilidad con su escudo, luego lanzó poderosas estocadas a las hordas de Parademons, destrozándolos.

Luchando contra oleada tras oleada de enemigos, estaba agradecida por la llegada de más cazas de la Fuerza Aérea Británica. Juntos dieron golpes contundentes, disminuyendo las fuerzas enemigas. Al regresar al nivel del suelo, Wonder Woman comenzó a deshabilitar y destruir las armas en la nave de aterrizaje.

Sintiendo que las tropas ahora tenían la situación bajo control, miró hacia el mar para encontrar tres cruceros gigantes flotando, enganchados en una pelea con los cazas británicos.

Saliendo volando, aterrizó en la cubierta principal de la primer nave, observando cómo las torretas de los cañones se abrían y disparaban contra los aviones. De repente, una explosión de energía destruyó un avión que pasaba volando, lo que provocó que Diana se lamentara por esto.

Así que ella se abrió paso por la cubierta, llegando hasta los controles del puente para desactivar los escudos. Al llegar a la sala de control, mato a todos los Parademons que se encontraban ahí. Pero al no saber que controles debía de apretar para desactivar el escudo de la nave, Diana opto por destruir estos.

Los escudos del crucero cayeron, permitiéndoles a los cazas británicos que lanzaran sus misiles, todos apuntando al mismo crucero. Diana miró cómo los misiles dieron impacto directo, causando pequeñas explosiones en toda la nave mientras caía al mar antes de ser destruida por completo en una bola de fuego.

-Uno menos, dos para mí – Diana murmuró para sí misma saltando hacia el otro crucero –

Despegando, Diana aterrizo en la cubierta del segundo crucero, intentando desactivar los temibles cañones, sin embargo, Kalibak, el hijo de Darkseid y comandante de sus ejércitos en esa región, apareció.

Diana se lanzó al ataque sin pensar, pero el poderoso bruto le dio repentinos golpes en el rostro, a los que la Amazona no pudo resistir. Kalibak entonces la agarro de la cintura y le saco el aire de una brutal patada en las costillas.

Diana era una amazona... si, pero no podía hacer nada ante la fuerza de uno de los Nuevos Dioses y entonces perdió el conocimiento en sí misma.

En segundos, el ejército británico había perdido Londres.

***

Aun en Apokolips, Darkseid estaba en su sala de guerra, observando las batallas que se desarrollaban en grandes monitores. Algunas las estaba ganando, otras no tanto. En todo el mundo, su flota estaba en guerra con las naciones de la Tierra. Admitió para sí mismo que había subestimado a los héroes de la Tierra, sin embargo, no podían resistir para siempre y no pasaría mucho antes de que se desesperaran y se rindieran.

En su celda, Superman se vio obligado a ver la guerra en pantallas gigantes, solo que cuando las cio, la gente de la Tierra estaba perdiendo... incluida la batalla en la ciudad de Metrópolis. Observando cómo las personas a las que había protegido durante tanto tiempo murieron por miles, Clark lloró. Sus pensamientos estaban en Lois y en Martha Kent, sin saber si estaban bien, o incluso vivas en medio de esta guerra.

***

En todo el mundo se estaba librando una guerra. Las bajas en Europa, Asia, África y América fueron devastadoras. Los Death Stalkers de Darkseid, cruceros de batalla gigantes, estaban causando miedo y destrucción. Las explosiones de sus armas principales fueron suficientes para destruir Houston, Edge City, Sydney, Londres, Madrid, Coast City, Beijing, etc. Mientras que otras ciudades importantes de todo el mundo también sufrieron grandes pérdidas, ya que los cruceros de batalla de tamaño normal y los Parademons causaron enormes daños.

Cyborg y Starfire de los Jóvenes Titanes habían caído prisioneros junto con Detective Marciano ante las tropas de Darkseid después de defender la Titan Tower. Desaad, el maestro torturador de Darkseid tenía planes macabros para ellos.

Barry Allen había desaparecido en medio de la batalla de Central City.

Arthur Curry, el rey de Atlantis, estaba listo para enviar a sus tropas a ayudar en la superficie, pero las hordas de Parademons habían descubierto su ciudad, por lo que tuvo que optar por preparar a los atlanteanos para la batalla que se venía.

En Suiza, Selina Kyle había sido testigo del asesinato de su hermana a manos de los Parademons, robándole a aquella persona especial por lo que había luchado tanto.

A través de Star City, Oliver Queen aka Green Arrow trataba de ayudar junto con el ejército a repeler la invasión, solo para darse cuenta de que los cañones de los cruceros apuntaban a la avenida central donde Dinah Lance o como era conocida Black Canary, estaba ayudando a evacuar civiles. En segundos, la mitad de Star City había sido destruida por los cañones de pulso de la nave, matando a Dinah en el proceso y dejando a Green Arrow solo.

Solo en Gotham City, Nightwing y Reed Hood aun luchaban codo a codo con la policía y la guardia nacional, manteniendo el espíritu guerrero del hombre que había sido su mentor.

Y aun así, Bruce Wayne no aparecía por ningún lado. Parecía que Batman los había abandonado.

Las fuerzas de Darkseid eran implacables. Por cada batalla que perdieron, ganaron cinco más. Los héroes de la Tierra estaban abrumados y necesitaban ayuda. Necesitaban un Superman. Pero el Hombre de Acero ni siquiera estaba en el planeta.

***

En la nave de Darkseid, Kal-El vio cómo la raza humana estaba en peligro. Lloró abiertamente. Sus emociones se apoderaron de él mientras trataba de reunir fuerzas para liberarse de su prisión y regresar al planeta para ayudar a derrotar a los grandes ejércitos de Darkseid.

Clark apretó los puños, tensó los músculos y buscó fuerza... pero no encontró ninguna. Había sido reemplazado por dolor mientras Desaad continuaba burlándose de él. Su cuerpo mutilado, la sangre es drenada de sus venas, la electricidad pasando por su cuerpo friendo su sistema nervioso. Su corazón se detuvo... murió.

Clark abrió los ojos. Estaba vivo de nuevo. Una y otra vez se fue. A Clark ya no le importaba por qué Darkseid seguía trayéndolo de regreso. Con cada muerte, su voluntad se debilitaba. Kal-El sabía que estaba acabado. No le quedaba más pelea y poco a poco se estaba volviendo loco.

Él gritó. Sus tendones fueron cortados, sus órganos internos comprimidos y luego se llenaron de aire hasta que explotaron, matándolo. Luego, como antes, se despertó. Al principio pensó que era solo una pesadilla y luego se dio cuenta de que había estado muerto. Esta vez no sintió nada. Su mente se había desconectado del dolor, su espíritu se había hecho trizas.

Cuando sus ojos se abrieron de nuevo, miró a Darkseid, luchando por formar palabras mientras abría la boca para hablar. No estaba del todo seguro de lo que estaba diciendo, pero el mal al que se enfrentaba parecía encontrarlo divertido, sonriéndole, casi riéndose mientras hablaba.

-Sólo mátame – rogo Clark –

-Esto era lo que quería... que rogaras por tu muerte – Darkseid sonrió malévolamente – Pero no lo hare. Veras como la Tierra y el universo se ponen de rodillas y luego veras como manipulo su voluntad a mi antojo cuando encuentre la Ecuación Anti-Vida. Tú vivirás para ser mi esclavo...

Después de un día de tortura a manos de Darkseid, el espíritu de Clark se había roto. Sabía que nunca sentiría los rayos curativos del sol, el beso reconfortante de los labios de Lois, la sonrisa de su madre, nunca volvería a sentir nada más que dolor. Superman estaba muerto, reemplazado por un caparazón vacío, una mera sombra del hombre que una vez fue... nada más que un recuerdo.

Y entonces la Tierra se rindió...

Solo Lex Luthor había sonreído ante el panorama que tenía ante él.


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