17. ¿Valiente o estúpida?
Regina:
Poco a poco el dolor y la molestia fueron pasando, hacía ejercicios y Luz me daba masaje, eso me había ayudado mucho.
Había decidido volver a lo presencial, debía admitir que ver sus caras de miedo y desesperación me hacían feliz, esta era una forma de darles paz a las víctimas que se habían ido o aquellos que temían hablar, sabía que dar con todos era difícil, sólo podía saberlo si tenía contacto con la víctima o había algún alma atrapada por el dolor de una muerte tan abrupta y horrible.
Lo de Alma había quedado solucionado, lo tenía vigilado, sabía que nada de eso pasaría de nuevo.
- Adiós -me dice una de mis primas mayores, habíamos ido al cine, era la única que podía ver una película de terror conmigo.
- Nos vemos en la siguiente fiesta -río ante eso, el sábado era cumpleaños de una tía, y en dos semanas una primera comunión de un sobrino hijo de un primo y así seguiríamos.
- Claro -me saluda mientras se aleja, camino por el parque, era un punto medio para ambas. Camino con calma por aquel lugar, lo conocía de toda la vida, incluso la parte oscura, más adelante había una casa abandonada, de esas viejas casonas que el tiempo había terminado por derrumbar, le escribía a mi madre diciéndole que estaba cerca cuando oí un grito, me puse en alerta y prestando más atención, descubrí que el ruido provenía de aquella casona, comienzo a correr en esa dirección y como sé que no hay nadie a esa hora, atravieso la pared. Los gritos se escuchaban más fuertes conforme me acercaba al fondo de la casa, a esas alturas mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad, así que sólo seguí, una pálida mano en una puerta me hizo darme cuenta que me estaban guiando, así que continúe corriendo y lo que vi al llegar a una lejana habitación, me hizo entrar en rabia, centro mi poder en mis manos y con fuerza quite al hombre que estaba encima de una pobre niña de diez u once años, el hombre grita y pude escuchar como la construcción crujió, use mi poder para estabilizarla, me gire al hombre y comencé a apretar su cuello mientras estaba suspendido, quizás lo hubieses matado de no ser porque la niña hablo, así que solté a ese maldito y me acerque a ella, estaba bastante lastimada, me quito mi suéter y la cubro con el para calmar un poco el frío, llamo al 911 y mientras reviso a la pequeña, dejo caer una piedra en su cabeza, diría que lo golpee cuando vi lo que hacía.
No había fractura, tenía golpes y marcas de manos en su cuello, había alzado su vestido para ver si ese maldito le había hecho daño, y por suerte no, no había daño, suspiro aliviada, había llegado a tiempo. Me giro a ver al tipo y noto otros golpes, entonces noto que hay muchas piedras y que quizás la pequeña intentó defenderse y por eso planeaba asfixiarla, para que no peleara más.
Esto me hizo pensar en Nat, así que le llame para saber cómo estaba, me dijo que acababa de llegar y se disponía a dormir, me alegré por eso y tras desearle buena noche, guarde mi teléfono.
Al alzar la vista la vi, era una mujer mayor, pude sentir la conexión con la niña, quizás era la abuela o algo por el estilo.
- Debes tener cuidado -su voz sonaba rasposa-, ellos lo saben -dice antes de desaparecer, sabía de quién hablaba, pero no podía pasar de largo y no hacer nada.
Cuando la policía llega, entra a la casa y arresta al hombre, un paramédico revisa a la pequeña y tras no encontrar nada grave se la llevan, yo debo ir con la policía para dar mi versión de los hechos, así que le hablo a mi madre para informarle, ella había estado muy angustiada, pero la había tranquilizado diciéndole que un policía me acompañaría a casa, no era así pero de por sí ya estaba asustada, decirle que me volvería sola, le daría algo.
Cuando estoy por llegar, hago parecer que el taxi es una patrulla, veo a mi madre salir y abrazarme antes de meternos a la casa y comenzar a regañarme sobre lo peligroso que había sido eso, lo mismo que mi padre y el resto de mis hermanos, claro que no me había escapado del sermón de mi tía, yo sólo quería dormir, y creo que en algún punto lo hice.
Edgar:
Veía en el móvil los estados de Gina, había salido con su prima al cine, sonrío al ver las caras que hace.
Revisaba cada tanto las páginas de noticias, no necesitaba dormir mucho así que tenía bastante tiempo, no supe en qué momento me quedé dormido, me despertó Mike sacudiéndome con fuerza.
- ¿Qué demonios Mike? ‒digo con molestia, me cubro la cara con la almohada.
- Creo que te interesa, habla sobre esa compañera tuya, ¿cómo dijiste que se llama, Valentina, Georgina? ‒eso logra despertarme por completo, me pongo de pie y él me entrega su móvil, leo con avidez la noticia.
Joven salva a niña de ser abusada por su padrastro... Leí con rapidez y al ver las fotos, pude reconocerla, pude sentir que el corazón se detuvo una fracción de segundo.
- Es Regina ‒lo miro serio, esa chica se estaba exponiendo demasiado, entendía que se defendiera de aquel conductor, ¿pero esto? Observo la hora y me doy cuenta que son cerca de las diez de la mañana del sábado, tomo mi móvil y le envío un mensaje, puse de pretexto que necesitaba unas tablas que ella tenía, dijo que me las llevaría al parque cuando insistí en que era urgente.
En cuanto me confirmó la hora salí para allá, incluso llegué minutos antes. No dejaba de dar vueltas en un mismo espacio imaginando que ese infeliz pudo haberle hecho algo.
- Perdona la demora, no las encontraba ‒se disculpa sacando unas hojas de su mochila.
- ¿Estás loca? ‒eso hace que se detenga, se gira a verme sin comprender‒, estoy hablando de lo que pasó ayer, saliste en las noticias, otra vez ‒suelto molesto‒, a estas alturas no sé si eres muy valiente o muy estúpida ‒suelto eso sin más, había estado aterrado.
- Oye, oye, sin ofensas ‒me mira seria‒, no me hace falta tu sermón también, suficiente tuve en mi casa ‒rueda los ojos.
- Pues no parecen suficientes, ¿qué hubiese pasado si ese desgraciado no quedaba inconsciente del todo?, ¿y si se hubiese despertado y atacado mientras estabas con la niña?, ¿qué habrías hecho? ‒ella se había quedado muy quieta, más bien sorprendida por mi arrebato, no pensaba muy bien.
- El golpe era bastante fuerte para mantenerlo así mucho tiempo ‒dice bajo‒, además vigilaba con el rabillo del ojo, si se hubiese movido lo habría visto, no soy una mujer frágil, sé defenderme y muy bien ‒se cruza de brazos molesta‒, ¿o es qué crees que soy una indefensa princesita? ‒coloca sus puños en su cadera.
- No te has recuperado por completo de los golpes, ¿crees que habrías podido con él en esas condiciones? ¡Donde demonios esta tu sensatez! ‒alzo las manos al cielo.
- No hagas tanto drama por esto, sabía lo que hacía, no podía dejarla nada más así ‒resopla molesta, camino hacia ella frunciendo el ceño.
- No puedo creer que te lo tomes a la ligera, no es que crea que eres débil, pero a final de cuentas eres humana, frágil, mortal humana ‒susurro lo último sin pensar, me calló al darme cuenta de lo que dije.
- ¿A qué te...? ‒sin pensarlo dos veces hago lo único que puedo hacer en este caso para hacerla olvidar mi desliz, la beso.
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