12. Primer encuentro
Regina:
Abro los ojos y escucho máquinas, siento un suave agarre y veo a mi madre dormida, mi pobre mamá, todo lo que no pensó, acaricio suave su cabeza, ella se despierta, me abraza llorando.
- Creí que te perdía –susurra bajo, besa mi cabeza, me dolía el cuerpo pero fuera de eso, estaba bien.
- No es tan fácil deshacerte de mí, mami –río bajito, la abrazo y froto su espalda intentando que se calme, entonces noto las flores, era un ramo precioso de rosas rojas, sonrío pensando en quien de mis hermanos pudo ser, incluso mi padre o Luz.
- Todos vendrán más al rato, querían quedarse aquí pero les dije que no –cepilla mi cabello, parecía un sueño de lo más raro–, vino Luz y Edgar, creo me dijo se llamaba, te trajo esas flores, son preciosas –me giro a ver a mi madre con sorpresa, ¿había sido Edgar? Siento mis mejillas sonrojarse cuando me acuerdo lo que dijo esa noche, que era probable fuese ayer.
- ¿Qué día es hoy mamá? –busco un calendario por todo el cuarto pero no veo nada.
- Es miércoles querida, has dormido un día y medio –mi cara de horror debe ser grande porque mi madre frota mi brazo lento–, te quejabas mucho y si bien no te fracturaste nada, el doctor prefirió que estuvieras sedada para una mejor recuperación –asiento, eso me hacía sentido.
- Hola cariño –mi padre sonríe entrando a la habitación, le sonrío de vuelta antes de ser abrazada con fuerza, después veo entrar a mis hermanos, todos se amontonan mi alrededor intentado abrazarme, río por todo, era bueno tenerlos aquí, por algún segundo temí no poder verlos de nuevo.
- ¿Señorita Henríquez Alaberni? –escucho la voz de un hombre, todos se apartan de mí y entonces puedo ver que es un policía.
- Sí, soy yo –lo miro atenta, él se acerca–, ¿en qué lo puedo ayudar? –siento a todos ponerse tensos.
- Quisiera hacerle algunas preguntas con respecto a lo que pasó el lunes en la noche, ¿me puede decir que pasó? –asiento y comienzo a relatar todo.
- Noto que algo malo pasaba hasta después de iniciado el viaje, ¿por qué? –me mira alzando una ceja, tomo la mano de Daniel, podía ver por dónde iba este interrogatorio.
- Como le dije, iba pensando en otra cosa, ya sabe, soy una chica universitaria y pienso en proyectos, tareas y prácticas –lo miro mal, sin embargo, mi tono es calmado.
- ¿Intento decirle que se detuviera? –reprimo mis ganas de rodar los ojos, temía que algo así pasara.
- Claro que sí, fue por eso que tuve que hacer algo al respecto, comunique mi estado y me defendí –digo seria, el policía coloca sus manos en su cadera y me mira como si me hubiese crecido un tercer ojo.
- El conductor presento cargos en su contra por daño al vehículo y por intento de asesinato, así que le recomiendo no salir del estado –aprieto el puño.
- Haga el favor de irse oficial, que usted no ha venido a tomar mi declaración de los hechos ni mucho menos a preguntarme si deseo levantar una denuncia por intento de secuestro, pero no la haré con usted, buscaré a alguien competente –sonrío sin gracia, supongo que algo en mi aura lo asustó, asiente y sale del cuarto, podía ver a mi familia despotricar–. Tranquilos todos, eso no va a pasar –susurro con suavidad, necesitaba que estuvieran tranquilos o si no, harían una locura, yo me encargaría de esto.
- Ese maldito, debería ir y ahogarlo con una almohada –dice otro de mis hermanos, eso llama mi atención.
- Calma Alma, todo va a estar bien, te pido que te calmes –ella asiente a regañadientes, pronto la hora de visita termina y sé que es el momento perfecto para actuar.
Edgar:
Había esperado para poder verla, sin embargo, lo único que vi fue a su familia salir molestos, alcance a escuchar algo sobre ella siendo demandada, ¿demanda?, ¿por qué la demandarían? Sabía que no tenía que meterme en esto, pero necesitaba investigar que estaba pasando, así que me vuelvo intangible y comienzo a caminar buscando la habitación del sujeto, buscaba en las mentes de las enfermeras, así que sabía estaba cerca.
- No, no –gritos desesperados llaman mi atención–, vete, vete, estas muerta –eso hizo mis sentidos alertarse, corro hacia el lugar y entro tras volverme invisible, lo primero que veo es a él retorciéndose del terror, luego una sombra con ojos rojos que al darse cuenta de mi presencia se desvanece, nunca habría imaginado que se viera así, como un demonio más que como un ser humano, sería difícil seguir ese rastro, quien diría que nuestro primer encuentro fuese de esa manera, más que nada porque estaba concentrado en investigar, a él no le iba a gustar para nada esta situación.
Una enfermera entra y con ayuda de otra, logran darle un calmante, de a poco comienza a dormirse, igual tendría que investigar porque esa loca lo estaba acechando, quizás se había enterado de lo de Gina y creyó que era un blanco fácil, no esperaba que yo apareciera. Había estado tan cerca, quizás podría aprovechar una oportunidad como está, la siguiente ocasión, estaba seguro que la atraparía.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top