FINAL; noche estrellada

El sonido de las olas rompiendo suavemente contra la orilla era el único testigo de la expectación que llenaba el aire.

El sol comenzaba a teñir el cielo de tonos dorados y anaranjados, creando un telón de fondo perfecto para la ceremonia. La playa privada estaba decorada con flores blancas, velas y luces cálidas que colgaban entre las palmeras, formando un ambiente íntimo y mágico. Las cabañas de madera se alineaban cerca de la vegetación, con sus techos de paja y ventanales abiertos, dejando que la brisa marina pasara libremente.

Ambos estaban de pie frente al altar, vestidos de blanco.

Jungkook llevaba una camisa sencilla de lino y pantalones a juego, mientras que Taehyung lucía un conjunto elegante con delicados bordados que brillaban bajo la luz del atardecer. Los invitados, también vestidos de blanco, observaban con sonrisas en sus rostros, mientras el padre cerraba el libro ceremonial y pronunciaba las palabras más esperadas.

-Ahora, pueden besarse.

Jungkook, con una sonrisa amplia que dejaba claro lo orgulloso y feliz que estaba, giró hacia Taehyung. Sus ojos oscuros brillaban con devoción, como si no existiera nada más en el mundo que ese momento.

-Ven aquí, amor mío -susurró, con la voz baja y cargada de ternura.

Sin apartar la mirada de su novio, levantó las manos y tomó con delicadeza el rostro de Taehyung, acariciando sus mejillas con los pulgares. Taehyung, ligeramente sonrojado, se mordió el labio, tratando de contener una sonrisa nerviosa.

-No hagas eso, o no voy a poder resistirme más tiempo -bromeó Jungkook con una risa suave.

Taehyung dejó escapar una risita tímida, y antes de que pudiera responder, los labios de Jungkook se encontraron con los suyos. Fue un beso dulce, lleno de amor y promesas silenciosas.

Los invitados estallaron en vítores, aplausos y silbidos que se mezclaron con el sonido de las olas.

Cuando se separaron, ambos se miraron a los ojos, sus rostros ligeramente sonrojados, pero con sonrisas que hablaban de una felicidad infinita.

-Tae, ¿sabes que ahora todo el mundo es testigo de lo loco que estoy por ti? -bromeó Jungkook, aún con las manos en el rostro de su novio.

-Siempre lo han sabido -respondió Taehyung, su voz suave pero llena de emoción-. Y yo estoy igual de loco por ti.

Jungkook soltó una risa ligera, tomó la mano de Taehyung y se giró para enfrentar a los invitados. Levantó sus manos entrelazadas con orgullo, mientras la multitud rompía nuevamente en aplausos y ovaciones.

-¡Sepan todos que amo mucho a Tae! -exclamó Jungkook con euforia, arrancando risas entre los asistentes.

-¡Claro que sí! -respondió Hoseok desde la primera fila, levantando una copa en su dirección-. ¡Y el que diga lo contrario, está mintiendo!

Taehyung se llevó la mano al rostro, sonriendo y negando con la cabeza, mientras Jungkook se inclinaba hacia él para susurrarle.

-Creo que serás oficialmente el consentido de todos esta noche.

-No digas eso, Kook -respondió el castaño, dándole un suave codazo, aunque su sonrisa delataba que estaba disfrutando del momento tanto como él.

El castaño se giró lentamente y Jungkook también hizo lo mismo, se miraron brevemente sin decir nada.

-¿Esto... es real? -murmuró Taehyung, mirando al pelinegro con ojos brillantes.

-Es más que real, Tae. Es nuestro para siempre -Jungkook tomó ambas manos de Taehyung con suavidad, levantándolas para besarlas con suavidad.

La fiesta había entrado en su punto más animado cuando la noche cubrió la playa cn su manto estrellado.

Las luces cálidas colgadas entre las palmeras titilaban suavemente con la brisa marina, creando un ambiente acogedor. La música resonaba en el aire, una mezcla de canciones románticas y alegres que invitaban a los invitados a llenar a pista de baile improvisada sobre la arena.

Jungkook y Taehyung se encontraban cerca de una mesa, rodeados de amigos. Ambos habían dejado de contar las veces que alguien se les acercaba para felicitarlos o hacerles bromas.

-Taehyung, deja de sonreír tanto -bromeó Jin, acercándose a ellos con una copa en la mano-. Tu cara va a doler mañana, pero bueno, qué importa, ¡hoy estás radiando felicidad!

Taehyung soltó una risita tímida mientras se apoyaba ligeramente en Jungkook.

-Es culpa de él -dijo, señalando al pelinegro, quien no dejaba de mirarlo con ojos enamorados.

-Sí, es mi culpa -respondió Jungkook, riendo-. Y me encargaré de que sigas así toda la noche.

-Oh, por favor, ya, dense otro beso y acabemos con esta tensión romántica -interrumpió Namjoon, haciendo reír a todos.

El castaño negó con la cabeza, intentando ocultar lo rojo que se había puesto repentinamente, pero Jungkook, siempre el audaz, aprovechó la ocasión.

-¿Sabes qué? -dijo mientras tomaba la mano de Taehyung y lo arrastraba hacia la pista de baile-. Es hora de que bailemos.

La música para ese momento cambió a un ritmo más lento, y el pelinegro colocó sus manos en la cintura de Taehyung, atrayéndolo hacia él.

-¿Sabías que nunca he sido bueno bailando lento? -murmuró Taehyung, con una pequeña sonrisa.

-Yo tampoco. Pero para esto no necesitas ser bueno, solo estar conmigo.

Taehyung no pudo evitar sonreír mientras apoyaba las manos en los hombros de Jungkook. Ambos se movían lentamente al compás de la música, ignorando por completo a los demás.

-Te ves hermoso esta noche, ¿lo sabes? -susurró Jungkook, inclinándose un poco para acercarse más a su rostro.

-Tú siempre dices eso.

-Lo digo porque es verdad.

Taehyung escondió su rostro en el pecho de Jungkook, riendo suavemente. La música continuó, y aunque el mundo seguía girando a su alrededor, para ellos, el tiempo parecía haberse detenido, estancándose en ese momento.

Cuando la noche avanzó y las luces comenzaron a atenuarse, Jungkook tomó la mano de Taehyung y lo guió lejos de la multitud.

-¿A dónde vamos? -preguntó Taehyung, intrigado.

-A un lugar donde podamos disfrutar de la noche solos, sin interrupciones.

Caminando descalzos sobre la arena, llegaron a la orilla del mar. Las olas rozaban sus pies mientras caminaban tomados de la mano. La luna llena iluminaba el cielo, y las estrellas parecían haberse reunido sobre ellos en una fiesta propia.

-Mira esto, Tae -dijo Jungkook, deteniéndose para contemplar el cielo nocturno-. Es una de esas noches que te hacen darte cuenta de lo perfecto que puede ser el mundo. La luna está resplandeciente, las estrellas parecen más cercanas... Pero, ¿sabes qué es mejor que todo eso?

Taehyung lo miró con curiosidad, sus ojos reflejando la luz de la luna.

-¿Qué cosa?

Jungkook se giró hacia él, tomando ambas manos de Taehyung entre las suyas.

-Tú -dijo con voz suave-. Nada en este mundo, ni la luna, ni las estrellas, ni siquiera el cielo más despejado, puede compararse contigo. Esta noche es hermosa, pero tú eres la razón por la que se siente mágica.

Taehyung sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas ante las palabras de Jungkook.

-Kook... no sé qué hice para merecerte, pero gracias por estar conmigo. Tú... tú haces que todo valga la pena.

Jungkook sonrió, acercándose más a él.

-Tae, yo debería ser el agradecido. Cada día a tu lado es un regalo. Esta noche, este momento, todo esto... lo quiero guardar en mi memoria para siempre.

Sin decir más, ambos se miraron en silencio, como si las palabras ya no fueran necesarias. Jungkook inclinó la cabeza, acercándose a Taehyung, y bajo aquel cielo estrellado, sus labios se unieron en un beso lleno de amor.

Las olas continuaron rompiendo suavemente en la orilla, y la brisa acarició sus rostros como si también quisiera ser parte del momento.

En aquella noche de verano, con la luna y las estrellas como testigos de aquel único momento, dos almas enamoradas se prometieron un amor eterno sin necesidad de más palabras. Y para ellos, eso fue más que suficiente.

FIN

y así le doy fin a este corto fic
que inicié con el propósito de ser una curita
al corazón luego de alguna historia
corta venas jsjsjs

espero les haya gustado, igualmente
no es el mejor fic, pero aún así espero le den apoyo ^^

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