➪Just Saying
¿Cuántas veces tengo que ver el teléfono para saber que esto jamás pasará? No me malinterpreten; sé que si lo quiero, lo puedo conseguir. Pero es que me enferma tanto que no se da cuenta de que conmigo está mucho mejor que con ese patán. ¿Contexto? Bien, les explico: Yo, Park Sunghoon, estoy jodidamente enamorado de un chico llamado Shim Jake, quien tiene al novio más inútil del mundo.
Para empezar, nunca lo saca y cuando lo hace, siempre llega tarde. Cada vez que Jake lo invita a salir, este tiene una excusa para no encontrarse con él y termina llamándome a mí para que pasemos el rato juntos. No me molesta, al fin y al cabo, puedo estar cerca de él. Lo que me hace hervir la sangre es que no abra sus bonitos ojos para ver la realidad de lo que sucede.
El chico lo único que hace es mentir. Como la vez aquella en que le dijo que había olvidado su billetera y Jake tuvo que pagar él solo en un restaurante caro, pero realmente la tenía en su bolsillo, llena hasta el tope para comprar cerveza y cigarros con sus amigos. O como cuando le hizo creer que la enorme casa en la que vive le pertenece, no me quiso creer cuando le dije que pasé por allí y vi a su madre en casa.
Es como si te negaras a dejarlo ir, incluso cuando tus amigos lo detestan, no te importa. Pero cariño, ellos me adoran. Sólo digo. ¿Cómo puedo hacerte entender que conmigo te divertirás más? Quizá no vivo en una mansión, pero créeme que no la necesitamos. ¿No entiendes que él no tiene futuro? Todos te lo dicen, pero haces caso omiso.
¿Ya te dije que conmigo tendrías miles de historias para subir a instagram? Tampoco descansarías un segundo si se trata de estar juntos; sólo digo. Me haces enloquecer, me tienes a tus pies, pero tú solo quieres verlo a él. Sabes que puedes venir a llorar conmigo cada vez que ese imbécil te rompa el corazón, porque soy tan estúpido que no puedo resistirme cuando haces esos pucheros con tus irresistibles labios.
Una vez tuvimos un "algo", ya jamás pude olvidarme de ese delicioso y adictivo sabor a cereza que sus labios tenían y la manera en que su cuerpo vibraba tan deliciosamente bajo mis manos. Él lloraba a mares porque había descubierto que su pareja estaba con su ex en una fiesta a escondidas de Jake, y más tarde subieron un video en el que se veían muy amistosos. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, su nariz estaba roja y sus labios completamente hinchados. No hallaba la manera para que dejara de sollozar de forma tan estruendosa, por lo que tomé su mentón y lo callé con un beso. Increíble fue que no me apartara, mucho más cuando empezó a mover sus labios al compás de los míos. Todo era tan delicioso y húmedo que no nos dimos cuenta de que el tiempo había pasado, sino cuando su novio le marcó.
Jake salió corriendo, ni siquiera podía encontrar los zapatos que había lanzado por ahí hacía un par de horas. Casi se rompe la pierna al intentar ponerse el pantalón mientras corría desesperadamente escaleras abajo, gritando que eso no había pasado y molesto consigo mismo por engañar a su "dulce" novio de esa manera. Lo que él no sabía era que el chico le era infiel constantemente, con diferentes personas y en diferentes lugares.
Oh, mi amor. Fui contigo en el momento en el que vi como ese desgraciado le succionaba el alma a una muchacha, el mismo día en que te dijo que iba a estar ocupado con tareas de la universidad. No me creíste. o simplemente querías ignorarlo por un rato. Para mí, eres el chico más deliciosamente hermoso del planeta, no podría ni imaginar tener a otra persona entre mis brazos que no seas tú... Sólo digo.
Jamás me importó darlo todo por él. Ni siquiera cuando estoy destrozado por dentro. ¿Entienden el dolor que causa ver a la persona a la que amas llorar de manera tan desesperada? Es como si te clavaran un puñal en el pecho, la desesperación de no poder hacer nada te inutiliza y mantiene al margen de la situación.
Mi príncipe con labios cerezos, te prometo que jamás te haré derramar una lágrima, si me das la oportunidad, sanaré tu marchito corazón. Sólo digo.
—Sunghoon, por favor amigo, concéntrate.
Se quejó Wonyoung, viendo como volvía a tomar el teléfono entre mis dedos. Le regalé mi más apenada sonrisa y solté el aparato dentro de mi bolso, de todos modos, la bandeja de entrada estaba vacía desde ayer, pero tenía alguna esperanza de que Jake aceptara mi última oferta. Estábamos en el trabajo, por lo que debía mantener mi concentración en los platos que servía. Después de un rato de haberlo soltado, los abundantes mensajes llegaron, pero jamás me di cuenta.
Nuestro turno terminó, así que fui a asearme y cambiarme, para ponerme la mochila al hombro y colocarme los audífonos. Saqué el celular, pero ya estaba descargado y apagado. Bufé y guardé ambas cosas en el bolso de nuevo y emprendí mi camino a casa, bajo la luz de la brillante luna de verano. De alguna manera, sentía como el corazón se apretaba en mi pecho cuando pensaba en que probablemente, en ese mismo instante, el novio de Jake estaba probando su delirante piel.
Sacudí mi cabeza con fuerza, como si de esa manera los pensamientos se fueran. Peiné mi cabello con una mano para después abanicarme con la misma, debido al fuerte calor que estaba haciendo. A unas calles de mi casa, sentí como mis mejillas empezaron a arder. No sabía por qué, pero de pronto me sentí muy avergonzado. Seguí caminando sin darle importancia. Me subí al ascensor del edificio, escuchando como una canción terriblemente pegajosa se escuchaba de fondo. Al llegar, las puertas se abrieron y caminé por el largo pasillo en dirección al duplex. Me giré para sacar las llaves mientras caminaba y cuando volví a estar derecho, observé como Jake sacaba su cabeza de entre sus brazos.
—¿Jake? ¿Qué haces aquí?
—Te envié mensajes, pero no contestaste.— Bufé al recordar que mi teléfono se había quedado sin batería.
—Bueno, ¿Qué sucedió? ¿Tu novio te dejó plantado de nuevo? —Dije, sarcástico, mientras abría la puerta de mi departamento. Jake se levantó del suelo. Me estaba tragando las ganas de ver esos brillantes y hermosos ojos café. Se acercó a mí cuidadosamente, de inmediato me tensé.
—Terminé con mi novio hace un par de horas, Hoonie.
—Vaya, seguro encontraste a un chico que te abriera los ojos, ¿Verdad? Ve con él, no sé qué haces aquí. — Me quejé. Realmente soltaba palabras ácidas sin darme cuenta de lo que hacía. Santo cielo, esperé tanto tiempo para oír eso de sus bonitos labios, pero ahora no se siente tan bien como lo pensé.
—Efectivamente, si conseguí a alguien. Es muy alto, su piel es bastante pálida, tiene unos bonitos lunares en su rostro, su cabello es blanco y suave, es la persona más dulce y ardiente que he conocido en mi vida. Su nombre empieza con Sung y termina con Hoon. ¿Lo conoces?
No me atrevía a verlo aún. Mi corazón palpitaba tan pero tan fuerte, que lo sentía hasta en las plantas de los pies. Su mano se colocó sobre la mía, la cual se había quedado estática en el pomo de la puerta. Sentí como su cálido toque me recorrió toda la piel, haciendo que mi cuerpo se encendiera de tantas maneras diferentes. Por fin, miré sus oscuros ojos, iluminados por la luz de la luna. Sus mejillas estaban sonrojadas levemente, mientras su labio inferior temblaba.
La emoción recorrió mi cuerpo. Por fin me sentía vivo, completo. Me acerqué al chico que yacía frente a mí, quien jamás retrocedió o apartó la mirada. Solo subió su rostro a la altura del mío. Lo miraba desde arriba, el como la atención recaía en cada uno de mis movimientos. Tomé su mandíbula con mi mano, logrando que saliera un pequeño jadeo por la posible brusquedad que utilicé.
—Te verías tan bien encima de mí... So-
—¿Sólo dices, verdad?
Jake se rió y acortó la distancia entre ambos, dándome un cálido beso, mientras abría la puerta, enrollaba sus piernas en mis caderas y cerraba con llave.
—Más te vale que tus "solo digo" no sean más que palabras sin sentido.
—Oh, cariño, no te vas a arrepentir.
-Anne.
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