Cap 7: Sueños
Dedicado a mis lectores💖
Juzo y Tetsutetsu comenzaron a caminar rumbo a la habitación del platinado, el cual estaba escuchando atentamente al peliblanco.
—Respecto a tu pregunta principal, doy masajes desde hace 3 años, aunque aprendí sobre ellos a los 6 años.
— ¿Qué edad tienes?
—18 años.
—¡¿Ah!?, ¿y cómo te hiciste tan bueno?
—Mi mamá. Ella es una fisioterapeuta muy reconocida aquí. En vez de trabajar en el hospital general tiene su propia clínica. No le gusta seguir horarios muy a diferencia de mí —se ríe.
—¿Honey?
—¿Disculpa?
—¿La clínica se llama Honey? —preguntó recordando el lugar que había visto en su visita de ayer al pueblo
—Sí, pero... ella le puso ese nombre por mí. Dice que soy su pequeño tarro de miel —se sonroja.
—Jejeje —se calla al ver la mirada sonrojada de Juzo— perdona.
—Como iba diciendo, nuestra casa es de dos pisos, el primero es el consultorio y el segundo mi hogar. Mi madre procuraba no dejarme solo arriba así que prácticamente siempre me llevaba al primer piso. Bueno, lo empezó a hacer después de que mi papá se fuera.
—¿Tu padre te dejó? —lo mira preocupado.
—No, está en Estados Unidos trabajando, es un botánico famoso. Me manda cartas a mamá y a mí de todas sus conferencias.
Tetsutetsu desvío la mirada nervioso.
—¿Estás bien?
—Sí, pero sígueme platicando sobre ti.
—Ok, am... tenía 5 años cuando le pedí a mamá que me dejara verla atender a los pacientes, y ella accedió. A partir de ahí me interesó su trabajo. Me enseñó a como dar masajes y unos años después me dejó practicar con algunos pacientes. Cuando cumplí la mayoría de edad hace 8 meses, Togata-senpai me conoció y me ofreció trabajo en el hotel. Aún soy fase aprendiz, pero tú y varios clientes me han hecho saber que voy por buen camino.
—Es que con todo lo que te has preparado no es posible que tú mismo no creas lo bueno que eres. No sólo es trabajo duro, es talento.
—Gracias —baja la mirada algo apenado—, aunque... no niego que trabajar aquí me guste, pero... en un futuro no muy lejano, quisiera ser un fisioterapeuta como mi mamá. Seguir con su legado y ayudar a las demás personas como ella lo hace.
—¿En serio? —se sorprende.
—Se que es difícil de creer, sin embargo, es algo que me gusta. Aliviar dolores y ver la satisfacción de la gente cuando los ayudo.
—No es difícil de creer, de hecho es admirable. Estoy seguro que tu madre debe estar orgullosa de ti —sonríe— en fin, gracia por acompañarme a mi habitación. Y... si necesitas hablar más —señala su número de cuarto en la puerta—, sabes donde encontrarme.
—De acuerdo, ¿y vas a querer otra cita?
—Nos vemos a la misma hora.
Ya era un nuevo día en el hotel, y Kyoka seguía cubriendo a su querido amigo Denki en el turno de mesero. Sin embargo, se dio cuenta de que un huésped en particular no paraba de observarlo desde su área de recepción. Esos ojos violetas no dejaban de contemplarlo y provocaban ligeros sonrojos en el rubio cuando intercambiaban miradas.
De pronto, la propia Kyoka se sonrojó al ver entrar en el restaurante a Momo. Arregló disimuladamente su peinado y acomodó la corbata de su uniforme.
—Bienvenida a Sakura señorita Yayoyorozu —jala la silla para ella.
—Gracias, eres muy amable Kyoka-chan.
—Aquí tiene el menú, enseguida vuelvo para tomar su orden.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —la detiene.
—Am, claro.
—¿Dónde aprendiste a cantar tan hermoso?
Las mejillas de la chica rápidamente adquirieron un tono rojizo y sus ojos se agrandaron de sorpresa.
—Y.. yo... —desvía la mirada mientras se toca la oreja—, aprendi gracias a mis padres. Ellos tienen una escuela de música y me enseñaron junto con los demás. Desde los 9 años he sabido cantar, y solía hacerlo solamente en los festivales hasta que terminé la escuela y me hice mayor de edad. Conseguí trabajo aquí gracias a un amigo mío y lo disfruto mucho, porque a la gente le gusta lo que hago.
—Y no es para menos Kyoka-chan, ¿has pensado dedicarte profesionalmente a eso?
—Bueno, adoro trabajar aquí la verdad. Pero, sí me gustaría ser una cantante profesional. Ha sido mi sueño desde que era pequeña que más gente sepa como es mi voz.
—¿Y por qué no lo haces? Debes luchar por lo que te apasiona.
—La capacidad de luchar sí la tengo, los recursos para luchar, no. Llevó ahorrando mi sueldo desde hace dos años y tengo lo justo para ayudar a mis padres en casa y con su escuela. Además este pueblo, exceptuando el hotel, es escaso en tecnología. Los celulares y computadoras son prácticamente un lujo escaso y ni hablar de viajar al extranjero. Pocas personas lo han logrado, como el señor Honenuki.
—Oh vaya, lamento escuchar eso.
—No te preocupes. Como mencioné, adoro trabajar aquí, y lo seguiré haciendo hasta que tenga una oportunidad para destacar. Mientras tanto —saca su libreta—, ¿lista para ordenar?
Momo dibujó una sonrisa de ternura.
—Voy a querer el desayuno 7, con una ensalada de frutas por favor.
—Desde luego —termina de escribir—, no tardo señorita Yaoyorozu.
Kyoka se iba a retirar a la cocina, pero fue detenida nuevamente.
—Oye —espera hasta verla voltearse—, puedes decirme Momo.
—Entendido, Momo-san.
Debido a una fiesta de la noche anterior, la piscina no abriría hasta las 12 de la tarde, o tal vez antes, gracias a la buena mano de obra del joven Midoriya. A pesar de su fuerza y resistencia, el calor empezaba a cansarlo, así que se detuvo un momento y limpió el sudor de su frente.
Al voltear la vista, se encontró con su hermana menor sosteniendo una bandeja con un jugo de naranja y un bocadillo.
—Creí que lo necesitarías. Iida-senpai me dejó venir a verte ya que terminé la limpieza de algunos cuartos.
—Gracias hermanita —bebe el jugo.
—¿Cómo te has sentido? Digo, es porque tu espalda... ya sabes.
—Estoy bien —sonríe para calmarla—, sabes que tomo las medicinas que me recetaron y voy a ver a la señora Honenuki cada dos semanas. Ya me estoy sintiendo mejor.
—Si tú lo dices —voltea a ver a la puerta principal— ¿Sabes? Recordé que tengo algo que hacer —comienza a correr—. enseguida vuelvo por la charola—se va.
—¿Y eso?
Al darse la vuelta, un ramo de flores lo golpeó ligeramente en la cara. Quedó algo absorto por ese aroma y la suavidad de los pétalos. Cuando abrió los ojos, volvió a ver al joven de cabello bicolor.
—Estas no son del hotel, no te preocupes por replantarlas —le da al ramo sin mirarlo.
—Todoroki-sama...
—Dime Shoto, por favor.
Izuku tomó el ramo y lo contempló un momento.Lo sujetó como a un peluche y olió nuevamente su dulce fragancia. Era un conjunto de rosas con margaritas y campanillas. Un hermoso arreglo.
—Disculpame por lo de ayer, no era mi intención hacerte enojar.
—No me enojé, sólo me preocupe. Aun así acepto tu disculpa.
—Gracias. Veo que estas ocupado, así que no te molestaré más.
—Espera —lo agarra del brazo, pero lo suelta rápidamente—. Es decir... me... me vendría bien algo de compañía.
No lo iba a negar, extrañaba mucho la compañía del bicolor. Lo había estado evitando por pena debido al incidente de la rosa, pero el tenerlo cerca de él, se volvió vulnerable.
Quería su cercanía, pero no sabía por qué.
—Puedes tomar asiento mientras termino de limpiar aquí —señala las sillas para tomar el sol.
—Esta bien —se siente sin recostarse—. Eres bueno trabajando. No solamente en el jardín, también en la alberca.
—Gracias. Es una mezcla de trabajo duro y perseverancia —continúa limpiando.
—¿Desde hace cuánto trabajas aquí?
—Desde hace dos años. Soy el único que puede hacer estos dos trabajos. ¿Y tú en qué trabajas? —se detiene a verlo.
—Soy secretario en la empresa familiar. Básicamente trabajo para mi padre.
—¿Y te gusta tu trabajo?
—El trabajo en sí no mucho, pero trabajar no me molesta. Además, creo que es lo único que se hacer bien.
—¿De qué hablas?
—No tengo ningún talento para ninguna otra cosa y elegí la carrera de administración porque sí, pero fuera de eso, no sé hacer nada más —se desanima.
Habiendo terminado la limpieza de la piscina, Izuku recargó la red limpiadora en la pared y se sentó al lado de Shoto, contemplando su triste expresión. No le gustaba ese autodesprecio, seguramente él mismo se había creado esa idea de que no podía hacer algo más.
—¿Estás seguro de eso?, debe de haber algo. Dime, ¿qué te gusta hacer?
—Me gusta leer, limpiar, trabajar, comer soba, cuidar mis plantas, dibujar y hacer ejercicio. No es algo divertido, siento que soy una persona aburrida.
—Pues...no eres aburrido para mí. Tu apariencia es exótica, pero también tienes una personalidad cortés, para nada aburrida. Debes cambiar la frase "soy un aburrido" a "soy alguien interesante".
—¿Te parezco interesante?
—Sí.
—¿Entonces te intereso? —se acerca a él.
—¿Ah? —se soprende por la cercanía.
—Creo que la razón por la que eres así conmigo es porque yo te intereso.
—En realidad... odio ver a la gente desanimada. No tienes que menospreciarte... pero —se sonroja—, si quieres honestidad: sí me interesas Shoto.
—Izuku...
La cercanía entre ambos poco a poco empezaba a hacerse más grande, mientras ambos comenzaban a entrelazar sus manos y dirigían su rostro hacía el otro.
Lamentablemente fueron interrumpidos por el querido amigo de la infancia del peliverde.
—Oye Deku, ¿terminaste?
—¡Kacchan! —se aleja de Shoto—. Sí...y-ya terminé —se levanta.
—Entonces saca tu trasero de aquí o yo mismo te saco de aquí cargandote.
—No, ya entendí —voltea a ver al chico—. Nos vemos.
Luego de verlo irse, Shoto permaneció sentado bajo la desinteresada mirada de Katsuki, llevando una de sus manos a su boca mientras se inclinaba ligeramente, con los ojos algo húmedos y un sentimiento parecido a mariposas en el estómago. Misma sensación tenía Izuku, encerrado en el baño de empleados y con el rostro totalmente rojo.
—¿Qué acaba de pasar? —se preguntaron ambos.
Ya había llegado la tarde, por lo que los empleados de la mañana se irían en poco tiempo si es que no tenían eventos nocturnos. Trabajaban desde las 8 de la mañana y se retiraban a las 10 de la noche, pero debido a la distancia entre el hotel y sus casas, se tardan media hora de camino. No es una vida fácil, pero ellos la disfrutan.
El mejor ejemplo de ellos es Denki, pues a pesar de haberse saltado su hora del almuerzo y tener que atender recepción y unas cuantas mesas, se sentía bien, ahora descansando un momento a petición de Tenya. Muchos podían decir que el chico era un rayito de sol literal, porque siempre tenía mucha energía.
Pero a alguien no le gustaba ese estilo de vida.
—Rayito —Denki voltea a ver a su hermano—, ¿podemos hablar?
—Claro, aunque según yo deberías estar en la piscina.
—El de la tarde ya llegó, así que vine a verte y a traerte algo para que comas —cierra la puerta detrás de él.
—¡Gracias! —toma el sándwich y comienza a devorarlo, deteniendosé al darse cuenta de la mirada de Katsuki— ¿Todo bien?
—Le pedí a Iida que te dejará salir temprano.
—¿Por qué, pasó algo?
—No, es para que visites Honey esta tarde, te des un baño caliente y recibas un masaje, ya le pedí a la señora Honenuki una reservación para ti.
—Sabes que siempre somos bienvenidos allí, pero, ¿por qué?, aún tengo trabajo...
—¡Olvida el maldito trabajo por un segundo maldición! —el más pequeño se asusta—. Perdona, es que... mamá y papá... y yo... estamos preocupados por ti. No has dormido bien estos días.
—Sólo llevo levantandome temprano dos días, estoy perfectamente bien.
—Denki, te conozco bien, tarde o temprano te vas a desmayar del cansancio si no duermes bien. Desde hace tres semanas te acuestas tarde moviendo en secreto las cajas del almacén para que ellos no tarden en llevarse todo al mercado.
En realidad eran dos meses que llevaba haciendólo, pero eso no borró la sorpresa del más pequeño.
—¿Cómo lo...?
—Te descubriría tarde o temprano. ¿Por qué haces esto? Eres muy joven para tratar de hacer esos trabajos.
Denki apartó el emparedado un momento y suspiró antes de ver a su hermano.
—Tú lo sabes. Desde que... perdí a mis padres y me acogieron... me siento en deuda con los tres. Quiero agradecerles y pagarle todo lo que me dieron. El hecho de que decidieran escogerme entre los otros niños, más inteligentes y mejor portados que yo... ¿por qué lo hicieron?... ¿lástima?... había mejores opciones para adoptar...
Katsuki se levantó de su asiento para abrazar cariñosamente al chico, dandole palmaditas en su espalda, sintiendo sus propias lágrimas y las de su hermanito.
—No nos debes nada Denki, no te escogimos por lástima, nosotros te queríamos a ti, eras y siempre serás un niño especial para nosotros —se separa para verlo mientras le secaba las lágrimas—. Esas malditas directoras te destruyeron el autoestima cuando llegaste al orfanato, no mereciste su maltrato, mereces amor de verdad. Recuerda que papá, mamá y yo te amamos enano, ¿sí? —le sonríe.
Besó su frente para tranquilizarlo mientras acariciaba su sienes, provocándole una sonrisita a Denki.
—Gracias Kats, aprecio mucho eso. Tú ganas, voy a ir a descansar.
—Ese es mi chico.
WAAAAAAHHH
NO SE POR QUÉ LE PUSE ALGO TAN TRISTE T///T
Ese HC (HeadCanon) que tengo sobre la fraternidad entre Bakugou y Denki puede más conmigo que yo contra el.
En fin, vamos a cositas menos tristes.
LAS CURIOSIDADES DE ESTE CAPÍTULO.
1-Lo que platicaban Izuku y Tsuyu es un problema muscular que tiene Izuku. Debido a su trabajo en el cual usa mucho los brazos y la fuerza, es normal que le duela la espalda, por eso Tsuyu estaba preocupada por el.
2-Una aclaración al futuro. Enji NO tiene nada que ver con la baja autoestima de Shoto, sin embargo, alguien más sí.
3- Tal vez suena mucho que la jornada laboral de los chicos sea de 14 horas, sin embargo, cabe aclarar que dividen ese tiempo en dos partes, en cada una tienen descansos de 10 minutos y una hora de almuerzo, por lo que ellos no se sienten agobiados.
4-Como mencioné al principio, tengo el headcannon de que Bakugou tiene complejo de hermano mayor con Denki, ¿es que quién no querría proteger a ese rayito de sol?
5- ¡Hemos llegado a las 500 lecturas y a más de 50 votos!
Le dedico este triunfo a mis escritoras inspiracionales
melistylinsonbutera JirouKyoka0217tedearandano Yuu3157 _MisteryFangirl_
Y a mis primeros lectores.
lavistadesaturno AkiraLinu Lionel_Winter
Por acompañarme hasta aquí y lograr este sueño hecho realidad.
Hasta el próximo viernes criaturitas.
Sayonara.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top