Cap 3: Huéspedes 2/2
Izuku no pudo decir nada más al mirar al chico que le estaba tocando la cabeza. ¿Su primera impresión? Parece extraño. Su cabello es de dos tonalidades diferentes al igual que sus ojos. Sin embargo, no era un extraño desagradable. Más bien era un extraño exótico, y para el esa palabra es sinónimo de hermoso. Le recordaba a las delicadas y tiernas margaritas y a las apasionadas rosas rojas.
Por otro lado, Shoto no paraba de contemplar la belleza del chico con esponjoso cabello verde. Seguía debatiendo si en verdad era un humano y no un ángel, porque para él es el ser más bello y puro que haya visto. Intentó decirle algo, como un saludo o un halago.
Pero no pensó muy bien la respuesta que al fin sacó.
—Tu cabello parece un arbusto.
—Qué directo— pensó Izuku.
—Mi nombre es Shoto Todoroki, es un gusto conocerte.
—Pues es un placer señor Todoroki, mi nombre es Izuku Midoriya —se levanta del suelo.
—¿Así qué tú eres quién ha cuidado este hermoso jardín?
—Sip, los he cuidado desde que empecé a trabajar aquí. Estos son mis primeros hijos —respondió con orgullo.
—Debo reconocer que tienes un don con las plantas.
—Gracias Todoroki-senpai.
—Por favor, puedes llamarme Shoto —le sonríe.
Izuku se sonrojó por esa sonrisa y por el permiso de hablarle de tú. En todo el tiempo que ha trabajado sabe que hay una gran diferencia entre un huésped y un empleado, y que alguien como él llegara y lo tratara de esa forma era muy intimidante.
Pero lindo.
Tsuyu estaba terminando de limpiar la habitación, mientras pensaba en la última carta que recibió de su amiga. Ellas se escribían todas las semanas desde hace medio año, pero nunca se habían visto las caras. En la mente de Tsuyu, ella debía de ser muy bonita y tierna, su caligrafía y gramática lo demostraban.
Mientras salía de la habitación, se topó con la nueva huésped de la habitación 519.
—Lo siento señorita, ya me voy a retirar. La habitación está completamente limpia para usted.
—Muchas gracias —mira su placa—, hiciste un buen trabajo Tsuyu.
Cuando Tsuyu finalmente se fue, Ochaco se quedó analizando el nombre de la mucama.
—¿Tsuyu?
Mirio y Juzo iban rumbo a su trabajo en el Spa del hotel. A diferencia de Mirio, Juzo no tenía tanta experiencia laboral, era un novato. No obstante, es muy bueno dando masajes gracias a su madre, Junko Honenuki, una gran fisioterapeuta, quién le ha enseñado a su hijo como ayudar a las personas a relajarse de forma corporal. Y, aunque a el le gusta recibir masajes, también le encanta darlos.
—Muy bien Honenuki-kun, como principiante en este trabajo tienes que aprender a hacer todas las tareas que se te indiquen y presenten. Por ejemplo ahora —se detiene—, vas a llevar estas toallas hasta el spa.
—No parecen tantas —observa tres toallas apiladas.
—Bien, llevaré estas a la piscina que Bakugou-kun me pidió —toma la pequeña pila—, esas son las que tú tienes que llevar.
Juzo miró atentamente y se dio cuenta de que era más de 20 toallas que el tenía que cargar en un solo viaje.
—Buena suerte Honenuki-kun —se retira.
Juzo tomó mucho aire y se encaminó rumbo a su destino, tambaleándose en el proceso, tanto por la falta de visión como por el peso.
—Ok, esto es complicado. Pero tú puedes, puedes hacerlo, ¡ve adelante, plus...!
De repente se encontró en el suelo y con todas las toallas disperas, con dolor en el cuerpo por la caída.
—¡Ay no! —mira las toallas a su alrededor— ¡Fíjate por donde...! —alza la mirada.
—¡Lo lamento mucho!, ¡me distraje por mi teléfono pero no era mi intención! —se arrodilló enfrente de él—. ¿Te encuentras bien?
—Ah... —se sonroja ligeramente—. Sí, estoy bien.
—Déjame ayudarte —comienza a maldoblar las toallas.
—¡Espera, así no se hace! —lo detiene tomando sus manos—. Debes hacerlo de esta forma.
Tetsutetsu quedó impresionado por 3 cosas: las manos suaves del chico, su habilidad para doblar las toallas y cómo doblar correctamente una toalla. Se inspiró tanto que trabajo de forma perfecta y bastante rápida.
—Ya terminé con 3, ¿cómo vas?
—¡Terminé! —le enseña su trabajo con orgullo.
—Wow, muchas gracias.
—Puedo ayudarte a llevarlas.
—No, este es un trabajo para mí. Pero muchas gracias —besa su mejilla.
No lo había hecho con mala intención, lo que pasa es que su mamá y sus clientes siempre daba besos de agradecimiento, y a él lo habían educado de la misma forma. Sin embargo, esta ocasión fue diferente, porque apenas se alejó del chico, se avergonzó.
—Que lindo —pensó Tetsutetsu.
—¿Qué hice?—se lamentó Juzo.
¡Al fin la había encontrado!. Desde que llegó lo primero que quería hacer Eijirou era zambullirse en la pisicina, pues desde los 5 años le encantaba el agua. Estaba muy ansioso de lanzarse como en la competición de hace dos años en las que acabó de segundo lugar, hasta que sintió un fuerte jalón y terminó cayéndose sentado, escuchando un regaño.
—¡¿Qué diablos crees que haces!?
—Sólo quería darme un chapuzón.
—¿Con la ropa puesta?
Ejirou se dio cuenta de que aún no se colocaba el traje de baño. A veces se emociona de más.
—¿Puedes decirme dónde están los vestidores? —le señala a la derecha—, gracias —vuelve a sonreír.
El trabajo de Katsuki era evitar accidentes dentro de la piscina, pero esta era la primera vez que tuvo que evitarlo fuera de esta. Se quedó vigilando a los nadadores, pero especialmente al pelirrojo que casi se mete con todo y chanclas. Verlo nadar era muy interesante, y no fue hasta que salió a cambiarse que se dio cuenta que lo había observado por 30 minutos. También lo vio retirarse, hasta que vio algo en el asiento en el que había dejado la toalla.
—¿Una cartera?
—Ne-san, ¿segura qué no vendrás?
—Lo siento Tamaki, tengo muchos compromisos por el trabajo. Sabes que mamá lo hizo por tú bien.
—Sí, pero al menos en casa te tengo a ti y a Taishiro —dijo recordando a su tutor de matemáticas—, aquí no conozco a nadie.
—Pero es el sitio perfecto para que te relajes. Hay muchas actividades divertidas y no hay fanáticos. Te deseo suerte, Yuyu te manda saludos —cuelga.
Desde que las vacaciones empezaron, Tamaki lo único que quería era olvidarse de las tareas y de las compañeras de su Universidad, más lo último porque ellas siempre se le insinuaban y lo acosaban, cuando él lo único que quiere es terminar sus estudios con calma.
Es muy aplicado, pero no un nerd. No le gustaban las fiestas, aunque no es un aburrido. No está interesado en las citas, sin embargo, también está esperando encontrar el amor.
Pensaba permanecer en el hotel todo el mes, pero su mamá y hermana le habían pedido que recorriera el nuevo sitio, y no las quería defraudar. Así que tomó valor y salió de la habitación, pero de pronto le vinieron muchas preguntas a la cabeza.
¿A dondé voy primero?, ¿y si primero veo algo en el hotel?, ¿pero si incomodo a la gente?, ¿qué haré si me pierdo?, ¿y si alguien me trata de hacer daño?
Tantas preguntas provocaron que su vista se nublara y se sintiera mareado, tanto que se desmayó. Por suerte para él, alguien estaba pasando cerca.
Fumikage se había encontrado con Momo rumbo al restaurante, justo a su hora de cenar. Momo miraba todo con asombro, desde las luces hasta las macetas. Ella siempre había vivido en el mismo sitio y siempre viajaba al extranjero, esta era la primera vez que visitaba un sitio más cultural. Por otro lado, Fumikage solo quería cenar rápido para poder hablar con su hermano menor, cómo todas las noches antes de dormir.
Mientras desgustaban su cena, el escenario del restaurante se abrió dejando ver a una pelimorada frente a un micrófono.
—¡Bienvenidos a Sakura's! Cómo todas las noches, empezamos el show con alguna petición del público. Voy a elegir a una persona al azar y me dirá el nombre de alguna canción para su deleite —muchos comenzaron a levantar su mano para ser elegidos—. ¡Tú, señorita de pelo negro!
Momo soltó levemente el tenedor.
—¿Qué nos recomiendas escuchar esta noche.
—Amm..., ¿Million reasons?
—A tus órdenes.
Mientras Kyoka se dedicaba a cantar la petición, Momo solo podía maravillarse más. Nunca pensó que la descripción de espectacular mediría poco más de metro y medio, tuviera cabello morado y una voz digna de los cielos.
¿Se puede enamorar alguien de una voz?
Al terminar de cenar y pagar la cuenta, Fumikage se retiró del restaurante, antes de ser detenido por una mano llena de joyería.
—Hola lindo, ¿te vas tan pronto?
—Sí, ya me quiero ir a mi habitación.
—La noche es joven, ven a tomar un trago, bonito.
—Te dije que no, ya suéltame —intenta zafarse de su brazo.
—Deberías entender —lo aprieta y comienza a jalarlo—, que nadie me dice que no a mí.
—Ejem —ambos voltearon al escuchar la fuerte aclaración de voz—, señorita, me parece que alguien le está diciendo que no. No puede obligar a alguien a hacer algo en contra de su voluntad. Si no va a retirarse por las buenas, tendré que llamar a seguridad.
La mujer hizo una mueca mientras soltaba a Fumikage, murmurando que no le parecía tan lindo ahora. Cuando se fue, el azabache pudo respirar con tranquilidad.
—Muchas gracias.
—No hay de qué —le sonríe.
—En serio, muchas gracias. Tienes muchas razón en lo que dijiste, odio que me obliguen a hacer cosas en contra de mi voluntad.
—Nadie merece eso. Ahora puedes irte a descansar como querías. Ten linda noche.
—Tu también, ten una linda noche —le regala una sonrisa.
Mientras Mezo se retiraba a cambiar para irse a casa, Fumikage fue a su habitación, y ninguno de los dos en todo el trayecto borró su sonrisa.
Un poquito largo, pero es que quería introducir a todas las parejas. Siento que esta un poquito aburrido, pero este capítulo y el anterior viene siendo como una introducción, así que por eso es algo de relleno.
Espero y les guste <3.
Nota: Las actualizaciones serán semanales,
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