Cap 14: Mi historia 2/2
Dedicado a tatianalucia89
ADVERTENCIA:
Este capítulo incluye temas sobre relaciones tóxicas y abusos de pareja.
Después de dos películas más, Mirio y Tamaki se entretuvieron platicando en el cuarto del segundo, riendo ante las divertidas anécdotas que ambos contaban.
—Y luego de eso, Taishiro eructó y trató de seguir, pero al final yo lo derroté en la competencia.
—No tenía idea de que pudieras comerte 70 takoyakis en 30 minutos.
—Y eso es cuando no tengo hambre. Incluso me sorprendí de que Taishiro se llenara con 65.
—En nuestro caso competimos en vencidas. Los tres primeros lugares los tenemos Izuku, Mezo y yo. Izuku y yo tenemos casi la misma fuerza, pero siempre le gano. Sin embargo, aún no puedo derrotar a Mezo
—¿Nunca han hecho competencia de comida? Es divertido.
—Una vez Kyoka se comió 32 rollos de sushi y los demás solo 15. Fuera de eso, nunca.
—Pues algún día deberían organizar una —comenta animado.
—Lo pensaré —se ríe—. ¿Qué más puedes decirme de tu casa?
—Pues, vivo en Tokio, en un barrio muy bonito, con mi hermana Nejire y mi madre.
—Tu madre es escritora y tu hermana modelo, ¿verdad?
—Sí.
—Pero tengo una duda, ¿por qué tienen apellidos diferentes? Tú eres Amajiki y ella Hadou.
—Oh, eso...
Mirio creyó tocar un área sensible de Tamaki, pues desvió la vista mientras su naciente sonrisa se disminuía.
—¿Estás bien? —soba su hombro delicadamente.
—Sí, solo es que... no es fácil para mí decirlo o explicarlo.
—Tranquilo, perdona por preguntar algo como eso.
—De todas formas, alguien tiene que saberlo, ¿no? —vuelve a mirarlo—. La razón por la que tenemos registros diferentes es que... ella y yo somos hermanastros
—¿Hermanastros?
—Cuando mi madre salía con mi padre, él ya tenía otra hija, Nejire. Después de tenerme, papá falleció, sin casarse con mi mamá, así que ella me dejó su apellido. Nejire se quedó con nosotros desde entonces.
—Siento mucho lo de tu padre. Por experiencia sé que es duro perder a uno de tus padres.
—¿Experiencia?
—Bueno, mi mamá dejó este mundo cuando yo tenía 11. Solo hemos sido papá y yo desde entonces.
—Lo lamento mucho. Yo casi no recuerdo a mi papá, tal vez por eso no lo extraño. Pero tu debes tener varios recuerdos con ella.
—Varios, pero nunca me deprime su ausencia física, ella siempre está aquí —señala su cabeza— y aquí —dirige su mano a su lado izquierdo—. La gente solo muere en nuestras mentes y en nuestro corazón, y mi mamá siempre va a estar presente. Recuerdo las veces en las que ella me daba una galleta extra de postre a escondidas de mi papá —suelta una risa—. Y a veces íbamos a montar a caballo en la granja del señor Tsunotori.
—Mi mamá casi no estaba en casa hasta que diagnosticaron mi ansiedad, de ahí en adelante ha estado al pendiente de Nejire y de mí. Se que no debería decirlo, pero, me hubiera gustado tener una madre como la tuya.
—Creo que ella habría adorado conocerte.
Una pequeña peliverde se encontraba sentada en una limpia y blanca cama, mientras a su lado le hacía compañía una castaña.
—Tsuyu-chan, ¿no quieres algo de tomar?
—Estoy bien, pero gracias por preocuparte por mí —sonríe—. No has parado de ofrecerme cosas.
—Disculpa, es que he sido muy hospitalaria desde pequeña.
—Eres mejor anfitriona que yo, y mira que trabajo en un hotel destacado por la cortesía.
—Mis padres me lo inculcaron desde niña.
—Suena que tu amas a tus padres.
—Mucho —exclama orgullosa—. Cuando me gradúe de la carrera, voy a ayudarlos con el negocio.
—¿Eso es a lo que te quieres dedicar?
—La verdad sí.
—¿Y serías feliz haciendo eso?
—Claro que sí. Mi felicidad viene de ayudar a los demás.
Tsuyu sonrió con ternura al escucharla con tanta seguridad, sin embargo, desvío su mirada al sentir un poco de nostalgia.
—Yo hubiera deseado trabajar donde lo hacía mi papá.
—¿En que trabaja tu papá?
Recibió una mirada un poco seria y triste. Fue ahí cuando se dio cuenta del verbo en pasado.
—Oh, lo... lo siento mucho —acaricia su hombro.
—Descuida, fue hace años. Pero su ausencia aún duele. Un poco, pero duele.
Su mirada tranquila comenzaba a humedecerse un poco, así que rápidamente se limpió con el dorso de su mano.
La mano de Ochaco tomó suavemente la suya para tranquilizarla con unas cuantas caricias, las cuales funcionaron.
—Si tu papá estuviera aquí, ¿en qué te hubiera gustado trabajar?
—Hubiera seguido trabajando en la florería de la casa. Pero no podía seguir trabajando ahí y más porque necesitábamos un poco de dinero extra. Mi hermano me consiguió un puesto de mucama y he trabajado junto a él desde entonces.
—¿Tienes un hermano? —pregunta extrañada
—Sí, se llama Izuku. Es de cabello y ojos verdes.
—Oh, jeje —un pequeño rubor invade sus mejillas.
—¿Qué pasa?
—Pensé que era tu novio y que se llamaba Deku.
Tsuyu intentó no reírse, pero al final soltó una pequeña carcajada.
—¿Lo escuchaste de un rubio gritón?
—Ayer fui a la piscina y me los encontré hablando. Le había dicho Deku en esa conversación e intuí que así se llamaba
—¿Y por qué creías que era mi novio?
—Porque una vez te vi llevándole un refrigerio.
—Es porque soy una hermana cariñosa. Además, no es solo que sea mi hermano el hecho de que era imposible que fuera mi novio.
—¿Por qué?
La peliverde cambió su expresión tierna a una un poco más coqueta, acercándose a la levemente sonrojada chica.
—Solo me gustan las mujeres.
Algo dentro de Ochaco quedó flechado antes esas palabras.
Lágrimas amargas salían de un pelirrojo acurrucado en su cuarto. Hace tan poco estaba bien, estaba feliz y tranquilo, y vuelve a darle ese estúpido bajón emocional.
20 minutos antes...
Luego de secarse y cambiarse, Eijirou y Katsuki se sentaron en las sillas para tomar el sol, descansando luego de mucha natación realizada.
—Fue bastante divertido.
—Jamás en mi vida tuve una noche tan buena. Tienes algo especial Eiji.
—Gracias, tu igual —sonríe─. Por cierto, ¿desde cuándo sabes nadar?
—Aquí todos aprendemos alrededor de los 7. Como vivimos cerca de cuerpos de agua los veranos siempre solemos darnos un chapuzón. Mis padres me enseñaron a nadar a los 6 y yo fui entrenando más.
—¿Y cómo empezaste a trabajar de salvavidas?
—Un día salvé a un amigo de ahogarse en el río. Nadé con fuerza y lo sostuve al mismo tiempo. Usé unas técnicas que nos enseñaron en la escuela y le salvé la vida. Tenía 15 años. Eso me hizo darme cuenta de que mi deber es proteger a los demás. Togata me recomendó solicitar trabajo de salvavidas aquí una vez cumpliera la mayoría de edad.
—Wow, eso es... de hecho muy admirable.
—Se que tengo cara de pocos amigos o que odio a medio mundo, pero la verdad es que —se sonroja—, con mi vida voy a cuidar a los que aprecio.
Se formó un silencio algo pacífico, pero al mismo tiempo incómodo. Eijirou miró a Katsuki —quien aún no giraba la vista— e intentó acariciarlo, tomar su mano o algo, peo se detuvo al verlo recomponer la postura.
—Ya hablamos mucho de mí, ¿qué hay de ti?. Dijiste que tu mamá vino al hotel y estás feliz por eso.
—Ah sí. Mi mamá y yo somos muy unidos. Ella nos crio sola a mi hermano y a mi luego de que nos dejara mi padre. Por ella hemos hecho muchas cosas para darla la vida que merece.
—¿Y por tu vida que has hecho?
—¿Mande?
—¿Qué haces por ti?, ¿a qué le dedicas tu tiempo?. Cuidar a tu madre es algo lindo, pero ¿qué haces para cuidarte?
—Yo...
Sus manos comenzaron a temblar ligeramente por la pregunta, y disimuladamente las acarició para calmarse.
—Yo... yo amo.
—¿Amas?
—Mi manera especial de cuidarme es amando a alguien. Más que a mi madre y hermano, que es amor de familia, busco a alguien a quien pueda amar sin importar nada. Un hombre que me proteja, que me quiera, me respete y ame. Eso es lo que quiero.
—¿Ya... lo encontraste? —pregunta ligeramente nervioso y preocupado, no por sí mismo, sino por el pelirrojo, ya que este había cambiado su sonrisa llena de luz por una mirada llena de pánico.
—Creí haberlo encontrado. Tuve un novio hace 3 años, lo conocí en una de las competencias. Era tan... dulce conmigo... al menos al comienzo.
—¿Qué pasó?
—Poco a poco demostró que sus intenciones conmigo no eran buenas. No me dejaba acompañarlo a sus reuniones o asistir a las mías si no era por trabajo. Además, me regañaba si llegaba tarde. También me castigaba, a veces con la ley de hielo, otras veces...
Su mano fue directo a su brazo izquierdo, en donde por primera vez Katsuki notó una cicatriz.
—Después de golpearme se disculpaba. Tenía problemas de ira y no podía controlarse, así que lo perdonaba. Me traía regalos o me daba mimos.
Ahora que lo piensa, todos esos regalos eran baratos y que consigues en cualquier estación de auto servicio. No se quejaba de lo material, sino de lo sentimental, una característica nula en todos los sentidos.
Y esos mimos que le encantaban eran ásperos, insípidos y que no curaban ningún gran moretón que marcaba en él.
—Eso suena horrible —toca su hombro para llamar su atención—. Eiji, yo tengo problemas de ira, pero no me ves golpeando a cualquiera de mi grupo de amigos. Les he llegado a gritar, y me disculpo por eso, pero prefiero cortarme la mano antes de dañar a alguien por enojo.
El pelirrojo volvió a bajar la vista al recordar esa cruda verdad y la excusa de siempre.
—Y eso... no era lo peor que me hizo —sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas—. Él me... —hipa un poco—...me tomaba sin mi consentimiento. Aun cuando estaba cansado, aun cuando le gritara que parara, aun cuando tenía dolor por las heridas... Jamás respeto esa línea delicada.
Su respiración se aceleró y su cuerpo comenzó a temblar, hasta que finalmente estalló, soltó todo el llanto que llevaba acumulando desde hace mucho tiempo.
—Lo siento, debo irme —se va rápidamente a su cuarto.
Su madre y Tetsutetsu no estaban, mejor para él, no quería que lo vieran llorar. Ni siquiera se molestó en cerrar bien la puerta, solo se acostó en la cama y siguió derramando lágrimas. Recordar todo eso le provocó un bajón de autoestima. Su psicólogo le había dicho que eso sería normal en el proceso de superación, que dejaría de sentirlo cuando lo olvidara.
¿Pero cómo puedes olvidar a alguien que abuso de ti y tu confianza, te engañó cruelmente y casi acaba con tu vida?
Dos golpes en la puerta lo hicieron incorporarse, luego vio la manija moverse y la puerta abrirse. Secó sus ojos al ver que de trataba del rubio.
—Perdona Kats, vete —vuelve a acostarse—. No quiero que me veas llorar. Que me veas débil.
—¿Débil?, ¿Crees que llorar te hace débil? —se acerca a su cama y se siente a su lado.
Eijirou no tenía ganas de voltearse. No podía mirar a los ojos a su crush con todo lo que dijo y demostró. Era un cobarde, un inútil. Tal vez su ex tenía razón...
—Escúchame bien Eiji. Llorar no te hace débil. Solo aquellos de demostrar lo que verdaderamente sienten son los más fuertes. Derramar lágrimas es necesario a veces, nadie puede mantener una gran presión tanto tiempo para ocultar lo que es. Esta es tu verdadera faceta, es algo que me hace amarte más.
Al fin abrió los ojos al escuchar esa frase. Se volteó rápidamente y miró -con los ojos algo rojos- al salvavidas.
—¿Qué? —se limpia la mejilla.
Al ver la otra lágrima saliendo de sus ojos, Katsuki se encargó de secarla con delicadeza.
—Eiji, permíteme conocerte más, escuchar tus problemas y ayudarte con ellos. Jamás voy a hacer alguna cosa para dañarte física y psicológicamente. Voy a estar ahí para consolarte y protegerte, mimarte y quererte, respetarte y animarte.
Tomó su mano delicadamente y depositó un beso en ella.
—Eiji, por favor déjame amarte.
Otra vez Eijirou volvió a llorar, para preocupación del otro. Sin embargo, esto no era de dolor.
Es de felicidad.
—Si tienes tantos sentimientos bonitos que ofrecer, con gusto voy a recibirlos.
Abrazó al más alto y dejó, por una vez, que sus emociones lo dominaran. El rubio, por su parte, acarició su espalda y cabello, también con los ojos llorosos de felicidad.
Se despegaron ligeramente e hicieron contacto visual por unos segundos, para después fundirse en un tierno y dulce beso.
Bajo lágrimas amargas estaban disfrutando de los labios más dulces de su vida.
Aun con los labios juntos, Eijirou y Katsuki fueron recostándose lentamente en la cama del pelirrojo y separándose levemente para respirar.
—No sabes cómo me llamaste la atención Eiji.
—Siendo sinceros me gusta tu apariencia, pero amo tus sentimientos.
Y así fue como una relación tóxica del pasado quedó donde debe, en el pasado.
E inicia una nueva relación basada en amor.
HEY, NUEVO CAPÍTULO EN UN DÍA.
Este capítulo es uno de los que más me dolio escribir (por ahora), por la historia que le puse a Kirishima ( perdóname bebé :( )
CURIOSIDADES
1-Taishiro Toyomistu es el verdadero nombre de Fatgum, el héroe profesional mentor de Tamaki. Una bolita de amor nwn.
2-Tsunotori es el apellido de Pony Tsunotori, una estudiante de la clase 1-b y que, casualmente, hizo aparición también en el Miritama en el capítulo 4.
3-Durante toda su estancia, Ochaco siempre pensó que el nombre de Izuku era Deku. Incluso una vez lo saludó con ese nombre.
Algo más que quiero agregar es que los elementos mostrados del exnovio de Eijirou son elementos de una relación tóxica. Una relación no debe incluir faltas de respeto tan grandes en ambas partes.
Si tienes una pareja agresiva o conoces a alguien que esté con alguien así, no dejes que se justifique con "lo hago por amor" o "lo hago por tu bien". Independientemente si es hombre o mujer, nadie tiene derecho a ejercer mando a bases de golpes y manipulación, mucho menos la toma sin consentimiento.
No dependes emocionalmente de alguien, y busca ayuda lo más rápido que puedas. No estás solo, no estás sola. Eres alguien muy valioso y nadie tiene derecho a dañarte.
Los quiero mucho.
Woxi fuera.
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