Cap 11: Regalo 2/2
Dedicado a ManzanitaVerde11
Mientras ayudaban a su madre a instalarse en su habitación, los inseparables hermanos se encontraban narrando sus aventuras en el hotel.
— Y casi pierdo la billetera que me regalaste, por lo cual me preocupe enormemente. Por suerte un amable rubio me la regresó.
— Bendito Dios, si no sabes lo que te haría por perder tu cuarta billetera. —lo mira con una sonrisa desafiante.
— En ese caso habría intentado escapar del país.
— ¿Y tú Tetsu?, ¿hay algo que le tienes que decir a mamá?
— Pues, yo también conocí a un rubio. Muy tierno y amistoso, de hecho —revisa su reloj— lo iré a ver en diez minuto.
— ¿Tan rápido tendrás una cita?
— De masaje más bien. Trabaja aquí como masajista.
— ¿Y es bueno en su trabajo?
— Es muy talentoso —sonríe recordándolo.
— Bah, no hagas tan obvio que te gusta. —suelta Eijirou.
— Mira quién lo dice —le reclama.
— A ver niños, estoy presente y saben lo que pasa si discuten y me enfado —cruza los brazos.
—Perdona mami —respondieron al unísono.
— En fin, iré a verlo. Nos vemos después —se va.
Emi giró su vista hacía su hijo mayor, quien la estaba ayudando a acomodar sus artículos personales.
—Veo que... ya estas mejor desde lo de hace tres años —el pelirrojo deja de acomodar—. Ya sabes... el terapeuta dijo que primero sanarías, luego encontrarías la paz y... podrías amar de nuevo.
— Yo... no estoy seguro aún. No dudo que tal vez sienta algo por él... pero...
— Tienes miedo de que sea como él, ¿verdad?
— Mucho.
El chico llevó una mano hacía su pecho y apretó su camisa suavemente.
— Ven aquí —abre los brazos.
Eijirou se abalanzó con su mamá y dejó salir unos cuantos sollozos, mientras la pelirroja abrazó suavemente a su hijo mientras acariciaba levemente su cabeza, desenredando su cabello en el proceso.
— No todos los hombres son iguales amor, estoy seguro de que este chico no será como el bastardo ese. Si sientes tanta confianza con él, ábrete un poco más. Además —lo mira— si él también te daña, ten por seguro que mami lo va a dañar a él.
Eijirou puede sonreír nuevamente gracias a esas palabras.
El amor de madre es bastante lindo.
Y a veces aterrador.
— Bienvenido Tetsu. —Juzo cierra la puerta detrás de él al ver pasar a Tetsutetsu.
— Hey Juzo, ¿Cómo estás? —comienza a quitarse la playera.
— Bien, y veo que tu igual.
— Mi madre vino ayer al hotel y estoy feliz por eso. —se acuesta en la camilla.
— ¿Tu madre?
— Sí, mi madre, mi mamá, mi mami, la mujer que me parió...
— Lo sé Tetsu —comienza a esparcirle aceite.
—Mi hermano y yo no la habíamos visto desde abril por las nuevas sedes que estamos instalando y porque ella consiguió trabajo de oficinista. Y se supone que estamos trabajando duro para que ella no tenga que hacerlo.
Juzo siguió concentrado en su labor, amasando sus tendones y aliviando sus nudos. Sin embargo, no pudo evitar colorarse por un recuerdo reciente.
— Sobre lo de ayer...
— No voy a fingir que eso nunca pasó —escuchó—, solo lo hago con cosas que no me gusta recordar.
— Es que... eso fue poco profesional de mi parte.
— Conmigo puedes dejar el profesionalismo de lado. Por cierto —gira apoyando su rostro en el cojín para verlo—, no te agradecí suficiente que encontrarás mi anillo.
— Y tú no me explicaste por qué lo ocupas.
— Mi mamá me lo regaló al ganar mi primer competencia de atletismo. Es como un amuleto de seguridad para mí.
— Querrás decir de la suerte.
— Yo no creo en la suerte. Sólo en el esfuerzo.
Pasaron diez minutos en silencio hasta que Juzo dio por terminada la sesión.
— Ya puedes levantarte. —le toca el hombro.
—Gracias. —se comienza a incorporar.
Al sentarse en la camilla, dio la casualidad de que Juzo estaba de espaldas secando sus manos y flexionando los músculos. No es que fuera robusto, pero tampoco muy delgado. Era lo suficientemente fuerte para ejercer buena presión y también para defenderse por su cuenta.
— Tienes buena masa muscular.
— Gracias —se sonroja levemente.
— ¿Cómo te ejercitas?
—Hago flexiones y barras fijas. Pero la cosa es que también me gusta el pastel de vainilla. Mucho. —suelta una risita.
— Al menos estás saludable. Y hablando de eso, ¿qué te gusta? A mi ejercitarme, las espinacas y convivir con mi hermano mayor.
— Pues... me gusta el pastel de vainilla, los aromas dulces y los masajes. Dar y recibirlos.
— ¿Recibirlos? —una idea se formuló en su cabeza— ¿Y si yo te doy uno?
— ¿Qué?
— Tú también mereces relajarte. —termina de vestirse.
— Em... no es algo muy... profesional.
— Vamos, por favor —le suplicó.
— Ah, está bien.
Juzo se quitó la camiseta de su uniforme y pudo mostrar su torso completamente desnudo. Se cohibió por la sonrisa de inspección por parte de Tetsutetsu.
— Tienes un lindo cuerpo. No tuve la oportunidad de verlo el otro día.
— Por favor, no me lo menciones. Mi cuerpo no es nada atractivo.
— ¿Quién fue el idiota que te metió esa idea? Tu cuerpo es precioso. Adelante, es tu hora de relajación —palmea la camilla.
El chico rodó los ojos y se recostó en la camilla, mientras el mayor agarraba una botella de aceite y la observaba.
— ¿Hay algún aceite que quieras?
— Uno de mis favoritos es el aceite de manzanilla.
— Muy bien.
Juzo sintió un ligero espasmo por la repentina temperatura de su espalda.
— Ten cuidado.
— Perdona.
A pesar de en su vida haber dado un masaje, el peli gris supo que no lo hacía mal, pues los suspiros de alivio de Juzo lo confirmaban.
Después de unos minutos, Juzo le dijo que era suficiente y comenzó a incorporarse mientras Tetsu limpiaba el aceite de su espalda.
— Vaya que adoras los masajes.
— Más cuando son profundos y saben tocar en los lugares correctos
— Y eso que es la primera vez que lo hago. Oye... —lo interrumpe.
— ¿Es por lo de ayer?
— ¿Qué?
— ¿Haces esto por lo de ayer? —se pone la playera.
— N... —sacude la cabeza—.Claro que no
— Es que, aun no puedo concebir lo que pasó... yo solo soy un trabajador y tú eres un huésped. Somos... de diferentes estatus y...
El peli gris tapó su boca y lo hizo verlo fijamente.
— No importa la posición en la que me encuentro, ni en la que tú estás. El sentimiento que tengo por ti no tiene clase social alguna.
Y fue en ese momento cuando sus bocas se encontraron, en un suave y delicado contacto, con aroma a manzanilla y margaritas.
Juzo pasó sus brazos alrededor del cuello de Tetsutetsu y este pasaba sus manos atrás de su espalda.
— Me llamaste la atención desde el primer momento. Me fascinas Juzo. Me gustas y quiero conocerte más para terminar por caer enamorado de ti. ¿Me lo permites?
— Yo... tampoco he podido dejar de pensar en ti Tetsu, eres un chico muy atractivo y que te hayas fijado en alguien como yo es...
— Tú eres demasiado hermoso Juzo, soy yo el que se debe preguntar cómo alguien como tú se pudo haber fijado en alguien tan desastroso como yo. Entonces, ¿nos podemos conocer más?
Kyoka se encontraba preparándose mentalmente para salir al escenario. Bueno, varias veces en su vida ha salido a cantar y ahora se encuentra nerviosa, ¿por qué razón?
Es la primera vez que ella tiene que cantar lo que realmente siente.
Lo que siempre tenía en su corazón las otras veces era pasión, pasión por su trabajo.
Ahora, lo que tiene en su corazón es amor, amor por una chica.
Miró a través de las cortinas y logró divisar a la joven de pelo negro, al parecer esperando la apertura del escenario.
Está a punto de arrepentirse y decir que se siente mal, tomarse el día y encerrarse en su cuarto mientras come varios platos de cereal de chocolate. Pero ya le había pedido a Ibara cubrir sus turnos y Tenya había aceptado una presentación matutina, así que escapar en ese momento ya no es una opción.
— Ánimo Kyoka-chan. —escucha a sus espaldas.
— Tú deberías estar en la recepción.
— Y tú deberías estar cantando ahora.
— Tengo miedo, ¿qué pasa si hago algo mal y Momo-san me odia?
— Mira otra vez a la señorita Yaoyorozu y dime si ella es capaz de siquiera odiar.
Ambos observaron a la mencionada portando una tierna y amable aura feliz.
— Maldita sea Denki, tienes razón.
— Así que vamos, que Shiozaki-san aceptó por el bien del amor y no sabes cuanto tuve que rogarle a Iida-senpai para que aceptara tu presentación.
— Lo sé Denki, debo ser más agradecida con mi mejor amigo .
—Aw —lleva una mano a su pecho—. Ahora sal y conquista a mi futura comadre.
La chica rodó los ojos sonrojada antes de finalmente ponerse detrás del telón. Denki se retiró del área y fue nuevamente a su puesto.
El telón se abrió y la gente empezó a aplaudir al ver a la chica. Se puede decir que una huésped aplaudió más que nadie.
— Buenos días a todos. En esta ocasión me presentaré ante ustedes más temprano de lo usual.
Escogió una canción de poca letra y gran ritmo, porque no necesitaba mucho para explicar lo que sentía al ver a Momo.
— You are... my obsession yeah...
Momo se dio cuenta de que no era una actuación cualquiera. Descubrió que esta es una dedicatoria, porque en ningún momento de la presentación, Kyoka quitó sus ojos de encima. Puede jurar que hasta le guiñó el ojo un par de veces.
La canción terminó y la chica recibió muchos aplausos de su público. El animador matutino llegó un rato después y Kyoka se fue del escenario, bajo la orgullosa mirada de Denki.
Estaba empacando sus cosas para irse a su casa, cuando se dio cuenta de que alguien estaba detrás de ella.
— Hola Kyoka-chan. —sonríe.
— Hey, hola Momo-san.
— Tu presentación... fue maravillosa. Como siempre cantaste hermoso.
— Y más si la canción la dirijo a alguien.
— ¿Acaso tú...?
— Tengamos una cita.
Momo soltó una risita por la rapidez de Kyoka.
— Ok, entonces te veo aquí para tener la cita. 8 en punto.
— Excelente, por suerte hoy saldré a las 7.
— Muy bien, te veo después— se retira.
Al asegurar que ya se había ido, Kyoka rompió su imagen profesional y comenzó a brincar como una niña recibiendo un helado.
— Aw, mi chica está creciendo. —pensó Denki.
En la habitación de la pareja de esposos, Hanta se encontraba con la cabeza en la barriga de su esposa, escuchando los latidos de su bebé.
— Su corazón es saludable. —murmuró.
— A pesar de que su mamá consume mucha azúcar. —se ríe
— No exageres mi vida, comes tus ensaladas y buenos nutrientes, así que algunos helados no le harán daño. ¿Verdad cosita?
Mina sintió algunas patadas en respuesta.
— ¿Lo ves? —toca su vientre—. Está de acuerdo.
— Ya no puedo esperar para ser mamá.
— Ya eres mamá, solo que falta que conozcas a nuestro retoño.
— Y amor no le faltará. Ya sea niño o niña.
— ¿No sabes su género?
Ambos voltearon a ver la entrada del cuarto, viendo pasar a Hanna debido a la puerta abierta.
— Queremos que sea sorpresa.
— Por eso gran parte de las cosas que compramos son color blanco y amarillo. Aunque también tonos rosa y azul. Se le verán bien ambos.
— Ah, entonces sí puedo darles esto.
La melliza menor les entregó una bolsa de papel bastante grande. Hanta la abrió y se enterneció por el contenido.
Dentro de la bolsa estaban varios conjuntos de ropita de bebé, más pijamas de animales como un oso polar y una foca. También unos juguetes y un peluche de pingüino.
— Me enteré que Mina estaba embarazada por las revistas.
— ¿En Alaska venden revistas?
— Bueno, es que la expedición acabó hace un mes. Luego nos movimos a Asia para investigaciones en Japón. Luego de mucho trabajo, me gané unas vacaciones y decidí venir aquí.
— ¿Y cómo compraste regalos sin saber siquiera que estaríamos aquí?
— Suposición. Además, pensaba enviarlos por correo. Pero mejor ahora que puedo hacerlo frente a frente.
Mina miró con ternura los regalos de Hanna.
— Muchas gracias Hanna-chan. Son muy lindos. Estoy segura que él o ella también lo amará —toca su vientre.
Hanna Sero había perdido demasiado tiempo con su familia.
Ya es hora de recuperarlo.
Tamaki se encontraba en el ascensor rumbo a la planta 8, donde se encontraba el spa del hotel. Pero no para reservar algo.
Hace solo 20 minutos conversó con una peli rosa que lo motivó a tomar acción y dar un paso más para alejarse de su timidez.
20 minutos antes...
Luego de desayunar, Tamaki pensó en Mirio con una sonrisa. Lo trata bien, es tierno, amable y no le molesta su gusto o padecimiento.
Pocas personas han sido así con él, solo su madre, hermana y maestro.
El conocer a Mirio para él fue una bendición.
Y quiere conocerlo más, pero no sabe cómo.
En el momento que salió del comedor, se chocó con una peli rosa con el cabello atado.
— ¡Hey!, ¿cómo estás? —le saluda.
— Ho...Hola...soy... Ta-Tamaki. —saluda con la mano.
— Mi nombre es Mei Hatsume, es un gusto —estrecha su mano rápidamente—. Te vi muy perdido en tus ojos. ¿Qué pasa?
— ¿A....mí?Na-nada.
La chica lo miró unos segundos y dibujó una sonrisa.
— Estás enamorado.—afirma.
— ¡¿Quién te lo dijo!? —se tapa la boca—. Oh, perdón por gritarte —se sonroja.
Mei no podía distinguir si el color de su rostro es por nerviosismo, timidez o enamoramiento.
— No te preocupes. Sé leer las emociones gracias a la pareja de un amigo.
— Em... bueno...s-sí —juega con sus dedos—. Yo estoy...enamorado.
— Jeje. Gracias por confirmarlo. Y... —se balancea juguetonamente—. ¿Esa persona lo sabe?
— N-no. —se pone cabizbajo.
— ¿Sabes lo que tienes que hacer? —niega—. Lo que debes hacer es... pedirle una cita. Conocerlo de poco a poco y hacer un vínculo.
El chico se sorprendió. Eso es justamente lo que quiere hacer.
— Pero... ¿cómo hago eso? Nunca en mi vida tuve una cita.
— Es muy fácil pedir una cita. Te enseñaré. —lo toma de la muñeca con suavidad.
Ambos chicos fueron en dirección a la recepción, donde el recepcionista se despedía de un huésped.
—Gracias por hospedarse con nosotros señor Inui, que tenga buen viaje.
Mei dejó a Tamaki a unos pocos metros enfrente para enseñarle lo que tenía que hacer.
— ¡Oye, Tenya-chan!
— Hola señorita Hatsume.
— Sabes mi nombre. Soy Mei. Y no me digas señorita.
— Muy... bien. ¿Qué puedo ofrecerte Mei?
— Lo único que deseo es que tú —lo señala— y yo —se señala—, esta noche a las 8 tengamos una cita.
Ambos peli azules quedaron sorprendidos. Tamaki por tan grande confianza y Tenya por la repentina invitación.
— Pe.... pero...
— Vamos... estoy segura de que hay alguien más que puede atender la recepción. Y como dijiste antes, los viernes te estresan. Te hará bien una noche para respirar.
—Y —mueve su hombro—. Y-yo —mueve otra vez el hombro hasta que él mismo lo agarra— ¡Desde luego!
— Ok, nos vemos en este mismo sitio. Pero esta vez, te quiero encontrar adelante de esta tabla. Adiós.
Se fue llevándose a Tamaki del brazo. Mientras ellos se retiraban, el recepcionista preparó mentalmente su hora de almuerzo.
Hoy tiene que hablar con Tensei.
De vuelta con el chico de ojos negros, luego de varias palabras alentadoras por parte de su nueva amiga, encontró a Mirio despidiéndose de una clienta
Tomó mucho aire y exhaló varias veces para finalmente acercarse a él.
— ¡Hola Tamaki! Hoy no tenemos cita y no creí verte.
— Pues yo... quiero una... cita...
— Ok. Déjame ver cuando puedo agendarte.
— N-no es para un masaje.
— Oh, ¿entonces que vas a necesitar?
— Una cita... contigo.
Mirio lo contempló sorprendido.
— Por favor sal conmigo.
En ambos se asentó un rubor, más en el rostro del más joven.
— Po-podemos ir a donde quieras Mirio... —el rubio aun no responde—, a un restaurante o a un local. Pero si no puedes...
— Hagámoslo en tu cuarto.
— ¿Qué?
— No quiero forzarte a ir a algún lugar desconocido lleno de gente. Podemos tener una cita en tu habitación y en un sitio en el que ya estás familiarizado. Entonces, ¿tenemos una cita?
El corazón del chico comenzaba a latir de forma rápida y apasionada ante los ojos azules del rubio.
— Sí.
En esa misma zona, Katsuki se dirige a la sala número 4, donde sabe que se encuentra Juzo. El chico siempre le deja ir a verlo para recibir un masaje, así no solo le alivia los dolores, también lo ayuda a practicar.
Tocó a la puerta dos veces antes de que esta se abra. Para su sorpresa, no es Juzo quién sale de esta.
— ¿Bakugou?
— ¿Eres el hermano de Eiji?
— Sí... soy Tetsutetsu.
Disimuladamente lo inspeccionó. Su ropa estaba recién puesta, aunque su camisa de botones tenía separados los tres botones de arriba y de su cuello se emanaba un olor similar a la vainilla.
— ¿Se encuentra Honenuki?
— ¿Juzo? Sí, está en el baño. Si me permites —lo esquiva—, ya me voy.
Se fue rápidamente como una liebre escapando de los cazadores.
Entró a paso normal y vio cómo, efectivamente, el de cabello blanco salía del baño
— Hola Bakugou-san.
— ¿Quién era ese que acaba de salir?
— Es solo un cliente.
— Como sea, necesito tus manos mágicas —se empieza a quitar la playera—. Tuve que rescatar a dos señoras que en su vida tomaron clases de natación y mi hombro esta liquidándome.
— Muy bien, déjame cambiar las sábanas.
El más joven de los dos empezaba a colocar un nuevo juego de tela violeta y se percató de la penetrante mirada de ojos rubí sobre él.
— ¿Ocurre algo Bakugou?
— Te noto cohibido. Además, tu cabello está húmedo.
— Me lo mojé para acomodarlo. Hablando de eso, acomódate que voy a empezar.
Katsuki obedeció sentándose en la mesa, para después acostarse como los demás clientes.
— ¿Tienes aceite de manzanilla?
— Ya... se terminó.
— Creí que lo abasteciste hace poco.
— Muchos... clientes lo solicitaron —toma su cabeza suavemente y la pone boca abajo—. Mejor vamos a destensarte.
Juzo pensó haberse zafado de las sospechas, más no lo hizo. Esto solo incrementó la curiosidad en Katsuki. A pesar de su corta estadía laboral actual, él sabe que el masajista es un profesional y muy responsable para evitar el gasto de sus artículos y de que nunca antes necesitó peinarse luego de una sesión.
Y que, además, jamás había terminado con una marca en el cuello.
Algo tiene Juzo entre manos y no solo son músculos por aliviar.
SORPRESA
Nuevo capítulo subido.
Me agarró la inspiración de la nada para crearlo y este fue el resultado, un poco largo para compensar mi ausencia.
Curiosidad
1- Una escena no escrita es un momento donde Juzo va a buscar a Tetsutetsu para entregarle un anillo que había olvidado el día anterior. Pero, ¿acaso hubo algo más?
2- Es cannon que a Juzo le gusta dar y recibir masajes.
3- La canción que cantó Kyoka es My obsession de Consoul Train.
4- ¿Qué creen que será el bebé de Mina y Hanta?, ¿Niño o niña?, ¿y qué nombre les gustaría?(Invoco la creatividad de lavistadesaturno Noha_Ron_90 y Jhessica130008)
5-Inui, el huésped del que se despidió Tenya, es Ryu Inui, también conocido como Hound Dog, un héroe profesional de la UA quién, a pesar de su carácter y apariencia amenazante, adora trabajar con niños (por eso es uno de mis favoritos)
6- Juzo tiene permitido atender a sus compañeros de trabajo en caso de haber acabado con todas sus citas reservadas.
No sé, tengo ganas de dar tres SPOILERS del siguiente capítulo.
Si los quiere saber, sigue bajando, si no, Sayonara :3
Spoiler en 3...
2...
1...
1-Alguien revela su pasado romántico
2-Alguien visitará a alguien en su propia casa y conocerá a su familia.
3- Un estudiante de la clase B hace aparición.
Sayonara.
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