Cap 10: Regalo 1/2

Dedicado a Jhesica130008

Los hermanos no podían creer su suerte. Hace una hora solo se tenían ellos dos en ese lugar desconocido. Y ahora se encontraban en el mismo sitio, pero acompañados por su mamá.

—Sorpresa muchachos  —los chicos seguían sin reaccionar—. Oh vamos, ¿dónde está mi abrazo?

Ahora más conscientes, el par de Kirishimas se arrojaron a la mujer pelirroja, casi tirándola en el proceso.

—Calmados cachorritos —los acaricia con sus brazos—. Yo también estoy feliz de verlos.

—Te extrañamos mamá —Eijirou aprieta un poco a Emi.

—Yo también los eche de menos —besa sus cabezas.

—¿Qué te trae por aquí? —los chicos finalmente la sueltan.

—¿Adivinen quién ganó el concurso de la oficina para cuatro semanas en este lujoso hotel y estar cerca de sus cachorritos? —cuestiona orgullosa.

—¡Tenemos a la mejor mamá del mundo! —Tetsutetsu la vuela a abrazar, mientras ella atrae a Eijirou.

—¡Y yo tengo a los mejores hijos del mundo!

Pasadas las 7 de la tarde, y habiendo concluido sus labores en la piscina, Izuku se encontraba regando por última vez las plantas. Debido a la escasez de lluvia, no quería que sus amigas perecieran deshidratación.

El Sol ya no pegaba tan fuerte, pero de todas formas seguía usando su gorro de jardinero, pues este es muy especial para él.

Justo cuando se acercó a su mesita de trabajo para guardar sus cosas, se percató de la presencia de alguien.

—Shoto, ¿qué haces aquí?

El bicolor estaba algo nervioso, pues se encontraba con las manos ocultas tras su espalda y evitaba el contacto visual.

—Quería decirte que...

Las luces automáticas los sorprendieron a ambos. Estas iluminaciones daban un toque mágico a las plantas y flores, aumentando la belleza de estas.

—Aw, ¿no es  hermoso? No se imagina todo lo que ha pasado en este lugar gracias a este jardín.

—¿Qué ha pasado en este jardín? —repitió Shoto.

—Varias parejas se han propuesto matrimonio, otras han declarado su amor y... —se ríe con un sonrojo medio— una vez a una pareja se les subió mucho el amor y casi toman una apasionante noche junto a las orquídeas.

—Wow, ¿cómo lo sabes?

—Porque ese día hice turno nocturno y prácticamente los asusté para que no recibieran un regaño mayor.

—Ah.

—En fin, ¿qué puedo ofrecerte?

—Una cita.

El bicolor sacó de su espalda un arreglo floral hecho con margaritas, rosas y girasoles.

—Por favor, sal conmigo. Sé que nos conocemimos hace sólo cuatro días, pero desde el primero no puedo dejar de pensar en ti. ¿Aceptarías una cita con este tonto interesante que arrancó una flor accidentalmente de tu jardín, pero en serio quiere conocerte más?

Izuku miró primero el ramo y luego a Shoto, quién mantuvo la calmada expresión mientras esperaba su respuesta.

—Yo... yo... pediré un día libre mañana y.... nos vemos afuera del hotel a las 7:00 pm el viernes.

—Hey, se supone que yo tendría que decir eso —ambos sueltan una risita.

—Entonces, ¿dónde nos vemos?

—En las puertas del hotel a las 7. Ponte algo que resalte tu belleza —le entrega el ramo.

—Lo haré si tu prometes llevar esa hermosa sonrisa.

—Lo prometo, te veré mañana.

—Lo mismo digo, Shoto

Esta noche Shoto tiene mucho que platicar con Momo.

E Izuku tiene mucho que platicar con su hermana.

Hitoshi se encontraba escribiendo por su teléfono celular a su amiga, quién no paraba de preguntarle sobre el hotel. A todas sus preguntas le contestaba con dos palabras.

Muy bien.

Mientras dejaba su teléfono en el buró, alguien tocó a su puerta. Supuso que se trataba del servicio a la habitación, pues decidió cenar en el cuarto a cenar en el restaurante.

Grata fue su sorpresa al encontrarse con su mesero favorito, aunque sin su uniforme, pero con su encargo.

—Buenas noches Shinsou-san —Denki le sonríe.

—Bakugou-kun que sorpresa.

Con el pasar de los días y con todos los desayunos, ambos se habían ido conocido y poco a poco iban dejando las formalidades. En poco tiempo tal vez podrían llamarse por su nombre.

—Me topé con Ojiro-chan y me dijo que tenía que llevar este pedido al huésped del 625. Un joven y lindo huésped.

—No sabía que el servicio a la habitación incluía un lindo mesero de cortesía -ambos dibujan una sonrisa pícara.

— Hoy me dejaron irme temprano, así que ahora no soy un mesero, soy Denki Bakugou

—Entonces Denki, ¿me ayudas a llevar eso al cuarto?

Denki empujó el carrito y lo dejó cerca de la cama de Hitoshi. Cuando estaba por irse, el peli morado lo detuvo.

—¿Sabes? Por accidente ordené dos sándwiches y dos bebidas. No me las podré acabar sólo, y sería un desperdicio dejarlos así —soba su nuca—. Entonces...¿quieres acompañarme?

—Mm... no lo sé...

Recordó que su hermano le dijo que se diera tiempo para él, que se mimara o que pasara tiempo haciendo algo con quien quiera y lo que quisiera.

 Y ya decidió en que invertir ese tiempo.

—¿De qué son los sándwiches?

Los viernes en el hotel normalmente son los días más tranquilos y también en el pueblo, y a veces llegan más visitantes, por lo que Tenya se encontraba muy ocupado. Por suerte para él, tiene amigos que lo van a visitar para llevarle bocadillos o bebidas, o simplemente elevarle el ánimo.

Ahora se encontraba atendiendo a un huésped, quién ya se estaba preparando para retirarse y dejar una gran reseña sobre su estadía: el reconocido veterinario Koji Koda.

—¿Disfrutó su tiempo con nosotros señor Koda?

—Claro —asiente feliz—, mi novia y yo nos divertimos mucho aquí.

—¿Y ella dónde está?

—Enseguida baja, estaba terminando de empacar las maletas.

Pronto llegó una chica de cabello negro algo corto, ojos marrones, piel morena y con cuerpo ligeramente llenito.

—Hola amor, lamento la demora —besa la mejilla de Koji.

—No te preocupes mi pandita, sabes que siempre te esperaré, aunque te extrañe por 5 minutos.

—Aw, te amo mucho Koji —lo abraza— por cierto —se dirige a Tenya—, voy a dejar una gran crítica sobre su hotel. Es de los mejores sitios vacacionales que mi Koji y yo hayamos podido conocer.

—Muchas gracias señorita Wox, que tengan buen día.

Mientras la pareja se retiraba, Tenya volvió a sus asuntos, hasta que sintió la presencia de alguien más.

—¡Hola!

—¡AH! —se sobresalta—. Señorita Hatsume, no me asuste así.

—Perdona Tenya-chan. Te veías demasiado serio, ¿día duro?

—Los viernes son los más duros.

—Mmm, ¿estás estresado?

—Algo —vuelve la vista al computador.

—¿Qué te ayuda a aliviar es estrés?

—A veces un libro o un baño caliente.

—A mí me ayudan los dulces. Especialmente el chocolate.

—El chocolate es recomendable para el estrés.

—¿Quieres probarlo?

—¿Eh?

—¿Quieres de mi chocolate?

Por la rapidez del asunto, el chico malpensó las palabras y se sonrojó.

—¡¿Qué!?

—Qué si quieres de mi barra de chocolate —mueve el dulce de lado a lado.

—Ah, em... —se sonroja y comienza a tartamudear—. T-tú dices que es bu-bueno para él es-estrés, así que...

—¡Ok! —le extiende el dulce —di Ah.

—¿Ah?

Sin ninguna pena, la chica metió la barra de chocolate a la boca de un todavía sonrojado Tenya, quien masticó y de un tirón se llevó una gran parte del chocolate.

Lo saboreó antes de volver a su compostura.

—Es delicioso.

—Te lo dije. En fin, te dejare esto —deposita una barra nueva en el mostrador— ya tengo que irme a entrenar un poco —estaba por retirarse, hasta que giró para hacer contacto visual con Tenya— ¿Sabes? Solo le regalo mis dulces a la gente que me cae bien— dibuja una sonrisa sincera.

La peli rosa se fue, sin percatarse de la mirada del peli azul en el chocolate, al mismo tiempo que trazaba una linda sonrisa.

—Muchas gracias por conseguirme esto Shoji-chan —Tsuyu contempla el interior de una caja verde.

—De nada Tsuyu-chan. Lo que sea por una amiga.

—Puedes venir a cenar esta noche.

—Oh, lo siento, ya tengo planes. Un cliente me pidió asesorías extras.

—Entonces suerte con tu cliente.

—Y buena suerte con tu amiga.

La Midoriya más joven se encontraba todavía mirando el interior de la caja verde oscuro.

Comenzó a caminar en dirección a la habitación 519, y tocó un par de veces antes de darse cuenta de que la perilla tenía colgada una ficha con las siguientes letras.

"Huésped fuera"

Esa ficha siempre se coloca cuando los huéspedes salen del hotel y no se estima en cuanto regresan.

—Vaya, entonces se lo daré más tarde

Estaba a punto de irse, pero entonces recordó su trabajo.

Al tener a su cargo todo el piso 5, cuenta con una llave maestra que le da acceso a los cuartos. Se supone que se le otorgó por fines profesionales, sin embargo, ella está segura que no sería la primera de los empleados en usar el poder de esa tarjeta para su beneficio personal.

Así que tomó de su delantal su llave y abrió la puerta, para rápidamente dejar la cajita en la cama de Ochaco y retirarse hacía el piso 7, donde Himiko le había pedido ayuda.

Exactamente 10 minutos después, la dueña del cuarto regresaba de comprar artesanías y se sorprendió al ver un regalo en su cama.

—¿Y esto?

No tenía ninguna nota encima, no obstante, Ochaco quedó maravillada por el contenido: un hermoso collar de vidrio verde con forma de corazón.

Y a partir de ese momento, el verde se volvió el color favorito de la castaña.

El dueño de la habitación 310 se encontraba en su cama, abrazando una almohada y dando pequeñas pataditas de emoción.

Está muy feliz.

¿La razón?

Todo empezó ayer, durante una nueva sesión de masaje que había reservado con el rubio que rápidamente se había hecho su amigo.

Esta vez comenzó con sus brazos y piernas, apretando delicadamente esas delgadas y suaves extremidades.

—Tienes nudos en tus pantorrillas, tienes suerte de que sepa cómo resolverlo.

Elevó una de sus piernas hasta colocar su tobillo en su hombro. A continuación, puso ambas manos alrededor de uno de sus gemelos y las empezó a subir y a bajar con algo de presión. Lo mismo hizo con la segunda, pero esta vez recibió una respuesta del chico.

Tamaki, quien había mordido su labio reprimiendo su voz, no pudo más y soltó un gemido de placer, sonrojándose sin ser visto por el masajista.

—¡Lo... lo siento! No era mi...

—Está bien, es una respuesta natural al alivio. No entiendo cómo estás tan tenso y aguantar tanto.

—Ni yo mismo lo sé —cierra sus ojos sintiendo su pierna bajar.

Mientras descubría su espalda, se percató de un detalle que no notó el otro día.

—¿Tienes un tatuaje?

—¿Mh? —Tamaki gira la cabeza para verlo.

—En tu espalda baja, tienes una mariposa... no, tres mariposas pequeñas en tu espalda baja.

—Oh, es que... me gustan las mariposas— se sonroja.

El peli azul volvió a acomodarse en el hueco facial.

— ¿Te sorprende que me gusten las mariposas?

—No es eso es que... auch, tengo entendido que los tatuajes duelen, ¿te dolió cuando te los hiciste?

—Más me duele vivir con ansiedad.

Mirio se sorprendió por ese comentario y se sintió mal. Volvió a ejercer presión con los brazos en la espalda del chico, obteniendo varios suspiros de su parte.

—Oh Dios, se siente tan bien.

—Eso es, relájate Tamaki.

—¿No...te da pena que... haga esos ruidos?

—No, me hacen sentir halagado de hecho. Significa que estoy haciendo un buen trabajo.

Mientras trabajaba en la espalda baja de Tamaki, fijó su vista en las mariposas dibujadas en esa zona. Eran de tres colores: morado, negro y blanco, y con distintos lugares. Siempre pensó que los tatuajes eran muy rudos.

Jamás imaginó ver una forma más delicada de ellos.

—Si te gustan las mariposas... ¿me acompañas a un lugar mañana temprano?

—¿Eh?

—¿Podrías verme mañana a las 8 por el jardín?

Tamaki al parecer dijo que sí, porque esta mañana ambos se encontraron el punto acordado.

—Ok, ya estoy aquí.

—Excelente, sígueme —toma su mano.

Durante todo este trayecto, a Tamaki no le importó ser visto por alguien o que un chico que apenas conocía le tomara la mano. Tampoco que caminaron casi dando saltitos.

Solo le importaba vivir el momento.

—Aquí es —se detiene frente a un arbusto.

—¿Qué es esto?

—El hogar de los lepidópteros.

Agitó suavemente el arbusto y de este comenzaron a salir algunas mariposas de diferentes colores. Estas comenzaron a buscar lugares diferentes para residir, algunas en los troncos de los árboles y otras en las flores.

Unas pocas encontraron un lugar poco usual: la cabeza de Tamaki.

Este no podía contener la emoción. Sus ojos brillaban maravillados por tal acto, así como el contacto indirecto que estaba teniendo con su criatura favorita.

—¿Sabes que son señal de buena suerte? Si una mariposa, una criatura delicada, se posa en ti, significa que algo especial debes tener. Tamaki, tú eres especial para las mariposas, y para mí —se sonroja.

—¿Para ti?

—Sí, lo eres. Eres un chico genial, nunca dudes de ti mismo.

Fue el turno de Tamaki para sonrojarse.

—¡Ay, rayos! —mira su reloj—. Tengo que atender a un cliente. Nos vemos Tamaki-kun.

Ahí se quedó pasmado el jovencito, viendo irse apresuradamente al rubio. Llevó una mano a su pecho y la apretó contra su camisa.

—Sabe de mi trastorno y de mi gusto y no le parezco un bicho raro...

Y así es como Tamaki finalmente se enamoró

HOLAAA

Sí, lo sé, no he estado actualizando mucho ultimamente.

Ahora entiendo lo que sienten los escritores estudiantes tratando de actualizar historias y no reprobar en el proceso.

Pues vamos a las curiosidad de hoy.

1- Hitoshi le dice Bakugou a Denki por ser su apellido de registro. Lo digo por si alguien se confundió.

2-El OC que apareció es prácticamente mi avatar para mi RD. Si supiera dibujar tengan por seguro que dibujaría varios comics donde salgo con mi husbando supremo del anime: Koji Koda.

(Amo a ese chico uwu)

3- El cliente que iba a atender Mezo es Fumikage. Algo curioso es que Mezo jamás había tomado la desición de dar asesorías.

4-Tamaki se hizo el tatuaje a los 17 con el permiso de su madre.

5- ¡LLEGAMOS A LAS 1K LECTURAS DAMAS Y CABALLEROS!

NO PUEDO CREER LO BIEN RECIBIDA QUE ESTA HISTORIA ESTA SIENDO.

MUCHISIMAS GRACIAS POR SU AMOR, PACIENCIA Y APOYO.

Prometo subir el siguiente cap muy pronto más un especial de Headcannons de la historia, y si gustan un especial de lo que ustedes gusten.

LOS AMO, ADORO Y APRECIO MUCHÍSIMO.

Sayonara.

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