》XV《
Junmyeon estaba echado en su cama, ya era de mañana, sábado, no habían planes para este día, solo la pasaría en casa con sus hijos, JongDae saldría con Minseok, regresarían el domingo, había pasado un tiempo desde que esos dos estaban solos para poder tener intimidad...ya que 2 pequeños conejitos siempre irrumpían en su habitación cuando su padre no estaba.
De pronto entró JongDae en su habitación, los niños seguían durmiendo, aunque estos estaban en la cama del azabache abrazándolo; al verlo entrar le hizo una señal de que no hiciera ruido, entró, le dijo que salga con él a la sala, tenía que contarle algo importante, el menor asintió, con cuidado posicionó a sus hijos de tal manera que pudiera salir de la cama sin despertarlos, les dio un beso y salió de la gran habitación.
-¿qué sucede Dae?- el castaño estaba nervioso -mi padre me llamó...es sobre tu madre- el menor abrió mucho los ojos -¿qué tiene mi madre?- JongDae suspiró -está internada en la clínica...entró en coma- los ojos del menor se cristalizaron -no, no puede ser, mi madre, tengo que ir a verla- dijo el menor tomando el brazo de su mejor amigo -yo voy contigo hermano- Jun sonrió -gracias Dae- se abrazaron.
JongDae conducía, estaban solos, Minseok cuidaba a los niños; la clínica estaba bastante lejos, casi por donde estaba su casa, no sabían que esperar, pasó como media hora y ya estaban en el gran edificio blanco, entraron, subieron en el ascensor, se acercaron al mostrador, ahí preguntó por su madre, le dieron su número de habitación 255, subieron, caminaron callados por el corredor, habían tantas habitaciones, pasaron la 252 y estaban más nerviosos, hasta que llegaron a la puerta, estaba cerrada, tocaron, una enfermera abrió la puerta -¿quién es usted?- dijo la mujer examinándolo -oh no me diga, usted es el hijo de la señora Kim ¿verdad?- Jun asintió, la joven enfermera sonrió, lo dejó pasar, y con voz suave dijo -señora Kim~ su hijo está aquí- Junmyeon se acercó lentamente a ella -mamá, soy yo, Junmyeon- dijo tomando su mano, la besó, temblaba, quería llorar, volteó, miró a JongDae, el cual asintió; se acercó a la enfermera, con una mirada suave y su característica voz seductora dijo -¿podemos hablar?- la joven enfermera se sonrojó, asintió nerviosa, JongDae era un hombre bastante apuesto, podía enamorar a cualquiera con una mirada, aveces su encanto era muy útil, como ahora, necesitaba saber qué le sucedía a la madre de Jun, también quería dejarlos solos.
-¿qué tiene la señora Kim?- la mujer se tensó, estaba perdida en la mirada del castaño, JongDae empezó a desesperarse, rodó los ojos -perdóneme pero quien debe darle esa información es el doctor Lee, está de suerte señor~ el doctor está por llegar a ver a la paciente- JongDae asintió, sonrió, estaba por irse junto a Jun, pero la enfermera lo detuvo -¿podríamos...quedar alguna vez para tomar un café?- el castaño sonrió divertido -no creo que a mi novio le agrade esa idea- dijo sin más alejándose.
Llegó a la habitación Junmyeon seguía tomando la mano de su madre, se acercó a él, sus ojos estaban rojos, puso su mano en el hombro de su mejor amigo -Dae...- el mayor le transmitió su calor y apoyo -tranquilo Jun, el doctor llegará pronto- el azabache asintió sin ánimos.
Pasaron unos minutos y un hombre muy alto entró, vestía una bata blanca, al ver a ambos jóvenes en la habitación hizo una reverencia, ellos hicieron lo mismo -soy el doctor Lee Hyukjae, soy quien le hace seguimiento a la señora Kim~- Junmyeon se levantó, estrechó la mano del médico -Doctor, ¿qué tiene mi madre?- el hombre suspiró -tu eres el famoso Junmyeon ¿verdad?- el menor asintió sorprendido -lamento decirle que...su madre padece una extraña enfermedad llamada encefalopatía espongiforme subaguda- dijo el médico con pesar -¿qué? pero...siempre ha sido muy sana y saludable...¿por qué está en coma?- el doctor se quitó los lentes despacio -esta enfermedad la adquirió tu madre hace muchos años, por lo que investigamos fue por contagio...esta es una enfermedad neurológica, una proteína importante del cerebro sufrió una afección la cual hizo que tu madre padezca una serie de ataques psicológicos a lo largo de la enfermedad, dime ¿alguna vez tuvo ataques de ansiedad? ¿cambios en la personalidad? ¿depresión? o en algunas ocasiones demencia...- Junmyeon asintió con dolor -pero ¿por qué está en coma ahora?- le médico miró hacia otro lado, no sabía como decirlo.
-esta enfermedad es muy complicada, la mayoría de los pacientes pierden la memoria y lo único que resta es el coma y después la muerte...- Jun se tensó -¿cuánto tiempo lleva así?- el médico miró el expediente -más o menos unos cuatro años...antes de que cayera en el coma tuvo bastantes delirios, lo único que pronunciaba era tu nombre...aveces llorando, otras gritando...- Jun no sabía que decir, cayó en coma en el tiempo en que sus hijos nacieron -¿hay alguna cura u oportunidad de que mi madre despierte?- el médico negó -lamentablemente la enfermedad es tan misteriosa que aún no se ha descubierto una cura...la calidad de vida de estos pacientes es muy incierta, casi siempre es a base de drogas...a este punto de la enfermedad hemos dado a tu madre por desahuciada...que bueno que has venido hoy, en promedio le damos unos días, seguirá en observación, pero este será su último día de visitas...lo lamento- Junmyeon empezó a llorar, el médico se retiró.
El pequeño maldecía en su interior, odiaba ver la frialdad del médico, odiaba el estado en el que su madre se encontraba, pero sobre todo se odiaba por haberse alejado de esa manera de su madre. Volvió a su madre, besó su mano -madre, yo que siempre pensé que me odiabas...era otra cosa, de verdad te ruego que por favor despiertes, no me dejes solo mamá, sé que no tomaste las mejores decisiones como madre, pero ahora sé que estabas enferma, por favor te ruego que luches por tu vida, yo sé que en el fondo, en algún lugar de tu cerebro puedes escucharme y entenderme, por favor no me dejes- dijo Junmyeon quebrándose aún tomando la mano de su madre, la enfermera tocó su hombro, indicaba que la hora de visitas estaba por terminar -si este será el final...quiero que antes conozcas a dos personitas que te aman tanto como yo aunque aún no te conozcan- dijo el menor secando sus lágrimas.
Soltó la mano de su madre, llamó a JongDae, le dijo que le hable a Minseok para que traiga a sus hijos, era una locura, los mayores estaban sorprendidos, pensaron que Junmyeon se iría con una sonrisa y por fin sería libre, pero era todo lo contrario.
Pasaron veinte tortuosos minutos, Minseok llegó con los pequeños, Junmyeon había rogado a la enfermera que por favor extendiera un poco más la hora de visitas, el rubio tocó la puerta, la mujer abrió, quedó anonadada con la belleza del mayor, el cual dejó a los pequeños correr hacia su padre, quien hizo que ambos guarden silencio. Minseok se retiró junto con la enfermera.
La mujer quizo hacer su segunda jugada, pero vio al castaño acercarse a Minseok tomándolo de la cintura, se abrazaron, la enfermera se retiró de ahí con una expresión de derrota en el rostro.
Junmyeon estaba un poco más calmado -niños...ella es su abuelita- Gyeonghye se acercó un poco a la camilla donde se encontraba la anciana inconsciente -papá~ ¿por qué está dormida?- Junmyeon suspiró -está "dormida" pero puede escucharlos, ¿quieren decirle algo?- el pequeño Yejun se acercó -abuelita, ¿podemos preparar galletas cuando despiertes?- Junmyeon abrazó a sus hijos aguantando sus lágrimas -abuelita~ siempre quisimos verte~ cuando despiertes te traeré un dibujo- la pequeña volvió a hablar -cuando despiertes vayamos a algún lugar juntos~- los pequeños se alejaron de su padre y abrazaron el cuerpo en estado vegetal de la anciana -siempre te quisimos conocer abuelita- dijeron al unísono, Jun se levantó sus ojos se cristalizaron, los pequeñitos notaron que su padre se alejaba, corrieron hacia él y abrazaron sus piernas, dejando a la madre sola, de pronto los signos vitales cambiaron, Jun volteó y vio en el monitor una línea recta junto con un sonido horroroso, un pitido constante.
Junmyeon caminó, los pequeños se miraron, corrieron detrás de él, el azabache tomó la mano de su madre, comenzó a llorar, estaba helada, de pronto entraron Minseok y JongDae junto a ellos la enfermera, los mayores tomaron a los niños quienes empezaron a llorar al ver a su progenitor gemir de dolor al ver a su madre muerta, Junmyeon lloró con todas sus fuerzas, habían tantas cosas que quería hacer para enorgullecerla y hacer que un día lo llegue a amar.
-te amo madre, por favor nunca dudes de eso, por fin te podrás encontrar con tu Dios, siempre voy a rezar por ti, mis hijos te aman, mantendremos viva tu esencia y tu alma, te lo prometo madre- dijo besando su mano y alejándose del cuerpo sin vida de la mujer que tanto daño le hizo, que pese a todo él siempre amará.
Salió de la habitación, se derrumbó, el mundo caía a sus pies, no sabía que hacer, se escondió en sus piernas, lloró aún más, hasta que por tanto esfuerzo colapsó. Cayó desmayado en el pasillo, al instante aparecieron más enfermeras, las cuales lo llevaron a otro pabellón.
Los mayores se llevaron a los niños a casa, trataron de calmarlos, pero era imposible, hasta que por tanto llorar se quedaron dormidos. JongDae volvió a la clínica, sabía lo que había sucedido con Junmyeon.
Llegó a su pequeña habitación, ya estaba despierto, pero sus ojos seguían rojos, cansados. Lo vio entrar, el mayor corrió hacia él y lo abrazó con fuerza -lo siento mucho Jun- el menor sollozó en el hombro del castaño -está bien Dae, al fin está con su Dios- JongDae asintió -sí Jun, ahora podrá ser feliz por la eternidad, rezaremos por su alma para que Dios pueda abrirle las puertas del paraíso- el menor sonrió -sí Dae- se volvieron a abrazar -Jun ya te dieron de alta, será mejor que regresemos a casa, los niños están con Minseok pero en cualquier momento podrían despertar, y si no te ven ahí puede que enloquezcan- el menor asintió.
Su alma estaba tranquila, por fin pudo reencontrarse con su madre, presentarle a la los ángeles de su vida y demostrarle cuanto la ama, estaba seguro de que ella también los amará.
Junmyeon sabía que en la misma clínica había como una capillita en la que habían muchas cenizas de pacientes que habían fallecido ahí mismo, el proceso había sido bastante rápido, así que con JongDae bajaron hacia el lugar y oraron por su alma. Junmyeon tocó la pequeña caja en la que su madre se encontraba, sabía que con el pasar de los días podría visitarla libremente y poder ver la placa en la que estaba escrito su nombre. Sonrió -te amo madre, vendré pronto, te lo prometo-
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