》XIX《
☆゚.*・。゚Final parte 2☆゚.*・。゚
Los meses pasaron, Yixing veía a los niños con frecuencia, poco a poco se los estaba ganando, también a cierto azabache que de a poquitos dejaba de resistirse a los encantos del chino. Pero de miradas y suspiros no pasaba (aún) habían decidido tomar todo con calma, aunque ninguno había hablado de su relación, no se atrevían. Pero ambos sentían tanto por el otro, que no tardarían mucho en confesarse.
Las cosas habían empezado a cambiar desde la muerte de la madre de Junmyeon; recibió una carta del municipio del pueblo, donde le informaban sobre su casa, la cual estaba poco más que abandonada; si bien era de suya como único heredero por ley y no habían deudas ni asuntos legales, se les envió el documento para avisarles el estado en el que se encontraba su vivienda; el hecho era que estaba ahí, esperando por él.
Así que después de una exhaustiva conversación con JongDae y Minseok, llegaron a un acuerdo, Jun se mudaría a la casa de su madre con sus hijos. Pero se visitarían todas las semanas. Los pequeños se opusieron a punta de llantos y ruegos, pero tendrían que acatar, el azabache estaba decidido.
Antes de mudarse tenían que arreglar ciertos asuntos, como desechar cualquier cosa vieja o demasiado religiosa que podría atemorizar a los pequeños.
Como siempre Junmyeon tiene muy mala suerte, ya que haría todo el trabajo solo, JongDae tenía asuntos en la universidad y Minseok tenía mocosos que reprobar. Así que solo había una persona que podría ayudarlo.
Hablaron, quedaron para que la siguiente semana los niños se queden el departamento de su padre, los engreiría, los mimaría, pasaría tiempo con ellos y sobre todo los distraería, ya que seguían tristes; todo mientras Junmyeon arreglaba la casa y algunos asuntos legales de la misma.
El chino pasó por los pequeños en su auto rojo el lunes; ambos al ver el lujoso vehículo, se miraron con algo de decepción. Sabían que los niños no podían viajar en el convertible de casanova de Zhang.
Así que mamá gallina Junmyeon, tomó todas las medidas de seguridad necesarias (e innecesarias) para que aquel convertible pudiera ser apropiado para que sus bebes viajen seguros.
Aquel día los llevaría a un parque de diversiones, tenían varios planes, los pequeños ya habían pasado los días anteriores en la casa de Yixing, pero debía recoger ciertas cosas que eran indispensables, además que tenían el deseo de ver a su apa y a sus tíos favoritos después de dos días en el departamento del chino.
-Te los encargo, llévalos a algún lugar bonito, se les ve tristes, pero sabes porqué nos mudamos, ya no podemos ser una carga para Minseok...bueno, haz que pasen un buen rato. Mientras, yo pongo esa casa en orden...- Yixing asintió, terminó de acomodar los asientos de bebes para los pequeños y poner los bolsos con todo lo necesario para la cita que les esperaba a los 3 aquella tarde.
Ya había avanzado bastante con la casa, aunque entrar a ciertos lugares le traía malos recuerdos...caminó hacia la misma, estaba algo lejos de la casa de Minseok; no faltaba mucho por arreglar, empezó su trabajo de Cenicienta desde que sus hijos de fueron a pasar las noches con su padre.
Llegó a su habitación, una nube de polvo salió de la habitación mientras él entraba, junto con un olor a humedad inigualable, tosió, para su sorpresa, seguía todo igual, todo en su sitio, sus juegos de video, sus libros, su ropa tirada en el suelo y en los cajones, hasta sus juguetes seguían en su escondite; sintió nostalgia, extrañamente era el único lugar que no estaba destruido.
Tomó varias cajas, todo fue empaquetado y etiquetado las cosas que encontraba, no necesitaba muchas de las cosas que estaban en su vieja habitación, aunque había ciertas cosillas que quería conservar, ya saben, para revivir viejos recuerdos de la adolescencia.
Dejó los paquetes al lado de la escalera, había ropa, zapatos, todo en buen estado, lo llevaría a la iglesia como donación, solo había una caja que mantendría consigo.
Continuó, el cuarto quedó vacío, limpio, listo; al cabo de unas cuantas horas, llamó a Zhang, ya casi eran las 3 de la tarde, así que sería bueno que los niños almuercen, se llevó una gran sorpresa.
YX: dime Junmyeon, ¿pasó algo?
JM: No, Yixing, solo te quería preguntar si los niños ya comieron
YX: Oh, bueno, justo ahora están comiendo, encontramos un lugar en este parque para poder almorzar
JM: vale, todavía me falta mucho, así que... por favor mantenlos entretenidos
YX: no te preocupes, ahora que terminen de comer caminaremos un poco e iremos a alguno de los juegos, luego iremos por algo dulce y volveremos a mi departamento para que duerman
JM: está bien, cualquier cosa me llamas
YX: vale los niños y yo te amamos
JM: yo también los amo...a los niños -dijo nervioso.
El chino rio por el otro lado de la línea y colgaron, Jun se sonrojó levemente, pasaron unos minutos y se tranquilizó, sonrió, estaba sorprendido, no pensó que debajo de toda esa aura de casanova, había un padre amoroso.
Siguió limpiando, tarareaba una canción, una de sus favoritas, ya faltaba menos, "creo que es suficiente por hoy" dijo secando el sudor de su frente. Tomó las cajas que entregaría en la iglesia como donación, cerró la puerta de la casa y caminó hacia el templo. Se encontró al sacerdote, le explicó la situación, el padre sonrió agradecido y con gusto recibió las cajas con las donaciones.
***
Las semanas pasaron, la casa de su madre se convirtió por fin en un hogar, Junmyeon estaba muy contento con la casa, sus hijos terminaron amándola, tenían mucho espacio para jugar, también seguían visitando a JongDae y Minseok con mucha frecuencia, por lo que no los extrañaban tanto como los primero días.
Junmyeon leía su novela favorita, estaba bastante tranquilo, los pequeños aún no llegaban, la guardería había organizado un pequeño paseo por la tarde, así que todavía tenía algo de paz para poder leer tranquilo.
La fantástica historia lo tenía anonadado, envuelto, enamorado, una novela de príncipes y reinos lejanos, más allá de las estrellas, desembocando en la luna. Pero la ilación se rompió cuando llamaron a la puerta.
Con flojera se levantó del sofá, caminó hacia el portón blanco dispuesto a abrir. Grande fue su sorpresa al ver a sus hijos correr hacia él, solos, estaba por cerrar la puerta y preguntarles cómo habían regresado, cuando una suave voz se escuchó -¿me cerrarás la puerta?- el azabache se tensó, volvió a abrir la puerta, vio a Zhang parado frente a él sosteniendo un ramo de flores.
-Yi...Yixing, lo siento, no te vi- dijo el azabache sonrojado hasta las orejas. Zhang sonrió -No te preocupes por eso Junmyeon, por cierto, son para ti- dijo sonriente con un color rosado adornando sus mejillas -¿para mi? ¿por qué?- dijo sosteniendo las flores, cambiando su expresión sonrojada y feliz a una incrédula. Aunque en su interior su corazón revoloteaba por la agradable fragancia de las flores combinada con el amor que se avivaba con el pasar de los minutos.
Yixing suspiró tomando las manos del menor debajo de las flores -Junmyeon... sé que han pasado varios años, y no ha sido mucho desde que regresé y volvimos a hablar, tampoco he sido el mejor padre, mucho menos el mejor novio, pero no puedo soportar estar lejos de ti más tiempo- Jun abrió los ojos asombrado, no sabía que decir, quería abrazarlo, golpearlo, llorar, reír -por eso he venido a preguntarte algo- dijo entrando a la casa, tomando la mano de Junmyeon, quien sonrojado le pidió a los niños que los dejen solos; los pequeños obedecieron, bueno, a medias, Yejun si se metió a su habitación a ver Pororo, pero Gyeonghye simplemente corrió hacia el pasillo y se escondió detrás de la pared escuchando todo.
Se sentaron en el sofá donde minutos antes Jun leía su novela preferida, Zhang seguía tomando su mano, con suavidad la acariciaba, el azabache se derretía de a pocos, por fin Yixing hizo la pregunta -Junmyeon ¿quieres ser mi novio?- dijo sonrojado, sonriendo, era un Zhang Yixing distinto, una faceta completamente diferente a las que había visto antes, completamente indefenso y vulnerable, sincero; Junmyeon no respondía, estaba por hablar cuando una vocecita rompió el silencio -papá di que sí- dijo Gyeonghye corriendo hacia ellos.
Ambos estaban sorprendidos, petrificados, no pensaron que eso podría suceder; Jun cargó a la pequeña -¿no te dije que fueras a tu cuarto?- dijo con cierto enojo -Yichin de verdad ama a apa y apa ama a Yichin- dijo tomando las manos de ambos -si se aman ¿por qué no viven felices por siempre?- dijo con tristeza uniendo sus manos, la calidez del contrario hizo que entrelacen sus dedos, acabando con una sonrisa de ambas partes.
-Mi amor, deja que hable con Yichin, todo estará bien, pero por favor, ahora si ve a tu habitación-la pequeña asintió triste, abrazó a sus padres y corrió hacia su recámara, dejándolos en soledad.
Seguían sosteniendo la mano del otro -aún no me respondes Junmyeon- dijo Yixing nervioso acercando sus manos entrelazadas a su pecho, nunca se había mostrado así frente a nadie, pero así se estaban dando los hechos aquella tarde sentados en el sofá.
Antes que pase un minuto Junmyeon le devolvió la mirada a Zhang, "es verdad ha pasado bastante tiempo, y este idiota viene a preguntarme esto... pero es el idiota que amo..." pensó sonriendo; suavemente unió sus labios a los de él -ahí tienes tu respuesta- dijo sonriendo burlón.
Zhang lo miró sonrojado, no se esperaba aquella reacción, volvió a la realidad y sonrió -me las pagarás pequeño- dijo revolviendo su cabello con amor.
Volvieron a cruzar miradas, un beso tímido y un te amo en el aire.
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