01. A very precious necklace
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-¿Qué es lo que haces aquí? -su cuerpo se tensó al momento de oír aquel clásico acento británico que tanto había despreciado antes... Lentamente- salió de su escondite y, mirando nervioso al otro, simplemente sacudió la mano, saludando al más bajo.
-Lo siento... Es que te encontré caminando por el metro y te veías... Eh, pues, demacrado -respondió con sinceridad al no poder encontrar una excusa decente que explique por qué razón lo ha estado siguiendo por los últimos cuarenta minutos. Rascó su nuca apenado, realmente no esperaba que lo notara y mucho menos esperaba tener que responder esa pregunta-... Me preguntaba si estarías bien.
-Estoy bien, pero estaría mucho mejor si te largaras, gracias.
Terry no supo que decir a eso, pues se quedó quieto simplemente viendo la espalda del inglés quien lo único que hacía era mirar al suelo. Estos últimos días el luchador americano ha estado pensando demasiado en las consecuencias que ha traído la, ahora verdadera, muerte de Geese. Sobrevivir todos esos meses había sido una tortura, y no crean loco a Terry por pensarlo, literalmente sin Geese gobernando su imperio del mal, los criminales estaban en cada maldita esquina esperando atacar hasta al más inofensivo... El dinero escaseaba aún más y los negocios empezaban a cerrar.
Andy creyó que su hermano había perdido la cabeza cuando dijo que intentó salvar a Geese de la muerte, que verdaderamente ya no quería matarlo. Su estúpido deseo de venganza ahora solo se reducía a un simple desprecio para nada malicioso... Sin embargo nadie entendía por qué, y en su momento ni el mismo Terry comprendía.
Pero más allá de ver cómo South Town se caía a pedazos por la muerte de Geese Howard... Terry notó las primeras dos veces como alguien más se caía a pedazos.
E inconscientemente veía a su antiguo yo en él. Terry se veía a sí mismo en Billy cuando el deseo de venganza fluía en sus venas ardientemente.
¿Acaso no habría ido demasiado lejos? Billy se sentía perdido sin Geese, estaba deprimido y sin una razón de seguir adelante... La misma forma en la que se sentía cuando el temible emperador había matado a su padre. Estos últimos días el luchador americano ha estado pensando demasiado en que Billy necesitaba ayuda, pero nadie quería dársela... Por ser la mano derecha de Geese.
Y la única persona que quería ayudar era el enemigo jurado de Kane, lo cual lo volvía más difícil.
Carajo, ¿qué podía hacer?
-El collar -Terry susurró entre los suaves silbidos del viento nevado, evitando que el otro siguiera caminando y se marchara-... Ese, el que llevas siempre puesto...
Billy volteó, mirándolo filosamente con un par de ojos azules hinchados y llorosos... Su rostro demacrado hizo a Terry querer retroceder y dejar el tema de una vez, sin embargo Billy ya no parecía querer pelear.
-¿Qué tiene mi collar? -masculló de forma agresiva en un tono de voz bastante bajo... Mientras el más alto sujetaba la lengua de su gorra, ocultando su rostro.
-Era de Geese, ¿cierto?
Billy no pudo ni siquiera responder pues para entonces su garganta ya se veía obstruida por un nudo que amenazaba con hacerlo llorar ahí y ahora. Volvió a darle la espalda a Bogard antes de que lo notara... Con suerte la zona estaba demasiado oscura para que lo hiciera, y era demasiado noche para que alguien los viera hablando.
Bajó la mirada, pasando los dedos de su mano por debajo del pañuelo que aprisionaba sus cortos mechones rubios, para en seguida jalar este mismo hacía abajo y usarlo para cubrir su rostro.
-Sí -respondió a secas para evitar que el nudo se notase y así con ello, que las lágrimas escapasen. Terry se acercó de a poco con paso vago hasta estar lo más cerca posible del pobre perro abandonado. Así fue como sonrió y con modestia puso su mano sobre el hombro ajeno.
-Te queda bien, no te voy a mentir. Es un collar muy bonito -replicó con ingenuidad. El menor no pudo hacer más que reír en voz baja, incrédulo-. ¿Qué? ¡Lo digo en serio!
-Te recuerdo que fuiste tú quien lo mató.
Terry se encogió de hombros. No esperaba un camino fácil para llegar al corazón de piedra de Billy, así que realmente ya lo veía venir. Pero, ¿cómo le explicaría que la muerte de Geese ocurrió realmente porque el hombre no quería aceptar que su eterno rival lo fuera a salvar? ¿Acaso Billy ya lo sabía?
¿Acaso se sentirá abandonado al saber que Geese murió por voluntad propia?
Suspiró.
-Ya conoces a Geese... -dijo, abrazando por el hombro al británico, quien aún aguantaba las ganas de llorar, cubriendo su rostro con su pañuelo-. Nunca permitiría que alguien inferior a él lo salvara, ¿no crees?
El otro volteó a verlo, a pesar de tener la bandana bicolor aún sobre el rostro. Terry no podía ver su expresión, pero sabía que está no era una muy grata, ni siquiera molesta.
-¿Qué quieres decir?
Terry alzó la mirada al cielo y vió la luna.
A veces se sentía culpable, y no porque Geese le cayera bien, sino por como Billy tendría que lidiar con el duelo de su jefe... De su salvador, del único que le extendió la mano. No quería continuar hablando sinceramente, pero no sabía si la constante ansiedad fuese una mejor opción.
Cerró los ojos retirando su gorra con su mano libre, dejando sus largos cabellos dorados bailar al ritmo del viento helado de la ciudad.
La noche y la oscuridad comenzaba a abrazarlos a ambos, estrechándolos entre sus brazos mientras las estrellas relucían tintineando en el cielo. Un remolino de emociones hacía acto de presencia siempre que algo así ocurría entre dos peleadores compartiendo sus traumas... Platicando en el silencio de una oscura calle normalmente muy transitada que daba al aeropuerto de South Town.
-Intenté... Salvarlo. Pero no creo que realmente haya deseado mi ayuda -pudo oír la respiración del más bajo quebrarse silenciosamente. Billy seguía intentando mantener la calma para no dejarlo ver ese lado tan débil suyo, pero Terry ya lo había notado-... Sé que te sientes perdido sin él, por eso me gustaría hacer las paces contigo... Quiero ayudarte.
Finalmente Billy se apartó tras soltar un fuerte golpe en el pecho del americano... Un golpe bien dado que casi saca todo el aire que Terry tenía en sus pulmones. Retrocedió un poco y apenas dio una calada al helado aire de la noche, tomó su pose de pelea listo en caso de estar apunto de ser picoteado por aquel familiar bastón rojo. Sin embargo ningún golpe fue recibido, ni siquiera fue dado.
Bajó la guardia lentamente, hasta notar como Billy lo miraba con una expresión de odio puro, mientras el viento se llevaba el pañuelo que antes había cubierto su demacrado rostro. Un teléfono que no era suyo comenzó a sonar, probablemente era el de Billy.
-Si realmente quisieras ayudar no habría porqué ponerse en guardia -susurró al unísono del viento, mientras la tonada del móvil se repetía incesante-. No necesito tu compasión ni tu pena. Eres enemigo de Geese y por lo tanto también mío.
-Billy por favor... Mi problema era con él, no tiene nada que ver contig- -retrocedió apenas vio como el inglés se acercaba violentamente hacia él hasta tomarlo del cuello de su vieja camisa blanca y así poder alzarlo contra la pared más cercana. No pudo seguir con su sentencia cuando sintió el frío tacto del metal del dichoso familiar bastón rojo.
-Eres enemigo de Geese... Y por lo tanto, también eres MI enemigo -repitió apretando los dientes hasta que un dolor en la mandíbula no le dió para más. Terry pudo notar ese mirar... Una sombra en su mirada que solo había podido ver en los ojos de Andy cuando su padre había muerto, una sombra cristalizada que opacaba la hinchazón y enrojecimiento de los ojos del británico.
Después de varios segundos finalmente Billy soltó al luchador callejero hasta que este cayó sentado en el suelo. Se alejó, pasando la manga de su chaqueta por sobre sus ojos... Y finalmente caminar en dirección a un árbol no muy lejano de ahí, lugar donde su pañuelo se habría atorado.
Terry no esperaba el camino fácil. Y no dejaba de repetirselo mentalmente.
Así que se levantó y volvió a acercarse pasivamente hasta quedar un par de metros a distancia del más bajito... Su teléfono dejó de sonar, y él ni siquiera se molestó en mirar.
Recogió su gorra la cual habría caído al suelo debido al repentino ataque del maestro del bo-jutsu, y sin decir ni una sola palabra más, se acercó ignorando el temor que sentía debido a la respuesta de Kane.
Este volteó dando la cara ya hostigado debido a la actitud insistente de Bogard, y estuvo a punto de gritar repleto de rabia cuando su cuerpo se vio aprisionado entre los grandes brazos de quien juraba era su peor enemigo... Una extraña sensación recorrió su espina dorsal haciéndolo estremecerse en el acto. Cerró los ojos con fuerza y apretó los dientes sacando humo hasta por las orejas, intentando apartar a ese vagabundo desgraciado que tanto odiaba. Sin embargo sus manos se veían atrapadas también entre su cuerpo y el de Terry.
Estuvo apunto de gritar cuando él mismo acalló su voz... Rompiéndose ahí mismo en medio de la acera frente a un viejo local abandonado, sintiendo como si su alma se quebrara de tan solo ser abrazado por alguien después de mucho tiempo. Las emociones que sentía eran confusas, pero ninguna concordaba con la otra... Sentía odio, ganas de matar al hombre de la gorra que lo mantenía junto a él, pero también sentía ganas de llorar. Se sentía querido por una persona que no fuese Geese o su hermana, se sentía apreciado luego de recibir el odio de una ciudad entera... Pero también se sentía débil, atacado, violentado. Era como si su cabeza intentara juntar sentimientos en una sartén, y estás reaccionaran al igual que el agua y el aceite.
Solo cayó en silencio inconscientemente ocultando su rostro en el hombro del americano que había jurado matar... Era como si quisiera corresponder el abrazo, pero también como si quisiese evitar que notará que estaba llorando.
Solo se dejó llevar por la calidez que ese maldito desgraciado emanaba, sintiendo como las manos de este mismo recorrían su espalda intentando darle reconforte.
Terry sabía que Billy no lo dejaría de odiar de la noche a la mañana... Y sabía que incluso si había cedido al abrazo aún deseaba matarlo. Sin embargo siempre podría brindarle apoyo cuando nadie más lo hiciera... Siempre podría creer en él cuando nadie más lo haga.
El brillo de la luna se posó sobre ellos, mientras un avión se alejaba por el horizonte en la oscuridad de la noche.
-... Perdón... Te hice perder tu vuelo.
Billy ni siquiera se molestó en apartarse para mirar a lo alto en el cielo.
-Eres un maldito imbécil...
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Resubiendo mis one-shots de Facebook a Wattpad, don't mind me 🤙
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