Capítulo 10

-¿Qué te pasa, tesoro? –volví a dar un brinco, no me acordaba de que estaba en su cama... giré la cabeza- ¿una pesadilla?

-Algo así... -no mentía, me abrace a él, no estaba enamorada, tan solo es un amigo al que adoro, y ese era un mal sueño...- ¿Qué hora es?

-Las seis y cuarto.

-¿Tan temprano?

...

-Pues va a ser que sí. ¿Por qué no duermes un poco más, preciosa? –sonreí-

-No, dentro de una hora me tengo que levantar, prefiero hacer algo en la cama...

-Yo se algo, que nos servirá de entretenimiento...

-¿Qué? –Pregunté sin caer, bajé la mirada- ¡¡Sebastian, por dios!! ¡Eres insaciable!

-Tengo que fortalecer bien nuestra relación... –se me contrajo el estómago, pero pasé olímpicamente de él, le sonreí y le di un pequeño beso-

-¿Ah sí? ¿Y cómo lo piensas hacer? –le pregunté juguetona-

-Así... -dijo rozando sus labios contra los míos, sentí un hormigueo por todo el cuerpo... se estaba tan bien así...- ¿voy bien?

-Mmmm...

Sacó la lengua y me perfiló –más o menos- los labios con ella, yo entreabrí los labios un poco, y cuando noté su lengua a una buena distancia le di captura con mi boca a la vez que ambos gemíamos –suavemente- seguimos besándonos, hasta que nos tuvimos que separar para buscar un poco de aire.

Sebastian se había subido poco a poco –casi sin que me diera cuenta- encima mía, estaba entre mis piernas, y yo notaba su dureza contra mi centro –chorreante- me froté contra él, lo quería dentro, quería sentirlo... separé más las piernas y alcé la cintura a ver si así... me la metía.

Dejó mi boca, y bajó hasta mi cuello, el cual besó un poco antes de bajar más... hasta mis senos... eché la cabeza hacía atrás y arqueé la espalda, entregándome a sus caricias a él...

De repente un gritó salió de mi garganta y de la suya... me la había metido.

Comenzó a moverse, lenta pero profundamente, en la habitación se escuchaba nuestras respiraciones agitadas, nuestros jadeos, gemidos...

De repente se paró y cambió de posición, se colocó boca arriba en la cama, conmigo encima...

-Cabálgame... -musitó-

Apoyé mis manos en el pecho de Sebastian e hincando las rodillas en el colchón empecé a subir y bajar... despacio, haciendo que el gimiera, con sus manos comenzó a acariciarme los pechos, mientras yo seguía subiendo y bajando, apretando las paredes de mi vagina, para provocar más placer, intentando que perdiera el control...

-Jade –gimió él-

Me sentía poderosa, seguí con el mismo ritmo, arriba y abajo, manteniendo el control... pero de repente ese control se fue, Sebastian bajó una de sus manos hasta mi clítoris y empezó a acariciarlo, eché la cabeza hacía atrás, y comencé a moverme más rápido.

Noté como se empezaban a contraer las paredes de mi vagina e intenté poder controlarme de nuevo...

-Eso es nena, eso es... -susurró-

No pude, no pude coger el control, Sebastian me hacía perderlo... Lo noté tensarse dentro de mí, me agarró de la cintura, y me ayudó a moverme, al cabo de unos segundos me corrí, alcancé el orgasmo y Sebastian me siguió...

Me dejé caer sobre él, exhausta, rendida, y él me acarició la espalda, mientras yo intentaba –más o menos- respirar.

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