O

Estáis sentadas en el mismo parque en el que Sam y Pablo se reencontraron. A Sam y a ti os gusta ir allí.

Esta vez Melca está con vosotras.

Estáis sentadas en triángulo, y Melca tiene una de tus manos entre las suyas, juega con tus dedos nerviosa, y no levanta la mirada de ellos.

-Bueno, chicas... Contadme. ¿Qué es lo que os pasa? Porque Valeria me contó que estabas mal y estaba preocupada, y a ella se le nota a leguas que está mal.

Miras a Melca. Pensabas contárselo a Sam en cuanto no estuvieras con Melca, pero si ella no quiere... No vas a contradecirla.

-Melca... Si no quieres yo no le contaré nada.

La rubia sigue jugando con tus dedos, con el ceño fruncido, pensativa. Deja escapar el aire con fuerza por su nariz y niega con la cabeza.

-¿No... quieres que se lo cuente? ¿O no te importa?

Melca traga saliva y hace un gesto con la cabeza hacia Sam, sin llegar a miraros.

No te gusta verla así, seria y con la cabeza agachada. Tiene unos ojos y una sonrisa demasiado bonitos como para esconderlos.

-No te entiendo, Meca...

Ella arruga la nariz, como siempre.

-Que no me llames así.

Te ríes.

-¿Ah, que para eso sí hablas? Lo siento... Lo he hecho sin darme cuenta. Aunque en realidad he de admitir que no me arrepiento de decirlo: te pones muy mona cuando haces eso con la nariz.

La besas en la mejilla y ella se sonroja. Eres incapaz de no ser tú misma estando con Sam: confías mucho en ella como para controlarte. Además, siempre has sido muy impulsiva... ¿Lo sabes, verdad?

Melca sigue con la cabeza agachada, por lo que no puede ver cómo Sam sonríe con ternura mirándoos.

-No hace falta que me lo cuentes si no quieres, Melca... Sólo quiero ayudar.

-No... Está bien.

-¿Y... qué es?

Ella se queda un momento en silencio, con la vista fija en el suelo. Tira de tu mano.

-¿Qué? -preguntas. Melca vuelve a señalar a Sam con la cabeza, sin miraros- Cariño, que todavía no hablo idioma de signos...

-Hazlo tú... -murmura.

-Mmm... ¿Segura?

Melca se queda un momento quieta, pero después asiente.

-Está bien... -Cambias tu mirada hacia Sam- Melca me ha confesado que me quiere, pero su familia es muy beata y homófoba y le da miedo lo que pase... Teme poder llegar a una "muerte familiar", además que ha descubierto hace poco que siente atracción tanto por los hombres como por las mujeres y ya sabes que es difícil... No estamos saliendo ni nada, porque ella no quiere arriesgarse, ni yo agobiarla y hacer que se arriesgue a perder su familia por mí.

Conforme hablabas, Melca se ha acercado a ti hasta sentarse entre tus piernas, con los ojos cerrados. La abrazas por la espalda, puedes notar como tiembla ligaremente al escucharte.

Sam escucha atentamente y parece medir sus palabras antes de decirlas.

-Y... ¿Qué es la vida sin riesgo?

Eso consigue hacer que Melca le mire, por lo que sigue hablando.

-Entiendo que te de miedo perder a tu familia, que te den miedo unas consecuencias que no puedes predecir, un cambio, un nuevo camino. Melca, todos tenemos muchos miedos en la vida. Pero... ¿Sabes? Normalmente te dan más miedo los cambios grandes, y cuando los vences son estos mismos los que te dan los grandes logros... Que sí, que también te puedes caer pero bien, ¿pero qué es la vida sin caerse? Cada caída es una experiencia y un aprendizaje nuevo, al fin y al cabo. Yo perdí a mi familia, Melca, pero eso tú ya lo sabes. Mi familia es muy religiosa, como la tuya, y yo también, no me avergüenzo de ello. Sé que mucha gente es atea y lo ve mal, pero yo creo. Creo en Él y creo que si Él te ha hecho así es por algo, y que Él defiende el amor ante todas las cosas. La cosa es que... Cuando perdí a mi familia me dolió mucho, no te voy a decir que no: eramos una familia muy unida, nos veíamos muy a menudo, y los quería mucho... Aún los sigo queriendo. Pero también aprendí, y me hice más fuerte. Ahora sé muchas cosas que antes no sabía, como a valerme por mí y a ser independiente. No volvería a casa de mis padres, aunque me gustaría volver a estar bien con ellos. He aprendido a confiar y a apoyarme en otra gente, y a no dejar que nadie me pise o me diga como debo ser, a pasar de los que no me quieren. Y también me siento más libre, porque ya no tengo que estar preocupándome de que no llegue nada a sus oídos que les pueda avergonzar o a no hacer nada que vean mal, simplemente me rijo por mis propios valores. No te voy a mentir: perder a la familia duele, y los echarás de menos, porque la familia es muy importante. Pero... ¿Sabes? Yo creo que la familia, más haya de aquellos a los que te unen los lazos de sangre, son aquellos a los que te une la confianza y el amor. Siempre puedes verlo como una oportunidad para saber si son tu verdadera familia, porque si te quieren no te van a repudiar... Por eso mismo no tengo esperanza con mis padres, pero sí con el resto de mi familia. Y piensa que... Si la familia son aquellas personas que te acompañan y apoyan siempre, no es como si no pudieras encontrar otra. Yo me siento más querida y más apoyada ahora que cuando tenía a mi familia, porque también ahora soy yo misma. De todas formas... No les digas nada hasta que no estés preparada. Quizá no estás preparada ni para salir con Valeria, y no pasa nada. Quizá no estás preparada para aceptarlo, y no pasa nada. Quizá prefieras no decírselo nunca y vivir tu vida guardándote tus propios secretos, de forma que los mantengas aunque te apoyes en otra gente en quien puedas confiar de verdad, y no pasa nada. Sólo... Piénsalo bien, porque la decisión la tienes que tomar tú, y asegúrate de estar preparada y de acordarte de que, pase lo que pase, tú eres así y eso está bien. Porque Dios te hizo perfecta tal y como eres, y tú eres lo más preciado que tienes, así que... No intentes cambiarlo ni ocultarlo por nadie. Siempre que estés preparada para ser tú misma, porque... desgraciadamente, en la sociedad en la que vivimos, es más difícil ser uno mismo que fingir ser alguien más. Pero creéme, Melca, vale la pena.

La rubia la ha escuchado atenta y silenciosamente entre tus brazos, apoyándose en ti. Tú la abrazas a la altura de su cintura, y ella pasa sus dedos por los tuyos.

Tú también escuchas a Sam, y cada vez la adoras y admiras más. Te preguntas cómo puede ser que siempre sepa qué decir a cada persona para ayudarla... Claro que... Quizá Sam y Melca se parezcan mucho más de lo que nunca hubieras pensado.

Melca parece quedarse sin saber qué decir, por lo que sigue jugando con tus dedos y acaba bajando la mirada de los ojos de Sam al suelo.

-Yo... Tengo miedo... -termina diciendo.

Parece avergonzarse más de decir sólo eso, por lo que agacha más la cabeza y se sonroja.

-Lo sé, preciosa... Es lo normal. Pero no pasa nada, todos tenemos miedo. Conseguirás superarlo.

-No soy... tan... valiente.

-La valentía es algo que se esconde en el fondo de tu corazón, Melca. Sólo hay que saber cómo sacarla. Además, no es valiente quien no tiene miedo, sino quien actúa aún teniéndolo.

-Por eso mismo no soy valiente... Yo no actúo. Yo sólo dejo que las cosas pasen...

-Tienes que tomar las riendas de tu propia vida, bonita... Quieras que no, algún día las tendrás que tomar, y cuanto antes lo hagas mejor.

Melca suspira.

-Tengo miedo. Y no me creo capaz.

Bordeas su cara con tu cuello para poder depositar un beso en su mejilla, que está húmeda.

-No seas así, tontita. Eres mucho más capaz de lo que tú te crees.

-Que me llames tontita no es que me suba mucho la moral.

-Te digo tontita porque no te das cuenta de lo grande que eres.

-Y dale. Que no. Que yo soy normal.

-No lo eres.

-Sí.

-Que no, tontita, sólo tienes que dejarte volar para surcar los cielos... No todos tenemos alas. Tú las tienes, pero las mantienes atadas.

-Pues no las sé desatar.

-Déjame ayudarte.

Vuelves a besarla en la mejilla con cariño. Ella cierra los ojos y ladea la cabeza acercándola más a ti, de modo que uno de los mechones de su pelo dorado te da en tu cara. Sonríes y te alejas para ponerlo detrás de su oreja. Melca se acomoda entre tus brazos, apoyando la cabeza en tu hombro y la espalda en tu pecho. Entrelaza los dedos con los de una de tus manos, ambas están posadas en su barriga.

Levantáis la cabeza hacia Sam, que ha estado observando la tierna escena sin intervenir. A Sam le brillan los ojos y sonríe como cuando mira algo adorable.

-¡Aaaay, pero qué monas sois! -exclama- Os como, jo.

Melca se sonroja. Tú sueltas una risita y sientes como tus mejillas arden.

-Es que esta me vuelve ñoña... -dices a modo de queja.

-Si tú eres ñoña siempre -replica Melca.

-Eso es porque sólo me conoces cuando estoy contigo.

-No inventes excusas.

-No son excusas: no es mi culpa que se me enternezca el corazón con verte.

La rubia no puede evitar sonreír, y esta vez es ella la que se gira para besarte en la mejilla. Se queda mirando tus ojos y tú miras los suyos con cariño. Pasas una mano por su cabello y se te escapa un suspiro. De verdad que tienes un problema con tenerla tan cerca, en un momento tan íntimo, y tener que aguantarte las ganas de decirle todo lo que piensas o de besarla.

-Uffff, de verdad que os como. Sois demasiado adorables. A partir de ahora os voy a shippear. Me da igual que no salgáis juntas nunca, para mí ya es oficial.

Os reís. Tú te alegras de que Sam sea tan emotiva, porque seguramente a Melca le venga bien ver cómo alguien lo ve no solamente como algo normal, sino como algo deseable, adorable, admirable...

Melca mira la carita de Sam, que sonríe mirándoos, te mira a los ojos y la vuelve a mirar.

-Me siento como un gatito al que miran diciendo que es adorable.

Volvéis a reír.

-Es que eres mi gatito -bromeas.

La besas en el pelo y la achuchas para después hacerle cosquillas. Ella se revuelve para que pares y tú sonríes dejándola.

Tu bolsillo vibra reiteradamente.

-Creo que te están llamando -comenta Melca, debido a que al estar pegada a ti también nota la vibración.

Asientes y sacas el teléfono. Lo pones delante de ella al debloquearlo, realmente ya no quieres seguir teniendo secretos con ella, estás harta de eso. Abres el WhattsApp.

-¿Quién es Galaxia?

-Leia. Tengo a casi todo el mundo con apodos.

Abres la conversación.

"Galaxia: Oye.

Puta.

Dijiste que venías después de clases.

No te he querido preguntar esta mañana porque estaba todo el mundo y no era plan.

Pero me vas a decir YA qué coño te pasa.

Es una orden.

Que me respondas.

Capulla.

Te quiero en la nave ya.

Como no vengas te cierro la puerta eternamente.

Y esta vez no me olvidaré de cerrarla.

Hija de perra.

Joder.

Eres idiota.

Que me respondas.

Vamos a ver, si dices que tienes que hablar conmigo esta tarde, lo haces.

Irresponsable.

Respóndeme.

Te odio mucho.

Me estás haciendo perder el tiempo.

Vete a la mierda.

Oye, estás en línea.

Capulla, dime algo.

Si pides cita para ir al psicólogo vas a tu hora.

O te encareceré el precio.

Puta."

-Me encanta el amor que desprenden las palabras de Leia -dices con ironía-. Es taaaan simpática.

Sam se ha asomado a la pantalla para poder leer, y ahora se ríe.

-Sabes que lo dice porque se preocupa por ti.

-Lo sé. Pero podría tener más carisma. Sus clientes la odiarán a este paso.

"Valeria: Lo siento, cielo, estoy con Sam y con Melca y se me fue la hora hablando con ellas. Pero ya podrías ser un poquito más simpática, que la amabilidad no mata, ¿eh?

Galaxia: ¿¿Simpática?? Me tienes aquí esperando, puta. ¿Y encima quieres que sea simpática? Venga ya, vete a la mierda un rato... Pero antes vienes, me lo cuentas y te vas."

-Pues si que está desesperada para responder al segundo -bromea Melca entre risas.

-Lo que yo te diga, que se quedará sin clientes.

-No lo creo... -dice Sam- Leia sabe hablar correctamente cuando quiere. Sólo que no le gusta mostrar que está preocupada ni que te quiere, y es su manera de ocultarlo al mismo tiempo que te pide que vayas a decirle qué te pasa para quedarse tranquila.

-¿Y por qué hace eso? -pregunta Melca.

-A Leia no le gusta mostrar debilidad... -le dices tú- Y para ella preocuoparse por alguien, quererle, lo es. Porque sabe que es darle a alguien el poder de hacerte mucho daño... Y Leia se siente desprotegida cuando muestra lo que siente.

-Pues qué mal.

-Ya...

-Leia es todo lo contrario a mí... Yo no soy capaz de aguantar las lágrimas.

Lo dice como si fuera una broma, pero tú sabes que no es del todo así.

-Y prefiero que llores -respondes volviendo a besarla en la mejilla, te levantas-, así puedo saber cómo te sientes, y tú puedes desahogarte. No es bueno guardarlo todo siempre dentro.

Le das la mano para ayudarla a levantarse.

-Me voy a ir ya antes de que le dé un infarto.

Melca asiente y se levanta con tu ayuda. Mientras tanto Sam ya se ha levantado.

-Os veo mañana, chicas -os dice antes de daros un abrazo a cada una.

Mandas un mensaje a Leia diciendo que irás en cuanto acompañes a Melca a coger el autobús. Te despides de ella con un beso en la mejilla antes de que suba al bus y caminas hasta la nave. La puerta está entornada, y en cuanto entras y esta chirría Leia baja corriendo las escaleras y se abalanza sobre ti cogiéndote de los hombros.

-¡Me cago en la puta! Anda que no has tardado... Cojones, ya me estás contando.

Te ríes y cierras la puerta.

-¿Antes vamos a subir a tu habitación, no?

-Pero mira que te gusta hacerme sufrir.

Ella te levanta cogiéndote de las piernas y tú te ríes. Tu enanita musculosa personal te lleva escaleras arriba y te deja enfrente de su puerta. Te suelta para abrirla, entra y apaga la música que tiene a toda pastilla. La imaginas usándola como anestesia mientras venías.

Ves que su ordenador está encendido con el WhatsApp Web, en una conversación con Nico.

"Nikolai: Tranquilízate, pequeña...

Leia: No me tranquilizo, no me da la gana tranquilizarme.

¿¿Cómo coño me pides que me tranquilice??

Nikolai: Cielo, no se está muriendo, sólo le habrá pasado algo y ya te lo contará. Ha dicho que ahora viene, ¿no?

Leia: Puta vida, Nico. ¡¿Pero tú has visto la cara que me trae?!

Nikolai: Cariño, si fuera algo urgente te hubiera sacado del grupo a rastras para contártelo cuanto antes o hubiera ido a tu casa en cuanto ocurrió o te hubiera llamado... Por favor, si tienes audios suyos contándote su día todos los días...

Leia: Menos ayer. Aunque tienes razón. Joder, me calmo.

No, no me calmo.

No viene la puta. Esto es desesperante.

Nikolai manda emoticonos riendo: Mi reina, eres experta en llegar siempre tarde, no seas hipócrita.

Leia: Ja... ja.

Nikolai: ¿Te ha dicho algo más?"

Leia se acerca a la pantalla en cuanto ve que estás leyendo. Tú no puedes evitar estar aguantándote la risa, aunque en parte te sientas mal por haberla dejado preocupada y te enternezca ver que se preocupa así por ti.

Ella escribe rápido para poder apagarlo.

"Leia: Vampirito, ha venido mi puta, estaremos ocupadas...

Luego hablamos."

Cierra la pestaña del Internet y apaga la pantalla. Se vuelve hacia ti. Tú esperas a que se acerque más para atacarla con un gran abrazo besándola en la mejilla.

-¡Aaaaghhh, quiitaaa, puutaaa!

-¡Es que eres moníiiisimaaa!

-¡¿Monísima?! ¡¿Me llamas monísima después de tenerme aquí en vela?! Venga ya, vete a la mierda.

-Vale.

Te das la vuelta y te acercas a la puerta.

Ella se apresura a cogerte de las muñecas para retenerte.

-¡Heeeey! Pero te vas después de contarme.

Ríes y te sientas con ella en la cama, volviendo a contarle todo, incluido lo que has hablado con Sam y Melca.

-Vale... Creo que me equivoqué juzgando a Melca. Aunque no me culpo: ya podría ser menos complicada la chiquilla. Y entiendo que te sientas mal. Ambas, en verdad. No puedo decirte qué haría yo en tu lugar, ya que ya sabes que yo nunca tengo esperanzas de que una relación me dure, así que no pondría a nadie en un aprieto así teniendo en cuenta eso. Además, mi familia es muy liberal como para poder ponerme en su lugar. Bueno, mis padres lo son, y el resto de mi familia me la suda. Así que... No sé.

-Venga ya, tú siempre tienes un veredicto para todo.

-Sí, pero ya me he equivocado con Melca una vez. Y Valeria, sabes que mi opinión con esto es demasiado subjetiva. No quiero que te hagan daño, por lo que no quiero que salgas con Melca porque creo que puedes quedar muy malparada... Sam tiene razón con eso de que quien no arriesga no gana... Pero a mí no me gusta arriesgar cuando tú estás de por medio.

-Leia, sabes que no puedes protegerme siempre de todo.

-Lo sé, pero es lo que me gustaría... -Te mira con cariño a los ojos, aunque su expresión continúe seria- No sé quién me sacará una sonrisa si tú estás mal.

-Primero, eso suena como que te aprovechas de mí. -Leia sonríe pícara, sabes que realmente lo decía para demostrarte que le importa y afecta que estés mal, pero es muy mala con las palabras cuando hay emociones de por medio- Y segundo... ¿Nico?

-No confío en que eso dure para siempre.

-¿Y en mí sí?

-Quiero creerlo. Eres tan idiota y masoquista que has pasado más de veinte años a mi lado, podrás pasar otros sesenta más.

Te ríes.

-Soy una idiota que te quiere.

-¿Lo ves? Eres idiota: dicen que el amor idiotiza.

-¿No vas a decirme nada de Melca?

-Valeria... Creo que esta es una decisión muy importante, porque podría afectaros mucho a las dos, y sé que lo que yo te diga te influirá más que nada y lo harás. Si te equivocas, no quiero que sea mi culpa, porque no quiero que pierdas la confianza en mí. En el amor no deben meterse terceras personas. Hagas lo que hagas, sabes que te voy a apoyar, y que si te caes...

-Me recogerás en tu nave.

-Lo intentaré si aún sigo aquí. Pero no quiero decidir por ti, no creo que deba hacerlo. No quiero que conviertas mi opinión en la tuya. Lo siento, pero esta vez, no lo veo bien. Y no hay nada que yo pueda decirte que no sepas ya: sabes perfectamente cuáles son los pros y los contras de todas tus decisiones. Reflexiónalo con la almohada, Valeria, y ten en cuenta cómo es Melca cuando decidas.

-¿Cómo es?

-Sí... La opción que elijas tiene que casar tanto con Melca como contigo.

-Ya... Sea como sea... Leia, si acabo decidiendo quedarme sola para siempre, ¿todavía tengo la opción de mudarme a tu nave, verdad?

Leia se ríe.

-Sabes que sí, Nico y yo estaremos encantados de acogerte... O yo sola. O yo y quién sabe quién. O yo y mi perro. Yo quiero un perro. Pero sea como sea, mi nave siempre estará abierta para ti.

-¿Y si la cago demasiado?

-¿Te digo un secreto?

-¿Qué?

Leia se acerca a tu oído para susurrarlo.

-Ya no hay nada que puedas hacer para deshacerte de mí... A no ser que seas tú quien decida irse, yo siempre voy a seguir aquí.

-Nunca me alejaría de ti, Leia.

Ella sonríe de esa incrédula manera suya.

-Eso dicen.

Estás dando vueltas entre las sábanas, no consigues conciliar el sueño. Entonces recuerdas el mensaje que dejaste en el vídeo de Azuleima.

"Blue Smiling: Yo de ti le pondría a tu chica las cartas sobre la mesa. Explícaselo tal cual. Dile todo lo que sientes, sin dejarte nada, y decididlo entre las dos, porque una relación es una cosa de dos, y debe serlo desde el principio... Sincérate completamente, sin dejarte nada. Y piensa bien todo lo que vas a decir antes de que vayas a hacerlo. Te deseo suerte, pero de todas formas, recuerda: no estar en pareja no es el fin del mundo. Aunque ahora estés muy enamorada y creas que no habrá vida más perfecta que con ella, no tiene por qué ser así. Tómate las cosas con calma. Y disfruta lo que vayas encontrando por el camino.

¡Sonríe!"

Debajo de ese, hay varios mensajes más. Empiezas a leerlos.

"amrriga: Yo te diría que la dejaras a ella decidir. Desgraciadamente, es más decisión suya que tuya. Lo único que puedes hacer es apoyarla sin importar lo que decida, ya sea que su decisión te incluya o no.

nathilupi8: Yo te aconsejaría lo mismo que dijo su ex... Estoy de acuerdo con él.

Zero: Yo de ti pasaría de ella. Quiero decir, la gente así al final nunca cambia, creeme. Te dicen que te quieren y poco después te dicen que son heterosexuales. El miedo les puede, y prefieren seguir engañándose a sí mismos. Dentro de nada, te dirá que le gustan sólo los hombres y que no puede ser, que se confundió. O saldrá contigo, le entrará el pánico y te dejará diciendo que se ha dado cuenta de que es heterosexual, y después te echará de menos y volverá, para más tarde volverte a dejar. Te va a destrozar la vida. Yo la dejaría, y en el caso de que el tiempo y las casualidades os lleven a volver a encontraros y en ese entonces ambas estéis más centradas, sepáis lo que queráis y te demuestre que ya no tiene miedo de ser quien es, si para entonces la sigues queriendo, saldría con ella. Pero ahora no.

Blue Smiling: Zero tiene mucha razón, hay muchísima gente que actúa así y acaba convirtiendo el rompecabezas que tienen en su mente en las piezas rotas de tu corazón. Pero no siempre tiene por qué ser así. SP5SOS, tú conoces mejor que nadie a tu chica, así que piénsalo bien. Piensa si crees que Zero tiene razón y si te vale la pena alejarte de ella, mantenerte como amiga o pedirle salir aunque exista la posibilidad de que el miedo haga que te acabe dejando. Yo creo que las personas pueden cambiar, con ayuda. Y creo que esa chica lo necesita, todos hemos sentido ese miedo, todos hemos querido huir de quien somos. A mí me hicieron bullying por gustarme las mujeres, y puedo entenderla perfectamente: sobreponerse a ese miedo, a ese desprecio, a ese rechazo, no es nada fácil. Cualquiera preferiría ser heterosexual. Cualquiera necesita que alguien le tienda la mano para salir de ese hoyo, y si tú eres la única que lo sabe, mejor que seas tú. Si no quieres que el miedo le acabe echando para atrás, quítale ese miedo. Demuéstrale que puede vencerlo, demuéstrale que vale la pena. Hazlo con tu ejemplo y con tu apoyo, para que sepa que tú estarás a su lado al pie del cañón, pero no sólo con eso: haz que entre a ver vídeos o películas, que conozca a más gente, preséntale a gente que conozcas de la comunidad que sean de confianza para que ella sepa que no van a contarlo. Cuanto más lo normalice en su mente, más entenderá que nadie que le diga que se está equivocando tiene razón, que es ella quien está en lo cierto: que es así y eso está bien. Cuando yo era pequeña, me sentía como el bicho raro más raro del mundo. No conocía a ninguna mujer a quien le gustasen las mujeres, y para colmo todo el mundo a mi al rededor lo veía mal (mis padres siempre me han apoyado, afortunadamente, pero yo tardé mucho en contarlo porque tenía miedo de que mi casa se convirtiera en un infierno igual que el instituto), entonces entré en internet y empecé a ver que había un mundo ahí fuera, gente que me entendía, y luego comencé a conocer gente como yo en mi propia ciudad. Aprendí que no era nada raro, lo normalicé, y al normalizarlo en mi mente pude normalizarlo en mi vida. Ella necesita que le ayudes a hacer lo mismo.

Zero: Blue Smiling, tienes razón, pero lo veo muy peligroso. No es lo mismo ayudar a una amiga que a la chica a la que amas, porque si fallas (lo que es muy pausible), te destrozará el corazón, tanto por haberle fallado como por su desprecio hacia ti. Y la gente así es muy difícil de cambiar. Si está toda su familia detrás diciéndole lo contrario, más la Iglesia, más sus amigas... Y sólo tú y unos cuantos desconocidos diciéndole que está bien... Buah, lo tienes complicado. Yo no saldría con ella, o al menos no hasta que ella se sienta segura de quién es.

Blue Smiling: Zero, por una parte te doy la razón, porque sí es verdad que por una parte sería mucho menos arriesgado no salir con ella hasta que su situación se normalice. Por otra parte, quizá esta chica lo que necesite sea amor, para que entienda que está bien y que realmente es lo mejor que le pudiera haber pasado porque si no no estaría con la persona a la que ama. Hay gente que no se lo cree de verdad hasta que no se enamora, o que lo asume pero prefiere no arriesgarse nunca a salir con nadie. El amor es un poder muy fuerte, si sabes manejarlo bien. Bien podría ayudarle y servirle como una cura si al final de todo su familia la rechaza y se queda contigo, o bien podría destruiros a las dos. Incluso cabe la posibilidad de que ella no te quiera de esa manera y se haya confundido, identificar que estás enamorado no es tan fácil. Lo que sí te digo, es que no hagas nada de no estar totalmente segura, y que no te arriesgues si no te consideras lo suficientemente fuerte como para soportarlo te caiga lo que te caiga. No la empujes a pasar por la cuerda floja si no vas a sujetarla si un pie se le resbala, porque no sería justo para ella que, pudiendo quedarse segura mirando desde lo alto del abismo, la obligues a cruzarlo por una fina cuerda y la dejes sola a mitad de camino, o no bajes a por ella cuando caiga. Si le tiran piedras para que caiga, asegúrate de pararlas. Porque una vez que te hundes es mucho más difícil levantarse que cuando estabas sin intentar nada.

Alex_OConnor: Creo que Blue Smiling tiene razón. Zero también pero... No sé, creo que si la dejas ir porque cabe la posibilidad de que todo salga mal, estás actuando por miedo al igual que ella, ¿no? Y de que salga mal, te llevas la experiencia, los recuerdos y lo que aprendas de ello... Quien no pierde no aprende. Apoyala en todo lo que necesite. Si acaba de darse cuenta de su sexualidad, y con una familia como esa, ahora mismo se sentirá fatal, y necesita sentirse querida. Que sepa que la quieres de verdad por cómo es y que la valoras, y no porque quieres que salga contigo y ya está. Estas en una situación muy difícil, y tú tienes que ser fuerte y valiente también, no sólo ella. Si sus padres la rechazan y ella se queda contigo, tu familia y tus amigos, si ellos la aceptan, estará mejor que con su familia de ahora. Y si no, la vida sigue y tu compañía cambia. Si siempre se queda con su familia, coaccionada por el miedo y con las alas cortadas... Va a desperdiciar mucho su vida. No por el hecho de que no salga con la pareja que quiera, que eso al final no importa tanto porque pueden romper, pero sí porque nunca llegará a quererse completamente, a actuar por lo que siente o piensa ella y no los demás, a sentirse libre. Si realmente la quieres... apóyala pase lo que pase. Y si cae, demuéstrale que estás ahí para levantarte con ella, da igual si como pareja, como amiga, o como sea. Lo peor que hay en el mundo es sentirse solo rodeado de gente, y si ella siente que nadie la comprende, se sentirá así. Demuéstrale que tú sí lo haces. Ahora mismo tu objetivo principal no debería ser salir con ella o no, sino que ella esté bien, porque está en una posición muy complicada y peligrosa.

JayCam: Yo digo que no hay nada mas liberador que estar con la persona que quieres y en cuanto a lo que dijo Alex_OConnor debió dejarlos callados pues tiene tanta razon que resulta tan impactante tener la respuesta en frente de ti y no haberla visto, entonces uno se da cuenta que esta la opción del intermedio, no dejarla, no lanzarse, sólo estar. En contrario a lo que uno siempre escucha de que uno debe amarse uno mismo para amar bien a otra persona creo que uno puede amarse a uno mismo si llega a amar de buena manera a aquella persona, el consejo para SP5SOS es perfecto y estoy más que de acuerdo, estar allí con tu chica y demostrarle que jamás la dejarás incluso cuando hay un corazón de por medio es valiente, arriesgado además de ser la decisión correcta, no podrás protegerla para siempre uno no puede proteger para siempre su corazón si cae en el amor por lo que digo que yo a tu chica le diría que te amara de a poco que vea lo que ella misma vale en tu sonrisa y en el brillo de tus ojos, que vea que no hace nada malo, que vea que está en lo correcto en arriesgarse, que vea cómo es ella misma y que sea ella misma, que se libere y que vea que puede que se sienta sola pero es libre y a veces aquello es mas que suficiente. Que sea ella misma y ame con todo el corazón de eso jamás se arrepentirá."

Dejas de leer cuando el teléfono vibra y sale una foto de Melca en pantalla. Respondes la llamada.

-Buenas noches, rubita.

-Buenas noches, tonta. ¿Te he despertado?

-Sí, pero no con la llamada... Nah, en realidad no llegué a dormirme.

-Vaya... Yo me acabo de despertar.

-¿Una pesadilla?

-Sí.

-¿Y... qué has soñado?

-Soñé que te perdía... Necesitaba escucharte para saber que estabas ahí. Lo siento, sé que soy una pesada.

-Amo que seas una pesada. No te preocupes, Melca. Yo siempre voy a estar aquí.

-¿Y qué pasa si un día me equivoco tanto que te termines enfadando?

-Insiste hasta que recuerde lo mucho que te amo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top