Hotcakes y golpes (1)

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Eran las tres de la tarde y ya había llegado del instituto. Estaba cansada, hoy había tenido unos miserables parciales y tenía bastante hambre.

- Ya llegué - exclamé como de costumbre, y no obtuve respuesta.- para que sigo insistiendo, nunca más van a responder -. Suspiré pesadamente y fui a la cocina.

Me retiré la chaqueta y la puse en la mesa auxiliar.

Hoy estaba antojada de Hotcakes y voy a preparar mis hermosos Hotcakes.

Saqué los ingredientes necesarios y los agregue a un Bol para realizar una mezcla homogénea. Al verter los ingredientes, quise ir a la sala a ver alguna película.

Prendí el televisor y estaban dando la cruda verdad, una de mis películas favoritas. Ya sabía que pasaba, pero, me encanta esa película.

Mientras avanzaba la película, la mezcla estaba casi perfecta. Cuando escuchó unos pasos en la segunda planta de la casa.

- Fantasmas- dije en voz alta y seguí mezclando.

Agudizo aún más mi oído y siento como los pasos se aproximan por mi espalda. El sudor bajó por mi espina dorsal.

-Go to sleep -. Un ligero susurro enfermizo cruzó mi oído y sentí como el frio acero se pegaba a mi cuello. Entre en panico

-¡ni me mandes a dormir, no eres mi madre! -. Le lancé el bol donde estaba la mezcla de los hotcakes.

-¡joder! -. Exclamó el tipo mientras se restregaba sus ojos -¡¿estás loca o que te pasa?! -. Su voz era ronca y profunda.

-¡es tu maldita culpa por entrar de esa manera mi maldita casa! -. Estaba realmente exaltada, ¡y como mierdas no estarlo! Un chico había entrado a mi maldita casa y no sé cómo lo hizo.

-de todas maneras te voy asesinar pequeña idiota -. Terminó de levantarse y le volví a golpear con el bol

-si claro pedazo de idiota-respiré profundo y vi al chico casi inconsciente- Ey odio lastimar a las personas, ven te daré algunas medicinas y un poco de hielo para desinflamarte ese ojo

-me recupero rápido, no necesito la ayuda de una mujer loca -. Será imbécil, no vuelvo a ser amable con alguien al cual he herido con motivo.

-muy bien -. Me encogí de hombros y fui directo a la cocina, pero no sin antes darle una advertencia- ah, se me olvidaba pedirte que por favor, se alguien normal en tu vida y sal por la puerta, que es lo suficientemente ancha como para salir por ella

Entré a la cocina y me dispuse a seguir con mi labor culinaria.