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Después de un largo y apasionado beso con Jeff, me doy cuenta de que soy una maldita zorra. ¿Cómo fui capaz de hacerle esto a Masky?

Me alejé bruscamente de su agarre.

Jeff se  mostraba perplejo, ¿acaso era consciente de lo que estábamos a punto de hacer? Yo creo que no. De un momento a otro le di una bofetada en su mejilla.

-escúchame Woods, escúchame muy bien. ¡No me vuelvas a besar sin  mi maldito consentimiento! ¿Me entendiste?

No respondió absolutamente nada, solo me observaba sorprendido por lo que había hecho.

-la _______ Darcy que conociste hace un año, ya no está aquí- caminé hasta mi cama y me senté. Había besado a Masky y también a Jeff, ¿Qué mierdas sucede conmigo?

El silencio rondaba por mi habitación como si ella fuese un parque de juegos.

Cuando Jeff se acercó y se dispuso a romper el ambiente.

-primero: ¡Auch! ¡Había olvidado que tu manito pesa! Segundo: ¿Por qué lo hiciste? Tercero: ¿tanto me odias?

-¿acaso no se nota? – Contraataque con obviedad- además ¡¿Quién te invito a mi puta casa?!

-no lo sé- Jeff se acostó en mi cama como si yo lo hubiese invitado, lo cual es una mentira- el punto es que necesitas compañía, podrían haber psicópatas violadores rondando por ahí y tu estas indefensa. No quiero que le suceda nada a mi queridísima ______.

-¿eres idiota acaso Woods?

-¿Por qué?- agarró uno de mis cuadernos de dibujo

-¿preguntas por qué? ¿Tú que mierdas eres?

-¿en tu mundo o en el mío?

-en el menos retorcido que es obviamente el mío

-te equivocas linda. Yo, por lo menos ¡no atacó a la gente que viene a asesinarte con un sartén!

-¡¿Cómo putas querías que reaccionara?! ¡Oh! Señor asesino, permítame facilitarte el trabajo quedándome como una maldita estúpida parada frente a ti. ¡Solo ocurre en tu mundo Woods!

-es un mundo perfecto- exclamó encogiéndose de hombros

-eres insoportable idiota de mierda

-lo sé, también soy irresistible y tengo una gran ver…

-¡¿Qué está pasando aquí?! – Toby, mi feo y deforme hermano mayor

-¡me quería violar!- grité saltando a los brazos de mi hermano- Que bueno que llegaste hermanito. ¿Ella es mi cuñada?

La chica del parqueadero bajó la mirada apenada.

-no te apenes- exclamé bajándome de los brazos de Toby-él es muy bueno, a pesar de ser bruto, mal cocinero, quema el cereal, pero lo importante es que tiene salud – sonreí tiernamente ganándome un corrosión por parte de Toby-¡que eres cruel! ¡Espero que se te caiga!

-¡oh! ¡Espero que cuando estés preparando un pie se te quemé!

-pues sencillo, te lo comes tú.

-oblígame

-lo hago palillo chino sin gracia

-¡miren está hablando un fenómeno!

-¡joder desde cuando el poste de luz se metió en la casa! – Clockwork soltó una suave carcajada y Jeff solo observaba la escena.

Quedamos en silencio durante un tiempo.

Toby miraba hacia el horizonte como si intentase recordar algo.

Jeff seguramente estaba sentado en mi cama y Clockwork miraba a Toby como solo una chica enamorada suele ver a su amado.

-¡Mierda!- todos volteamos a ver a Toby

-¿se te cayó una neurona o qué? – exclamé mientras iba por mis pantuflas

-¡ya se por qué vine aquí!

-¿así? ¿Dejaste de tener sexo con Clocó solo para avisarme algo hermanito?

Ambos se miraron y sonrieron ruborizados

-algo así…Masky quiere verte. Bueno en realidad está abajo esperando a que bajes. ¡Mejor te digo que vino! Quiere vivir contigo.

-¡estoy en desacuerdo! – Exclamó Jeff con un sostén mío puesto en su plano pecho- yo estoy viviendo aquí y eso implica aún más gastos, en breve resumen no podemos mantener a Masky. ¡Que duerma bajo de un puente!

-está bien – exclamé- que se quede a vivir todo el tiempo que quiera

-¿acaso enloqueciste mujer? – preguntó Jeff aun con mi sostén puesto

-no tanto como tú. Yo no me pondría tu ropa interior idiota.

-¿verdad que me veo lindo?

-¡no! – a veces creo que Jeff tiene una mujer en su interior, una mujer sin gracia.

-¿enserio eres hombre?

-claro que sí. ¿Te muestro?- al decir esto, extendió su pantalón para que viésemos su paquete.

-¡degenerado!

-a claro, es porque es el mío, seguramente si fuese el de Masky lo verías ¿cierto?

-¡tampoco joder, no! – Bajé las escaleras para dejar de escuchar a Jeff

-¡no me dejes con la puta palabra en la boca mujer!

Ignoré los gritos de Jeff y me senté  en el sofá junto a Masky, el cual  me dio un abrazo de bienvenida.

-hola – saludó el mientras  acariciaba mi mejilla

-hola- salude de vuelta y me recosté en su hombro

No dijimos nada más y nos intentamos acercar, y cuando digo “intentar” es porque la varilla de Jeff, nos interrumpió con una bola de tenis

-¡no la beses mierda! ¡Ella es mía, M-Í-A! solo mía, joder

-¿acaso tienes papeles donde diga que es tuya o algo por el estilo pedazo de imbécil?

-no, pero hicimos el…

Corrí hacia Jeff y lo empujé hacia la cocina. Esto no es nada bueno, nada bueno.